Especiales/ Capítulo 31

CAP 31

DAVID

Traducido por Sidonie



“¿Qué estás haciendo aquí?” gritó ella.

“Esperándote. Sabía que vendrías por este camino... a través de las ruinas una vez más.”

Tally escaló hacia él, balanceándose de una viga de hierro a la siguiente, cubriendo la distancia en unos pocos segundos. Él estaba apiñado en la esquina de una planta que no se había derrumbado completamente, apenas suficiente espacio para el saco de dormir extendido a su lado. Su traje de camuflaje estaba activado para ajustarse a las sombras de las ruinas.

Un auto-calentador de alimentos en su mano repicaba que ya estaba listo, y el repugnante olor a SpagBol golpeó a Tally de nuevo.

Ella sacudió su cabeza. “¿Pero cómo has…?”

David sostuvo en alto un rudimentario artefacto en una mano, una antena direccional en la otra. “Después de que lo curamos, Fausto nos ayudó a improvisar esto. Cada vez que vosotros os acercáis, nosotros detectamos vuestras EARCANs. Incluso podemos escuchar.”

Tally se agachó sobre una viga de hierro oxidada, su cabeza dando vueltas repentinamente por tres días de constante viaje. “No te preguntaba cómo me habías detectado. ¿Cómo llegaste aquí tan rápido?”

“Oh, fue fácil. Cuando partiste sin ella, Shay se dio cuenta de que tenías razón: Diego la necesitaba más que tú. Pero ellos no me necesitaban.” Él aclaró su garganta. “Así que cogí el siguiente helicóptero hacia un punto de recogida a mitad de camino de aquí.”

Tally suspiró, cerrando sus ojos. “Cabeza-Especial” la había llamado
Shay. Ella podía haber tomado un vuelo la mayor parte del camino. Ese era uno de los problemas de las salidas dramáticas: A veces acababan haciéndote ver como un cabeza hueca. Pero estaba aliviada de oír que sus miedos sobre los fugitivos habían sido infundados. Diego no los había abandonado aún.

“¿Entonces por qué has venido exactamente?”

David tenía una mirada decidida. “Estoy aquí para ayudarte, Tally.”

“Escucha, David, sólo porque nosotros estamos en cierto modo del mismo bando ahora no significa que quiera tenerte alrededor. ¿No deberías estar en Diego? Allí hay una guerra en marcha, ya sabes.”

Él se encogió de hombros. “No me gustan demasiado las ciudades, y no sé nada de guerras.”

“Bueno, yo tampoco, pero estoy haciendo lo que puedo.” Ella señaló a su tabla, que todavía revoloteaba debajo. “Y si Circunstancias Especiales me cogen con uno del Humo, no va a hacer que sea más fácil convencerles de que digo la verdad.”

“Pero Tally, ¿estás bien?”

“Es la segunda vez que alguien me hace esa estúpida pregunta,” dijo ella en voz baja. “No, no estoy bien.”

“Sí, supongo que era estúpida. Pero nosotros estamos preocupados por ti.”

“¿Nosotros quiénes? ¿Tú y Shay?”

Él negó con la cabeza. “No, mi madre y yo.”

Tally dejó salir una corta y ácida risa. “¿Desde cuándo se preocupa Maddy por mí?”

“Ella ha estado pensando en ti bastante últimamente,” dijo él, dejando sobre el suelo sus SpagBol sin tocar. “Ha estado estudiando la operación especial para curarla. Ella sabe bastante sobre cómo es ser como tú.”

Tally se levantó de un salto, curvando las manos, y saltó a lo largo del vacío entre ellos en un solo salto, enviando una lluvia de óxido abajo hacia el abismo del corazón del edificio. Enseñando sus dientes, ella dijo directamente en su cara, “Nadie sabe cómo es ser como yo justo ahora, David. Te lo prometo: nadie.”

Él mantuvo su mirada sin estremecerse, pero Tally podía oler su miedo, toda su debilidad emanando de él.

“Lo siento,” dijo él con calma “no me refería de esa forma… Esto no es sobre Zane.”

