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miércoles, 19 de marzo de 2014

De rerum natura.

             

               ¿Por qué eres tan breve?

                                          Hölderlin


Quiero el silencio de después
y todas esas pequeñas palabras
que tras mucho pensarlas
terminan sin ser arrojadas.

Quiero tus sílabas y
tu labio magullando vocales
y quiero la hierba
si decimos hierba
y quiero el cielo
si decimos azul.

Quiero que hagamos un pacto
con la naturaleza de las cosas
-como Lucrecio-
y que seamos átomos
letras
y números
que no nacieron de una explosión
sino de algo más,
de un amor,
quizá,
que un día fue
materia para el viento.


Rocío.

domingo, 11 de noviembre de 2012

Remedia Amoris.


Probablemente de lo que más se haya escrito en la tierra haya sido del amor. Como si existiera una urgencia fatal por contarlo al mundo, por atraparlo, por definirlo.
Todo el mundo sabe de amor y no sabe a la misma vez. Conoce y desconoce.
Pero ni las médulas que ardían para Quevedo, ni el haberlo probado de Lope, ni siquiera ese beso entre Burt Lancaster y Deborah Kerr son suficientes motivos para aprehenderlo. Porque sí, puedes alzar la vista y repasar todo lo repasable: el amor ya estaba allí. A Safo le dolía en el pecho de nostalgia el corazón. Y a mí, más prosaica, me da por callarme, abrazar el silencio, no decir nada, sonreir y saber que no seré capaz jamás de escribir una línea acerca del amor.


Rocío.

viernes, 11 de mayo de 2012

Pronunciar.


Hay cosas que no deberían cambiar, cosas que uno debería poder meter en una de esas vitrinas de cristal y dejarlas allí tranquilas.

J.D.Salinger



Las cosas se deforman siempre bajo
la tiranía de un nombre que,
la mayoría de las veces,
no representa nunca
la totalidad de esa cosa
ni el viaje del sonido a través de tu boca.

Las personas empiezan a hablar mil quinientas lenguas
por minuto con sus treinta y cuatro mil fonemas por segundo:

amapola ver-dad terror c/o/r/a/z/ó/n extremidad [hambre] vivir.

Y se les enlutan las bocas
y se les desprenden las palabras junto con las cosas que se deforman
bajo la tiranía de los nombres que no llegan nunca a expresar nada.
Porque todas las cosas terminan llamándose como tú
y todos los nombres son el tuyo
desordenando el mundo
en mil quinientas lenguas por minuto.


Rocío.

sábado, 28 de enero de 2012

1.


(Imaginad las clavículas más bonitas del mundo aquí.)



Y él le dijo:
hágase en mí según tu palabra.


Y en su cuerpo se hizo
la idea
la palabra
y el arrepentimiento.



Debería estar leyendo artículos sobre el lenguaje y las nuevas formas de literatura en la actualidad. También debería estar viendo una película y tomando notas. Pero he pasado 35 minutos bajo el agua. Quería que algo suave me acariciara, que lo hostil quedara en la toalla. He escrito 3 poemas, he cantado muy fuerte 2 canciones tristes y te he odiado durante 5 segundos: el tiempo justo para saber que fuera de tus clavículas el mundo es irrespirable.


Rocío.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Él es el silencio.

" Más allá de la oreja existe un sonido, la extremidad de la mirada un aspecto, las puntas de los dedos un objeto: es allí a donde voy. La punta del lápiz el trazo. Donde expira un pensamiento hay una idea, en el último suspiro de alegría otra alegría, en la punta de la espalda magia: es allí a donde voy. En la punta del pie el salto. Parece historia de alguien que fue y no volvió: es allí a donde voy. ¿ O no voy? Voy, sí. Y vuelvo para ver cómo están las cosas. Si continúan mágicas. ¿Realidad? Te espero. Es allí a donde voy. En la punta de la palabra está la palaba. Quiero usar la palabra "tertulia", y no sé dónde ni cuándo. Al lado de la tertulia está la familia. Al lado de la familia estoy yo. Al lado de mí estoy yo. Es hacia mí a dónde voy. Y de mí salgo para ver. ¿Ver qué? Ver lo que existe. Después de muerta es hacia la realidad adonde voy. Mientras tanto, lo que hay es un sueño. Sueño fatídico. Pero después, después de todo es real. Y el alma libre busca un canto para acomodarse. Soy un yo que anuncia. No sé de qué estoy hablando. Estoy hablando de nada. Yo soy nada. Después de muerta me agrandaré y me esparciré, y alguien me dirá con amor mi nombre. Es hacia mi pobre nombre adonde voy. Y de allá vuelvo para llamar al nombre del ser amado y de los hijos. Ellos me responderán. Al fin tendré una respuesta. ¿Qué respuesta? La del amor. Amor: yo os amo tanto. Yo amo el amor. El amor es rojo. Los celos son verdes. Mis ojos son verdes tan oscuros que en las fotografías salen negros. Mi secreto es tener los ojos verdes y que nadie lo sepa. En la extremidad de mí estoy yo. Yo, implorante, yo, la que necesita, la que pide, la que llora, la que se lamenta . Pero la que canta. La que dice palabras. ¿Palabras al viento? Qué importa, los vientos las traen de nuevo y yo las poseo. Yo al lado del viento. La colina de los vientos aullantes me llama. Voy, bruja que soy. Y me transmuto. Oh, cachorro, ¿dónde está tu alma? ¿Está cerca de tu cuerpo? Yo estoy cerca de mi cuerpo. Y muero lentamente. ¿Qué estoy diciendo? Estoy diciendo amor. Y cerca del amor estamos nosotros. "


Clarice Lispector,  Silencio.

viernes, 23 de septiembre de 2011

1, 2, 3... el silencio.

     
Nuestras palabras
nos impiden hablar.
Parecía imposible.
Nuestras propias palabras.

Pedro Casariego Córdoba.




Son ellas las que me impiden hablarte.
Las tuyas, 
tan certeras siempre, 
tan a la diana. 
Tirando a dar,
hiriéndome,
acuchillándome, 
llenándome de verdad. 
Dándome a conocer lo que ya sé, 
lo que escondo, 
lo que descubres
y desvelas,
lo que simplemente es.



Rocío 

domingo, 28 de agosto de 2011

Y si no hay lenguaje ¿qué?


Se me han acabado las palabras.
Y los alfabetos y el vocabulario ya casi que no me alcanzan.
Supongo que ahora, tú y yo, sólo somos afasia.



Rocío