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miércoles, 20 de julio de 2011

IMM #28: deseo recibir todas las envidias de vuestros VAdictos corazones


Teniendo en cuenta que la foto es cutrísima porque casi no había luz, porque el flash es enemigo mortal de toda superficie reflectante, porque me entró el tembleque masivo en las manos y porque mi cámara nunca da la talla cuando se siente presionada, estas son las portadas:



Es decir, que tengo Bloodlines, que viene a ser esa portada tan hortera que hay en el medio y que es el primer libro de seis de la saga spin-off que está escribiendo Richelle Mead después de terminar hace ocho meses el sexto libro de Vampire Academy. (seis + seis = un montón de años entre el principio y el final). Aunque aparentemente todas las portadas de esta serie van a ser igual de horrorosas (la de The Golden Lily, segundo libro con fecha de 2012, aquí a la derecha, no parece suponer ninguna mejoría con respecto a la primera), tengo ganas de empezar a leer. Solo me contengo porque ya estoy leyendo otros tres libros a la vez, y quiero terminar alguno antes de empezar con Bloodlines.

Así que dejo que me envidiéis.

Seré acogedor recipiente de todas vuestras envidias VAdictas.

Y disfrutaré cada momento.

Si ya acabasteis de leer los seis libros de Vampire Academy, podéis superar vuestros propios nervios leyendo aquí el primer capítulo (en inglés) de Bloodlines.

Si no terminasteis todavía Vampire Academy yo de vosotros no lo leería, porque los spoilers son tremendos.

Y si no habéis terminado Vampire Academy porque la intentáis leer en español y nadie se acuerda de vosotros, lo siento, c'est la vie, santa paciencia, qué porquería, no se le pueden pedir peras al olmo, esto es un asco. y mucha suerte.

Y ahora, sobre los otros dos libros del IMM:

  • Sombra, de Elena P. Melodia: segunda parte de Oscuridad, libro que me había gustado mucho hace un año y que reseñé aquí, para aquel al que pueda interesar. Misterio a medias paranormal con protagonista psicótica y personajes estrambóticos.
  • ¡Zas!, de Terry Pratchett: uno de los tres libros que me estoy leyendo en estos momentos, y probablemente el primero que termine, porque es el mejor de todos. Última entrega de la serie de la Guardia de Ankh-Morpork (y quizás una de las mejores, con todos mis respetos a ¡Voto a bríos!), y tal vez trigésimo novena del Mundodisco (o algo así). Nunca duele que Terry Pratchett sea un genio, pero tampoco duele que Paul Kidby sea un ilustrador magnífico.

Y para terminar, estos son los ganadores de las tres copias del sorteo de Mi hermana vive sobre la repisa de la chimenea:
  • LittleSwallow, de Zaragoza.
  • Delfina González, de Mieres.
  • Dovito, de Almería.

¡Enhorabuena a los tres!

Hubo 162 participantes en total, y en caso de que alguno de los ganadores no responda a mi email en un plazo de tiempo razonable (varios días, no seré maniática pero tampoco os olvidéis de mí), repetiré el sorteo de ese libro. Aquí abajo aparecen los números ganadores, y podéis descagar en este enlace la lista de participantes.


martes, 28 de junio de 2011

IMM #27: cuando las ranas crían pelo y yo escribo IMMs

Hace casi siete meses que no cuelgo un IMM, por lo que ya iba siendo hora. Además, había alguien en el chatbox de la barra lateral que me hacía sentir culpable de vez en cuando, y con "de vez en cuando" quiero decir cada dos meses o así. Por eso al final me puse a trabajar y, como ya me temía, recordar qué libros se suponía que eran nuevos y debía incluir en el IMM fue toda una hazaña, porque seis meses y tres semanas es un montón de tiempo. Así que, después de cinco intentos y treinta y dos fotos, al final he reunido un total de 17 libros. Eso debe de ser un récord personal mío, sobre todo teniendo en cuenta que solo compré 12 de esos diecisiete, y doce libros en siete meses son menos de dos libros al mes, lo que supone un número muy aceptable, y hasta pequeñito. Discreto, si me apuro un poco.



Uno por uno, en detalle, todos ellos:



  • Flores de sombra, de Sofía Rhei (con una firma y una dedicatoria preciosas y muy míassssssss). Reseña aquí, con cuatro estrellas largas.
  • Cuentos de Bereth #3: Los Versos del Destino, de Javier Ruescas. Tengo aquí la reseña de las dos primeras partes, pero este todavía no lo he leído.
  • Bajo la hiedra, de Elspeth Cooper (no es la edición final, por eso no tiene la portada bonita que le corresponde): todavía lo estoy leyendo. El libro está bastante bien, pero la letra minúscula y apretujada me está torturando la vista y la cabeza, y hasta hace dos días necesitaba los ojos para estudiar y el cerebro para memorizar, así que voy despacio.