Al sonido de su nombre, algo se rompió dentro de Tally, y su furia desapareció. Se dejó caer sobre sus piernas, respirando irregularmente. Durante un momento, sintió como si el arranque de cólera hubiera transferido algo denso y pesado dentro de ella. Era la primera vez desde la muerte de Zane que cualquier cosa, incluso la furia, había atravesado su desesperación.

Pero el sentimiento había durado sólo unos segundos, luego el cansancio de los días de viaje sin interrupción le cayó encima.

Ella bajó su cabeza a sus manos. “Lo que sea.”

“Te he traído algo. Podrías necesitarlo.”

Tally levantó la mirada. En la mano de David había un inyector.

Ella negó con la cabeza cansadamente. “No quieres curarme, David. Circunstancias Especiales no me escuchará a menos que sea uno de ellos.”

“Lo sé, Tally. Fausto nos explicó tú plan.” Él puso un capuchón sobre la aguja, cerrándolo de golpe. “Pero mantén esto. Tal vez después de contarles lo que pasó, quieras cambiarte a ti misma.”

Tally frunció el ceño. “No parece haber mucho punto en pensar qué pasa después de que confiese, David. La ciudad podría estar un poco enfadada conmigo, así que podría no tener mucho que decir al respecto.”

“Lo dudo, Tally. Eso es lo realmente asombroso de ti. No importa lo que tu ciudad te haga, tú siempre pareces tener una opción.”

“¿Siempre?” resopló ella. “No pareció que tuviera una opción cuando Zane murió.”

“No...” David sacudió su cabeza. “Lo siento, otra vez. Sigo diciendo estupideces. ¿Pero recuerdas cuando eras una perfecta? Te cambiaste a ti misma, y tú condujiste a los Rebeldes fuera de la ciudad.”

“Zane nos condujo.”

“Él había tomado una pastilla. Tú no.”

Ella gimió. “No me lo recuerdes. ¡Así es como terminó en ese hospital!”

“Espera, espera.” David levantó sus manos. “Estoy intentando decir algo. Tú fuiste la que averiguó la forma de dejar de ser perfecta.”

“Sí, lo sé, lo sé. Un gran bien que me hizo. O a Zane.”

“En realidad, hizo más que un gran bien, Tally. Después de ver lo que habías hecho, mi madre se dio cuenta de algo importante sobre cómo la operación podía invertirse. Sobre la cura para cabezas-huecas.”

Tally alzó la vista, recordando las teorías de Zane en los días de perfectos. “¿Te refieres a hacerte chispeante a ti mismo?”

“Exactamente. Mi madre se dio cuenta de que no teníamos que deshacernos de las lesiones, todo lo que teníamos que hacer era estimular el cerebro para trabajar entorno a ellas. Eso es por lo que la nueva cura es mucho más segura, y por lo que funciona tan rápido.” Él hablaba rápidamente, sus ojos brillaban en las sombras. “Así es como conseguimos que Diego cambiara en sólo dos meses. Por lo que tú nos mostraste.”

“¿Así que tengo la culpa de que esa gente convierta sus pequeños dedos en serpientes? Genial.”

“Tienes la culpa de la libertad que ellos han encontrado, Tally. Por el final de la operación.”

Ella se rió con amargura. “El final de Diego, querrás decir. Una vez que Cable ponga sus manos sobre ellos, desearán no haber visto nunca las pequeñas pastillas de tu madre.”

“Escucha, Tally. La Dra. Cable es más débil de lo que tú crees.” Él se inclinó más cerca. “Eso es lo que vine a decirte: Después de que el Nuevo Sistema entrara en vigor, algunos de los directores industriales de Diego nos ayudaron. Producción en masa. Hemos pasado de contrabando doscientas mil pastillas en tu ciudad en e último mes. Si pudieras desequilibrar a Circunstancias Especiales, siquiera durante unos pocos días, tu ciudad empezará a cambiar. El miedo es lo único que evita que un Nuevo Sistema se establezca aquí también.”

“Miedo a quienquiera que atacó la Armería, quieres decir.” Ella suspiró. “Así que todo es culpa mía de nuevo.”

“Quizás. Pero si pudieras disipar ese miedo aquí, cada ciudad en el mundo empezará a prestar atención.” Él cogió su mano. “No sólo estás deteniendo la guerra, Tally. Estás a punto de arreglar todo.”

