Mostrando entradas con la etiqueta Escuelas Pías. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Escuelas Pías. Mostrar todas las entradas

martes, 18 de febrero de 2020

San Valentín, heraldo de la primavera y del amor que ilumina la vida



San Valentín, baila y enamora

Luis Negro Marco

Las fuentes históricas de la antigüedad revelan que no hubo un solo San Valentín sino varios. Dos de ellos ejecutados en torno al año 269 en tiempos del emperador romano Claudio II, quien recrudeció la persecución contra los cristianos; y aún hubo, al menos, un tercero que habría muerto en África.

Pero del San Valentín enamorador que nos interesa (que habría nacido en la ciudad italiana de Terni, de la que llegó a ser obispo) se asegura que su cráneo es el que se venera en la iglesia de Santa María en Cosmedin, en Roma; sin embargo también hay otro -–junto con otras reliquias del santo-– en la iglesia de San Antón de Madrid, que perteneció a los escolapios; unos restos que habrían sido entregados a la Escuela Pía matritense, para su custodia, por el rey Carlos IV.

Así mismo, importantes ciudades europeas como Dublín, Praga, Malta o Glasgow, por citar tan solo algunas de ellas, también aseguran conservar en sus iglesias veros restos de San Valentín. Y lo mismo ocurre en Aragón, ya que Calatayud (en la colegiata del Santo Sepulcro) también los conserva, al igual que la localidad zaragozana de Tobed, en la que el 14 de febrero es festivo, por ser el día de su patrón.

Dibujo realizado por POSTIGO ilustrando este
artículo en El Periódico de Aragón, en su edición
del 14 de febrero de 2020
Pero ¿por qué San Valentín es el universal patrón de los enamorados? Quizás porque el día de su festividad coincidía en la Roma precristiana con las fiestas Lupercalia posteriormente cristianizadas, a finales del siglo V, por el papa Gelasio. Sin embargo, también es posible que la elección de San Valentín obedezca a que su propio nombre definiría bien la significación de su celebración. Porque la palabra Valentín podría ser la resultante de la latina Valere (valiente, sano, robusto, capaz) y de la nórdica Lent (primavera). De hecho, para los francos, en tiempos de Carlomagno (siglos VIII y IX) el Lentzin era el mes de la primavera, palabra a su vez asociada a origen y nacimiento, en referencia a las primeras hierbas del año que brotan, los primeros huevos que eclosionan en los nidos de los pájaros con la llegada del buen tiempo, o el auspicio que los cada vez más templados y largos días otorgan para el tiempo de ocio y el encuentro entre las parejas de enamorados.

En cualquier caso, tampoco sería ajeno el día de San Valentín al tiempo de Cuaresma (este año desde el 26 de febrero hasta el 9 de abril) a cuyo inicio generalmente precede. Y nuevamente aquí encontramos una confluencia etimológica entre Valentín y el nombre teutón de la Cuaresma (Lent). De este modo en algunos países de Europa, y ya desde el siglo XIV, fue costumbre generalizada el que en el primer día de Cuaresma, las jóvenes (valentinas) eligieran a sus chicos (valentines) para el resto del año. Y al siguiente domingo (llamado en Francia de Bures –de encuentro festivo, o bureo–) las jóvenes desdeñadas por sus valentines se reunían en un prado donde bailaban alrededor de una hoguera, sobre cuyas llamas lanzaban muñecos de tela y paja, simbolizando a los jóvenes que las habían rechazado.

Tradición con cierta semejanza a la de “Partir la Vieja” que se celebra en ciertas localidades de Andalucía, Valencia y Mallorca (aquí con el nombre de Jaia Corema) la cual comienza en San Valentín, pero también en el primer día de Cuaresma. Consiste esta centenaria costumbre en colocar en una estancia de la casa un muñeco que representa a una vieja con siete piernas, y a lo largo de las siete semanas de Cuaresma, cada domingo le cortaban una, hasta dejarla sin ninguna, lo que venía a significar que el período de ayuno y abstinencia, propios de la Cuaresma, había terminado.

