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Abuela
Mi abuela era pequeñita y con un nervio de apretar los dientes. Se quedó viuda en la guerra, cuando su marido prefirió irse con los milicianos a quedarse con su mujer y su hijo recién nacido. La última vez que le vieron fue a lomos de un caballo requisado.
Mi abuela comía gajos de naranja con mendrugos de pan, y decía que las mejores patatas que había probado eran las chirimoyas.
Si recuerdo las sopas de tomate que preparaba mi abuela se me saltan las lágrimas. Si me pongo a pensar en gallinas, o en los surcos de la huerta, o en olivos se me viene a la mente mi abuela, y parece que me acariciara.
Mi abuela decía feregorífico o faamacia en lugar de frigorífico o farmacia, pero ha sido una de las personas más sabias que he conocido. Era sabia no por lo que decía sino por lo que se callaba.
7 comentarios:
Yo tuve una abuela muy parecida a la tuya, nunca conseguimos que dijera "nevera".
Me encantó.
Con respecto a tu libro Parejas, he de decirte que lo leí de un tirón después de saborear "Carne de membrillo" Me quedo con esta historia, aunque las demás también me gustaron mucho.
No puedo decirte que me gustara menos ni más que Zeppelin, los dos los disfruté un montón, son de tu estilo y tu forma de escribir me entusiasma.
El libro llegó bien a la librería en la que lo encargué, tardó un poco más que Zeppelin, pero llegó.
Un abrazo José Manuel.
Qué bueno. Tu abuela se merece un relato entero, creo yo.
Un abrazo.
Bello...
Abrazos.
Muy grande, Martín. Me dejas asombrado con la capacidad que tienes para expresar un sentimiento con la mayor brevedad posible. Lo de la chirimoya es un lujo. Enhorabuena
Me alegro de que te gustara el libro, Mamen. Y también de que lo consiguieras con facilidad.
Parece que "Carne de membrillo" es de los preferidos por los que habéis leído el libro. La verdad es que es uno de los cuentos que más me costó escribir y que más veces rehice (junto con "El amor en el Mediterráneo").
Muchas gracias por leerlos, Mamen.
Conde: Sí se me había ocurrido escribir un relato con las peripecias de mi abuela y de la familia entera (todas las familias darían para eso), como una especie de saga en pequeñito, pero... No sé, ¡cuánto trabajo! Demasiado, pienso ahora, que es verano y hace mucho calor.
Manuel: Anda que mira quién habla de belleza... Menudos textos los tuyos.
Miguel: Gracias.
Afortunadamente puedes escaparte al ciber de vez en cuando para contarnos tus peripecias en la playa. Y los que te leemos, disfrutándolas.
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