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Con arma de escribano escribo sobre las tierras que jalonan las Castillas con montañas y secanos

lunes, 5 de julio de 2010

El morisco Ricote y el Valle de Ricote

Recordemos el capítulo LIV de la segunda parte del Quijote, tras la apresurada marcha del gobernador Sancho de su ínsula Barataria y de vuelta al palacio de los Duques para reencontrarse con don Quijote. Éste, se encuentra por el camino de regreso con un grupo de vagabundos extranjeros, de entre los cuales, se halla un viejo vecino del pueblo de Sancho: el morisco Ricote, recientemente expulsado de la Península.

Y es que en este capítulo Cervantes afronta la problemática de la expulsión de los moriscos - comunidades en su mayoría musulmanas, que profesaban falsamente la fe cristiana - ahora bien, si Cervantes defendía su expulsión o realiza una crítica velada a esta actuación, es algo que hoy día siguen debatiendo numerosos cervantistas. Sea como fuere aquí dejo los enlaces de las opiniones de Pedro Ojeda y Manuel de la Rosa"Tuccitano" al respecto.

Ricote y Sancho
Una confesión como lector
El Quijote y los moriscos

Pero ahora vayamos al asunto que quiero tratar aquí; y es que una vez más cómo sucediera anteriormente con el famoso ¡voto a Rus! Cervantes no escribe las cosas porque sí, casi siempre hay una intención y sus nombres o referencias tienen un sentido muy claro; y es por ello la razón de esta nueva entrada. Resulta que este morisco personaje de la novela: Ricote, se llamaba así, precisamente porque fueron los moriscos del valle del Ricote (Murcia) los últimos en ser expulsados de la Península y es más, fueron los moriscos ricoteños los últimos en salir precisamente por alegar su verdadera fe cristiana, por ello evitaron el decreto de expulsión de 1609, hasta que en 1614 se promulgase un nuevo decreto que directamente fue dirigido contra ellos.

No resulta por tanto extraño que Cervantes pusiera en boca de Ricote las quejas y lamentos reales de esos moriscos alegando ser ya más cristianos que musulmanes. El escritor conocería muy bien el caso, incluso pudo haber tratado con oficiales del reino que trataron ese asunto.

...Sancho, yo sé cierto que la Ricota mi hija y Francisca Ricota mi mujer son católicas cristianas, y aunque yo no lo soy tanto, todavía tengo más de cristiano que de moro, y ruego siempre a Dios me abra los ojos del entendimiento y me dé a conocer cómo le tengo de servir

En definitiva, encontramos en este capítulo LIV el resultado de una actuación política controvertida, hoy quizá criticada muy a ligera; y es que que al no ser tratada en su contexto histórico-político, la acción de aquel momento queda muy deformada a los ojos actuales. Conviene recordar que en la Europa de 1600 había un problema muy serio: el del Turco, que llegó a poner en asedio a la misma Viena por dos veces: 1529 y 1686, y cuyos piratas berberiscos asolaban las costas andaluzas y levantinas.
En opinión de un servidor e intuyo que Cervantes apuntaba en esa dirección con su capítulo, la crítica al fallo de los decretos de expulsión no venía tanto por echar a un colectivo levantisco -las Alpujarras 1568/71 - sino por no haber sabido distinguir a los moriscos verdaderamente asimilados de los no asimilados, los cuales, sí podían actuar como quinta columna ante el hipotético ataque de la armada turca desde el norte de África.


Mapa de Europa hacia 1600,puede verse que la amenaza del Imperio Otomano era seria.

...fue inspiración divina la que movió a Su Majestad a poner en efecto tan gallarda resolución, no porque todos fuésemos culpados, que algunos había cristianos firmes y verdaderos, pero eran tan pocos, que no se podían oponer a los que no lo eran , y no era bien criar la sierpe en el seno, teniendo los enemigos dentro de casa.


Para concluir quiero dejaros como regalo el enlace a una exposición virtual que viene al pelo con el capítulo tratado, se llama "1610 los moriscos en Castilla-la Mancha" aquí podréis ver documentos que reflejan la vida de los moriscos en los años previos a la expulsión, así como referentes a su definitiva salida.

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miércoles, 5 de mayo de 2010

¡Voto a Rus!

En esta entrada vamos a indagar en una enigmática expresión pronunciada en el capítulo XXV de la segunda parte del Quijote que, para muchos lectores pasa desapercibida, y aún más, para algunos estudiosos de la obra que al escribir sus notas en diferentes reediciones no le prestan la atención que debiere.

Pero antes de nada habría que recordar el momento de la acción: don Quijote y Sancho acompañados del primo del diestro licenciado -aparecido en el cap. XIX - se dirigían a pasar la noche a una ermita cuando encontraron por el camino a un personaje lleno de lanzas y alabardas, el cual, llamó la atención del protagonista:


-Buen hombre, deteneos, que parece que vais con más diligencia que ese macho ha menester.

-No me puedo detener, señor -respondió el hombre-, porque las armas que veis que aquí llevo han de servir mañana; y así, me es forzoso el no detenerme, y a Dios. Pero si quisiéredes saber para qué las llevo, en la venta que está más arriba de la ermita pienso alojar esta noche; y si es que hacéis este mesmo camino, allí me hallaréis, donde os contaré maravillas. Y a Dios otra vez.


Y como don Quijote era curioso y más en estas cosas de las armas, mandó partir a la venta sin descansar en la ermita, aunque antes hicieron una pequeña parada para beber un trago de agua. Finalmente nuestros amigos llegan a la venta y son conocedores de la historia "rebuznadora" que había detrás del personaje, tras lo cual, entra repentinamente un nuevo y extraño personaje a la venta:

...y, en esto, entró por la puerta de la venta un hombre todo vestido de camuza, medias, greguescos y jubón, y con voz levantada dijo:

-Señor huésped, ¿hay posada? Que viene aquí el mono adivino y el retablo de la libertad de Melisendra.

-¡Cuerpo de tal -dijo el ventero-, que aquí está el señor mase Pedro! ...


....................................................


...que ha muchos días que anda por esta Mancha de Aragón enseñando un retablo de Melisendra, libertada por el famoso don Gaiferos, que es una de las mejores y más bien representadas historias que de muchos años a esta parte en este reino se han visto. Trae asimismo consigo un mono de la más rara habilidad que se vio entre monos, ni se imaginó entre hombres, porque si le preguntan algo, está atento a lo que le preguntan y luego salta sobre los hombros de su amo, y, llegándosele al oído, le dice la respuesta de lo que le preguntan, y maese Pedro la declara luego; y de las cosas pasadas dice mucho más que de las que están por venir; y, aunque no todas veces acierta en todas, en las más no yerra, de modo que nos hace creer que tiene el diablo en el cuerpo.


Don Quijote con gran curiosidad decidió probar los tales poderes del mono y mandó a Sancho que le entregase los dos reales a maese Pedro, que respondió por el mono y dijo:

Señor, este animal no responde ni da noticia de las cosas que están por venir; de las pasadas sabe algo, y de las presentes, algún tanto.

¡Voto a Rus -dijo Sancho-
, no dé yo un ardite porque me digan lo que por mí ha pasado!; porque, ¿quién lo puede saber mejor que yo mesmo? Y pagar yo porque me digan lo que sé, sería una gran necedad; pero, pues sabe las cosas presentes, he aquí mis dos reales, y dígame el señor monísimo qué hace ahora mi mujer Teresa Panza, y en qué se entretiene....


