Entre tantos libros de recetas, tanto blog, tanta página web de gastronomía, hay veces, que se me olvida de donde he sacado las recetas. Creo que esta ensalada en concreto la vi en Facebook, busqué el enlace y lo guardé. Es un video, de “Cocinando a mi manera”, donde explican como hacerla. Me gustó a primera vista. 

La ensalada es super sencilla, un poco entretenida, pero tampoco mucho y el resultado es espectacular: es preciosa y está deliciosa. Bien fresquita, resulta muy suave y podemos hacerla con los ingredientes que más nos gustan. Podemos sustituir el atún por gambas o por pollo, podemos añadir unos guisantes o unos espárragos, ponerle unas aceitunas, … Lo importante es montarla en capas y presionar bien cada capa, para que el corte quede perfecto. 

Es increíble cómo se le puede dar una vuelta a la tradicional ensaladilla rusa y sorprender a todos con una ensalada que parece otro plato: la ensalada mimosa. 

Ingredientes :

4 Patatas

4 Zanahorias

4 Huevos

200 gr de Atún en aceite

Mayonesa

Preparación :

Ponemos a cocer las patatas y las zanahorias en abundante agua con sal. Las dejaremos cocer a fuego medio hasta que estén tiernas. Para comprobarlo, las pincharemos con un palito de brocheta a los 20 minutos de estar hirviendo. Si se hacen unas antes que las otras, las iremos sacando y las pasamos por el grifo de agua fría para refrescarlas.

En un cacito aparte, cocemos los huevos 10 minutos. Cuando todo esté bien cocido y refrescado, los pelamos y los rallamos, tanto las patatas, las zanahorias, como los huevos. Estos últimos los rallaremos separando las claras de las yemas.

Cubrimos el fondo de un molde y las paredes con papel de horno y empezamos a montar la ensalada. La vamos a montar en capas, cada ingrediente por separado y entre capa y capa, pondremos siempre una capa muy fina de mayonesa. La mayonesa tiene que cubrir la capa inferior entera, pero no tiene que ser una capa espesa, al revés, cuanto más fina mejor, para que el resultado final no resulte muy pesado. Y al extender cada capa, la aplastaremos bien, alisando la superficie.

Las capas que he puesto en esta ensalada son: patata, atún, patata, zanahoria, patata, clara de huevo y yema de huevo. Y como he dicho antes, entre cada una de ellas, una capa fina de mayonesa. Metemos el molde al frigorífico, por lo menos tres o cuatro horas, para que se enfríe bien y se asiente. Así será más fácil desmoldarla.

Cuando la vayamos a comer, la desmoldamos y si nos apetece, decoramos un poco la superficie.

De todas las verduras de invierno, las dos que me cuesta más trabajo encontrar en el mercado, son las borrajas y los cardos. Son dos tipos de verdura que no se cultivan por esta zona, sobre todo por el clima, pero que si suelo encontrar en grandes superficies. 

Hoy en día, no encontrar en tu mercado algo no es mucho problema, porque por Internet se encuentra de todo, pero si que es verdad, que, en el caso de la verdura, el coste del porte, sube mucho el precio de la misma. Pero yo, si no la encuentro fresca, en el caso de la borraja y el cardo, los uso envasados o congelados. Por supuesto, no es lo mismo, pero es una solución. 

Hoy os presento una receta super sencilla, que se puede utilizar con otras muchas verduras (como en esta receta de acelgas) y que la autora de la misma, María del blog “Las recetas fáciles de María”, llama “a la riojana”. No tengo muy claro si el nombre de la receta es por el uso de la guindilla o simplemente porque en su casa, se prepara así. En cualquier caso, es una receta sencilla, que se prepara rápido y que resulta un plato de verduras delicioso. 

Ah! Por cierto, en esa misma receta, podéis encontrar la manera de limpiar las borrajas. Si no sabéis hacerlo, es imprescindible su lectura.

Ingredientes : 

1 kg de Borraja 

2 Patatas 

2 dientes de Ajo 

3 Guindillas Cayena 

Sal 

Pimentón agridulce de la Vera 

Aceite de Oliva virgen Extra 

Preparación : 

Si utilizamos borraja natural, lo primero que tenemos que hacer es limpiar bien la borraja y trocearla. Pelamos también las dos patatas y las cortamos en trozos. Ponemos agua abundante en una olla y la ponemos a calentar. Cuando rompa el hervor, añadimos sal y las borrajas y pasados 10 minutos, incorporamos las patatas. Dejamos que sigan hirviendo unos 20 minutos más, hasta que las patatas estén bien hechas y las borrajas tiernas. 

Yo he utilizado borraja envasada (de Gutarra), por lo tanto, he hervido solo las patatas, hasta que han estado bien tiernas y he escurrido bien las borrajas envasadas. 

