lunes, 25 de junio de 2012

El secreto de la felicidad

   Otra mañana que amanezco feliz. La noche de descanso obra milagros. Todo el día por delante. Café solo con galletas y silencio. Alguna persiana que se despereza. Algún pájaro del parque también.

   La sonrisa fresca, como esta hora. Última semana de trabajo. Planes que consiguen hacer mayor esta sonrisa. Vuelve la comisura a su lugar para aterrizar en este presente sencillo, callado, con brillo en los ojos y ganas de caminar a ritmo lento. Afeitarme escuchando a Jorge Drexler y Silvio Rodriguez. Sacarme la sal de ayer con agua dulce y caliente. Todo a un ritmo extremadamente lento. Ganas de disfrutarlo todo, a cada segundo. Sentirlo todo. Seguir sonriendo.

   Para que después hablen mal de los lunes. El próximo ya perderá su nombre. Solo será un día de vacaciones. En este aún lunes valoraré tener el trabajo que tengo. Un trabajo que me hace feliz. Que me hace sentir útil. Que me hace ayudar a personas que lo necesitan. Valoraré a mis compañeros y todo lo que aprendo de ellos. Lo bien que me hacen sentir y lo bien que siempre me han tratado.

   Este último lunes valoraré respirar bien y que no me duela demasiado nada. Agradecer poder vivir en esta casa que tan bien me ha acogido y lo que hemos congeniado... con sus enormes raíces y esta vibración tan especial. Cierro los ojos y pienso en las personas que más quiero, sonrío, y les envío energía y ternura.

   Como escribía hace un tiempo, me tendría que dar -constantemente- con un canto en los dientes por todo esto que me rodea. El amor es una espiral que solo puede crecer. Y contagiarse. Vamos a contagiarlo todos hoy.




viernes, 22 de junio de 2012

Días de verano

A vueltas con el silencio matutino de esta casa, el olor a buen café y los pájaros afuera. Me resisto a poner música para seguir saboreándolo todo con intensidad. Con está sonrisa tan mía como posición vital. Escribiendo. Satisfecho sin ahondar en razones. Sin forzar estas ganas de vivir que ahora siento. Real como solo puede ser este momento.

Afronto el último día con los chicos. Por ganas que tenga de vacaciones y por otro verano por delante cargado de buenos planes, buenos lugares y buena gente; hay una parte de mí que ya los empezará a echar de menos en el justo momento en el que se van los 6 autocares y todos los profesionales los despedimos.

Me olvido del presente y me precipito hacia las profundidades del Mar Rojo, mi querido GR-11, el imponente Vignemale, nuestra Costa Brava, el Dhamma Neru y el 4º retiro de meditación, Las Palmas con Estrella y Julio...mis adoradas chanclas y bermudas, la Cala, la mochila, las botas, el equipo de buceo, los libros...mis amigos, los viejos, los recientes, los que están por venir...

He escrito muchas veces sobre el movimiento que se genera entre el timón y las velas. Ahora manejo el timón con más pericia, pero no puedo evitar seguir dejándome seducir por el viento y la corriente...cerrar los ojos y volver a sentir que algo me lleva a dónde tengo que ir...

El poeta no deja de ser poeta aunque no escriba poemas...




domingo, 17 de junio de 2012

La cabeza encima de los hombros

Aún no he comprado el cuaderno. No salta ninguna alarma, es normal, esto tiene que fraguarse a fuego lento, constante, sincero y convencido. Ha llegado la hora de meterle cabeza al asunto. Aún no haber comprado el insigne y mágico cuaderno, estoy volviendo a escribir en papel. Me resulta mucho más fácil y rápido, se pierden menos ideas; algunas que acuden fugaces, se pierden entre las teclas, pero permanecen más presentes en el papel. Necesito velocidad al escribir. Al transcribirlo vendrá la sangría, el orden y el desconcierto. El compromiso es media hora -de reloj- cada día para empezar. Lo rebajé en media hora para hacerlo más viable.

Llegó la hora, justo ahora, antes de cumplir los 40, de ponerle cabeza. Hay que sacrificar algunas cabezas de la bestia. No puedo seguir siéndolo todo sin saber quien soy. Lo más importante, sin ser nadie. Me voy a empeñar en regar algunas flores y dejar morir otras.