Ahora hemos visto cómo Sancho lanza un juramento que en circunstancias normales habría tenido que ser: ¡voto a Dios! pero, ¿por qué ese voto a Rus?, ¿qué es Rus? o ¿mejor dicho dónde está Rus?

Pues bien, para averiguarlo vamos a prestar atención a dos elementos transcurridos en la acción descrita; primero hay que recordar que los protagonistas se dirigían a descansar a una ermita sin nombre, éste podría ser un dato más sin importancia en el caso de que no tuviéramos la segunda pieza de nuestro puzzle, y es una indicación geográfica muy clara del lugar de la región en la que se están moviendo en esos momentos los actores: ...que ha muchos días que anda por esta Mancha de Aragón.

Y buscando, y buscando una ermita y Rus en la región de la Mancha de Aragón (que se denomina a la parte oriental de la Mancha a caballo entre Albacete y Cuenca) la búsqueda da sus frutos. ¡Equilicua! encontramos en la Mancha conquense una ermita-santuario dedicada a la Virgen de Rus; y es que como bien indica la Real Academia de la Lengua: Rus es topónimo - riachuelo que pasa por San Clemente- y apellido manchego.

pueblos que pertenecen a la Mancha de Aragón o Montaragón (San Clemente al noroeste, click para ampliar)
Ermita de Rus en San Clemente (Cuenca)



Ya está resuelto el misterio de esa exclamación nada casual que Sancho dice. Cervantes una vez más juega al escondite con sus lectores, dejando pequeñas pistas de los lugares que visitan los personajes: Una ermita, la Mancha de Aragón y un ¡voto a Rus! son los elementos con los que esta vez nos deja intuir el lugar exacto de las aventuras ocurridas en esos capítulos.

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viernes, 25 de diciembre de 2009

En un lugar de... Aragón

En este nuevo acercamiento a la obra del Quijote vamos a rastrear algunos de los lugares que nuestra divertida pareja siguió por el viejo reino aragonés; lugares éstos, que si bien no están identificados de forma rotunda en la obra; desde luego el mayor consenso académico de los cervantistas, la sabiduría popular, y un poquito de imaginación por nuestra parte, nos ayudarán de una forma determinante en nuestra empresa viajera.

Y es que es bien sabido que don Quijote y Sancho hicieron su entrada por tierras aragonesas desde el sur, muy probablemente por Albarracín, tras haberse detenido en una alameda, donde ambos pasaron la noche. Desde allí, y dos días después, llegaron sin mayores contratiempos hasta las riberas del Ebro, huelga decir que nunca llegaron a entrar en la ilustrísima ciudad de Zaragoza por causas harto conocidas por todos.

Por sus pasos contados y por contar, dos días después que salieron de la alameda llegaron don Quijote y Sancho al río Ebro, y el verle fue de gran gusto a don Quijote, porque contempló y miró en él la amenidad de sus riberas, la claridad de sus aguas, el sosiego de su curso y la abundancia de sus líquidos cristales, cuya alegre vista renovó en su memoria mil amorosos pensamientos.


Sabemos que Cervantes debió conocer las tierras de Zaragoza y, la tradición atribuye que escribió varios capítulos durante una supuesta larga estancia que pasó en el palacio de los Duques de Villahermosa (Pedrola). Según se nos cuenta en la obra, poco después encontró don Quijote un pequeño barco que marcaría el inicio de la primera aventura en las tierras del Ebro.

Yendo, pues, desta manera, se le ofreció a la vista un pequeño barco sin remos ni otras jarcias algunas, que estaba atado en la orilla a un tronco de un árbol que en la ribera estaba. Miró don Quijote a todas partes, y no vio persona alguna


Tras el suceso del barco encantado que acabó con éste deshecho, y con don Quijote pagando los costes a unos pescadores que eran sus titulares. La pareja se apartó del río y entró en lo que parecía una especie de selva.

Sucedió, pues, que otro día, al poner del sol y al salir de una selva, tendió don Quijote la vista por un verde prado, y en lo último dél vio gente y, llegándose cerca, conoció que eran cazadores de altanería


Alameda cercana a al Ebro; ¿Acaso podrían ser los restos de esa selva negra que bien se citan el en Quijote?


Con respecto a los cazadores de altanería resultaron ser los Duques y algunos vasallos, los cuales estaban cazando; tras una aparatosa presentación con los Duques, que a esas alturas ya habían reconocido al de la Triste Figura por haber leído las aventuras de la primera parte, decidieron invitarlos a su casa-palacio o castillo para disfrutar más alegremente de la locura e ingenuidad de ambos.

Digo que venga el señor Caballero de los Leones a un castillo mío que está aquí cerca, donde se le hará el acogimiento que a tan alta persona se debe justamente, y el que yo y la duquesa solemos hacer a todos los caballeros andantes que a él llegan.


Casa-palacio de los Duques

Blasón de la entrada

Jardín interior


Escalera interior

Sobre este palacio cabría decir que data de mediados del siglo XVI y fue construido sobre un castillo anterior. En su fachada podemos admirar sus ladrillos de tipo mudéjar y la espaciosa puerta de nogal; posee además dos plantas, las cuales muestran rejería y balconaje de hierro tipo palacial. En su interior - al que no pude acceder actualmente por motivos varios - se encuentran diversas tapicerías, muebles ricos, y obras de arte, destaca aquí un hermoso jardín así como una escalera de tipo renacentista.
Pero sobre todo y con respecto a lo que nos interesa, hay que reseñar que en el palacio hay una presencia constante de objetos que rescatan la figura de don Quijote y Sancho junto a los Duques de la novela: libros, grabados e incluso una hermosa vajilla de 400 piezas con motivos del Quijote son algunas de las piezas alusorias que se pueden encontrar en tal ilustre morada.
Por otro lado la tradición del Quijote es algo que la propia casa nobiliar ha sabido recoger muy bien, ya que ellos mismos mantienen la creencia de que Cervantes estuvo en el palacio invitado por María Luisa de Aragón séptima Duquesa de Villahermosa, de hecho aún poseen una silla donde supuestamente un don Miguel inspirado, escribiría parte de los capítulos al respecto de Aragón.

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Hablado ya del palacio dejemos ahora Pedrola y a los Duques y vayamos a buscar la famosa ínsula Barataria, donde nuestro buen Sancho fue nombrado gobernador y actuó de juez ante diversos y disparatados casos.

Son muchos los que identifican a Alcalá de Ebro con esa ínsula Barataria; y es que en esta parte el curso del río se curva de tal forma que deja a la población casi formando una península la cual, cuando el río se desborda cerca la totalidad del casco urbano.

Vista del pueblo con el río Ebro.

Mirad amigo Sancho, respondió el Duque, lo que puedo dar os doy, que es una Insula hecha y derecha, redonda y bien proporcionada y sobremanera fértil y abundosa, donde si vos os sabéis dar maña, podéis con las riquezas de la tierra granjear las del cielo

................

Digo, pues, que con todo su acompañamiento llegó Sancho a un lugar de hasta mil vecinos, que era de los mejores que el duque tenía. Diéronle a entender que se llamaba la ínsula Barataria, o ya porque el lugar se llamaba Baratario, o ya por el barato con que se le había dado el gobierno. Al llegar a las puertas de la villa, que era cercada, salió el regimiento del pueblo a recebirle, tocaron las campanas y todos los vecinos dieron muestras de general alegría y con mucha pompa le llevaron a la iglesia mayor a dar gracias a Dios, y luego con algunas ridículas ceremonias le entregaron las llaves del pueblo y le admitieron por perpetuo gobernador de la ínsula Barataria..


