Carta de un
misionero a los Reyes Magos de Oriente
Fernando Negro Marco, Sch.P.
Queridos Reyes
Magos, Melchor, Gaspar y Baltasar:
Como niño
ilusionado, os escribo mi carta anual. Es que, todavía anida en mi alma ese
niño travieso y bondadoso a la vez, que soy yo.
Dicen los
psicólogos que pasamos la línea de niños a adultos cuando nuestra manera de
amar deja de ser posesiva y egoísta, y se convierte en donación generosa de uno
mismo a los demás. También ahí me siento niño, pues mi amor no es del todo
gratuito y generoso.
Bueno, pues aquí
estoy, Misionero Escolapio, ilusionado con la maravillosa vocación que Dios me
ha dado.
Los niños de la
misión en la que vivo no tienen Reyes Magos, no limpian los zapatos, ni los
llenan de cebada para que coman los camellos.
Ellos no se
levantan al amanecer con el corazón en vilo para contemplar y acariciar los
juguetes que vosotros distribuiréis a otros niños en los Estados Unidos o en
Europa.
A ellos les toca
nacer y vivir en condiciones de una pobreza y miseria, sostenidas por la
inconsistente solidaridad del llamado "Primer Mundo", o "Mundo
Desarrollado".
Mis niños van
hambrientos, descalzos, no poseen cosas de valor. Y sin embargo (¡0h,
maravilla!) jamás borran de sus labios la sonrisa blanca pintada en su hermoso
negro.
Queridos Reyes
Magos: permitidme que este año mi carta sea escrita en nombre de estos niños, y
de tantos otros que, en Sudamérica, Asia, África... y en otras partes del
mundo, no podrán soñar ni con una milésima de lo que otros niños “ricos”
tienen. En nombre de los
niños del llamado "Tercer Mundo"(sólo hay UN mundo bello y hermoso),
os pido lo siguiente:
1. El pan de cada día, el que pedimos al Padre
en la oración que Jesús nos enseñó. Ese pan que no es ‘regalo’ que los
poderosos otorgan a modo de caridad, sino DERECHO de todo ser humano,
especialmente de los más pobres.
2. Corazones y Voces enamoradas de la Buena
Noticia, que se atrevan a quemar las naves con tal de que ésta sea anunciada.
Necesitamos muchos y buenos misioneros que amen y den a conocer a Jesucristo.
3. Justicia: La que no se vende ni se compra en
la corrupción; la Justicia hermana del Amor y de la Verdad. Sólo así nacerá la
Paz, que se expresará en un sistema de democracia. Queridos Reyes Magos:
traednos la democracia a esos países donde la intolerancia, el fundamentalismo,
el narcotráfico, la corrupción y la dictadura son el estandarte opresor.
4. Escuelas y Maestros: Sí, porque, "si
por el amanecer se conoce el día, y por las raíces de un árbol sus frutos, será
por medio de la Educación y la Cultura que nacerá el Hombre Nuevo" (San
José de Calasanz). ¡Menos armas y centros militares, y más escuelas!
Como veis, mis
queridos amigos, Sus Majestades “los Reyes Magos de Oriente", no os he
pedido juguetes ni cosas caras. Os pido lo elemental, lo que es necesario y
justo. Me consta que, por ejemplo, en España, cada niño recibirá un promedio de
unos 300 euros en regalos. Y vosotros, ya que sois Magos, ¿pasaréis de largo
cuando lleguéis a las poblaciones y ciudades donde viven mis niños, en medio de
la pobreza y la miseria?
De manera muy
especial me dirijo a su Alteza Baltasar de África: tu color negro y tu sonrisa
amplia me hacen pensar y sentir que sabrás convencer a los otros dos Reyes
Magos. Diles que mientras no se respete la vida, y haya niños que mueren de
hambre y de enfermedades que con generosidad creativa se solucionarían, el
reparto de juguetes a los “niños-bien” se convierte en una comedia que aumenta
el dolor en el Mundo.
Majestad
Baltasar: tú llevaste al Niño de Belén la mirra como presente, para ser
embalsamado a su muerte. Todavía hoy mueren y sufren muchos niños. Tráenos la
mirra del cariño y del amor, para que nadie muera antes de tiempo.