Pelamos los dientes de ajo y los trituramos con el prensa ajos. Si lo preferimos, podemos usar el ajo laminado, pero a mi me gusta más así, triturado. Ponemos aceite en una sartén y freímos el ajo y las guindillas, hasta que empiecen a dorarse. Separamos la sartén del fuego y añadimos una cucharadita de pimentón de la Vera. Removemos bien, para disolver el pimentón. 

Volvemos a poner la sartén al fuego y añadimos la borraja y las patatas bien escurridas. Removemos bien para que toda la verdura se impregne del aceite y rehogamos todo junto durante 2 minutos. 

Servimos el plato inmediatamente, bien caliente.

La última semana de febrero estuvimos pasando unos días en Jaén capital. Fueron unos días estupendos y los dos últimos, tuvimos la suerte de disfrutar de esta ciudad con Ana María de “Cocinando entre olivos” y su familia. Esto es un lujo, porque Ana María es una jienense muy enamorada de su tierra y que sabe trasmitir su gusto por el arte, la historia, la tradición y la gastronomía de ésta. 

Creo que Jaén es una gran desconocida y la verdad es que tiene mucho que ofrecer. Es una ciudad de cuestas, de subidas y bajadas, con un centro histórico grande y relativamente bien cuidado. Con una catedral ESPECTACULAR y muchos otros edificios y calles que no hay que perderse. Arte, historia, monumentos, variedad, … 

En cuanto a su gastronomía, pudimos probar su variada oferta, de producto local y basada, sobre todo, en su tesoro principal: el aceite de oliva virgen extra. Hemos comido estupendamente y de todo lo que he probado, aparte de los churros, las patatas fritas, los dulces de convento, los desayunos de tostada con jamón y queso picados, los flamenquines, …. me quedo con los platos que probé en el restaurante “Mangas Verdes”. Impresionantes. 

Como podéis imaginar vine cargada de cosas: aceites de lujo, cerdo ibérico, flamenquines, madalenas, ochíos, trufas, bacalao, …. unos pocos libros y demás parientes. Y entre otras cosas, en el Mercado de Abastos (en el puesto de “Mayte y Antonio”), compré flamenquines variados y picadillo de cerdo (bueno, … y lomo, morcillas, lomo ibérico, …). El picadillo de cerdo es el relleno que se utiliza para hacer chorizos. Es un producto que se encuentra en muchas zonas de España y que se comercializa sin embutir. Me sorprendió encontrarlo en Jaén, porque siempre lo había visto por el norte y en Málaga ni se conoce. Una vez que lo había comprado, he visto que es un producto muy típico de esta provincia y que se puede preparar en casa. Más adelante os enlazo la receta. 

Lo comimos al día siguiente de volver del viaje y no lo dudé un momento: con patatas y huevos. Creo que esta es una de las mejores mezclas de la cocina española. La grasa del chorizo, con las patatas fritas y la yema líquida del huevo es una explosión de color y sabor, qué acompañada de un buen pan y una buena copa de vino, resulta ¡!insuperable!! Y por supuesto, todo frito con un buen aceite de oliva virgen extra, de Jaén.

Ingredientes : 

500 grs de Picadillo de Chorizo 

3 Patatas grandes 

8 Huevos 

Sal 

Aceite de Oliva Virgen Extra 

Perejil 

Preparación : 

Empezamos preparando las patatas porque es lo que más va a tardar. Las pelamos y las cortamos en dados de 1,5-2 cm de lado. Las salamos y las freímos en abundante aceite, empezando con una temperatura media, para que se hagan bien por dentro y terminando con el fuego más fuerte, para que se doren. No deben romperse, así que las moveremos con cuidado. Las escurrimos y las dejamos reservadas en un colador. 

Freímos el picadillo de chorizo en una sartén y cuando esté bien hecho y empiece a coger color, lo juntamos con las patatas fritas. 

En la misma sartén donde hemos frito las patatas y a fuego fuerte, freímos los huevos con sal, haciendo muy bien la clara, con puntillas y dejando la yema líquida. 

Servimos los huevos acompañados de la mezcla de patatas y picadillo de cerdo, espolvoreado con perejil picado. 

Si no encontramos el picadillo de cerdo en nuestra carnicería, podemos prepararlo nosotros mismos. Podéis hacerlo siguiendo la receta de Conxy, del blog “Gastro andalusí”. Es una receta de su abuela, muy sencilla de preparar y realmente deliciosa.

¡!Qué trabajito me ha costado arrancar el blog este año!!! Pero ya estoy otra vez por aquí y espero que sea capaz de mantener un mínimo de regularidad… 

Tengo muchas recetas pendientes de publicar, pero he querido empezar este año con una receta más de pollo. Creo que es lo que más comemos en mi casa, pollo. Nos gusta de todas formas y procuro variar mucho su preparación, para no aburrirnos nunca. Y cuando ya creemos que lo hemos probado todo, aparece otra receta diferente para cocinarlo… y ¡!casi siempre nos gusta!! 