Según nos cuenta la historia, una vez que Sancho tomó posesión del gobierno de la ínsula en la iglesia del lugar, éste fue llevado a la silla del juzgado donde presidió numerosos juicios y dictó sabias sentencias, para gran jolgorio de los asistentes.

El gobernador Sancho Panza se aposentó en un suntuoso palacio con su séquito de pajes, oficiales y un más que impertinente médico, el cual, le examinaba continuamente los alimentos que debía comer o no comer.
De la historia y restos de este palacio o castillo poco podemos contar; y es que hasta nuestros días tan sólo han llegado unos pocos vestigios de piedra no homogéneos. Con respecto a su función original, lo más probable es que sirviera para vigilar el paso de las barcas que por aquel entonces acarreaban sal y cereales desde poblaciones cercanas hasta Zaragoza. Más adelante en el tiempo concretamente en la Guerra de Sucesión, Felipe V mandó demoler el castillo, por esta razón hoy día nos es imposible reconocer su planta y tamaño ya que su lugar está ocupado por casas.

Volviendo a la obra recordar que teníamos a un Sancho gobernador que cumplía su séptima noche desde que accedió al cargo de gobernador.

...no harto de pan ni de vino, sino de juzgar y dar pareceres y de hacer estatutos y pragmáticas,...


Cuando un enorme estruendo le despertó; se trataba una vez más de otra desventura burlesca en donde éste tenía que liderar y hacer frente a una invasión en toda regla de la ínsula.

—¡Arma, arma, señor gobernador, arma, que han entrado infinitos enemigos en la ínsula, y somos perdidos si vuestra industria y valor no nos socorre!


Cuando acabó la pesada broma que apunto estuvo de cobrarse su salud, éste, viendo el amanecer armó a su olvidado y viejo asno y despidiéndose de su mayordomo, secretario, maestre sala y su querido doctor Pedro Recio, marchó para siempre del lugar que durante una semana gobernó e impartió justicia demostrando una gran sabiduría. - ¡cuán gran gobernador perdieron los Duques!

—Abrid camino, señores míos, y dejadme volver a mi antigua libertad: dejadme que vaya a buscar la vida pasada, para que me resucite de esta muerte presente. Yo no nací para ser gobernador ni para defender ínsulas ni ciudades de los enemigos que quisieren acometerlas. Mejor se me entiende a mí de arar y cavar, podar y ensarmentar las viñas, que de dar leyes ni de defender provincias ni reinos.


Empero algún buen recuerdo tuvo que dejar el breve gobernador Sancho Panza pues cuatrocientos años después los habitantes de la otrora Barataria, hoy llamada Alcalá de Ebro, decidieron levantar un hermoso monumento para mayor gloria de su gobernador.

Escultura de Sancho en Alcalá de Ebro

La obra en cuestión muestra a un reflexivo Sancho con su vara de mando en la mano izquierda. La estatua fue inaugurada en el siglo viejo, más concretamente el 8 de mayo de 1995, su autoría se debe al médico y escultor Carlos Pérez de Albéniz, esta hecha en bronce, pesa alrededor de cuatrocientos kilos, y costó unos tres millones de pesetas de la época.

A continuación y para concluir nuestro periplo aragonés dejo un vídeo donde todas vuestras mercedes podrán disfrutar del encanto de algunos de los lugares quijotescos mencionados anteriormente.




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Información extraída de;
Don Quijote en Aragón/ Zapater Alonso.--1ª ed.-- Zaragoza: Edit Ibercaja, 2005.--180p : il. col.; 12,5x18 cms.-- ISBN 84-8324-197-8

Por los caminos del Quijote/ José Guerrero Martín .-- 1ª ed .-- Salamanca: Junta de Castilla y León, 2004 .-- 350p : il. col.; 29x21 cm .-- ISBN 13-978-84-9718-167-9

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miércoles, 21 de octubre de 2009

La nueva Alcaná de Toledo y Cervantes

Un lugar mítico dentro de la historia toledana y relacionado directamente con la obra más insigne de Cervantes es: el desaparecido Alcaná.

Y es que en el capítulo IX de la primera parte del Quijote, el autor nos transporta a este viejo espacio de Toledo para encontrar solución al brusco corte sucedido en el capitulo anterior, y que iba a narrar el duro enfrentamiento que don Quijote mantenía con un escudero vizcaíno.

...estando yo un día en el Alcaná de Toledo, llegó un muchacho a vender unos cartapacios y papeles viejos a un sedero; y como soy aficionado a leer, aunque sean los papeles rotos de las calles, llevado de esta mi natural inclinación tomé un cartapacio de los que el muchacho vendía; vile con caracteres que conocí ser arábigos, y puesto que, aunque los conocía, no los sabía leer, anduve mirando si parecía por allí algún morisco aljamiado que los leyese; y no fue muy dificultoso hallar intérprete semejante, pues aunque le buscara de otra mejor y más antigua lengua le hallara.

En este mismo capítulo un poco más adelante podíamos descubrir que el verdadero narrador de las aventuras de don Quijote no era sino un historiador arábigo: Cide Hamete Benengeli, de tal forma que Cervantes, convertido en cierta manera en un personaje activo de la obra, tan sólo reproducía lo encontrado en los cartapacios del Alcaná toledano gracias a un traductor morisco.
Por tanto este recurso literario de un segundo narrador sirve para dar mayor verosimilitud a su novela y será harto utilizado por el escritor.

luego se me representó que aquellos cartapacios contenían la historia de Don Quijote. con esta imaginación le di priesa que leyese el principio; y haciéndolo así, volviendo de improviso el arábigo en castellano, dijo que decía: Historia de Don Quijote de la Mancha, escrita por Cide Hamete Benengeli, historiador arábigo.

Dicho lo cual, volvamos al principio de la entrada: "un lugar mítico dentro de la historia toledana"; y es que el fin de esta nueva entrada no es otro que el de mostrar a todos los lectores del Quijote parte del lugar que Cervantes eligió como escenario para su feliz hallazgo.
Situándonos primero, habría que decir que Alcaná es una palabra hebrea que significa feria o mercado, ya que en este lugar y en tiempos medievales se encontraba un ajetreado y abigarrado lugar de comercio con multitud de puestos, siendo conocido por aquel entonces como judería menor de Toledo.

Por tanto no resulta raro pensar que Cervantes, conocedor de este barrio -reducido sustancialmente hacia fines s-XVI- decidiera descubrir en unos papeles viejos que iban a ser vendidos a un sedero las aventuras de don Quijote; ya que en esta Alcaná estaba el mercado de sedas que coincidió entonces con su gran florecimiento en la Ciudad Imperial.

A continuación daremos a conocer mediante una serie de imágenes algunas de esas calles que en los albores del s-XVII inspiraron al Príncipe de los Ingenios para crear a su arábigo narrador

Calle de las cordonerías


Calle de la Sal


Travesía de la Sal


Calle de la Sinagoga (recordar que fue la judería menor)


Callejón del Fraile


Plaza de las cuatro calles

Placa recordatorio del Alcaná

Espero que con estas imágenes todos aquellos que recuerden el episodio hayan avivado la imaginación recreando a un Cervantes curioso, que buscaba y leía con ademán distraído cualquier papel escrito que pudiera satisfacer su natural inclinación.

