jueves, 24 de junio de 2010
domingo, 20 de junio de 2010
A mí no me importa la VERDAD
si esa VERDAD me quema y dice que soy
una piececita sin valor y sin importancia.
A mí no me importa la VERDAD
si en su nombre me arrebatan los momentos
más intensos, si en su nombe
me tapan los ojos, si en su nombre
mi corazón queda borrado
del mapa.
A mí no me importa la VERDAD
si con ella se enredan mis ilusiones y me las
rompen y me las desprecian...
¿A quién le sirve la VERDAD si para él
no existe la felicidad, el calor de un beso
o la fuerza de un sueño?
A mí me importa un bledo la VERDAD
si me hiela las venas y si me rebaja a la categoría
de marioneta.
A mí no me importa la VERDAD.
Si con ella no consigo entenderme
y no consigo mirar y respirar y salir y encontrarme
y profundizar y bullir con mi vida sin
restricciones que
me resequen
sin piedad.
No quiero una VERDAD que no cuente
con el aquí y el ahora,
que no se detenga
en cada ser
ni le dé valor,
ni le dé
valor.
Esa no será mi verdad.
Será mi verdad aquella
que me permita mirar al espejo
y disfrutar con mis ojos y mis arrugas.
Aquella que tenga en cuenta lo que siento
y lo que me motiva y lo que
alegra mi corazón.
...aquella que pinte de verde mi jardín...
No, a mí no me importa la VERDAD con mayúsculas. Si con ella
no puedo equivocarme, si según sus normas no se me permite
pensar, pensar y sentir.
No, no quiero verdades
que para mí son falsas.
No. Mi cuerpo reclama
su derecho a latir.
Y mis ojos su derecho
a llorar.
Y yo, entero, el gozo de
encontrar, y vivir,
mi verdad.
Ximo Segarra
Foto: Mónica
domingo, 6 de junio de 2010
el sol naranja de un atardecer que trajo la caricia que
se adueñó de nosotros.
Tuve miedo, lo confieso mi amor
de verme sola, perderme en tu sombra y
hablar a la roca, la esfinge sorda...
...las dunas se mecieron con el viento, supe que
me perdería, otra vez.
En las arenas de mi instinto de alondra te formaste y,
surcando los vientos volé, sí, volé, sin llorar, lejos me fui.
Pero allende las ataduras de la presencia... el deseo crecía.
Vi tu cuerpo esculpido en mi horizonte y blasfemé:
"¡Maktub! ¡El destino lo escribimos nosotros!"
Se mecieron las dunas y entendí la señal.
En las arenas de mi mente te formaste, la luna dibujaba
descarada sueños herejes y te vi desde mi cielo negro,
te vi acostado en el lecho solitario de un río seco.
Y te vi llorar, mi amor, y me vi
llover y te vi mirar, te vi buscarme y
bajé hacia ti batiendo con mis nubes
millones de chispas.
En las arenas mojadas de nuestra piel
mil brotes de mar nacieron.
...una caricia fluye tranquila y sin pausa...
...hay un río que ríe hoy...
...y no sabría decirte si eres tú...
...o soy yo...
...quien hace navegar nuestras orillas...
...hasta el amanecer.
Andri Alba y Ximo Segarra
Hacía tiempo que no escribía una poesía
con otra persona y la experiencia ha sido
sorprendente y muy bonita. Por cierto,
si quieres dibujar en tu alma una sonrisa:
visita el blog de Andri: La escribiente mariposa
.
.
Nota: La fotografía que ilustra este post no es obra ni de Andri Alba ni de Ximo Segarra,
está tomada de internet, si el autor o autora de la misma considera que se vulneran
sus derechos de autor ruego que me lo comunique y la retiraré inmediatamente.
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