Así mismo, como fiesta asociada a ritos solsticiales, en el 14 de febrero era costumbre encender hogueras y comer, cantar y bailar alrededor de ellas, así como el que los enamorados intercambiasen regalos y cartas de amor, que recibían el nombre de valentinas. Además, las parejas se coronaban mutuamente de una corona vegetal que se comprometían a guardar en casa durante el resto del año. De otro modo, sería señal de que la relación entre ellos habría terminado.

Y como símbolo de amor, es a la moralista, escritora y poetisa Christine de Pizan (1364-1430) a quien –contenidos en su obra Le dit de la rose– se deben estos versos referidos al 14 de febrero: “Desde el alba de su mañana San Valentín enlaza amores coronados de flores, entre el amado y su dama”.




lunes, 6 de enero de 2020

Fernando Negro, escolapio: "Carta de un Misionero to the Wise Men of Oriente"

Carta de un misionero a los Reyes Magos de Oriente
Fernando Negro Marco, Sch.P.

Queridos Reyes Magos, Melchor, Gaspar y Baltasar:
Como niño ilusionado, os escribo mi carta anual. Es que, todavía anida en mi alma ese niño travieso y bondadoso a la vez, que soy yo.
Dicen los psicólogos que pasamos la línea de niños a adultos cuando nuestra manera de amar deja de ser posesiva y egoísta, y se convierte en donación generosa de uno mismo a los demás. También ahí me siento niño, pues mi amor no es del todo gratuito y generoso.
Bueno, pues aquí estoy, Misionero Escolapio, ilusionado con la maravillosa vocación que Dios me ha dado.
Los niños de la misión en la que vivo no tienen Reyes Magos, no limpian los zapatos, ni los llenan de cebada para que coman los camellos.
Ellos no se levantan al amanecer con el corazón en vilo para contemplar y acariciar los juguetes que vosotros distribuiréis a otros niños en los Estados Unidos o en Europa.
A ellos les toca nacer y vivir en condiciones de una pobreza y miseria, sostenidas por la inconsistente solidaridad del llamado "Primer Mundo", o "Mundo Desarrollado".
Mis niños van hambrientos, descalzos, no poseen cosas de valor. Y sin embargo (¡0h, maravilla!) jamás borran de sus labios la sonrisa blanca pintada en su hermoso negro.
Queridos Reyes Magos: permitidme que este año mi carta sea escrita en nombre de estos niños, y de tantos otros que, en Sudamérica, Asia, África... y en otras partes del mundo, no podrán soñar ni con una milésima de lo que otros niños “ricos” tienen. En nombre de los niños del llamado "Tercer Mundo"(sólo hay UN mundo bello y hermoso), os pido lo siguiente:

1.           El pan de cada día, el que pedimos al Padre en la oración que Jesús nos enseñó. Ese pan que no es ‘regalo’ que los poderosos otorgan a modo de caridad, sino DERECHO de todo ser humano, especialmente de los más pobres.
2.          Corazones y Voces enamoradas de la Buena Noticia, que se atrevan a quemar las naves con tal de que ésta sea anunciada. Necesitamos muchos y buenos misioneros que amen y den a conocer a Jesucristo.
3.         Justicia: La que no se vende ni se compra en la corrupción; la Justicia hermana del Amor y de la Verdad. Sólo así nacerá la Paz, que se expresará en un sistema de democracia. Queridos Reyes Magos: traednos la democracia a esos países donde la intolerancia, el fundamentalismo, el narcotráfico, la corrupción y la dictadura son el estandarte opresor.
4.         Escuelas y Maestros: Sí, porque, "si por el amanecer se conoce el día, y por las raíces de un árbol sus frutos, será por medio de la Educación y la Cultura que nacerá el Hombre Nuevo" (San José de Calasanz). ¡Menos armas y centros militares, y más escuelas!
Como veis, mis queridos amigos, Sus Majestades “los Reyes Magos de Oriente", no os he pedido juguetes ni cosas caras. Os pido lo elemental, lo que es necesario y justo. Me consta que, por ejemplo, en España, cada niño recibirá un promedio de unos 300 euros en regalos. Y vosotros, ya que sois Magos, ¿pasaréis de largo cuando lleguéis a las poblaciones y ciudades donde viven mis niños, en medio de la pobreza y la miseria?
De manera muy especial me dirijo a su Alteza Baltasar de África: tu color negro y tu sonrisa amplia me hacen pensar y sentir que sabrás convencer a los otros dos Reyes Magos. Diles que mientras no se respete la vida, y haya niños que mueren de hambre y de enfermedades que con generosidad creativa se solucionarían, el reparto de juguetes a los “niños-bien” se convierte en una comedia que aumenta el dolor en el Mundo.

