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5.4.16

LA COLO





Cuando modelo con arcilla, el tiempo transcurre sin que lo sienta.
 En silencio voy escudriñando esa cabeza.
 En la figura humana es la cabeza la que determina nuestra identidad, paradójicamente no vemos nuestra propia cara,salvo en espejos o fotografías, pero no sabemos nunca que están viendo los otros. Vemos nuestras manos, puedo ver mis pies, o mis brazos, pero no se que aspecto tienen mis orejas en este momento, o que dicen  mi cara o mis ojos.
Todo esto pienso mientras aparece esta cabeza que dormía en algún rincón de mi conciencia.
 Pasan horas, días, semanas hasta que siento que es una presencia.
Nunca se muy bien cuando comienzo, que saldrá,dejo que la imagen fluya,el barro y mis manos se ponen a buscar la forma adecuada.
Lentamente se va revelando, luego el horno hará el resto.
Casi como quien prepara un pastel.

4.4.16

CABEZA DE ESCRIBA












Cuando trabajo el volumen estoy dibujando. Mientras modelaba esta cabeza en arcilla, dibujaba, Son miles de dibujos los que están contenidos en esta forma, hay perfiles, tres cuartos, de frente, de arriba etc.etc. Además está presente la luz, quien construye las formas. La luz y el espacio son partes esenciales de una escultura. Esta terracota policromada es de factura reciente, la llamo Cabeza de escriba porque me recuerda levemente al famoso escriba egipcio. Trabajar con el barro es algo muy placentero, tal vez se relaciona con nuestra infancia, esa materia tan plástica que registra todo lo que en  ella hacemos, una raya hecha con la uña, una leve presión con la mano, todo queda registrado.

9.11.15

EL PINTOR Y LA MODELO



 Esto que hoy te muestro es un dibujo resuelto con pastel y carbón sobre papel, el desnudo lo modelé con resina y luego lo pinté, Las versiones del mismo, parten de la iluminación, del juego de luces y sombras que va creando el volumen de acuerdo a como recibe la luz.
Como ves  podría hacer una variedad de trabajos con solo modificar la iluminación.
Esta técnica no la inventé yo obviamente, hay toda una escuela que se desarrolló por los sesenta. Experimenté algunas modestas pruebas porque el modelado es algo que vengo practicando desde hace un largo tiempo. El circulo de arriba de la dama, es una medalla que gané siendo muy joven en un encuentro de dibujo en Gabrovo, Bulgaria.

15.5.15

VENUS DE VISTALBA


Mientras tallaba esta Venus en Vistalba, lentamente aparecía la imagen que durante años estuvo guardada en esta viga de pinotea. Tal vez, durante años sostuvo el techo de una bodega, ignorando su destino de futura Venus. Probablemente tenga mas de cien años.
Me la regaló mi amiga la escultora Eliana Molinelli, estaba en su jardín pero ella ya no la usaría, y con el entusiasmo que la desbordaba, una mañana me ayudó a cargarla en mi auto.
Eliana no alcanzó a ver lo que pude sacar de esa madera,siguió su viaje y  me quedé sin saber su veredicto.
 c'est la vie.

26.10.12

Kiki Smith

Kiki Smith nació en 1954 en Nuremberg (Alemania), actualmente vive en Estados Unidos.
Artista que se encuadra dentro del feminismo, sus obras, dibujos, esculturas, grabados tienen un profundo significado político, donde la mujer es protagonista principal. En su trabajo encontramos frecuentes aluciones
al catolicismo, así como respecto al nacimiento y la muerte. En este video ella habla y nos abre la puerta a su mundo.

31.8.10

Justine

Por lo que a mi respecta, no soy ni feliz ni desdichado; vivo en suspenso como un cabello o una pluma en la amalgama nebulosa de mis recuerdos. He hablado de la inutilidad del arte, pero no he dicho la verdad sobre el consuelo que procura. El solaz que me da este trabajo de la cabeza y del corazón, reside en que solo aquí, en el silencio del pintor o del escritor, puede recrearse la realidad, ordenarse nuevamente, mostrar su sentido profundo.

Nuestros actos cotidianos son en realidad la arpillera que oculta la tela laminada de oro, el significado del diseño. Por medio del arte logramos una feliz transacción con todo lo que nos hiere o vence en la vida cotidiana, no para escapar del destino, como trata de hacerlo el hombre ordinario, sino para cumplirlo en todas sus posibilidades: las imaginarias. Si no, ¿por qué habríamos de herirnos unos a otros?


No, la paz que busco y que quizá me sea concedida, no la encontraré jamás en los ojos de Melissa, brillantes de cariño, ni en las sombrías pupilas de Justine. Ahora cada uno de nosotros ha tomado un camino distinto, pero en esta primera gran ruptura de mi madurez siento que su recuerdo dilata prodigiosamente los límites de mi arte y de mi vida. Por el pensamiento los alcanzo de nuevo, como si sólo aquí, en esta mesa de madera, frente al mar, a la sombra de un olivo, sólo aquí pudiera enriquecerlos como lo merecen. Así, en el sabor de éstas páginas habrá algo de sus modelos vivientes –su aliento, su piel, sus voces- que irá entretejido en la trama flexible de la memoria de los hombres. Quiero que vivan otra vez hasta alcanzar el punto en que el dolor se transmuta en arte… quizá sea una tentativa inútil, no sé. Pero debo intentarlo.
Lawrence Durrell
Justine (El cuarteto de Alejandría)
Editorial Sudamericana

16.6.10

Juan Carlos Distéfano

Juan Carlos Distéfano es un gran escultor Argentino contemporáneo cuyo trabajo está incrustado en la realidad social que lo circunda.
Sus formas se nutren de la antigua escultura egipcia, por momentos son como los cuadros del pintor Francis Bacon pero con volumen, o recuerdan las imágenes de un comic.
























Aunque todo el discurso que propone su obra parte de una época oscura de nuestra historia, los años terribles de la dictadura militar de Videla, cuando impunemente bandas armadas pertenecientes a las “fuerzas de seguridad” (ejército y policía) secuestraban, torturaban y asesinaban a jóvenes que pensaban “distinto”, mientras los medios periodísticos (esos que hoy aúllan contra la ley de medios) miraban para otro lado, haciendo como que no pasaba nada.















Por eso una figura atada por los pies y flotando me trae la imagen de alguno de los cientos de personas que fueron arrojados al río de LA Plata para silenciar sus ideas “peligrosas”.




O esa otra llamada “el mudo” evoca una sesión de tortura por la que pasaron miles de militantes en alguna dependencia policial.
En todas estas esculturas circula el espíritu de los treinta mil desaparecidos.
Esos que torpemente quisieron olvidar con miserables leyes de “obediencia debida” o “punto final”.







La memoria está ahí, late en el arte de Juan Carlos Distéfano, en esas piezas trabajadas en poliéster reforzado y esmalte epoxi.
No te pierdas esta muestra antológica, si estás en Buenos Aires no dejes de visitarla en la Fundación Osde, en la calle Suipacha 658, estará hasta el 24 de julio.