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jueves, 3 de septiembre de 2009

La Araucana y el Quijote

Una de las obras que los ávidos lectores del Quijote recordaremos por haberse salvado del "Del donoso y grande escrutinio que el cura y el barbero hicieron en la librería de nuestro ingenioso hidalgo" fue La Araucana

Edición de La Araucana

Ahora bien, cabría preguntarse por qué Cervantes decidió salvar a esta obra de la quema. Huelga decir que la Araucana es aún hoy el más grande poema épico castellano escrito sobre la conquista de América. Por tanto a nuestro autor, gran conocedor de la literatura épica y caballeresca de su época, no se le habría pasado por alto la gran calidad del texto de Ercilla; y por tanto que ésta se salvara de arder junto a otras obras como "La Austriada" de Juan Rufo y "El Monserrat" de Cristóbal de Virués en el famoso escrutinio de los libros, no resultaría en nada extraño. Con ello Cervantes quería dejar a entender al respecto de las mismas:

"Todos estos tres libros -dijo el cura- son los mejores que en verso heroico en lengua castellana están escritos, y pueden competir con los más famosos de Italia; guárdense con las más ricas prendas de poesía que tiene España."

Dicho lo anterior, y antes de pasar a buscar las conexiones entre la obra del Quijote y la Araucana, vamos a reseñar brevemente la obra de Ercilla.

- La Araucana -

  • Su autor hasta escribir la Araucana
Alonso de Ercilla (1533-1594) fue un solado y poeta castellano de orgulloso origen vizcaíno. Su padre don Fortún Ercilla y Arteaga fue miembro del Consejo de Castilla y caballero de la orden de Santiago, al igual que su hijo. Su madre, doña Leonor de Zúñiga, enviudó cuando Alonso tenía un año de edad, siendo en cierta forma compensada por la perdida de su marido con el nombramiento, poco después, de guardadamas de la emperatriz Isabel. Este afortunado nombramiento llevó a Ercilla a acostumbrarse prontamente de la vida y maneras de la corte.

Alonso de Ercilla

Ercilla entró pronto al servicio del príncipe Felipe en calidad de paje; estudio el arte de las letras y de las armas, cuyos oficios ejerció con esmero. A los quince años marchó de Castilla y fue un habitual de recepciones y comitivas de ilustres. Tanto es así que cuando Felipe marchó a Inglaterra para casarse con la soberana inglesa María Tudor en 1554 éste le acompañó.

Don Alonso de Ercilla contaba con veintiún años cuando decidió partir a Chile junto al recién nombrado gobernador Jerónimo Alderete que marchó para sofocar una peligrosa rebelión de indígenas en la cual, el anterior gobernador de la región, Pedro de Valdivia, había perdido la vida sangrientamente.

Allí conoció de primera mano las tácticas bélicas de los indígenas araucanos, a los cuales bien tuvo que combatir y que tan dura guerra dieron a los colonos durante varios siglos.

Tras el final de la contienda hacía fines de 1558 o comienzos del 59 volvió a Perú donde según nos cuenta el autor, se sumo a una expedición que tenía por misión capturar al traidor Lope de Aguirre 1561. Finalizadas sus aventuras por América y como Ercilla nunca mostró interés en convertirse en un encomendero o un hacendado, finalmente volvió a la Península en 1563 contando ya con veintinueve años.

A su regreso siguió sirviendo a Felipe II en una serie de viajes que le llevaron por Flandes, Austria, Inglaterra e Italia hasta que finalmente se dispuso a dar orden a la serie de ideas que tenía en viejos pliegos sobre los hechos acaecidos antes y durante su estancia en Chile.

Seis años, por tanto, pasaron desde que Ercilla regresara de América y se decidiera finalmente a publicar la primera parte de la que sería una de las más grandes obras de la épica moderna castellana.

  • La Araucana
La Araucana se divide en tres partes con treinta y siete Cantos en total publicadas en 1569, 1578 y 1589 respectivamente. En la obra se narra la conquista española de las tierras araucanas dentro del territorio chileno; cronológicamente se desarrolla desde el gobierno de Pedro de Valdivia y la gran rebelión del Arauco producida hacia 1553 hasta la primera derrota de los indígenas de la mano de don García Hurtado de Mendoza.

- En su primera parte (Cantos I-XV) se cuenta la rebelión de los araucanos y la serie de derrotas que los españoles sufren, culminando con la muerte de su gobernador antes referido. Entre los personajes que más destacan de esta parte sin duda Lautaro es el más famoso; la derrota de éste en el Canto XIV y la de sus compañeros en el XV junto a la esperada llegada de Ercilla cerraran la primera parte.

Imagen idealizada de Lautaro

- En la segunda parte (Cantos XVI-XXIX) Ercilla entra en escena, pues antes se narraron los hechos acaecidos antes de la llegada del autor a Chile; cabría resaltar aquí que en las intervenciones armadas de Ercilla, las victorias del campo castellano serán harto frecuente. Destacan los cantos dedicados a la batalla de San Quintín y de Lepanto. la intención de Alonso de Ercilla con la inclusión de la descripción de estas batallas era equiparar la guerra librada en ese confín del mundo con las grandes victorias del imperio de Felipe II.

- La tercera parte ( cantos XXX-XXXVII) es la más breve de la obra y donde la exaltación al Imperio es más evidente; entre los episodios más interesantes podemos encontrar la captura y ejecución del cacique Caupolican, sucesor de Lautaro; así como una última exploración de los españoles hasta la isla de Chiloé. En el último capítulo del poema se justifican los derechos al trono de Portugal de Felipe II.

La Araucana llega en ocasiones a mostrar momentos de gran contenido épico, un ejemplo lo tenemos en el duelo que dos grandes campeones (Rengo y Andrea) libraron en la última batalla de la primera parte.

de la misma manera el fiero Andrea,
cercado de los bárbaros venía;
pero de tal manera se rodea,
que gran camino con la espada abría;
crece el hervor, la grita pelea,
tanto que la más gente acudía,
he aquí a Rengo también ensangrentado,
que llega a la sazón por aquel lado

Y como dos mastines rodeados
de gozques importunos que, en llegando
a verse con los cerros erizados,
se van el uno al otro regañando,
así los dos guerreros señalados,
las inhumanas armas levantando,
se vienen a herir, pero el combate
quiero que al otro canto se dilate.

También tenemos otros momentos impactantes y emotivos, como la ejecución del sucesor de Lautaro: el caudillo Caupolican, el cual murió empalado

Esto dicho, y alzado el pie derecho,
aunque de las cadenas impedido,
dio tal coz al verdugo, que gran trecho
le echó rodando abajo malherido;
reprehendido el impaciente hecho,
y del súbito enojo reducido,
le sentaron después con poca ayuda
sobre la punta de la estaca aguda.

No el aguzado palo penetrante,
por más que las entrañas le rompiese
barrenándole el cuerpo, fue bastante
a que el dolor intenso se rindiese;
que con sereno término y semblante,
sin que labio ni ceja retorciese,
sosegado quedó de la manera
que si asestando en tálamo estuviera.

Otra característica destacable de la obra es la constante mención a referencias greco-latinas como pueden ser musas o dioses, un ejemplo lo tenemos en el CantoXVII cuando Belona, diosa romana de la guerra, se le aparece a Ercilla cuando dormía para mostrarle la batalla de San Quintín.

