López Obrador habla un día sí y otro también, de que en México hay gobernabilidad. Para el presidente de la supuesta cuarta trasformación, todas las decisiones que la cabeza del ejecutivo toma, son correctas. Todo se hace bien. Cuando alguien le reclama en las mañaneras, AMLO acusa a sus adversarios y jamás admite que a lo mejor (siquiera eso), están haciendo las cosas mal.
Bajo este criterio, cuando AMLO decidió construir el AIFA (Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles), el cual es incluso más chico que la terminal 2 del aeropuerto Benito Juárez, el de la Ciudad de México (AICM), seguro pensó que la saturación del AICM se iba a acabar, amén de usar tal vez el aeropuerto de Toluca. Pero una cosa son las especulaciones de cada quien y otra es la realidad. Hoy en día, el AIFA está prácticamente desierto. Y más allá si es un aeropuerto bien construido o no, simplemente está lejísimos y si usted tiene que ir a tomar un vuelo a Santa Lucía o bien, salir de ahí para regresar a su casa en la CDMX, espere al menos 3 horas en algún transporte terrestre.
Pero no me crean, vean la imagen de una app sobre los vuelos que hay a México y observen el punto azul en la parte superior de la imagen (el AIFA) y vean el punto azul más abajo (el AICM). Verán que el primero no tiene tráfico aéreo.
El gobierno no debe estar muy contento con este asunto y para tratar de alentar que las aerolíneas se vayan al AIFA, en lugar de dar facilidades, quizás estímulos fiscales, qué sé yo, lo que han empezado a hacer es sabotear al AICM. Para empezar, han querido eliminar el 20% de los vuelos nacionales para que estos se trasladen al AIFA. Aeroméxico por ejemplo, ya demandó en los tribunales del país al gobierno por forzar por meras razones políticas, esta disminución de vuelos. Para colmo, ayer se reportaron prácticamente todos los vuelos demorados por más de 3 horas por decir lo menos. Además, no había agua en los baños y no se necesita ser un genio para saber que el agua es fundamental en estas instalaciones. Además, las colas de migración son exasperantes por falta de personal y hoy puedes pasar dos horas para poder entrar a la Ciudad de México por las gigantescas colas que se forman.
¿Por qué ocurre todo esto? No lo sé a ciencia cierta, pero da la impresión que ya se nos está olvidando que las diferentes instituciones del país deberían tomar sus responsabilidades para que las cosas funcionen. Pero como estamos regresando a uno de los regímenes más priístas de la historia, nada más que recargado con una actitud cada vez más dictatorial, en donde la cabeza de la nación toma todas las decisiones, pues estamos acercándonos al caos de manera irremediable.
La falta de medicinas, el esquema de salud que iba a ser como el de Dinamarca (y que nunca llegó), los intereses personales de AMLO, como las elecciones y la seguridad que él se irá sin que lo vayan a molestar nunca más, el costo de las obras faraónicas que quedarán inconclusas o serán dinero tirado a la basura (AIFA, Tren Maya, Dos Bocas), serán parte de un legado infame, porque como ya he dicho antes, la economía no nos va a perdonar los dispendios, los dislates de un presidente que de economía desconoce todo y que nos va a llevar a una irremediable devaluación, la cual quizás se verá como la que ocurrió cuando salió Salinas, que al día siguiente de terminar su mandato, el peso se devaluó.
Así, cuando tengamos la gasolina a 35 o 40 pesos por litro, donde ya la promesa de AMLO era que los combustibles no subieran en todo su mandato, nos mostrará cómo la ineptitud administrativa nos va a poner en las crisis que se sufrieron en los últimos 20 años del siglo pasado. Y ¿saben algo? A mí nada de eso me va a sorprender. Con crecimiento nulo, habremos de remar ahora para de nuevo, ver cómo recomponemos las cosas. Y esto va a costar más millones de pobres y menos crecimiento del PIB, para empezar.
Lo que pasa en el AICM es una bandera roja más de lo que se hace mal en este país, en donde este gobierno simplemente no actúa por el país, sino por sus mezquinos intereses personales y electorales. Pero ya saldremos de esta pesadilla para probablemente, entrar en una peor, en donde literalmente, a todos nos va a "cargar el payaso".
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