“O arruinarlo todo. ¿Alguien ha pensado lo que le sucederá a la naturaleza si todos se curan de repente?” Ella negó con la cabeza. “Todo cuanto sé es que tengo que para esta guerra.”

Él sonrió. “El mundo está cambiando, Tally. Tú lo hiciste posible.”

Ella se apartó, permaneciendo en silencio durante un momento. Cualquier cosa que dijera podría desencadenar otro discurso sobre lo maravillosa que es. Ella no se sentía maravillosa, tan sólo agotada. David parecía dispuesto a sentarse allí, probablemente pensando que sus palabras le habían causado impresión, pero el silencio de Tally no quería decir nada salvo que ella estaba demasiado cansada para hablar.

Para Tally Youngblood, la guerra ya había ido y venido, dejando una estela de ruinas humeantes. Ella no podía arreglarlo todo, por la simple razón de que la única persona por la que se preocupaba estaba lejos de arreglarse.

Maddy podía curar a todos los cabezas huecas del mundo, y Zane aún estaría muerto.

Pero una cuestión estaba molestándola. “Entonces, ¿estás diciendo que realmente le gusto a tu madre ahora?”

David sonrió. “Finalmente se da cuenta de lo importante que eres. Para el futuro. Y para mí.”

Tally negó con la cabeza. “No digas cosas como esa. Sobre tú y yo.”

“Lo siento, Tally. Pero es cierto.”

“Tu padre murió por mi culpa, David. Porque traicioné al Humo.”

Él negó con la cabeza lentamente. “No nos traicionaste – fuiste manipulada por Circunstancias Especiales, al igual que mucha otra gente. Y fueron los experimentos de la Dra. Cable los que mataron a mi padre, no tú.”

Tally suspiró. Estaba demasiado cansada para discutir. “Bueno, me alegra que Maddy ya no me odie. Y hablando de la Dra. Cable,
tengo que ir a verla y parar esta guerra. ¿Hemos terminado aquí?”

“Sí.” Él recogió su comida y palillos, dejando caer sus ojos en la comida, su voz suave. “Eso es todo lo que quería decirte. Salvo…”

Ella gimió.

“Escucha, Tally, no eres la única persona que ha perdido a alguien alguna vez.” Sus ojos se estrecharon. “Después de que mi padre muriera, yo también quise desaparecer.”

“No estoy desapareciendo, David, No estoy huyendo. Estoy haciendo lo que debo, ¿de acuerdo?”

“Tally, simplemente estoy diciendo: Estaré aquí cuando hayas acabado.”

“¿Tú?” Ella negó con la cabeza.

“No estás sola, Tally. No finjas que lo estás.”

Tally intentó levantarse, para alejarse de esas locuras, pero repentinamente la torre arruinada pareció balancearse a su alrededor. Ella se dejó caer nuevamente sobre sus piernas.

Otra salida dramática poco convincente.

“Vale, David, resulta que no voy a ir a ninguna parte hasta que duerma un poco. Supongo que debería haber tomado ese helicóptero.”

“Usa mi saco de dormir.” Él se hizo a un lado y sostuvo en alto la antena. “Te despertaré si alguien husmea alrededor. Aquí estás a salvo.”

“A salvo.” Tally pasó a David, durante un momento sintiendo el calor de su cuerpo y recordando ligeramente su olor de cuando ellos habían estado juntos, lo que parecía años atrás.

Era extraño. Su cara imperfecta le había repugnado la última vez que la había visto, pero después de ver tantas cirugías locas en Diego, la cicatriz de su ceja y sonrisa torcida parecían como una declaración más de moda. Y no una horrible.

Pero él no era Zane.

Tally gateó dentro del saco de dormir, luego miró hacia abajo a través de las plantas podridas del edificio hasta la base llena de escombros unos cien metros más abajo.

“Um, no dejes que me de la vuelta mientras duermo, ¿vale?”

Él sonrió. “De acuerdo.”

“Y dame eso.” Ella cogió el inyector de su mano, metiéndolo en un bolsillo de su traje de camuflaje. “Podría necesitarlo un día.”

“Tal vez no, Tally.”

“No me confundas,” murmuró ella.

Tally apoyó la cabeza, y se durmió.


-fin cap-

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