La primera impresión previa a ver Los Croods lleva a pensar que es una mezcla entre Los Picapiedra y Ice Age. Y resulta que lo es. De la primera transforma el prototipo de sus protagonistas y les lleva a un estado evolutivo diferente para convertirlos en auténticos cavernícolas. De la segunda, toma el viaje, la montaña rusa, la búsqueda de un lugar a salvo de la destrucción del mundo que se avecina. Pero, al final, y aunque siguiendo muchos lugares comunes, lo que queda es una película muy divertida, tanto en su historia como en sus personajes, en los principales y en los secundarios, con un nivel de animación bastante notable, en algunos momentos deslumbrante. Por supuesto, esta primera película de Dreamworks distribuida por Fox recorre los caminos más habituales del cine de animación moderno, conflictos familiares y personales ya vistos y las moralinas de siempre, pero Los Croods cumple con lo que prometen: diversión para toda la familia que confirma la buena línea que sigue el estudio en los últimos tiempos.
Admito que la mencionada mezcla no me llamaba mucho la atención. Veo a Los Picapiedra con demasiada nostalgia y Ice Age no se encuentra entre mis sagas de animación favoritas. Pero me gusta mucho el rumbo de Dreamworks en los últimos años, dejando los divertimentos más infantiles para sus sagas de protagonismo animal (Madagascar, Kung Fu Panda) y arriesgando algo más o, al menos, ofreciendo propuestas algo más diferentes en el resto de sus propuestas. Así, en poco más de tres años hemos podido ver Monstruos contra alienígenas, Cómo entrenar a tu dragón, Megamind y El origen de los Guardianes, títulos atractivos, mejores o peores, que se alejan de las temáticas más trilladas del cine de animación, que apuestan por la fantasía e incluso por la ciencia ficción y que buscan ir más allá de la típica historia de animalitos. Y llega Los Croods. Y aceptando las limitaciones que tiene de partida o el deseo de repetir algunas fórmulas que funcionan, sólo puedo decir cosas positivas sobre ella.
Primer mérito indiscutible: apenas siete personajes con diálogo en la película y unos cuantos bichos prehistóricos para reforzar la comedia. Los Croods (por cierto, error de traducción, ya que tendrían que haber sido los Crood) es una familia de cavernícolas, comandada por Grug, el padre de familia. Junto a él, su esposa, Ugga; su suegra, Gran; y sus tres hijos, Eep, Thunk y Sandy. La mayor de los tres, Eep, es ya una adolescente que sueña con ver el mundo que le rodea, en contra de los deseos de un sobreprotector padre, que entiende que no hay nada mejor que la seguridad de la caverna en la que vive toda la familia y que sólo abandona para conseguir comida. Pero la curiosidad de Eep hará que salga de la cueva sola y de noche. Y se topará con Chico, un muchacho algo más evolucionado con el que conecta de forma inmediata... después de que le enseñe el fuego. Y como la tierra tiembla el mundo se acerca a su fin, los Croods tendrán que afrontar el momentos más importante de sus vidas.
Segundo mérito, este más o menos discutible: la interacción entre los personajes es espléndida. Desde la historia de amor juvenil entre Eep y Chico, hasta los celos paternales de Grug, pasando por la divertida interacción del padre de familia con su suegra o la comicidad absurda (pero no estúpida) de Thunk. Quizá el personaje más intrascendente sea el de la madre, que no termina de encontrar el momento de lucimiento que sí tienen todos los demás, pero el conjunto es bastante efectivo. Y el uso de los animales como motores de la acción y de la comedia es perfecto. Y tercer mérito: visualmente es impresionante. Las escenas de destrucción volcánica son verdaderamente asombrosas y más dignas de una película de acción real, de esas que tanto gastan en efectos digitales que a veces parecen dibujos animados, que de una de animación como ésta. ¿El resultado? Una película divertida y emocionante, que usa con cierto el tópico de abrir la narración con un estilo de animación diferente y que se guarda una mínima broma final con una clase de los divertidos y coloristas (parte del riesgo del filme) animales que se cuelan en la historia.
Para acabar, propongo un debate que sé que tengo perdido de antemano. Obviamente, y siendo una película de dibujos animados más todavía, en España muy poca gente verá Los Croods en versión original. Sin embargo, para mí es necesario decir que de lo más destacable de la película es precisamente su reparto original. Una divertidísima Emma Stone muestra una espléndida química con Ryan Reynolds, y Nicolas Cage (sí, Nicolas Cage también está aquí) hace su mejor interpretación en años sin necesidad de que se le vea en pantalla. Dado el nivel que a veces sufrimos en el doblaje en España, y especialmente esa irritante tendencia de colocar a los famosos de turno para doblar películas de animación, me parece necesario insistir en que la voz es una parte esencial de la interpretación. ¿Y qué mejor forma de inculcar esa importancia a las generaciones futuras que viendo dibujos animados tal y como fueron concebidos? Lo sé, una batalla perdida de antemano, pero el gran trabajo de los protagonistas de Los Croods merecía que lo intentara de nuevo. En todo caso, asumo que el doblaje no se llevará por delante esta vez los muchos méritos de la cinta.