Majestad Baltasar: tú llevaste al Niño de Belén la mirra como presente, para ser embalsamado a su muerte. Todavía hoy mueren y sufren muchos niños. Tráenos la mirra del cariño y del amor, para que nadie muera antes de tiempo.
Majestad Melchor: tú llevaste oro al Niño Jesús. Tráenos el oro del amor, para que tengamos "un corazón de oro", lleno de amor por los demás.
Majestad Gaspar: tú trajiste incienso al Niño que era también Dios. Tráenos el incienso de una vida consciente de la mirada amorosa del Padre, que no es sino puro amor.
Hasta aquí mi carta. Para mí sólo os pido que aumentéis mi deseo de darme a la gente que Dios pone a mi lado, mientras sondeo, contemplo y sigo la estrella que vosotros seguisteis.
 ¡Hasta el año que viene!

LETTER OF A MISSIONARY TO THE WISE MEN FROM THE EAST

Fernando Negro Marco, Sch.P.

“Dear Magi, Melchior, Gaspar and Balthasar:
As a little child, so I send to you my yearly letter, for although I am a grown-up, I still nest in my soul, that mischievous and good-natured child, that I am within.
Psychologists say that we go from childhood to adulthood, when our way of loving ceases to be possessive and selfish, and become generous, in self-donation to others. In this sense, I feel like a child too, for my love is not yet entirely free and generous.
Well, here I am, a Piarist Missionary, excited about the wonderful vocation God has given me.
Children of the mission where I live, do not have Magic Kings, they do not brush their shoes, or fill them with barley or grass for the camels to eat. They don’t rise at dawn with the heart in suspense, to see and grasp the toys that you distribute to other children, as in the USA or Europe.
They are touched, from birth, by poverty and misery, in an unjust system, sustained by lack of solidarity from the so-called "First world" or "Developed World”.
My children go hungry, barefoot, and do not possess valuable things. Nevertheless (O, sheer wonder!) they never erase from their lips the beautiful painted smile of their faces.
Dear Magi, I send this yearly letter, on behalf of these children, and others that in South America, Asia, Africa... and in other parts of the world, cannot dream to have even the leftovers of what others have.
On behalf of the children of the so-called "Third World", (there is only ONE beautiful world), I ask you for: 
  1. the daily bread that we ask to the Father, in the prayer Jesus taught us to pray. Bread is not a 'gift' from the powerful, but the right of every human being, especially the poor.
  2. Many more hearts and voices, in love with the Good News, who dare to “burn their ships”, to announce that Jesus is alive. We need many, and good missionaries.
  3. Justice that is not bought with money and corruption; justice which is the sister of love and truth. Only from here, peace will be born. Peace must be expressed in a system of democracy. Dear ‘Wise Kings’, bringing democracy where there is intolerance, fundamentalism, narcotrafficking, corruption and dictatorship, are an oppressive banner.
  4. Schools and teachers, for, "If by dawn is known the day, and the roots of a tree by its fruits, it will be through education and culture, that the “new man” will also be born" (St.  Joseph Calasanz). More schools, and less weapons and military centers!

