Quiero dedicar la entrada de hoy a mi escritor favorito, Truman Capote. Un día como este, hace 86 años, nacía en Nueva Orleans (Luisiana, Estados Unidos) una de las figuras más importantes de la narrativa del pasado siglo, Truman Streckfus Persons. Truman adoptaría más tarde el apellido Capote del segundo marido de su madre y se convertiría en el enfant terrible de la literatura norteamericana de los años 40 y 50.
El divorcio de sus padres provocó que pasara su infancia siendo enviado a casa de distintos familiares en ambientes rurales del sur del país, principalmente en Alabama. Este hecho le serviría de inspiración en relatos y novelas como Un recuerdo navideño, Otra voces, otros ámbitos o El harpa de hierba, donde quedan de manifiesto el aislamiento sufrido y la gran influencia y cariño recibidos de su tía abuela, una anciana con la que pasó sus primeros años.
Con tan sólo 20 años recibió el prestigioso premio O’Henry por su cuento Miriam, sobre una misteriosa niña que un día aparece en la vida de una viuda solitaria vampirizando su personalidad. Dos años después repitió la hazaña con el relato Cierra la última puerta. En esta época era común encontrar textos suyos en multitud de revistas como Harper’s Bazaar, Mademoiselle, The New Yorker, Story o The Atlantic Monthly.
En 1948 hizo su debut como novelista con Otras voces, otros ámbitos, una obra inquietante que narra la historia de Joel Knox, un chico de trece años que es enviado a vivir con su padre y termina acorralado en una triste mansión sureña rodeado por personajes entrambóticos. John W. Aldridge la definió como “la novedad más importante de la joven generación”. La novela fue también objeto de controversia por la fotografía de Capote realizada por Harold Halma que la acompañaba. En ella el joven escritor aparecía recostado dirigiendo una mórbida mirada al objetivo.
Una década después apareció Desayuno en Tiffany’s, otra de sus obras cumbre. Esta impecable novela narra la vida de Holly Golightly, una atractiva joven que vive una vida aparentemente glamourosa en Nueva York pero que esconde un pasado humilde que quiere olvidar. La historia fue llevada al cine en 1961 con el título Desayuno con diamantes, siendo protagonizada por Audrey Hepburn y George Peppard. El filme consiguió dos premios Óscar y consagró a la actriz, convirtiéndola además en un icono de la moda.
Pero su mayor éxito se produciría en 1966 con la publicación del best-seller A sangre fría, novela pionera en el género de la no ficción basada en una historia real sobre el asesinato de una familia en Holcomb (Kansas). Capote investigó el crimen durante años junto a la escritora Harper Lee, entrevistando a los habitantes del pueblo, a la policía y a los implicados. El resultado fue una original obra donde la narración y el reportaje periodístico van de la mano en una fórmula novedosa hasta entonces.
A sangre fría convirtió a Capote en un personaje mediático con constantes apariciones en prensa y programas de la televisión norteamericana. El éxito social le hizo codearse con lo más granado de la jet-set del país, lo que propició que el autor comenzara a escribir una novela contando las intimidades de la alta sociedad, Plegarias atendidas.
En 1975 Truman adelantó varios capítulos de esta novela en la revista Esquire, causando una gran polémica por airear las intimidades -a menudo soeces- de aquella misma alta sociedad, que le dió la espalda definitivamente. Este hecho, unido a problemas de drogas y alcohol que venía arrastrando desde hacía años, lo sumió en una espiral de autodestrucción de la que ya no conseguiría salir. En su última obra, Música para camaleones (1980), el mismo se definió con la brutal frase “Soy alcohólico. Soy drogadicto. Soy homosexual. Soy un genio.”, fiel reflejo de toda su vida adulta y del tormentoso momento que atravesaba. Capote murió en Los Ángeles el 25 de agosto de 1984, convertido ya, irremediablemente, en uno de los nombres más importantes de la narrativa moderna.
El divorcio de sus padres provocó que pasara su infancia siendo enviado a casa de distintos familiares en ambientes rurales del sur del país, principalmente en Alabama. Este hecho le serviría de inspiración en relatos y novelas como Un recuerdo navideño, Otra voces, otros ámbitos o El harpa de hierba, donde quedan de manifiesto el aislamiento sufrido y la gran influencia y cariño recibidos de su tía abuela, una anciana con la que pasó sus primeros años.
Con tan sólo 20 años recibió el prestigioso premio O’Henry por su cuento Miriam, sobre una misteriosa niña que un día aparece en la vida de una viuda solitaria vampirizando su personalidad. Dos años después repitió la hazaña con el relato Cierra la última puerta. En esta época era común encontrar textos suyos en multitud de revistas como Harper’s Bazaar, Mademoiselle, The New Yorker, Story o The Atlantic Monthly.
En 1948 hizo su debut como novelista con Otras voces, otros ámbitos, una obra inquietante que narra la historia de Joel Knox, un chico de trece años que es enviado a vivir con su padre y termina acorralado en una triste mansión sureña rodeado por personajes entrambóticos. John W. Aldridge la definió como “la novedad más importante de la joven generación”. La novela fue también objeto de controversia por la fotografía de Capote realizada por Harold Halma que la acompañaba. En ella el joven escritor aparecía recostado dirigiendo una mórbida mirada al objetivo.
Una década después apareció Desayuno en Tiffany’s, otra de sus obras cumbre. Esta impecable novela narra la vida de Holly Golightly, una atractiva joven que vive una vida aparentemente glamourosa en Nueva York pero que esconde un pasado humilde que quiere olvidar. La historia fue llevada al cine en 1961 con el título Desayuno con diamantes, siendo protagonizada por Audrey Hepburn y George Peppard. El filme consiguió dos premios Óscar y consagró a la actriz, convirtiéndola además en un icono de la moda.
Pero su mayor éxito se produciría en 1966 con la publicación del best-seller A sangre fría, novela pionera en el género de la no ficción basada en una historia real sobre el asesinato de una familia en Holcomb (Kansas). Capote investigó el crimen durante años junto a la escritora Harper Lee, entrevistando a los habitantes del pueblo, a la policía y a los implicados. El resultado fue una original obra donde la narración y el reportaje periodístico van de la mano en una fórmula novedosa hasta entonces.
A sangre fría convirtió a Capote en un personaje mediático con constantes apariciones en prensa y programas de la televisión norteamericana. El éxito social le hizo codearse con lo más granado de la jet-set del país, lo que propició que el autor comenzara a escribir una novela contando las intimidades de la alta sociedad, Plegarias atendidas.
En 1975 Truman adelantó varios capítulos de esta novela en la revista Esquire, causando una gran polémica por airear las intimidades -a menudo soeces- de aquella misma alta sociedad, que le dió la espalda definitivamente. Este hecho, unido a problemas de drogas y alcohol que venía arrastrando desde hacía años, lo sumió en una espiral de autodestrucción de la que ya no conseguiría salir. En su última obra, Música para camaleones (1980), el mismo se definió con la brutal frase “Soy alcohólico. Soy drogadicto. Soy homosexual. Soy un genio.”, fiel reflejo de toda su vida adulta y del tormentoso momento que atravesaba. Capote murió en Los Ángeles el 25 de agosto de 1984, convertido ya, irremediablemente, en uno de los nombres más importantes de la narrativa moderna.