Me va a costar escribir sin fumar, va tan de la mano una cosa y la otra. Esta demostrado empíricamente.  Cada vez es menos placentero fumar de vez en cuando y cada vez me da más dolor de cabeza -y reconociendo que no lo llevo mal, y que desde Noviembre solo he comprado un paquete- quiero dejarlo de una puta vez para siempre. También voy a beber bastante menos. Ya se que tot plegat suena de lo más antiliterario posible, pero es lo que hay. Una cosa que no pienso dejar de hacer es llevar la contraria.

Voy a tener que vivir con las obligaciones que me fije y cumpliéndolas. Es la hora de la cabeza. Si me deprimo o me vuelvo un tipo -más aún- asocial, borde y más misántropo si cabe, me tendré que joder, es el precio que voy a pagar. Es lo que valen la constancia, la decisión y el compromiso. Hay que hacer. Hay que pensar. Tengo que volver a vivir con la cabeza encima de los hombros.

El mal de Montano. Enrique Vila-Matas

"Me acuerdo de que mientras tomaba aquellas notas, me sentía feliz pero me atormentaba un poco la idea de que acabara no decidiéndome a escribir aquella narración que andaba proyectando y que terminara por convertirme en un personaje parecido al protagonista de Paludes, esa novela de André Gide en la que se cuenta la historia de un hombre que quiere escribir un libro pero siempre lo deja para otro día. Ese libro trata de un hombre que vive en un pantano sin hacer nada.
   A ese escritor que no escribe y que protagoniza Paludes le preguntan a veces qué hace, a qué se dedica.
   - ¿Yo? -responde siempre molesto-, yo escribo Paludes. Es la historia de un soltero que vive en una torre rodeada de marismas.
   - ¿Y por qué está soltero?
   - Bueno, es para simplificarlo todo un poco.
   - ¿Y nada más?
   - Nada más. Contaré lo que hace.
   - ¿Y qué es lo que hace?
   - Mira los pantanos.
   Van pasando los años y nada cambia, el escritor que planea escribir Paludes no se decide a escribir ese libro".

Pag. 118, El Mal de Montano, Enrique Vila-Matas. Ed. Anagrama, Barcelona, 2002.


miércoles, 13 de junio de 2012

Al besar tu espalda



Te encuentro nueva y alegre
en tierra firme a paso lento
siento lo fugaz en forma de amarra
rozando tu cuerpo
como si mirase las estrellas

Cuando no hay mar ni cielo
que valgan

Cuando renuncio a ser
cuando solo quiero sentirte
enredada a mi vientre
encallada...

Busco tu alma
salvar tus flores
probar tus alas

cálido como un susurro que llama
mirándote a la cara

llorando por deseos que mi boca
alcanza al besar tu espalda.

3ª versión del mismo poema desde 1997. Me lo trajo el viento y le dí la vuelta.


Cada día

El domingo pasado, leyendo a Vila-Matas en la playa, sin saber cómo ni porqué, llegué a una conclusión: tengo que escribir cada día. Aunque solo sea una palabra en una servilleta de bar. Aunque no tenga sentido. Aunque sea una auténtica mierda. Aunque no lo publique.

No tiene porque formar parte de nada. Como meditar unos minutos con el papel. No me tiene porque llevar a ningún sitio.

Decidí - en ese sereno arrebato de autoafirmación literaria - comprar un cuaderno, uno especial; como el de la tienda china de La noche del oráculo de Auster. Volver a escribir como se hacía no hace tanto. Encarnarme de algún modo en ese cuaderno. Elegir cuidadosamente el tamaño y color. Llevarlo a todas partes como el que se apunta en la palma de la mano algo que tiene que hacer.

Cada día. Como un paso. Como una respiración profunda.

martes, 24 de abril de 2012

Como quien vuelve a casa



Aunque sea un verso
todo lo que me recuerda
que es primavera

regreso a la soledad
como lo hacen
los grandes animales

como quien vuelve a casa.

domingo, 22 de abril de 2012

"Eso no es gran cosa, pero algo hay que escribir"



Se acabó tratar de entender las cosas

Esta mañana al despertar me sentí más libre

No puedo pagar el precio de no sentir

La poesía huye de mi vida.


