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Reseña: Cómo seducir a un millonario

13 febrero 2015

Megan Mulry/ R. Contemporáneo/ Plaza & Janés
Abigail Heyworth, hermana del decimonoveno duque de Northrop, tiene acostumbrada a su familia y amigos a los dictados de su corazón rebelde y aventurero, y hace tiempo que a ninguno de ellos le sorprende su estilo de vida. Pero últimamente es la propia Abby quien no consigue comprenderse a sí misma. ¿Cómo es posible que alguien como ella, una hippie de la cabeza a los pies, se sienta atraída por Eliot Cranbook, un magnate estadounidense del mundo de la moda que le lleva diez años? Tal vez la culpa la tuvo la isla del Caribe donde su hermano celebró su boda y cuyo entorno paradisíaco compartieron durante unos días los invitados. Allí fue donde ambos conectaron pese a ser tan distintos, donde Abby decidió robar un beso de los labios de Eliot, y donde se dio cuenta de que se abría ante ella todo un mundo de deliciosas perspectivas para el que quizá no estaba preparada. Megan Mulry vuelve con una encantadora nueva historia romántica sobre una relación tan improbable como apasionada.Cómo seducir a un millonario nos lleva desde la sofisticación y el glamour de París y Londres hasta la opulencia de un aristocrático castillo escocés de la mano de una pareja irresistible.
La trilogía Amantes reales me ha encantado. Cuando la comencé, allá por el 2013 con Cómo ligar con un duque, me espera una historia diferente, más superficial y tópica, pero lo cierto es que la autora logra sorprenderte con tres historias intensas, frescas, divertidas y más profundas de lo que los títulos dan a entender. Espero que la editorial siga los pasos de la autora y nos traigan más títulos suyos.

Abby ha sido siempre la rebelde de la familia, se ha alejado del fastuoso hogar y ha dejado de lado los privilegios que le corresponden como miembro de la aristocracia para dedicarse ayudar a los más necesitados. Y, para colmo, ha mantenido una relación de diez años con una mujer. Pero ahora Abby se encuentra en una delicada situación: ha roto con su pareja, no sabe a qué dedicarse y se siente atraída por un hombre, Eliot. Es el momento de tomar decisiones: qué hacer con su fortuna, a qué dedicar su tiempo, qué siente realmente por Eliot...

Si digo que la historia me ha gustado, me quedo corta. La he disfrutado muchísimo, me lo ha hecho pasar muy bien y me ha dejado con una agradable sensación. La historia empieza con mucha fuerza, con uno de esos romances que tanto me gusta, lento, intenso y muy rosa. Eliot es un verdadero encanto, es capaz de enamorarte con su paciencia y detalles, muy dulce y romántico, seguro de sí mismo, Su forma de tratar a Abby, como ha sabido leerla, esperar el momento adecuado y poner los intereses de ella por delante de los suyos me ha parecido conmovedor. El personaje no es siempre constante en esto, tiene una mala época, pero en todo momento es respetuoso y tiene muy claros sus sentimientos por Abby. En cuanto a ella, no me ha parecido la típica protagonista de novela romántica. Me han gustado sus conflictos y errores, lo mismo que su rechazo a las etiquetas y sus problemas para preocuparse de sí misma y no solo de los demás. Me parece que hacen una pareja perfecta, entregada, dulce, inocente...

La historia esta divida en dos partes, la primera es mucho más tierna y azucarada, mientras que la segunda está marcada por los problemas y marca un cambio en los personajes, La autora ha trabajado bien su trama, ha sabido dar profundidad a los sentimientos de los personajes, les ha dado credibilidad y ha logrado que me sienta completamente enganchada a la historia. Me gusta mucho su estilo, elegante y elaborado y a la vez ágil, detallista y cuidado. La autora tiene la habilidad de elaborar una historia cuyo único ingrediente es el amor sin que resulte ésta repetitiva, sabe siempre que parte ofrecernos, que vuelta necesita la historia.
Megan Mulry y su trilogía Amantes reales ha sido todo un descubrimiento. En su última entrega, Cómo seducir a un millonario volvemos a encontrarnos con una historia fresca, intensa, adictiva, profunda y muy romántica. Sus protagonistas resultan muy interesantes, Eliot te roba el corazón y Abby sabe ganarse tu cariño. Y no me olvido de las otras parejas, Bronte y Max y Sarah y Devon, que nos roban más de una sonrisa.