My dear friends, your Majesties, the “Magi from the East", I do not ask for toys nor expensive things. I ask the basics for what is justly needed. For example, in Spain, each child will receive an average of 300 euros in gifts. And you, dear Wise men, will pass by when you arrive to towns and cities where my children live, amidst of poverty and misery?
I especially address now His Highness Balthasar from Africa, for your black skin and your wide smile, lead me to think and feel that you know how to persuade the other two Kings. Tell them that, without respect of life, that whole children die of hunger and diseases that could be easily healed with generous creativity, the sharing of gifts to "rich children", becomes a tragic comedy that increases pain in the world.
Your Majesty Balthasar, you took the myrrh as present, so that the Child of Bethlehem be embalmed in his death. There are still many children dying and suffering. Bring but the myrrh of affection and love, so that they may not die before time.
Your Majesty Melchior, you brought gold to the Child Jesus. Bring us the gold of love, so that we all may have "a golden heart ", full of love for others.
Your Majesty Gaspar, you presented incense to the Child Jesus, who was also God. Bring the incense of a loving awareness of our Father, who is only Love.
As for me, I only ask that you increase my desire to offer myself to others, while I try to observe, contemplate and read the paths of my life, trying to follow the Star that guided you too.

We see next year again!”
Fernando Negro Marco, Sch.P.

lunes, 2 de diciembre de 2019

Día del maestro 2019, en conmemoración de San José de Calasanz




Luis Negro Marco 

El día del maestro, cuya celebración tiene raíces netamente aragonesas, pues une al patrón de la profesión (así mismo fundador de la Orden religiosa de las Escuelas Pías y precursor de la pedagogía moderna), el oscense San José de Calasanz [Peralta de la Sal, 1557 – Roma, 1648] con uno de los alumnos más ilustres de las Escuelas Pías: el zaragozano Francisco de Goya [Fuendetodos, 1746 – Burdeos, 1828] precursor a su vez del surrealismo y del arte moderno. El genial pintor dejó testimonio de su admiración hacia la gran obra educativa desarrollada por su paisano –Calasanz fue el creador, en 1597, de la primera escuela popular y gratuita–, en “La última comunión de San José de Calasanz”; cuadro que Goya pintó en 1819 –cumpliéndose ahora el segundo centenario de su realización– el cual constituye una de las grandes obras maestras de la pintura religiosa de todos los tiempos.

Dibujo de POSTIGO, ilustrando este artículo,
publicado en
EL PERIÓDICO DE ARAGÓN en
su edición del 27 de noviembre de 2019
El reconocimiento mundial a la figura del maestro aragonés se patentizó en 1949, año en que España fue sede del “I Congreso  Internacional de Pedagogía” (celebrado en Santander, entre los días 19 y 26 de julio de aquel año) en conmemoración del tercer centenario de la muerte del santo de Peralta de la Sal. Fruto de aquel Congreso (organizado precisamente por el “Instituto San José de Calasanz” de Pedagogía, adscrito al CSIC) surgió la “Sociedad Internacional de Estudios e Investigaciones Pedagógicas”, de la que fue cofundadora la profesora Ángeles Galino Carrillo (1915-2014) quien en diciembre de 1953 se convirtió en la primera mujer española que lograba una cátedra universitaria (la de Historia de la Pedagogía, en la universidad de Madrid) por oposición.

Contrariamente a las teorías constructivistas, el maestro se configura como agente principal e indispensable de la acción educativa. Quizás por ello, “Los docentes primero: excelencia y prestigio en el Área de Educación en Europa” ha sido el lema que ha presidido la Segunda Cumbre Europea de Educación que, organizada por la Comisión Europea, se celebró en Bruselas el pasado 26 de septiembre. Allí se debatieron cuestiones importantes, tales como los vertiginosos cambios que se producen en la sociedad de nuestros días y a los que tienen que ser sensibles los maestros en su labor docente; pero también sobre el grado de reconocimiento social a su labor educativa; sobre el apoyo que reciben los maestros por parte de las administraciones del Estado de las que dependen; y también sobre su  función social, más alla de la escuela, como agentes dinamizadores y orientadores de la juventud hacia el nuevo y constantemente cambiante mercado laboral.  