Dos segundas partes de libros ya leídos y reseñados:
  • Exile, de Anne Osterlund. Es la segunda parte de Aurelia, y mejor libro que aquel.
  • Where She Went, de Gayle Forman. La continuación de Si decido quedarme, y aunque lo leí en francés, sinceramente, no es lo mismo (principalmente porque mi francés deja muchísimo que desear, pero también porque en la edición de nuestros vecinos no aparece ninguno de los chistes sobre franceses). No acabo de reseñarlo porque sería un spoiler terrorífico del final del primer libro.



  • Rules of survival, de Nancy Werlin: existe en castellano y se llama "Las reglas de la supervivencia de Matt". Lo he leído porque me lo habían recomendado varias veces y porque, en fin, es Nancy Werlin, y a mí me gusta mucho esa autora. Incluso reseñé un libro suyo en la noche de los tiempos.
  • School's out... forever, de James Patterson: segunda parte de The Angel Experiment, un libro futurista de aventuras con mutantes (no uno de esos futuristas ñoños y aburridos que tanto se venden ahora) que había reseñado hace unos meses.
  • Blessed, de Cynthia Leitich Smith: es el final de una trilogía de vampiros que me gustó más de lo que cabía esperar. Como el tercero se hizo de rogar mucho tiempo, los dos primeros libros habían salido a la venta hace varios años, y los reseñé los dos aquí (capítulos traducidos inclusive): Tantalize y Eternal. Como novedad que resulta de agradecer, en este caso la vida de los protagonistas no gira alrededor de ningún instituto. Sí, van al instituto, pero van en su tiempo libre, no en cada capítulo.



  • La huella de un beso, de Daniel Glattauer: aprovechando el tirón de Contra el viento del norte, reeditaron este hace unos meses. Debió de venderse bastante bien, porque el autor tira y además es pequeño y barato. Eso sí, no es tan bueno como aquel, pero es bastante entretenido y muy divertido a ratos. Sin más.
  • Mi hermana vive sobre la repisa de la chimenea, de Annabel Pitcher: fue una recomendación de Javier Ruescas que le agradezco mucho, y que me leí enseguida. Precioso. Simplemente precioso.
  • La agencia: una espía en casa, de Y.S. Lee: hay muy buenas críticas de este libro, cuyas primeras entregas se publicaron con Versátil en español hace tiempo, e Ifigenia me lo recomendó hace mucho. Aún no sé qué decir, porque todavía no lo he leído.



  • Cartas en el asunto, de Terry Pratchett: increíble, genial, fantástico, fabuloso, maravilloso, estupendo, alucinante, desternillante, perfecto. Hoy es mi primer día de vacaciones, así que debo empezar a escribir reseñas de nuevo.
  • La Verdad, de Terry Pratchett: lo compré después de que Cartas en el asunto me dejara con ganas de más, y aunque no es tan bueno como ese, merece la pena.
  • La excursión a Tindari y Un giro decisivo, de Andrea Camilleri: me parece que en la foto tendrían que aparecer otros dos libros más de la colección del comisario Montalbano, pero creo que mi madre se está leyendo uno y ha prestado el otro, así que no puedo sacarles fotos.

Y Melina Marchetta, Melina Marchetta, Melina Marchetta. Tengo ganas de más Melina Marchetta, pero hasta octubre de este año no podré leer nada nuevo (así que me he releído Finnikin of the Rock de cabo a rabo, incluso aunque no hace ni seis meses que lo conozco y la relectura es un gran privilegio que todavía no le he otorgado ni siquiera Al Libro).
  • The Piper's Son: es una secuela de uno de los libros anteriores de Melina Marchetta. En este caso pasaron algunos años y los protagonistas ya son veinteañeros.
  • Finnikin of the Rock: una maravilla, y, citándome a mí misma un poco más arriba: "increíble, genial, fantástico, fabuloso, maravilloso, estupendo, alucinante, perfecto".

Y para cerrar el post, os dejo el nombre de la persona que se lleva a casa Caperucita Roja, en el sorteo que organicé hace una semana: después de siete días y 103 participantes, random ha hablado, y la ganadora es Vuchita, de Vigo. ¡Enhorabuena!

martes, 20 de julio de 2010

IMM #20: In My Mailbox biespacial

Lo del título estúpido del post fue un capricho, y os pido disculpas. Pero en cualquier caso algo de biespacial sí que es, porque los libros están divididos en dos lugares distintos (secretos de las vacaciones) y no he podido juntarlos lo bastante para una foto. Hay distancias kilométricas que ni la mejor de las cámaras puede saltar.