Reseña: Cómo conquistar a un lord

19 enero 2014

Cómo conquistar a un lord
Autora: Megan Mulry                   Género: R. Contemporáneo
Editorial: Plaza & Janés               Serie: 2º- Amantes reales
Sarah James, hija de un magnate de los negocios de Chicago, se trasladó a París durante la adolescencia. Allí se introdujo en el mundo del diseño y la moda y hoy, a los veinticinco años, es propietaria de una línea de calzado de lujo con el que sueñan muchas mujeres. Sarah ha pasado todo este tiempo centrada en su carrera, un poco acomplejada por su figura... y completamente virgen. Pero durante la boda de su mejor amiga con el decimonoveno duque de Northrop, conoce a alguien y decide que ha llegado el momento de cruzar esa frontera.

El elegido es lord Devon Heyworth, el hermano menor del novio, un joven muy apuesto con reputación de mujeriego que se apunta de buen grado al fin de semana de pasión «sin compromiso» que acuerda con Sarah. Sin embargo, lo que empieza como una aventura pasajera se convierte en algo más, y una serie de malentendidos amenaza con dejarlos a ambos con el corazón hecho añicos. ¿Conseguirán sus entrometidos amigos y familiares encarrilar la situación y permitir que el amor triunfe?
Megan Mulry logró sorprenderme con su primera novela, Cómo ligar con un duque, donde me encontré una historia más trabajada y profunda de lo que podría parecer a simple vista (título incluido). Y en esta segunda novela, Cómo conquistar a un lord, mantiene esa esencia y nos ofrece una novela divertida y fresca, no especialmente original, pero sí profunda, detallada y muy trabajada. Una novela romántica en la que el romance es el principal protagonista, pero sin dejar de lado la realidad.

Sarah James ha dejado de ser una joven promesa para convertirse en una diseñadora y empresaria de éxito, por fin sus exclusivos zapatos han llegado a las ciudades de moda más importantes del mundo. Ha puesto tanto empeño en cumplir su sueño que su vida sentimental ha quedado reducida a la nada. A su edad, aun es virgen y nunca ha tenido una relación, pero ha decidido que es el momento de desprenderse de esa incómoda etiqueta, y el elegido para tal menester no es otro que Devon Heyworth, el hermano pequeño del marido de su mejor amiga y a quien conocerá en la boda de la pareja. El trato es sencillo –e ideal para este delicioso lord–: un fin de semana de placer sin obligaciones ni recriminaciones. Pero la realidad siempre nos guarda sorpresas, y entre Sarah y Devon surgirá una atracción que va más allá de un divertido y excitante fin de semana.

¿Cómo puede funcionar una relación entre alguien tan centrada y trabajadora como Sarah y alguien tan despreocupado y vividor como Devon? Es más, ¿puede haber una relación seria entre ellos? Ella vive a caballo entre Chicago y Nueva York, a la vez que alterna viajes a capitales europeas, y su trabajo le ocupa más de doce horas al día. En cambio, Devon se dedica a viajar e irse de juerga con sus amigos y a aparecer en las reuniones sociales que le es imposible ignorar. Pero, como siempre, el protagonista nos tiene reservadas ciertas sorpresas, Devon es más que un guapo aristócrata que disfruta sin preocupaciones de su afortunada situación. Me ha gustado que la autora no haya tomado el camino más fácil y haya convertido la inocencia e inexperiencia de ella en el eje de los problemas de la pareja, que, por otro lado, son muchos. La atracción y química entre ellos es evidente (prueba de ellos son sus primeros intercambios, ingeniosos y con chispa), y de ahí se da un salto natural hacia una atracción más seria que muta en unos sentimientos deliciosos de presenciar, pero que provocan conflictos entre la pareja dado que la confianza no es aún uno de sus logros. A través de dudas, desconfianzas y miedos que les hacen huir y ser cobardes, la pareja logrará crear algo sólido, natural, intenso y pasional.

