Debo reseñar que últimamente el nivel de la judicatura ha descendido varios escalones. A los Letrados nos da vértigo entrar a resolver las controversias de nuestros clientes en sala. Desconozco cuál puede ser el motivo del descenso de calidad en muchos de los jueces y juezas que imparten la Justicia. La carga de trabajo, el hecho de que no pasen un examen psicológico o psiquiátrico para acceder a la profesión, el que hayan pasado tanto tiempo y tantas horas de decicación exclusiva al estudio de las leyes y se hayan perdido una de las partes más intensas de sus vidas....... No lo sé, pero el caso es que parte de las personas encargadas de administrar Justicia son unos verdaderos incompetentes. Faltan al respeto en sala, demuestran poco interés por los asuntos, te miran por encima del hombro, hay que solicitar audiencia para hablar con ellos, se creen intocables, en la posesión de la verdad absoluta y no se les puede contradecir, porque además iría en contra del interés de los clientes.
El caso es que el otro día, ojeando el dominical de "El País", me encontré con
este artículo de D. Javier Marías, que define perfectamente la situación de la Administración de Justicia actual, aunque por suerte, no engloba a todos los jueces y juezas, que también los hay muy profesionales, accesibles y competentes, aunque por desgracia, vengan siendo la excepción.
Cada día entiendo más la maldición gitana que dice "Así tengas juicios y los ganes"