Y es que la profesión de maestro exige un contacto permanente con la realidad, marcada en nuestros días por la aceleración tecnológica, anunciadora a su vez de una próxima “robolución” sustentada en la inteligencia artificial. Un futuro ya anticipado por el Foro Económico Mundial, en cuya Cumbre de Davos (Suiza) del pasado año anunciaba que, posiblemente, más de la mitad de los escolares de hoy desempeñarán en el día de mañana oficios todavía no inventados. ¿Y cuál ha de ser el papel del maestro en tan complejo escenario?

Quizás la respuesta se halle en el axioma de que si todo cambia es porque la esencia de las cosas es siempre la misma, de manera que bien podría afirmarse que existe también una esencia común en todo hecho educativo independientemente del momento o de la época en que tiene lugar.  Porque a partir de Calasanz, la escuela quedó establecida como una institución universal (ut omnes salvos essent – “para beneficio de todos”) universalmente reconocida y plenamente inmersa en la realidad poliédrica que ha caracterizado a cada período de la Historia, incluido nuestro tiempo actual. De manera que, ante la paradoja de un mundo digitalmente evolucionado y humanamente estancado, la escuela y los maestros se configuran como baluarte de la armonización social, a través de la educación, de la promoción de valores democráticamente solidarios y de la creación de puentes de comunicación entre personas pertenecientes a culturas diferentes.

Exactamente lo mismo que fueron las escuelas creadas por Calasanz, abiertas para todos los niños, sin distinción, y en consonancia con los avances de la razón y de las ciencias de su tiempo. Y en reconocimiento a su obra pedagógica universal,  Pío XII declaró a Calasanz patrón de las escuelas cristianas en 1948, y como patrón lo celebran también a día de hoy los maestros de numerosas naciones del mundo. Un reconocimiento que sus paisanos todavía le debemos, pues Zaragoza sigue sin contar con un monumento al aragonés que fundó la escuela popular.




sábado, 29 de diciembre de 2018

La lotería de Navidad, y las Escuelas de San Ildefonso

Luis Negro Marco 

 La Gaceta de Madrid  publicaba el 11 de 0ctubre de 1763 un real decreto del rey Carlos III (promulgado por el monarca el 30 de septiembre anterior) en el que se establecía, a beneficio de los hospitales, hospicios, y otras obras pías, una Lotería o Beneficiata, cuyo primer sorteo habría de celebrase el próximo 10 de diciembre en la Sala del Real Consejo (ayuntamiento) de Madrid. Y para animar a los españoles a jugar, incluso se publicó un libro gratuito, en el que se explicaban las reglas y modo de efectuar las apuestas.

 El nombre de Beneficiata, con el que también se conoció en España al juego de la lotería (lotes de premios que entran en suerte) vino importado de Italia, donde desde hacía años ya existía, con el nombre de Lotto (nombre que allí recibía el billete de la apuesta) y Beneficiata, que en Italia también se usaba para referirse a la obra de teatro que se ponía en escena para recabar fondos en beneficio de un actor de la compañía. De manera que la lotería, aun para procurar un bien personal, no nació ajena al altruismo y  a la filantropía.
 Los españoles se aficionaron pronto y mucho al nuevo juego. Hasta el punto de que en apenas dos décadas, la recaudación para el Estado había llegado a ser tan alta que en diciembre  de 1792 el rey Carlos IV dispuso mediante real decreto que, en adelante, el Ministro de Hacienda sería  a su vez superintendente nato de la Lotería.

 En nuestro país, el juego consistió primeramente en la  extracción de cinco números del uno al 90, en un orden determinado. De manera que las suertes podían jugarse al extracto simple de los números, o al previamente determinado en la apuesta por el jugador, siendo –en este caso– el premio muy superior, a la vez que también mayor el precio de la apuesta.

 Posteriormente, la Cortes de Cádiz, que afianzaron las bases de la beneficencia pública en
Grabado del holandés Jan Kool, de finales del siglo
XVIII, representado a EL GORDO DE LA LOTERÍA

El fanático por la Lotería o el Enano
afortunado
” Enano llamado mil hombres
 convida a los Jugadores a que saquen de
su chupa y sobrero ambos, como se verá en
 las extracciones que vayan saliendo,
 jugándolos en la forma que están, que son seis
en cada línea, y en la casaca calzones
y medias para las ternas, jugándoles
como se quiera
".