Tanto Sarah como Devon son personajes complejos y bien construidos, cada uno con sus carencias, miedos y deseos. Ella se ha convertido en una mujer independiente, no especialmente segura de sí misma, pero aún así triunfadora. Está algo acomplejada por su físico (cosa que no entiendo en absoluto, porque la chica es un bellezón que despierta muchas miradas apreciativas) y las palabras y gestos de Devon le ayudarán a verse a sí mismas con otros ojos. Me ha molestado un poco su tendencia a huir, y aunque he entendido el celo con el que trata su vida profesional, me ha parecido algo irracional en ese campo. Devon me ha conquistado de una forma sigilosa, dulce y lenta. Este tunante, un pícaro experto en el juego de la seducción, no es tan superficial como parece, tiene gestos tan cariñosos y románticos que es imposible no rendirse a sus pies (a pesar de sus imperfecciones)

También me han gustado las apariciones de Bronte y Max, los protagonistas del primer libro de la serie, y la nota de humor que la autora aporta a su visión elitista de la aristocracia. La novela no tiene un ritmo estable, hay momentos en los que el interés decae debido a la cobardía y obstinación de los personajes, aunque está narrada con agilidad y siempre mantiene tu interés.

Estoy deseando leer más cosas de Megan Mulry, quien ha sabido conquistarme con sus dos primera novelas, frescas, realistas y muy románticas.

Reseña: Cómo ligar con un duque

25 mayo 2013

Hoy os hablo de una novela que me entró por los ojos desde el primer momento, no por su preciosa cubierta y sino también por su argumento.

Cómo ligar con un duque
Autora: Megan Mulry                   Género: R. Contemporáneo
Editorial: Plaza & Janés               Serie: 1º- Amantes reales
Es muy posible que Bronte, una chica guapa, inteligente y ambiciosa, siga con tanto interés los vaivenes de la familia real británica para olvidar sus propios fracasos sentimentales. Para superar su última decepción amorosa, decide centrarse en su exitosa carrera de publicista. Pero un día, entre los atiborrados estantes de una librería, conoce a Max Heyworth, un hombre muy atractivo con un marcado acento británico.

Max está en Estados Unidos completando un posgrado y solo le quedan tres meses para terminarlo, así que Bronte decide disfrutar de una aventura corta y sin ataduras. Sin embargo, cuando Max tiene que volver a Inglaterra antes de lo previsto, no puede evitar declararle su amor a Bronte... Y por si fuera poco, ella no tarda en descubrir que su pretendiente no es ni más ni menos que ¡el hijo del decimoctavo duque de Northrop!

Todas las alarmas se disparan en la cabeza de Bronte: ¿será capaz de superar su pánico al compromiso? y... ¡más difícil todavía!: ¿será capaz de superarlo con un apuesto heredero inglés?

Con un título como Cómo ligar con un duque uno puede pensar que esta sea una novela divertida, fresca y ligera, pero la verdad es que no es este tipo de historia. Es mucho más profunda de lo que me esperaba y a pesar de ser un romance contemporáneo, tiene varios toques de narrativa femenina, y se centra mucho en la parte romántica (que es casi su único componente) pero es muy introspectiva en lo que a la protagonista se refiere.

