A ti, mujer
A ti, mujer que un día descendiste al infierno, tu vida se vio truncada, rota y mellada. El miedo se aferró a tu vida, a tu alma, te encontrabas perdida en un laberinto del que no hallabas salida, y desertar era tu elección. A ti, mujer que al fin te ungiste de valor y coraje para encontrar la salida y vencer el temor. Ahora tu mirada es lúcida, transparente y cristalina, y te has convertido en reina. Reina en el cielo y en la tierra.