No bien al dulce sueño y al reposo
dejado el quebrantado cuerpo había,
cuando, oyendo un estruendo sonoroso,
que estremecer la tierra parecía
con gesto altivo y término furioso
delante una mujer se me ponía,
que luego vi en su talle y gran persona
ser la robusta y áspera Belona

Vestida de los pies a la cintura,
de la cintura a la cabeza armada
de una escamosa y lúcida armadura,
su escudo al brazo, al lado la ancha espada,
blandiendo en la derecha la asta dura,
de las horribles Furias rodeada,
el rostro airado, la color teñida,
toda de fuego bélico encendida.

- La Araucana y su relación con el Quijote -

Recordamos anteriormente que Cervantes gran conocedor de la literatura épica castellana, guardaría un gran aprecio por el enorme poema épico de Ercilla. Pues bien, ahora vamos a rastrear algunos elementos que nuestro ilustre escritor tomó de esta obra para incluirlas en el Quijote.

Una de las coincidencias más llamativas entre La Araucana y el Quijote la podemos ver al final de la segunda parte y comienzo de la tercera de La Araucana. Y es que Ercilla terminó su famosa segunda parte con un inconcluso combate entre dos de los guerreros araucanos protagonistas del poema.

¡Guarte, Rengo, que baja, guarda, guarda,
con gran rigor y furia acelerada
el golpe de la mano más gallarda
que jamás gobernó barbara espada!
Mas quien el fin deste combate aguarda
me perdone si dejo destroncada
la historia en este punto, porque creo
que así me esperara con más deseo

Al comienzo de la tercera parte, publicada once años después de la segunda, Ercilla se disculpó con cierto toque irónico por haber dejado tanto tiempo a sus guerreros con el brazo en alto:

Déjolo aquí indeciso, porque viendo
el brazo en alto a Tucapel alzado,
me culpo, me castigo y reprehendo
de haberle tanto tiempo así dejado;
pero a la historia y narración volviendo,
me oíste ya gritar a Rengo airado
que bajaba sobre él la fiera espada
por el gallardo brazo gobernada.

Seguro que este suceso ya ha sonado a los incondicionales lectores del Quijote; y en efecto, Cervantes copió este recurso literario cuando al final del capítulo VIII de la primera parte dejó al vizcaíno y a don Quijote con los brazos en alto:

Venía, pues, como se ha dicho, Don Quijote contra el cauto vizcaíno con la espada en alto, con determinación de abrirle por medio, y el vizcaíno le aguardaba asimismo, levantada la espada y aforrado con su almohada...

Y más adelante decía:

Pero está el daño de todo esto, que en este punto y término deja el autor de esta historia esta batalla, disculpándose que no halló más escrito destas hazañas...

Finalmente Cervantes vuelve a la historia del duelo entre el vizcaíno y don Quijote en el capítulo IX donde se realiza a su vez un claro guiño a la obra de La Araucana:

Dejamos en el anterior capítulo al valeroso vizcaíno y al famoso Don Quijote con las espadas altas y desnudas, en guisa de descargar dos furibundos fendientes, tales que si en lleno se acertaban...en aquel punto tan dudoso paró y quedó destroncada tan sabrosa historia .

Bien habéis podido observar como subrayado en negrita hay varias palabras coincidentes entre La Araucana y el Quijote, sin duda con la intención de que los lectores conocedores de la obra de Ercilla se dieran graciosa cuenta de este remedo. Pero aún hay más, y es que tampoco resulta extraño pensar que estos capítulos que han copiado a La Araucana sean protagonizados por un vizcaíno; y es que quiero recordar que nuestro Alonso de Ercilla era de origen vizcaíno, ¿casualidad? no lo creo.

Otra coincidencia entre La Araucana y el Quijote la podemos encontrar en el comienzo del capítulo XLIX de la segunda parte del Quijote

Dicen que en el propio original desta historia se lee que, llegando Cide Hamete a escribir este capítulo, no le tradujo su intérprete como él le había escrito, que fue un modo de queja que tuvo el moro de sí mismo, por haber tomado entre manos una historia tan seca y tan limitada como esta de don Quijote, por parecerle que siempre había de hablar dél y de Sancho, sin osar estenderse a otras digresiones y episodios más graves y más entretenidos;

En este prólogo Cervantes pone en boca de Cide Hamete la queja de escribir la historia verdadera sin ningún tipo de disgregación, lo cual, impedía desarrollar historias alternativas en la narración central de la obra. Y es que esta práctica no era nada extraña en la poesía-épica de la época; en definitiva se trataba una vez más, como era bien acostumbrado en el Quijote, de hacer una parodia al género de la época.

Pues bien, Ercilla ya introdujo en su prólogo a la segunda parte de La Araucana un lamento semejante:

La Araucana no muestra el trabajo que me cuesta, todavía escribir dos libros de materia tan áspera y de poca variedad, pues desde el principio hasta el fin no contiene sino una misma cosa, y haber de caminar siempre por el rigor de una verdad y camino tan desierto y estéril, paréceme que no habrá gusto que no se canse de seguirme

En este sentido Ercilla concibe su obra como histórica, y Cervantes evidentemente parodia el recurso; Pero habría que recordar que efectivamente, en el caso de La Araucana, ésta, fue considerada hasta comienzos del XIX, un texto histórico válido para conocer los primeros años de la conquista.

Ahora bien, huelga decir que Ercilla como buen poeta no respetó lo dicho en su prólogo, siendo bien famoso en el Canto XXVII, la descripción de las diferentes regiones del mundo que el fantástico mago Fitón realizó con su esfera mágica.

Y aún en su tercera parte, en el Canto XXVI, Ercilla se disculpa por contar sus aventuras en el Perú y haberse desviado de la historia principal con los siguientes versos:

¿Cómo me he divertido y voy a priesa del camino primero desviado? Por qué así me olvidé de la promesa y discurso del Arauco comenzado? Quiero volver a la dejada empresa si no teneís el gusto ya estragado; mas yo procuraré deciros cosas que valga por disculpa el ser gustosas.


Por mi parte poco más queda que contar; si bien es posible que existan algunas otras coincidencias entre las dos obras, un servidor no ha sido capaz de encontrarlas, ahora bien; sí que me gustaría recomendar a todos la lectura de la más que amena e impresionante obra de Ercilla, pues en lo que a mí respecta, tiempo ha que no disfrutaba tanto con una lectura de semejantes características.


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Información extraída de:

quijote_antologia/close.htm

La Araucana/ de Ercilla, Alonso; comentado por Concha de Salamanca .-- 6ª edición .-- Madrid: Aguilar S.A, 1968 .-- 885p.

La Araucana/ de Ercilla, Alonso; comentado por Isaías Lerner .-- 1ª edición .-- Madrid: Cátedra S.A, 1993 .-- 1026p.

Más sobre la obra:

http://www.cervantesvirtual.com/

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sábado, 1 de agosto de 2009

Las ventas de Cervantes y una historia de caciquismo

- Las ventas de Cervantes-

A continuación daremos un breve repaso por dos ventas claves en las obras de Cervantes que nos ayudarán a desentrañar la ubicación de la famosa Venta de don Quijote.

Empezamos reseñando la otrora Venta del Alcalde, conocida hoy día por Venta de la Inés, la cual, aparece ya mencionada por Cervantes en su popular novela "Rinconete y Cortadillo "
"A esta sazón pasaron acaso por el camino una tropa de caminantes a caballo, que iban a sestear a la Venta del Alcalde, que está media legua más adelante..."

La otra venta clave es la llamada: Venta del Molinillo, lugar éste, donde nuestros pícaros amigos comienzan su particular periplo.

"En la venta del Molinillo, que está puesta en los fines de los famosos campos de Alcudia, como vamos de Castilla a Andalucía, un día caluroso de verano..."