España, aprobaron –el 13 de febrero de 1812–  la «Instrucción de la Lotería Nacional de España» (también conocida desde entonces como lotería moderna) que habría de ser “igual a la que hace muchos años se halla establecida en Nueva-España” (virreinato español de América del Norte). Y es que allí, el 13 de mayo de 1771 se había celebrado en el ayuntamiento de la ciudad de Méjico el primer sorteo, el cual –desde sus inicios hasta hoy– fue cantado por “niños gritones”. Costumbre a la vez exportada desde la metrópoli hasta las tierras hispanas de América, puesto que apenas dos meses antes, el 9 de marzo de 1771, habían sido niños del colegio de pobres y huérfanos de San Ildefonso quienes habían canturreado en Madrid los números ganadores de la lotería.

 El colegio de San Ildefonso había nacido bajo la inspiración de las ideas pedagógicas del valenciano Luis Vives (1493-1540), a su vez muy influyente en la obra educativa del aragonés San José de Calasanz, quien en  su obra “Subventione Pauperum” ya señalaba la importancia de la educación de la infancia, mediante el aprendizaje de la lectura, mezclado con la doctrina de la Iglesia. De ahí que a los del colegio de San Ildefonso también se les conociera con el nombre de “Niños doctrinos”.  Colegio a su vez muy ligado a la propagación de la doctrina de la virginidad de María (defendida secularmente por la monarquía hispana, desde los Austrias, en oposición a las ideas del protestantismo), uno de cuyos primeros y más firmes defensores había sido el santo que dio nombre a la pía institución, San Ildefonso (607-669), arzobispo de Toledo y autor de la obra “De Perpetua Viginitate Sanctae María”.

 A partir de 1787, los niños del colegio de San Ildefonso tuvieron una cartilla propia (también llamada silabario) para aprender a leer y a escribir con corrección. De manera que qué mejores pregoneros que ellos para dar la buena nueva a los afortunados. ¡Menuda lotería!

martes, 27 de noviembre de 2018

El aragonés San José de Calasanz, patrón internacional de los maestros

San José de Calasanz, el primer maestro

Luis Negro Marco / Historiador y periodista

 A pesar de su asombrosa invisibilidad en la mayoría de publicaciones especializadas en educación –más todavía en España– el aragonés San José de Calasanz (Peralta de la Sal, 1557 – Roma, 1648) fue el gran artífice de la pedagogía moderna, a nivel mundial. Porque fue él quien sustentó  los principios de la escuela popular, gratuita y universal, hoy imperantes en prácticamente todos los rincones del planeta.

Con la creación de sus escuelas cristianas gratuitas en Roma, a partir de 1597, el educador aragonés demostró además que no hay contradicción alguna entre ciencia y fe, tal y como sostuvo el físico italiano Galileo Galilei (1564-1642) contemporáneo suyo. Además, el patrón de los maestros españoles, San José de Calasanz (a su vez fundador, en 1617, de las Escuelas Pías, la  primera orden católica dedicada por completo a la enseñanza de los niños pobres) llegó a ser un gran amigo del eminente astrónomo, hasta el punto de que uno de los sacerdotes de la Orden calasancia, Clemente Settimi, llegó a ser secretario personal de Galileo, a la vez que el último y más aventajados de sus discípulos.

Jan Steen: "El maestro de escuela", 1662 (Edimburgo; Museo Nacional de Escocia).  Collage: Luis Negro
Por otra parte, llama poderosamente la atención el hecho de que fuera durante las Cortes que redactaron la Constitución española de 1837 (en el marco de la primera Guerra Carlista, y cuando el Gobierno de Isabel II promulgó los decretos de desamortización y supresión de las Órdenes religiosas), cuando se pronunciaron en el Parlamento español algunos de los discursos más elogiosos hacia la pedagogía y métodos de enseñanza preconizados por San José de Calasanz. Fue este el caso del diputado Pascual Madoz (1806-1870), exalumno de los escolapios de Barbastro, quien en su decidida defensa por la no abolición de las Escuelas Pías en España, se pronunció así el Congreso: “Me interesa la libertad de España, y la libertad necesita instrucción, como la que proporcionan los colegios de los escolapios”.