Bronte está desconsolada. Siempre ha sido una mujer independiente y amante de su trabajo como publicista. Nunca ha arriesgado nada por amor y cuando lo hace le sale catastróficamente mal. Deja su vida en Nueva York, su trabajo, su apartamento y sus amigos, por seguir al hombre del que está enamorada, el Sr. Texas, y él no pone demasiado de su parte para hacer de su relación algo serio y duradero. Y poco tiempo después de haberse mudado a Chicago, se encuentra soltera de nuevo. Pasarán muchos meses hasta que vuelva a recobrar su alegría y empiece a comer en condiciones, momento en el que se encontrará con Max, un atractivo británico. Y aquí empieza la verdadera historia, centrada en la difícil relación entre Max, un duque irresistible, y Bronte, una mujer escarmentada que no quiere relaciones sentimentales y concibe a Max como su “Hombre de Transición”.

Bronte es un personaje complicado y bien construido, profunda y con demasiados fantasmas, que la han convertido en una persona desconfiada. Es una mujer independiente, fuerte, segura de sí misma y triunfadora, lo que ella piensa que debe ser una mujer de nuestro siglo. Pero, a la misma vez y por muy poco feminista que suene, en lo más profundo desea que la cuiden, la protejan y la mimen, pero no se atreve a reconocerlo. En muchos momentos me ha sacado de quicio con sus dudas y con la cantidad de obstáculos que le pone a su relación, parece dar un paso para delante y, al rato, dos para atrás. Es capaz de convertirse en una mujer fría y egoísta, que prefiere no arriesgarse a sufrir, aunque con ello se pierda la posibilidad de ser feliz.

Max es en muchos momentos el hombre ideal. Tiene una paciencia de santo con Bronte; es amable, cariñoso, respetuoso, educado, tierno, sensible… Aguanta las disparatadas ideas de Bron y sus cambios de humor (muy adolescente en algunos momentos) con una sonrisa y el deseo de ayudarla y estar con ella. Y, además, lee novela romántica. Bromas aparte, me ha gustado mucho como protagonista, aunque también tiene sus sombras, por supuesto.

La relación entre ellos es complicada y está marcada por las carencias y límite de ella. Pasan por muchos altibajos y tienen muchos tiras y aflojas. Me gusta que la autora haya narrado ciertos momentos en que en otras novelas se pasan de puntillas, que nos haya mostrado como fue la relación de Bronte con su última pareja, todos los debates internos a los que ella se tiene que enfrentar, los miedos que tiene ante el transcurso natural de cualquier relación, discusiones y enfados entre la pareja… No es una relación tan ideal como suelen ocurrir en la RA, sobre todo por culpa de las inseguridades y miedos de ella, pero sí muy intensa.  Me ha gustado la parte sexual de la historia, que es uno de los puntos de conexión más importantes de la pareja.

Pero además de los conflictos interpersonales y de pareja, la novela, que se centra en la relación entre los protagonistas, también abarca las realidades y traumas familiares de cada uno de ellos, que han tenido un papel fundamental para configurar su carácter. Y aunque no de manera extensa, también aparece en el libro la responsabilidad que tiene que asumir Max como miembro de la aristocracia, por la que Bronte siente una profunda curiosidad gracias a su amor por las novelas de Regencia y las revistas de cotilleos.

Los momentos en los que pareja está separada me han resultado menos interesantes, con menos intensidad, sobre todo en cierto momento, en el que no entiendo la forma de asumir el dolor de Bronte. Me ha sorprendido lo malhablada que es ella, que no para de decir tacos en toda la historia.

La autora tiene un estilo cuidado y elaborado y es muy buena reflejando los conflictos por los que pasan los protagonistas, sobre todo ella, que es a quien más conocemos. La novela resulta entretenida y engancha, no es especialmente original, pero a mí me ha convencido. Me ha gustado especialmente que la autora haya prestado atención a ciertos detalles que se obvian en muchas historias de amor RA, y que con ello haga que la relación entre Bronte y Max sea más realista y complicada.