* "Eso no es gran cosa, pero algo hay que escribir"
Hierbas de Asia. Astronomía Razonable.
El último de la fila. Letra: Quimi Portet.

domingo, 4 de marzo de 2012

A veces

A veces, hay algo, parecido a la tristeza, algo mano a mano con la melancolía, algo en el terreno de la soledad... que me posee por completo. Y me dejo hacer. Ese algo no tiene palabras ni nombre. Es realmente íntimo, en la más pura acepción del término intimidad. Me hace sentir a gusto conmigo mismo y con ese mundo que no quiero compartir con nadie. Un mundo en el que no se necesitan las palabras. Quizás así podría compartirlo, sin palabras. No es aislamiento. Es una forma de comunicar en toda regla. Una forma que lo dice todo de mí.

A veces me embriaga la sensación de mudez. Pienso que me gustaría ser mudo, que no sordo; ese matiz es trascendental, por más que deteste el ruido, las interferencias y las fronteras. Que no pasa por sonrisas ni por lágrimas. Entonces se convierte en una forma de vida. Entonces echo raices en este lugar. Si voy más allá, en esta dimensión, en este planeta.

Y es en este preciso momento cuando, sin tenerte, te siento más cerca. Cuando sin escuchar el tic tac de ningúna medida de tiempo, las distancias se reducen a un ritmo sin espacio. Cuando ni siquiera quiero ni me esfuerzo por imaginarte. Se evaporan todas las imágenes. Amanece.

domingo, 26 de febrero de 2012

Cierra los ojos

Me paro a escuchar como me resuena "debería escribir más". Intento cambiar la obligación que jamás me sirvió de nada. Entonces no pasa nada por no escribir. ¿Qué va  a pasar?. Incluso no pasa nada por no vivir. Por arrojar la llave al río. Intento escribir como si esto no fuese un blog, como si no lo fuera a publicar. Por otro lado, quiero alimentar este rincón que tantas alegrías y satisfacciones me ha traido. Aparece de nuevo, brillante, a lo azafata rubia con un traje corto dorado, la palabra elección.

¿Qué quieres mi niño?. ¿Qué te puedo dar?. ¿Nos vamos bien lejos?. ¿desaparecemos?...¿dejamos las cosas como están?...que sí...que ya lo se....que no estamos mal. Que vamos a seguir a pasos chicos y seguros. Vamos a amar a todo lo que se deje querer. Despacio, todavía más despacio mi niño. Cierra los ojos y verás que todo lo que esperas está en el camino.

lunes, 20 de febrero de 2012

Decir

Como casi siempre
este silencio
es lo más lúcido
que puedo decir.

viernes, 10 de febrero de 2012

Dejame

Dejame ser triste esta noche
dejame llorar y tener frío
deja que estas lágrimas me lleven
al lugar de dónde no recuerdo que vengo

dónde ya sin tu permiso
acabo esta botella de vino
y sueño con soñar esta noche contigo

viernes, 27 de enero de 2012

La sutil diferencia

Cuando cada vez el abandono
de la búsqueda es más real

más consciente

se refleja en no transitar antiguos caminos
en no seguir tus huellas para no errar

siento en mi sonrisa la sutil diferencia
entre el viejo deseo y el nuevo amor.

domingo, 1 de enero de 2012

Otro domingo con sol

Medito. No se que hora debe ser, aunque ya se empieza a colar algo de luz por la puerta de la calle. Antes, en la cama aún, decidí no salir a correr esta mañana. En un rato, cuando el sol esté más alto, subiré a leer a la terraza. Me reservé para hoy el final de La noche del Oráculo, de Auster.

Sigo sin fumar, debe rondar ya los 2 meses que lo quise dejar del todo y de una vez, creo que era un martes. Estoy satisfecho. Muy pocas veces la cabeza me pide nicotina. Y claro, el cuerpo responde. Estos días de vacaciones son los primeros en 5 años que me quedo en casa. Así lo decidí. Quiero encierro, al oso, al invierno y a la cueva. Rechacé una plaza para otro retiro, no me veía con fuerzas ni convencido para la dureza del que sería el 4º retiro. Quizá en verano o las próximas navidades.

Desde luego me he tomado al pie de la letra lo de "quedarme en casa". Salgo lo imprescindible. Solo he salido a comprar, a correr, al gimnasio y a las consabidas comidas de estos días. Ayer fue una excepción la comida con Xavi. Me gustó que me llamara. Sabía perfectamente que en esta ocasión yo no lo habría hecho.