Dentro de las acostumbradas elucubraciones a las que unos y otros estudiosos cervantistas nos tienen acostumbrados a la hora de identificar los lugares naturales de esta obra fantástica. Aquí, concretamente nos encontramos con unos datos que raramente avalan tan tajantemente un lugar. Y es que la distancia indicada por Cervantes entre una y otra venta son exactamente las mismas que hoy día separan la Venta de la Inés y del Molinillo (Finca de la Pastora) - "que está media legua más adelante..."- Además, y éste es un detalle que no hay que pasar por alto, todos los lectores del Quijote recordaremos como casualmente en su capítulo XLVII de la primera parte se puede leer:

"El ventero se llegó al cura y le dio unos papeles , diciéndole que los había hallado en un aforro de la maleta donde se halló la Novela del Curioso impertinente, y que pues su dueño no había vuelto más por allí, que se los llevase todos, que pues él no sabía leer no los quería. El cura se lo agradeció, y abriéndolos luego, vio que al principio del escrito decía Novela de Rinconete y Cortadillo, por donde entendió ser alguna novela, y coligió que pues la del Curioso impertinente había sido buena, que también lo sería aquélla, pues podrían ser fuesen de un mismo autor..."

Antes de seguir hagamos un pequeño inciso recordando que las ventas se situaban en el Camino Real de Córdoba-Toledo, el cual, por aquel entonces era principal paso para transitar de tierras castellanas a andaluzas, hasta la apertura de Despeñaperros. Cervantes, por tanto, que trabajó varios años en Andalucía conocería harto sobrado todas las ventas que jalonaban el camino dando posada a los viajeros.

Volviendo a nuestro camino, valga la redundancia, no nos cabe la menor duda que el genial autor buscó aquí indicar la situación, un tanto velada, del lugar en el que se situaban las aventuras venteras de nuestros simpáticos amigos: don Quijote y Sancho Panza amén de las nuevas incorporaciones.

Con todos estos datos repasemos nuestras pistas: Por un lado tenemos la mención a la venta del Molinillo al comienzo del Rinconete y Cortadillo; por otro lado, la posterior mención a una ficticia autoperdida de los ejemplares de unas novelas cervantinas en la venta del Qujiote; y por último, y este es a nuestro entender el dato más revelador, se nos resalta claramente que en esa venta se encuentra la obra de los dos pícaros: Rinconete y Cortadillo, cuyas aventuras comienzan en un venta manchega ( la Venta del Molinillo).

Mapa indicativo de las ventas pinchar para ampliar.

Por tanto una vez más Cervantes sublima aquí su obra haciéndose en cierta forma partícipe de ésta, a la vez que entrelaza los personajes de su propia novela con otras obras por él anteriormente escritas y mentadas muy intencionadamente para indicarnos la situación de la susodicha venta. ¿Qué más podemos decir? Cervantes era un genio.

- Una historia de caciquismo -

Ahora pasaremos a describir un caso que a día de hoy se viene sucediendo en la llamada Venta de la Inés, la cual, cabría explicar primero se trata de la anteriormente citada Venta del Alcalde cuyo cambio de nombre se sucedió a fines del s-XVIII; y es que algunos estudios indican que a mediados del citado siglo la venta pertenecía a los mismos dueños de la Venta del Molinillo, pero unos años después fue adquirida por Inés Ruiz Castellanos que la dirigió más de treinta años y le dio el nombre que aun hoy conserva.

Desgraciadamente los sucesos que vienen perturbando a este lugar son más propios en las crónicas de hace cien años que en nuestro días. Y es que parece ser que en 1986 un propietario adinerado de Madrid se dedicó a comprar los terrenos colindantes de la Venta, sin embargo, los propietarios de ésta, se negaron a vender su hogar que había pertenecido a su familia varias generaciones atrás y allí, claro está, comenzó el follón: cortes de camino a la entrada de su hogar, caminos de acceso libre vallados deliberadamente - uno de ellos vía de acceso a unas pinturas rupestres - problemas con los suministros de luz, tuberías de barro con cientos de años destruidas fortuitamente para dejar sin agua a la familia de la venta, etc.

Sin embargo esta familia fue poco a poco consiguiendo los apoyos de diferentes individuos y asociaciones y su situación se fue haciendo eco entre la clase políticas de la región que, finalmente apoyaron la declaración del lugar y su interesante entorno natural como BIC (Bien de Interés Cultural), lo cual se había conseguido en noviembre de 2008. A pesar de todo la cosa no quedó así, y la declaración de BIC fue impugnada a comienzos de 2009 basándose en que tal declaración afectaba a la propiedad colindante, es decir, a las tierras que rodean la Venta de la Inés y cuyo propietario, ley en mano, debía ser informado con papeles de la tramitación del BIC, algo que no sucedió y que no deja de ser un error administrativo, cuando menos sorprendente.

Pero al final de la tormenta llegaron los claros, y es que el 30 de julio podíamos leer que por fin la Venta era declarada definitivamente como Bien de Interés Cultural, una buena noticia para la familia que posiblemente vea ahora remitir su acoso con la ley de su lado, y una buena noticia para todos los visitantes de sus parajes naturales y defensores del patrimonio cultural. ¡Enhorabuena!

En el vídeo que recogemos a continuación se denuncia la situación vivida por la familia de la Venta de la Inés con fecha de abril de 2009.



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Información de Las Ventas de Cervantes extraída de:

Por los caminos del Quijote/ José Guerrero Martín .- 1º ed .- Salamanca: Junta de Castilla y León, 2004

http://biblioteca2.uclm.

Sobre la situación de la Venta de la Inés:

http://www.lasextanoticias.com

http://www.miciudadreal.es

http://biblioteca2.uclm.es

Información sobre sus hermosos parajes:

http://valledealcudia.webcindario.com

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lunes, 6 de julio de 2009

Cervantes y el Quijote, las series

Hoy queremos presentar dos interesantes series televisivas que pertenecen a ese grupo de trabajos que hasta ha no pocos años eran muy comunes en nuestra parrilla televisiva, los cuales, buscaban como único fin entretener a la vez que formar culturalmente a los espectadores.

En primer lugar presentamos la serie de Cervantes, producida por TVE y dirigida por el director Alfonso Ungría en 1979.

La serie nos transporta a 1616 cuando un convaleciente Miguel de Cervantes languidece al cuidado de su sobrina Constanza. Cervantes recibe la visita de un joven licenciado admirador de su obra y cuyo único propósito es buscar apoyos para que el escritor reciba un merecido reconocimiento por parte del monarca. A partir de aquí distintos personajes, unos amigos, otros enemigos, nos irán descubriendo a través de sus recuerdos, los episodios más importantes de la vida del escritor. Descubriremos entre otros: los frustrados y reiterados intentos de escapar de su cautiverio de Argel; la excomunión que recibió por tomar trigo y cebada del cabildo de Sevilla sin las debidas licencias; o cómo conoció a Mateo Alemán - autor del Gúzman de Alfarache - en la cárcel andaluza.

Otro aspecto a resaltar de la colección son los diversos extras que contienen la serie; y es que los tres cd's que componen la colección contienen una entrevista al director, un documental sobre la Mancha, una obra de teatro protagonizada por Cervantes y una representación comentada del "licenciado vidriera".

Imagen de la caja por dentro

En definitiva nos encontramos con una serie de televisión que, acercándonos a la vida del Príncipe de los Ingenios, complementa bien esa lectura conjunta del Quijote que unos cuantos locos realizamos gracias a Internet hace ya más de un año.