No hay, por tanto, una única foto de familia, y seguro que me olvido de algo, pero de eso serán culpables los años, y contra eso no se puede hacer nada.

Le voy a dedicar un puñado de líneas a mi nuevo capricho/obsesión, las criaturas del señor Terry Pratchett, un genio inglés que trágicamente ha sido recientemente diagnosticado del mal de Alzheimer.



Ya me estoy terminado la saga de los guardias que empecé con ¡Voto a bríos!, y que ahora casi completo con ¡Guardias! ¡Guardias!, Hombres de armas, Pies de barro, El quinto elefante y Ronda de noche (que no se diga que no soy concienzuda con mis obsesiones, y de esta la única culpable fue Leara, autora de esa canción del silencio que espero no tardar demasiado en reseñar). Y de extra, Regimiento monstruoso, y mi portátil nuevo (que no ha podido ser naranja, porque esos sólo existen en google, pero seguro que así habría sido más feo que esta cosita blanca tan mona).



Además, también se suma al club Mort, de la saga de la Muerte. Como viene siendo habitual en las series del señor Pratchett (ya es la tercera vez que me pasa), la casualidad quiso que fuera el cuarto libro de la serie.

Sigo con otro autor fetiche, esta vez llamado John Green, del que siempre os debo una reseña más pero nunca acabo de cumplir mi palabra (mis pendientes se acumulan...). Este es su nuevo libro, escrito en colaboración con David Levithan y con una portada chupiguay llena de brillos tornasolados. Por casualidad, ¿sabíais que Buscando a Alaska fue publicado en México?



Cambio de tercio: tengo también Lovesick, de Jake Coburn, que además ya lo leí y me gustó mucho. Su portada sanguinolenta no engaña: es un drama, pero la sangre sobra. La chica es bulímica, el chico ex alcóholico... El prólogo me hace dudar aún de si está basado en hechos reales o no...

Los dos siguientes no los encontraréis en inglés todavía, y menos aún en español: Halo, de Alexandra Adornetto, y Matched, de Ally Condie. Los dos tienen mucho romance de por medio, y los dos tienen bonitas portadas que tristemente son más bonitas en pantalla que sobre el papel, especialmente en el caso de Halo, ya que a Matched lo salvan de ser cutre unos brillos futuristas del papel. La diferencia, evidentemente, es que uno va de ángeles no caídos que se enamoran y que hablarán dentro de poco el castellano, y el otro va de distopías un poco cursilonas.



Otro de fantasía con una portada que quita el hipo es Heartless, de Anne Elisabeth Stengl, y mi oso panda decidió nada más verlo que se venía conmigo en la maleta.



Como también vendrán los dos nuevos de Lauren Barnholdt, un par de comedias tituladas One night that changes everything y Watch me. Ya leí uno de esta autora hace siglos, y hasta le hice reseña y traduje un par de capítulos, pero la reseña es tan condenadamente mala y me da tanta vergüenza, que no voy a linkearla aquí.



Y, para terminar, los dos libros que casi olvido. Vinieron por bookmooch (con un poco de paciencia y una gran wishlist, todo acaba llegando al bookmooch, no hacen falta grandes requisitos y es gratis). Uno es Dreaming Anastasia, no me acuerdo de la autora y no voy a buscarla. El otro es Audrey, wait!, de Robin Benway (no tengo muy claro que robin sea chico o chica), y podéis encontrarlo en español con Anaya desde mayo.



Y colorín colorado, que tengáis una feliz lectura, a ser posible en la playa/calle/campo/debajo del sol/encima de la nieve...

sábado, 12 de junio de 2010

¡Voto a bríos! - Terry Pratchett - Reseña

Título: ¡Voto a bríos!

Título original: Jingo

Autor: Terry Pratchett

Editorial: Plaza & Janés

Sinopsis:

En el mundo imaginario que sirve de escenario a la saga de novelas homónimas escritas por Terry Pratchett, dos barcas de pesca discuten por la posesión de un caladero. De repente, una isla emerge del mar, y del asunto de los peces se pasará inmediatamente al de la soberanía. A partir de esta situación surrealista, Pratchett incide en la inutilidad de las guerras, la xenofobia, el racismo y el sexismo, con su inconfundible ironía y sus desbordante sentido del humor.