 Dibujo de POSTIGO, ilustrando el presente artículo, publicado en  EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, en su edición del 27  de noviembre de  2018, Día internacional de los maestros, en honor a San José de  Calasanz

                 
No menor fue el apoyo que en las mismas Cortes de 1837 recibieron las escuelas calasancias por parte del diputado liberal Cabrera de Nevares (1786-1843): “Estas casas, señores, fueron fundadas por José de Calasanz, noble aragonés, y su bienhechora institución le granjeó la canonización que no tan legítimamente han merecido otros de los que se veneran en los altares”. Asimismo, el método de educación preconizado por Calasanz, ya a comienzos del siglo XVII, fue el modelo que se siguió en España cuando, en 1825 durante el reinado de Fernando VII, se instauró el “Plan y reglamento general de escuelas de primeras letras” que convirtió a nuestro país en pionero y el más avanzado en este nivel de enseñanza, de Europa.

Por lo demás, el pensamiento y obra pedagógica de San José de Calasanz hicieron posible que las escuelas por él fundadas fueran las primeras de España en que se empezó a enseñar la gramática latina en castellano; las que se adelantaron incluso a la Real Academia Española en la reforma de la caligrafía y de las normas ortográficas de la lengua castellana; y las primeras en Europa en que se pusieron en práctica los métodos de enseñanza mutua y simultanea, realzando la figura de los docentes como piedra angular de la educación primaria. Méritos que, a pesar de no haber sido siquiera mínimamente reivindicados por ninguno de los gobiernos hasta ahora habidos en España, desde la Transición, al menos sí que han llevado a que (como ya ocurría desde hacía años en multitud de países del mundo) España también celebre a San José de Calasanz como patrón de los maestros.

martes, 19 de diciembre de 2017

La Inmaculada Concepción, patrona de España

Los reyes de la Corona de Aragón figuran entre los primeros y más firmes defensores del culto a la Inmaculada Concepción, al igual que posteriormente los Austrias y Carlos III

Luis Negro Marco / Historiador y periodista

 Bien podría decirse que el puente de la Inmaculada es para los españoles el comienzo del período navideño. Desde la llegada de la democracia, el día de la Constitución y el de la Inmaculada conforman un sólido binomio festivo, coincidiendo –con tal solo un día de por medio– una celebración civil (el día de España, el de la fiesta de la democracia), con otra de carácter religioso, pero que siglos atrás, estuvo muy vinculada a la monarquía hispana.

  No fue hasta el 6 de diciembre de 1661 cuando el papa Alejandro VII promulgó la bula “Sollicitudo Omnium Ecclesiarum”, en la que se reafirmaba la doctrina y culto de la Inmaculada Concepción de María. Un hecho que satisfizo especialmente a la monarquía hispana, representada entonces por el rey Felipe IV, quien desde el comienzo de su reinado los había impulsado. Sin embargo, aquella bula papal sobre la inmaculada concepción de María, no alcanzaba todavía la categoría de dogma, y hubo aún de transcurrir un período de casi dos siglos, hasta que, el 8 de diciembre de 1854, Pío IX  lo declaró mediante la bula “Ineffabilis Deus”.

"Inmaculada Concepción". Óleo sobre lienzo del pintor
español Acisclo Palomino (1656-1726).
Museo Calasancio (Madrid).-
 Pero el hecho de que los Austrias españoles (todos, hasta Carlos II, último rey de la dinastía en España), se decantaran por la doctrina de la pureza de María, parecía obedecer más a intereses políticos que religiosos, y tuvo mucho que ver con la Reforma. Precisamente este año se ha cumplido el quinto centenario de aquel 31 de octubre de 1517, en que Martín Lutero  clavó en la puerta de la iglesia del palacio de Wittemberg (en Alemania) sus 95 tesis sobre la reforma protestante de la iglesia. Y cuando los países del Norte de Europa abrazaron sus nuevos postulados, muy posiblemente lo hicieron más pensando en poder esgrimirlos como bandera política contra el católico imperio español de los Austrias, que por convencimientos piadosos y deseos de justicia social. Las tensiones alcanzaron su punto álgido un siglo después, cuando a partir de 1618 Europa se enzarzó en una cruenta guerra de devastación, de trasfondo religioso (la Guerra de los Treinta Años), a cuya finalización, en 1648,  el imperio español de los Austrias había quedado muy debilitado.