En segundo lugar presentamos la serie de El Quijote, producida por TVE y dirigida por el director Manuel G. Aragón en 1990.

Huelga decir que se trata de la primera parte de la obra del Quijote donde, un extraordinario elenco de actores españoles interpretan en mayor o menor medida a los diferentes personajes del libro. Entre otros encontraremos un magnífico don Quijote interpretado por Fernando Rey; a Sancho interpretado por Alfredo Landa; a los geniales Francisco Merino y Manuel Alexandre haciendo de cura y barbero respectivamente; y a una joven Aitana Sánchez-Gijón haciendo de Dorotea.

Con respecto a la serie misma, podemos afirmar que gracias a su extensión permite contar de forma más coherente y lineal la primera parte del libro, empresa que, por razones evidentes, no han conseguido las diferentes adaptaciones cinematográficas anteriores. En otro orden de cosas, los extras aunque no tan abundantes como en los de la serie de Cervantes, si que muestran unas interesantes entrevistas a personajes ya fallecidos como Fernando Fernán Gómez o Camilo José Cela, el cual, habría que recordar era guionista de la serie.

Imagen de la caja por dentro

Por tanto y cómo comentábamos en la reseña anterior, se trata esta serie de otro estupendo complemento a la lectura, ya que - y esto es una opinión personal - el haber leído el libro primero, permite disfrutar mucho más de las aventuras del "loco" hidalgo en la pantalla de nuestros televisores.

Imagen de los dos packs de series

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miércoles, 27 de mayo de 2009

El Quijote, Garcilaso y el romancero.


- El Quijote -


Recordando la lectura del Quijote, encontramos un capítulo que a entender de muchos estudiosos, es clave para comprender la intencionalidad de la obra de Cervantes: se trataría nada menos que del capítulo 49.

Aquellos que hayan leído la obra recordarán que de vuelta a la aldea, cuando ya el pobre hidalgo se encontraba enjaulado, sucede una interesante plática entre don Quijote y el canónigo sobre las novelas de caballerías. Con un lúcido y artístico discurso el canónigo intenta convencer al hidalgo de la falsedad que contienen las novelas de caballerías, a la par que le recomienda la lectura de otras novelas que celebran las valientes hazañas de caballeros históricos.

...Y si todavía, llevado de su natural inclinación, quisiere leer libros de hazañas y de caballerías, lea en la Sacra Escritura el de los Jueces; que allí hallará verdades grandiosas y hechos tan verdaderos como valientes. Un Viriato tuvo Lusitania; un César, Roma; un Aníbal, Cartago; un Alejandro, Grecia; un conde Fernán González, Castilla; un Cid, Valencia; un Gonzalo Fernández, Andalucía; un Diego García de Paredes, Estremadura; un Garci Pérez de Vargas, Jerez; un Garcilaso, Toledo; un don Manuel de León, Sevilla, cuya lección de sus valerosos hechos puede entretener, enseñar, deleitar y admirar a los más altos ingenios que los leyeren...

Don Quijote responde al canónigo con un discurso donde defendía la autenticidad de héroes ficticios como Amadís o Tristán, a la vez que los equiparaba con otros históricos como Juan de Merlo o don Suero de Quiñones.

Admirado quedó el canónigo de oír la mezcla que don Quijote hacía de verdades y mentiras, y de ver la noticia que tenía de todas aquellas cosas tocantes y concernientes a los hechos de su andante caballería

En este punto hay que prestar especial atención al personaje del canónigo que aparece como un "discreto opinante" en materias literarias, y muy probablemente sea utilizado por Cervantes para poner en su boca las opiniones que tenía de tal género literario. El propio cervantista M. Riquer llega a afirmar en su estudio del Quijote que, en el discurso pronunciado por el canónigo podemos escuchar las propias palabras de Cervantes señalando el punto clave en la intención de su obra. Cervantes intentaría levantar la tradición heroica castellana, fiel a la historia y realidad en mayor o menor medida, frente a las disparatadas y exóticas novelas de los caballeros andantes. Y es que Cervantes, antiguo y destacado soldado en su juventud, lanza a sus contemporáneos un mensaje por el cual, aconseja aprender los ejemplos de heroísmo de los verdaderos caballeros frente a las hazañas de los héroes fabulosos.

Don Quijote diserta sobre los libros de caballerías. Edic. 1765, Madrid.

- Garcilaso -

Uno de los personajes anteriormente mencionados en el discurso del canónigo y puesto como ejemplo de caballero real frente a los fabulosos era el de Garcilaso.

..."un Garcilaso, Toledo"...

Ahora vamos a desentrañar quién era este personaje:

El Garcilaso que el canónigo menciona no debe confundirse con el famoso poeta toledano: Garcilaso de la Vega. Y es que en el caso que nos atañe hablaríamos de un Garcilaso protagonista de la Guerra de Granada y por tanto, una generación anterior a la del poeta.

Este Garcilaso es personaje activo en diversos romances que siguen las estelas de los romances viejos fronterizos, a pesar de su creación algo tardía, probablemente segunda mitad del XVI. El romance de Garcilaso de la Vega cuenta el duelo en el que un joven caballero de nombre Garcilaso se enfrenta a un enorme moro que ha mancillado la leyenda de la estela del "Ave María"

Aqueste perro, con befa,- en la cola del caballo
La sagrada Ave María - llevaba haciendo escarnio.

En este romance publicado en la segunda mitad del siglo XVI se mezclan historias de dos personajes con nombre homónimo pero dispares en el tiempo: por un lado tenemos la hazaña de Garcilaso y Gonzalo Ruiz de la Vega en la batalla de Salado (1340); y por otro el episodio del caballero Garcilaso que dio muerte en singular combate a un importante moro bajo el reinado de Enrique IV.

El romance finaliza con el reconocimiento del joven caballero Garcilaso, que tras dar muerte al moro que lo había menospreciado acaba recibiendo -de forma errónea - el apellido de la Vega, por librar la batalla en tal terreno.

Garcilaso de la Vega - desde allí se ha intitulado,
porque en la vega hiciera - campo con aquel pagano.

En la Historia de las guerras civiles de Granada su autor: Ginés Perez de Hita, afirma que el rey tras reconocer el apellido a Garcilaso mandó poner en sus armas la leyenda "Ave María" "por justa razon por aversela quitado"

Por último cabe hablar del Garcilaso histórico que luchó en la Guerra de Granada y era padre del famoso poeta toledano; llamado realmente Pedro Suárez de Figueroa cambió su nombre al de Garcilaso de la Vega; aunque no protagonizó ningún episodio heroico, si que destacó en la diplomacia castellana sirviendo de embajador en Roma para los reyes Católicos.

Escudo de armas de la Vega. Para ver más

- El romancero -

Volvamos de nuevo al capítulo 49 de la primera parte del Quijote. Recordamos aquí la intencionalidad que Cervantes buscaba al poner en boca del canónigo un discurso sobre las novelas de caballerías: Frente al caballero literario, Cervantes opone el caballero real.

Ahora bien, llegados a este punto cabría plantearnos una pregunta: ¿cuál es el elemento clave que hace que nuestro protagonista no sepa distinguir las novelas reales de las ficticias?. Pues bien, la cuestión de fondo la encontramos en el propio vocabulario castellano; y es que por aquel entonces no existía en nuestra lengua un término que diferenciara los libros de ficción de los libros de historia, ya que el termino novela no existía en el sentido de narración larga.