Esta vez la receta es de Jamie Oliver. Una receta muy sencilla, como suelen ser casi todas las suyas y muy sabrosa. Un plato muy completo, que podemos preparar también con unas pechugas o unos muslos y que, siendo especiado, no resulta fuerte. Hay que probarlo.

Ingredientes : 

1 Pollo 

4 Patatas 

1 cucharadita de Cúrcuma en polvo 

1 cucharadita de Comino molido 

1 Limón 

Cilantro fresco 

1 Pimiento rojo 

Jengibre fresco 

Sal 

Aceite de Oliva Virgen Extra 

Preparación : 

Precalentamos el horno a 200ºC. Pelamos las patatas y las cortamos en trozos medianos, más o menos regulares. Lavamos el pimiento rojo y lo troceamos en cuadraditos más o menos de 2 centímetros. Cortamos un trozo de jengibre como de 2 centímetros, lo pelamos y lo rallamos. Picamos muy fino un puñado de cilantro. Rallamos la piel de medio limón y hacemos zumo con el mismo. 

Mezclamos en un bol la cúrcuma con el comino y le añadimos el limón rallado, el cilantro y el jengibre. Rociamos todo con el zumo de limón, añadimos sal y mezclamos bien. 

En otro recipiente mezclamos las patatas con el pimiento rojo y vertemos por encima la mitad de la mezcla anterior. Removemos bien para las patatas y el pimiento se impregnen bien de la salsa y queden bien cubiertos. Con la otra mitad de la salsa, cubrimos toda la superficie del pollo, ayudándonos con una brocha. 

Colocamos en el fondo de una cazuela la mezcla de patatas y ponemos el pollo encima. Metemos la cazuela al horno y dejamos que se cocine durante 1 hora y cuarto más o menos, dependiendo del tamaño del pollo, hasta que esté bien hecho por dentro. 

Cuando el pollo esté listo lo sacamos del horno, lo trinchamos y lo servimos acompañado de las patatas especiadas y unas rodajas de limón.

Me gusta buscar recetas diferentes por todas partes. Por Internet, lo mismo busco en los blogs de recetas, qué en páginas especializadas, qué en páginas de empresas del sector de hostelería o de restauración, qué por cualquier medio que me ofrezca recetas apetecibles para preparar en mi cocina. 

Y por supuesto, me encanta buscar recetas en libros…. ¡!tengo una biblioteca de más de 500 libros de cocina!! Tampoco me puedo olvidar de las revistas de cocina, que he tenido que dejar de acumular, ni de las recetas de revistas y periódicos que hemos ido recortando durante toda la vida y llenan cajas y cajas…. O de las recetas de programas de televisión que apuntas deprisa y corriendo y luego pasas a limpio o no… 

Bueno, pues hace unos días, ordenando cajones y armarios, apareció en mi casa una receta de Martín Berasategui, recortada del suplemento “El semanal” de El País, de no sé que año y muy bien doblada, guardada como un tesoro. En cuanto la leí, supe que nos iba a encantar, eran unas patatas muy de nuestro estilo. 

Y no defraudó, es un plato delicioso, suave, sabroso, que lo mismo sirve como primer plato, que, como guarnición de un plato de carne, ya sea asada o en salsa. Es una receta que recuerda al Gratin Dauphinoise o a la Tartiflette, pero en versión española. Se que la voy a repetir muchas veces y me ha parecido que es perfecta para acompañar cualquier plato de asado de navidad: un pavo, pollo, pulardas, capones y compañía… 

Ah!! Se me olvidaba, Martín Berasategui llama a estas patatas “Patatas cuajadas Mateo”…. él sabrá. 

Ingredientes : 

4 Patatas grandes 

150 gr. de Jamón serrano en lonchas 

1 Huevo 

250 ml. de Leche 

250 ml. de Nata 

Sal 

Pimienta Negra 

Aceite de Oliva Virgen Extra 

Preparación : 

Pelamos las patatas, las lavamos y las cortamos en dos o cuatro (dependiendo del tamaño) a lo largo de la patata. Cortamos cada trozo de patata en láminas no muy gruesas y las salamos. 

Ponemos una sartén al fuego con aceite suficiente para freír las patatas. Las freímos a fuego medio fuerte, hasta que se doren un poco. No hace falta que se hagan bien por dentro, porque luego se terminarán de hacer al horno. 

Cortamos las lonchas de jamón por la mitad y les damos unas vueltas en una sartén con un poco de aceite, lo justo para que se derrita la grasa y cojan un poco de color. 

Precalentamos el horno a 200ºC. Batimos en un bol el huevo, con la leche y la nata y los salpimentamos al gusto. Colocamos las patatas fritas en una fuente de horno y vertemos por encima la mitad de la mezcla de leche. Ponemos las lonchas de jamón por encima y regamos con el resto de la leche. 

Metemos la fuente al horno y dejamos que se cocine unos 30/25 minutos, hasta que las patatas estén bien hechas y el conjunto bien cuajado. Servimos las patatas bien calientes como plato principal o como guarnición de un asado o carne guisada.