Hablamos de como llevábamos estos días. También sabe bastante bien como los llevo yo. Siempre me subraya - ante mi indiferencia y aversión por cualquier convención social - la importancia de la simbología. Me recuerda que los grandes momentos de la vida están vinculados a un ritual. No digo que no, pero a mí no me sirven. Sencillamente, no me los creo. Me quedo con mis pequeños ritos y símbolos. Hasta el de llevar la contraria al mundo. Si más no, a este mundo. También volvió a recordarme mi inestabilidad y mi necesidad de intensidad. Aquí me autocoloqué la etiqueta de artista: "y que artista no es inestable"...

También antes de meditar esta mañana, no recuedo bien en que momento, ni ligado a que vino; me abordó un pensamiento muy claro: "si quieres verdad, da verdad". Pensé en que muchas veces prefiero callarme, motivado a medias por el miedo a quedar mal y el de hacer daño. Mi forma de decir la verdad es muy brusca, sin artificio ni maquillaje, hiriente y salvaje, cargada de fuerza y clavando la mirada hasta el fondo. Por eso voy con cuidado. Por no herir más de lo necesario, aunque hiera igual. Ya se que hay silencios y construcciones que pueden ser hasta más letales. Realmente, aquello de" callaico estás más guapo" me cae que ni pintado. Y más silencio. Cada vez más animal. Cada vez más silencioso.

Tampoco se en que momento, volvió un sueño que esta noche descubrí que lo era, y que además, es recurrente. Lo he soñado muchas veces...sin darme cuenta hasta ahora. Resulta que estoy estudiando algo, y todo anda terriblemente desordenado, cientos y miles de papeles en diferentes lugares sin ton ni son, lo que debería estar en su lugar no lo está...hasta he llegado a dudar de si realmente estaba estudiando eso....o que era...como en un contexto universitario...como absolutamente caótico y perdido...entonces me posee una sensación de absoluto descontrol...de desastre...en fin...que los sueños....sueños y nosotros son...
Tengo ganas de escribir. Estos días de reclusión he trabajado en el poemario. Sobre unas 170 páginas de poemas escritos en los últimos 3 años. Creo que podré salvar de la quema los necesarios. Aún no me puse a contarlos, ni los escritos, ni los seleccionados. Cuando uno me convence, me vuelve a gustar igual o más que cuando lo escribí, me pregunto como lo pude hacer...como si a veces no fuese capaz de sentir algo de talento. Más aún cuando leo alguna mierda bien grande y la he firmado yo. Es muy ambivalente.

He releido los de el último año y medio, así como todas las entradas del blog de esa época. Es un ejercicio curioso. Como confirmar lo cada vez más lejos que me cae el pasado, hasta el mas reciente. Me estoy convirtiendo en un ser muy olvidadizo.

También me he vuelto a leer todos los comentarios. Me he dado cuenta (y vuelto a sorprender) de la gente que hace tiempo que me lee y comenta, sobre todo de Paz, de mi hermano de signo Trova, de Calma, de Soco, de Lara, de los que también siguen ahí en menor medida y que os recuerdo a todos perfectamente...y muy especialmente de mi maestro Jose Luis Zúñiga, del día en que ya no habían más comentarios suyos, de sus ánimos, consejos y empujones para este primer poemario...la verdad es que lo echo de menos.

Me subo a la terraza a leer. ¿Es muy pronto para la primera cerveza?. Bueno, es domingo...y que coño...¡a la salud de Jose!
P.d.: ...este año no me pude escapar maestro...

domingo, 20 de noviembre de 2011

Coger el timón

Algo está cambiando. Más allá de saber que todo cambia. Ha llegado el momento de tomar decisiones. Estuvo bien navegar estos últimos años con el velero. Dejarse llevar. Tener una novia en cada puerto y si no, buscarla. Esperar que pase algo. Primero tiene que pasar adentro. Así me lo planteé hace unos 5 años: si a los 40 no ha pasado nada habrá que empezar a moverse. No hay que seguir sentado hasta que algo me empuje. Hay que levantarse y andar decidiendo la dirección. Empieza la cuenta adelante.