 Reinaba entonces en España Felipe IV, muy precisado por mostrar una imagen de fortaleza, de la que en realidad carecía, pues estaban en juego no solo los reinos y posesiones españolas en el continente, sino también las provincias de América y Asia (Filipinas, Guam y Las Carolinas). De manera que, en tan serio trance, la religión se vislumbró como un gran instrumento de propaganda para ambos bloques en liza. De ahí que frente a la consideración humana de María por parte de la iglesia reformada, la casa de Habsburgo reinante en España defendiera la divinidad y pureza de la Virgen. Un argumento, por otro lado, coherente con lo que siglos atrás habían defendido los reyes de la Corona de Aragón. Fue el caso del monarca Jaime I de Aragón, quien prestó todo su apoyo a San Pedro Nolasco en su proyecto fundacional de  la Orden de los Mercedarios, cuyo hábito blanco hace referencia, precisamente, a la pureza inmaculada de la Virgen.  Y lo mismo haría después el rey Juan I de Aragón, quien en el año 1394 publicó un edicto en favor de la Inmaculada Concepción.

 Siglos después, el arte español del barroco será fiel reflejo de aquellas inquietudes religiosas, destacando de manera muy especial el artista sevillano Esteban Murillo (1617-1682), de quien este año se está celebrando el cuarto centenario de su nacimiento. Fue el más célebre de los pintores españoles en cuanto a la representación de la Inmaculada Concepción, de acuerdo a modelos anteriores de artistas alemanes como Rubens, y grabadores flamencos, caso del belga Hyeronimus Wierix. En las pinturas de la Inmaculada,  la Virgen es representada de pie, rodeada de ángeles y nubes, en un ambiente celestial, vistiendo por lo general túnica blanca, símbolo de pureza y castidad y manto azul, expresando con estos colores la espiritualidad de su persona y su concepción inmaculada, en el momento de la Anunciación.

 La identificación del color blanco con el de la pureza inmaculada de la Madre de Jesús, se remonta ya a los primeros años del cristianismo, cuando el papa Liberio (cuyo pontificado se extendió entre los años 352 y 366) fundó la basílica de Santa María de las Nieves en Roma. Nombre que recibió porque su planta habría sido trazada por la propia Virgen María en el monte Esquilino, tras una milagrosa y blanca nevada que había acaecido en pleno mes de agosto. Y precisamente, fue también Esteban Murillo quien hacia 1665 pintó, por encargo del clero andaluz, dos cuadros monumentales (ahora en el Museo del Prado) sobre este asunto. Dichos lienzos, que se colocaron en el interior de la iglesia sevillana de Santa María la Blanca, sirvieron para conmemorar la bula que Alejandro VII había promulgado cuatro años atrás, reafirmando la doctrina y el culto de la Inmaculada Concepción.

 Ya cuatro décadas después, durante la Guerra de Sucesión (1701-1713), el Archiduque Carlos manifestó en Valencia –fue el 8 de diciembre de 1706, en la basílica de la Virgen de los Desamparados– su firme voluntad de defender, caso de llegar a reinar en España, la doctrina de la inmaculada concepción de María. Pero fue, no obstante, un rey de la casa de Borbón, Carlos III, quien hizo realidad aquella promesa. Y durante su reinado, a propuesta de las Cortes, el monarca dirigió  a Clemente XIII una petición para que nombrara a la Virgen, bajo el misterio de la Inmaculada Concepción, patrona de España y de las Indias. A lo que el papa accedió mediante la publicación, el 8 de noviembre de 1760, del Breve “Quantum Ornamenti”, prescribiendo su liturgia para el 8 de diciembre, tal y como ahora la celebramos.