Sometiéndolo al juicio implacable de las estrellitas amarillas en peligro de extinción:


Sometiéndolo a juicio implacable, y punto:

Escribir una reseña de un libro tan bueno es horrorosamente difícil, pero me veo obligada a hacerlo por varios motivos, y no el menor de ellos es que me siento moralmente obligada a compartir este pedazo de buen humor/genialidad con los pobres desgraciados que no conocen a Terry Pratchett (como yo misma hasta hace tres semanas). Así que me voy a limitar a recomendarlo y mantenerme en la (ideal, deseable, casi inalcanzable) brevedad reseñil. Pero como soy todavía principiante en esto del Mundodisco, los expertos tendrán que disculparme si antes de hablar del libro lo presento un poco (esto podía ser una invitación a que me impidierais seguir haciendo más el ridículo, pero no caerá esa breva).

Este libro me llegó a través del book tour organizado por Leara, después de una más que insistente recomendación de Leara en persona. Y la primera vez que me habló de la saga de Mundodisco yo lo interpreté de forma un tanto literal, y me imaginé a John Travolta sudando sus trajes horteras en Fiebre del sábado noche, y no es que me apeteciera mucho leer libros sobre el tema, vamos. Así que no me parece algo demasiado exagerado explicar de qué va la cosa.

Mundodisco es una saga de un porrón de libros divididos en varias series, con la ventaja de que todos ellos (¿o casi todos?) se pueden leer por separado sin problemas. Todo tiene lugar en un mundo con forma de disco (de ahí el complicado nombre que se presta a confusiones...) sujeto sobre la espalda de cuatro elefantes gigantes que a su vez están de pie sobre una tortuga inmensa. Los definen como ciencia ficción, pero la verdad es que es una mezcla de fantasía con un montón de crítica social y humor por los cuatro costados.

¡Voto a bríos! pertenece a la saga (¿subsaga?) de la Guardia Nocturna, y, sencillamente, mejor no habría podido ser. Siempre pensé que los libros antibelicistas y anti-rracistas y anti-cualquier-cosa-en-general tenían tendencia a ser dramones en los que a alguien le faltaba un brazo o cinco parientes, pero este libro hizo que me tragara mis palabras (y tengo que decir que lo hice con mucho gusto). Tiene una deliciosa (ñam) ironía, carcajadas de página en página, personajes variopintos e inmejorables y asegura un rato más que bueno de lectura.

Entiendo que esta reseña no ha sido precisamente de las mejores que he escrito (esto es decir poco), pero siempre me pasa que cuanto mejor es el libro, peor es mi reseña, así que, siguiendo esta regla, si mis recomendaciones os parecen recomendables deberíais ir corriendo a la librería a comprar el libro (por autoestima que no sea). Yo por mi parte ya doy ejemplo, y Terry Pratchett volverá a aparecer en mi próximo IMM (¿en bolsillo, además? ¿por ocho euros nada más? ¿cómo no intentarlo?).

Y ahora me despido, con el comandante Vimes (si alguien conoce al comisario Montalbano, a mí se me parece una barbaridad) y el capitán Zanahoria (un inocentón enano de dos metros de altura: es adoptado).

—Excúseme, ¿quién es usted? —dijo Vimes, parpadeando cansadamente.

—¡No tengo que decírtelo, y no podrás sacármelo a golpes! —dijo el hombre sacando pecho.

—Oh, gracias por avisar —dijo Vimes—. Odio desperdiciar esfuerzo.

—Oh, hola, señor Wazir —dijo Zanahoria, apareciendo detrás de Vimes—. ¿Ha recibido mi nota acerca de ese libro?

Hubo uno de esos silencios que ocurren cuando todos tienen que reprogramar sus rostros.

Entonces Vimes dijo:


—¿Qué?

—El señor Wazir vende libros en la calle Widdy —dijo Zanahoria—. Solamente le pregunté por algunos libros de Klatch, ya sabe, y uno de los que me dio era El Huerto Perfumado o El Jardín de las Delicias. Y no me importó, porque los Klatchianos inventaron los jardines, señor, entonces pensé que podía ser una visión cultural muy útil. Entrar en la mente Klatchiana, esas cosas. Sólo que, eh... no era sobre jardines... eh... —y comenzó a sonrojarse.

—Sí, sí, está bien, tráelo de vuelta si quieres —dijo el señor Wazir, y parecía un poco raro.

—Pensé que usted debería saber en caso de que no... en caso de que venda... bueno... podría afectar a la gente impresionable, ya sabe, un libro como ese...


—Sí, bueno...

—La Cabo Angua estaba tan afectada que no pudo parar de reír —siguió Zanahoria.