Cambié los programa despertador por música clásica en el dial de la radio del baño. Meditar con regularidad no es lo mismo que ponerse la alarma del móvil a las 7 cada día. Dejé de fumar no es lo mismo que lo estoy dejando. Dejé de soñar como mero ejercicio. Dejé a todas mis amantes. Este dejarse ir que tanto me confortó acabó mutando en estancamiento. No es que ya no necesite esta paz, esta tranquilidad...las adoro...pero necesito otras cosas.

No es casualidad que los últimos tres libros que han caido en mis manos traten de escritores que escriben un libro. Escritores que corren maratones. Escritores que escriben para otro. Escritores que escriben después de una crisis. Las crisis -particulares y generales- siempre son pasto para el cambio. Escribir una novela también es una carrera de fondo. Todas hablan del proceso creativo, sus rutinas, rituales e inseguridades. Presentar a concursos y editoriales el primer poemario solo es cuestión de ponerse al trabajo fino. Empezaré por ahí.

No hace falta viajar lejos para aprender nada. Tampoco puedes estar toda la vida soñando con irte a otro lugar. El timón no tiene que hacerte callo, hay que seguir sintiendo el viento.

Hay que vivir.

jueves, 13 de octubre de 2011

No se lo que es

"Perder el tiempo no es no saber adónde ir
ni adónde mirar.
Dejar el trabajo para más tarde.
Cancelar las citas del día.
Todas (hasta las verdaderamente importantes).
Dejar que pasen las horas de la mañana
fumando hachís entre medias y frío."

Perder el tiempo (fragmento)





No es que los pasos esta madrugada estén más perdidos

estas musas que confundo con mujeres de carne

su acostumbrada ausencia alimenta al lobo,
con aullidos en todos los tiempos verbales, efímeros
como el hombre que a cada instante dejo de ser.

No es esta luna llena de las 4:06 abstemia y serena

cuando ya no confundo a las estrellas con mensajes

caídos en un saco roto insoportable para la maltrecha espalda
cargada del ansiado silencio y la soñada paz, constante
como la vida que a cada instante dejo de vivir.

No es saber lo que hay que hacer ni cuando

la libertad hecha de trozos de piedra y eslabones perdidos

entre el que me creía ser y la sencillez callada de no ser nadie
que necesite objetivos y sueños para levantarse cada día
a seguir peleando por el amor que atesora y desea sembrar.

No es subir al cielo, escalar montañas ni sumergirme en la mar

pasar los días esquivando al dolor a golpes de placer

escondido en los rincones de la playa más desierta
volando el tiempo que me pone la venda en los ojos de las señales
que acaricio cuando no quiero y que no acuden cuando las llamo.

No se lo que es.


miércoles, 14 de septiembre de 2011

Mantra



Cuerpo, espíritu, silencio
hacia ahí me dirijo
lo repito como un mantra
cuerpo, espíritu, silencio




domingo, 11 de septiembre de 2011

En particular

Esto mío no es una racha

no es una crisis
no es un bajón
no es euforia
no es equilibrio

Soy yo

En este caso particular
me voy dejando de querer,
para poder querer a alguien

para que alguien me quiera
más de lo que me quiero;
para dejarme querer

Me voy y me quedo
sin moverme de aquí,
de mí

y sin saber hacia dónde
no dejo de caminar
hacia tí.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Otro día


Canción de cuna 823. El último de la fila.


Hoy puede ser un día de esos que ayer me dijeron que podía ser otro día. La lluvia me despierta. Me susurra y me guiña el ojo para que me vaya con ella. El silencio de la mañana me obliga a caminar hacia lo que empezaré a ser hoy. A serlo más que ayer. En el aire se respira el cambio. Abrir los pulmones y oler la tierra mojada. Quizás hoy por fín empiece a recopilar de nuevo poemas. Puede que no este lejos escribir uno bueno. Incluso puede que te llame.

domingo, 28 de agosto de 2011

La porta del cel

Me voy otra vez con ella, mi querida mochila, a coronar el techo de este pequeño país. A apurar las vacaciones hasta el final, a uno de los lugares que más cosas y más verdad me dan. A mi llegada, esperaré en casa a todos mis amigos, que han querido compartir conmigo el día de mi cumpleaños. Tremenda ilusión, mezclada con serenidad, que me provoca todo bien mezcladito.