Este falta vendría de atrás en el tiempo; el término "roman" que en francés servía para describir esas novelas largas, en Castilla había servido para denominar un tipo de poesía narrativa de tradición oral que describía episodios épicos más o menos fantásticos: "el romance".

Esto llevó a nuestra lengua a denominar a algunos de los libros de caballerías fantásticos como "historias" o "crónicas", al igual que se hacían con biografías de personajes reales. De tal forma podíamos encontrar la Historia del invencible caballero don Olivante de Laura o la Crónica de Lepolemo, ficticias ellas, y la Historia del Emperador Carlos V o la Crónica del Gran Capitán, que narran sucesos reales.

En definitiva Cervantes denunciaría aquí, y con atino, que algunas mentes ingenuas o algo desquiciadas pudieran confundir ciertos sucesos épico-ficticios, con otros reales. No mucho tiempo después, con la publicación de las Novelas Ejemplares, el propio escritor será el primero en afirmar "...yo soy el primero que he novelado en lengua castellana, que las muchas novelas que en ella andan impresas, todas son traducidas de lenguas extranjeras, y éstas son mías propias, no imitadas y hurtadas", es decir Cervantes es el primero en novelar en castellano atendiendo al sentido moderno de la palabra.


Portada 1ªedic. de las Novelas Ejemplares



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Información extraída de:

- Para leer a Cervantes, edit El Acantilado 2003, Martín de Riquer.
- La fiesta de moros y cristianos en el Perú, Fondo Editorial 2005, Milena Cáceres Valderrama

Para leer el romance de Garcilaso en la Historia de las guerras civiles de Granada:

www.cervantesvirtual.com, pags 620-624

Para saber más sobre los romances fronterizos:

www.parnaseo.uv.es

Curiosidad:

El etnógrafo castellano Joaquín Díaz rescata el romance de Garcilaso de la Vega en su cd musical "Romances de la Reina Isabel"

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viernes, 17 de abril de 2009

Curiosidades del Quijote. ¿Sabías que...?

En este mes tan literato, cuando se cumplen 393 años de la muerte de nuestro escritor más universal: Miguel de Cervantes Saavedra. Me gustaría rescatar algunas de las curiosidades que a lo largo de la historia se han venido sucediendo entorno a la gran novela inigualada, madre de cuantas se han escrito en los últimos cuatro siglos en castellano.

¿Sabías que...?

- El primer intento de erigir un monumento a Cervantes fue obra del monarca invasor, José Bonaparte en 1809. Su primera idea era elevarla en Alcalá de Henares, y sería costeada por todas las ciudades del reino excepto por la propia Alcalá. Posteriormente cambió de idea y convocó un concurso público para erigir el monumento en Madrid en el solar de la casa donde había muerto. Sin embargo, las peripecias de su reinado vieron finalmente frustrados sus deseos.

Imagen de José I

¿Sabías que...?

- Mariano de Cavia, periodista y cervantista encargado entre otros, de organizar el III centenario del Quijote; realizó una divertida clasificación entorno a los estudiosos de Cervantes en "empedernidos y empecatados cervantólogos, cervantógrafos, cervantósofos, cervantólatras, cervantófilos, cervantómanos, cervantópatas y cervantópetas" que reflejaba según él, la tipología de los locos por el escritor en aquel momento.

¿Sabías que...?

- En 1969 Guillem Morey Mora publicó una obra donde afirmaba que el Greco era el auténtico autor de la obra del Quijote. Según éste, el Greco que sería realmente judío, escribió el manuscrito de la obra en arábigo bajo el seudónimo de Cide Hamete Benengeli sobre los años 1585 y 1590. Convertido el pintor después al cristianismo y decubierta la obra por la Inquisición, la abandonó bajo la promesa de la absolución. Tiempo después Cervantes la compraría en Toledo, mandaría traducirla y acabaría publicándola con retoques. De esta forma el verdadero autor, según Morey, se convertiría en un personaje más de su propio libro, ya que Cide Hamete no sería otro que Dominico Theotocópoli.

¿Sabías que...?

-Ninguno de los retratos que tenemos actualmente de Cervantes pueden asegurarse como auténticos. Si bien en su época, el mismo escritor afirma que Jáuregui estaba realizando uno; el actual retrato depositado en la Academia de la Lengua, no puede autentificarse de forma segura. Los principales argumentos en contra son los siguientes: el cuadro a pesar de ser un cuadro de la época, ha sido muy retocado, incluso en el siglo XX. Cervantes nunca se hizo llamar así mismo Don Miguel, sino Miguel y, Jáuregui no firmaba como Juan sino como Don Juan. Por último el tipo de leyendas del cuadro no eran harto frecuente en las pinturas de la época.

Retrato atribuido a Jáuregui

¿Sabías que...?

-El popular protagonista de la obra insigne de Cervantes ha llegado a convertirse en una de las figuras más reconocidas universalmente a simple vista.


¿Sabías que...?

-En una época donde poca gente sabía leer, las viñetas de las llamadas "aleluyas" fueron el tipo de ilustración que más contribuyó a popularizar al personaje de don Quijote y sus aventuras entre las clases populares del siglo XIX.

Aleluya "Vida de Don Quijote"

¿Sabías que...?

-Entre 1871 y 1873 se publicó, gracias al coronel Francisco López Fabra, la primera edición facsímil del Quijote que según su editor era la primera obra reproducida en el mundo mediante el procedimiento de la foto-tipografía. Actualmente podemos adquirir un reedición de esas y otras iconografías que en 1879 publico Fabra tras revisar 60 ediciones ilustradas.

Portada de la reedición actual, editorial Extramuros

¿Sabías que...?

-Una de las ediciones más raras que se conocen del Quijote se editó entre 1905 y 1906 en San Feliu de Guixols. La edición en cuestión está impresa en finísimas láminas de corcho en dos volúmenes en cuarto con tipos góticos. La tirada inicial fue de 52 ejemplares y cada ejemplar venía acompañado con un Acta Notarial justificando el tiraje que no pudo ser mayor debido a la dificultad de encontrar corcho de primera calidad. El éxito de esta rara edición llevó en 1912 a publicar otra en el mismo material.

Qujiote en corcho, 1909

¿Sabías que...?

-Una de las traducciones más curiosas y, a su vez polémicas que podemos encontrar la realizó no ha mucho tiempo el filólogo mejicano y residente en EE.UU, Ilan Stavans. La polémica vendría porque la traducción es al spanglish, esa jerga que hablan alrededor de 25 millones de hispanos residentes en EE.UU. Stavans, catedrático en el Amberts College de Massachussets, comienza su obra de la siguiente forma: "En un placete de la Mancha of which nombre no quiero remenbrearme, vivía, not so long agot, uno de esos gentleman who always tienen una lanza in the rack..."

¿ Sabías que...?

-José Coll i Vehí escribió en 1874 un ensayo sobre los refranes citados en el Quijote, ordenados por materias y glosados. De aquí llego a la conclusión que los refranes eran 73 en la primera parte y 200 en la segunda y suponían una cuarta parte de los contenidos en el Diccionario de la Real Academia.

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Todas estas curiosidades y muchas más podrán encontrarlas todos aquellos buenos lectores que lo deseen en la entretenida obra que lleva por título: Locos por el Quijote, del profesor y guionista de documentales Manuel Serrano Vélez.

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Heráldica de CLM PROPUESTA ESTATUTARIA DE TIERRA COMUNERA www.montesdetoledo.org Federación Castellano Manchega de Asociaciones de Folklore. Lectura internacional del Quijote

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