Majestad
Melchor: tú llevaste oro al Niño Jesús. Tráenos el oro del amor, para que
tengamos "un corazón de oro", lleno de amor por los demás.
Majestad Gaspar:
tú trajiste incienso al Niño que era también Dios. Tráenos el incienso de una
vida consciente de la mirada amorosa del Padre, que no es sino puro amor.
Hasta aquí mi
carta. Para mí sólo os pido que aumentéis mi deseo de darme a la gente que Dios
pone a mi lado, mientras sondeo, contemplo y sigo la estrella que vosotros
seguisteis.
¡Hasta el año que viene!
LETTER OF A MISSIONARY TO THE
WISE MEN FROM THE EAST
Fernando Negro Marco, Sch.P.
“Dear Magi, Melchior, Gaspar and Balthasar:
As a little child, so I send to you my yearly letter, for although I
am a grown-up, I still nest in my soul, that mischievous and good-natured
child, that I am within.
Psychologists say that we go from childhood to adulthood, when our way
of loving ceases to be possessive and selfish, and become generous, in
self-donation to others. In this sense, I feel like a child too, for my love
is not yet entirely free and generous.
Well, here I am, a Piarist Missionary, excited
about the wonderful vocation God has given me.
Children of the mission where I live, do not have
Magic Kings, they do not brush their shoes, or fill them with barley or grass
for the camels to eat. They don’t rise at dawn with the heart in suspense, to
see and grasp the toys that you distribute to other children, as in the USA or
Europe.
They are touched, from birth, by poverty and
misery, in an unjust system, sustained by lack of solidarity from the so-called
"First world" or "Developed World”.
My children go hungry, barefoot, and do not
possess valuable things. Nevertheless
(O, sheer wonder!) they never erase from their lips the beautiful painted smile
of their faces.
Dear Magi, I send this yearly letter, on behalf of these children, and
others that in South America, Asia, Africa... and in other parts of the world,
cannot dream to have even the leftovers of what others have.
On behalf of the children of the so-called "Third World",
(there is only ONE beautiful world), I ask you for:
- the daily bread that we ask to the Father, in the prayer Jesus
taught us to pray. Bread is not a 'gift' from the powerful, but the right
of every human being, especially the poor.
- Many more hearts and voices, in love with the Good News, who dare
to “burn their ships”, to announce that Jesus is alive. We need many, and
good missionaries.
- Justice that is not
bought with money and corruption; justice which is the sister of love and
truth. Only from here, peace will be born. Peace must be expressed in a
system of democracy. Dear ‘Wise Kings’, bringing democracy where there is
intolerance, fundamentalism, narcotrafficking, corruption and
dictatorship, are an oppressive banner.
- Schools and teachers, for, "If by dawn is known the day, and the
roots of a tree by its fruits, it will be through education and culture,
that the “new man” will also be born" (St. Joseph Calasanz). More schools, and less weapons and
military centers!
My dear friends, your Majesties, the “Magi from the East", I do
not ask for toys nor expensive things. I ask the basics for what is justly
needed. For example, in Spain, each child will receive an average of 300 euros
in gifts. And you, dear Wise men, will pass by when you arrive to towns and
cities where my children live, amidst of poverty and misery?
I especially address now His Highness Balthasar from Africa, for your
black skin and your wide smile, lead me to think and feel that you know how to
persuade the other two Kings. Tell them that, without respect of life, that
whole children die of hunger and diseases that could be easily healed with
generous creativity, the sharing of gifts to "rich children", becomes
a tragic comedy that increases pain in the world.
Your Majesty Balthasar, you took the myrrh as present, so that the
Child of Bethlehem be embalmed in his death. There are still many children
dying and suffering. Bring but the myrrh of affection and love, so that they
may not die before time.
Your Majesty Melchior, you brought gold to the Child Jesus. Bring us
the gold of love, so that we all may have "a golden heart ", full of
love for others.
Your Majesty Gaspar, you presented incense to the Child Jesus, who was
also God. Bring the incense of a loving awareness of our Father, who is only
Love.
As for me, I only ask that you increase my desire to offer myself to
others, while I try to observe, contemplate and read the paths of my life,
trying to follow the Star that guided you too.
We see next year again!”
Fernando Negro Marco, Sch.P.