Este país se está cayendo a pedazos o al menos el presidente López Obrador nos está mostrando que el país es inviable. Todo el gobierno se reduce a las mañaneras, donde la narrativa ha sido la misma los últimos cinco años. Todo lo que está mal es por los conservadores, los neoliberales, los fifís, los egoístas que desprecian al pueblo, los aspiracionistas, etcétera. Así, los proyectos de López Obrador: la refinería de Dos Bocas, el tren maya, el AIFA, la megafarmacia, la supuesta venta del avión presidencial, la lucha contra la delincuencia, el país que sólo para AMLO tiene un sistema de salud mejor que el de Dinamarca, entre tantas acciones, sólo refleja que este país es puro bla bla bla.
Todo s reduce a los dichos de un presidente que cree que porque se reúne con su gabinete de seguridad de lunes a viernes, a las 6 am, el país va a estar en calma, y en donde la realidad le pega directamente en el rostro, pues en México mueren violentamente 81 personas por día. Pero la fórmula es fácil: niéguese todo dato que no le guste al gobierno. Dígase "yo tengo otros datos" y siga adelante negando la realidad. Y lo mismo puede decirse con la megafarmacia que, por cierto, no provee medicinas controladas y que en los primeros 15 días surtió 67 medicamentos nada más. Vamos, esa cantidad la Farmacia San Pablo las vende por minuto.
Pero todo es solamente un discurso. Si se habla de la violencia, del narco, el presidente informa que "se están atendiendo las causas", aunque jamás presente un estudio comparativo al respecto. Y podemos hablar de la cantidad de promesas incumplidas: el auto-abasto de combustibles que desde el 2021 iba a ser una realidad, o la infame idea de que nuestro sistema de salud sería mejor que el de los países nórdicos, cuando es fácil constatar (si se va a cualquier hospital de zona del IMSS), que estamos lejos de Dinamarca en este sentido, a menos que en ese país tampoco tengan los hospitales del gobierno agua o papel de baño.
Lo peor, sin embargo, es que López Obrador luchó casi obsesivamente para convertirse en presidente y demostró su incapacidad en el puesto. Y en lugar de trabajar, de informar, se ha dedicado 5 años y 5 meses a denostar a todo aquel que no coincida con su opinión. Y entonces, decide soltarse la lengua y afirmar que el ex Ministro Zaldívar era nada más un títere de todas las ocurrencias del presidente. O bien, afirmar que la libertad está por encima de todas las leyes y así exhibir los datos personales de una periodista que le mandó una carta para que diese su versión de la nueva investigación en contra de él. Y como siempre, AMLO se convierte en la víctima y no sólo él, sus hijos, hermanos y parientes, que parece se han beneficiado con contratos millonarios y en donde su nivel de vida ha aumentado casi a niveles de "riqueza inexplicable", cuando realmente es fácil explicarse el cómo han hecho tanto dinero. Como dijo algún poeta: "La tos y el amor no pueden ocultarse", pues habría que agregar “el dinero” y en este gobierno, las infinitas corruptelas de los que mandan en este país. Y sí, probablemente AMLO no esté metido en ningún acto reprochable, pero sus hijos no aprendieron ninguna lección de su papá. Ellos saldrán forrados de dinero al terminar este sexenio.
Desafortunadamente López Obrador dedicó su gobierno a pelearse con todo y con todos, a proponer proyectos inviables que eventualmente serán cerrados y por ende, se habrán perdido carretadas de dinero. Y es que este es el gobierno en donde un solo hombre decide todo. Y miente cotidianamente frente al país sin el más mínimo decoro. Miente en las investigaciones que dice se llevan a cabo en contra de criminales o bien, defiende a impresentables como el general Cienfuegos, o se dice calumniado por los Estados Unidos, por la DEA y por todo el periodismo que no le aplaude. Y cada mañanera es peor, porque su insensatez, su falta de criterio, su afán de sentirse el salvador de este jodido México lo hace mentir abiertamente y ya no importa, porque ya no se le puede creer nada.
Y algo más, no importa si creen que exagero. Ya tendremos oportunidad de ver el desastre de país que nos ha dejado.