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domingo, 28 de enero de 2018

EL DEBATE



ORIGEN

Aunque las disputas verbales son habituales desde que se llevaban a cabo en las ágoras de las polis, en la Grecia antigua, los debates surgieron en la Edad Media, en las primeras universidades (como la Sorbona de París). Allí, los alumnos avanzados -o los propios profesores-  sostenían puntos de vista sobre un cierto tema. A este tipo de disertación se le conocía como “QUAESTIO DISPUTATIO”.

DEFINICIÓN

El debate es una discusión formal entre dos o más personas, que trata sobre un tema o varios temas determinados, en los que existan divergencias de opinión. Las tesis o posturas de los debatientes son argumentadas y refutadas. Puede ser moderado por una persona designada para tal fin (moderador) o desarrollarse sólo entre los participantes, y suele ser habitual la presencia de público que escuche las exposiciones de ideas y refutaciones de los debatientes. Habitualmente se desarrolla mediante turnos de exposición.

La finalidad del debate es la de dar a conocer las distintas perspectivas posibles en torno a la materia, agotar una lista de argumentos de ambos bandos y, eventualmente, convencer al bando contrario.

El debate es, además, una técnica de aprendizaje muy comúnmente utilizada en dinámicas pedagógicas, ya que la interacción con las posturas ajenas obliga a afinar las capacidades y estrategias argumentativas, a la par que someter los propios puntos de vista a reconsideración.

CÓMO SE ORGANIZA UN DEBATE

Para organizar un buen debate es necesario seguir algunos pasos:
-Elegir un tema de interés y que suscite controversia.
-Conformar grupos que defiendan cada punto de vista.
-Escoger un moderador, que coordine las preguntas y de la palabra.
-Presentar las conclusiones o puntos de vista de cada grupo.
-Asignar los temas a cada participante de la mesa de debate (éstos pueden ser expertos o estudiantes que hayan preparado un trabajo).

OTROS ASPECTOS IMPORTANTES A TENER EN CUENTA

- Oír atentamente al interlocutor para no repetir ideas y responder adecuadamente.
- Evitar los gritos y las descalificaciones. Dice más de ti que de tu contrincante.
- Respetar siempre las opiniones de todos, por alejadas que estén de las nuestras.
- No imponer el punto de vista personal.
- Permitir la intervención de los demás.
- Hablar con seguridad y libertad, sin temor a la crítica.



TIPOS DE ARGUMENTOS EMPLEADOS EN UN DEBATE



Argumentos basados en valores

Son argumentos que se fundamentan en resaltar los valores éticos que tiene una opción, sean buenos o malos. Este tipo de argumento es útil si el tema del que se está hablando es fundamentalmente filosófico y moral, es decir, si se habla acerca de lo que debe hacerse y qué acciones deben ser priorizadas. 
Sin embargo, no sirven para describir la realidad objetiva, y en caso de ser utilizados para esto se puede caer en un tipo de falacia lógica llamado argumento ad consecuentiam.

Argumentos basados en descripciones

Una descripción general es una manera de reunir varios argumentos en uno para defender una idea. Por ejemplo, para argumentar a favor de la posición de que las aves son dinosaurios, se puede hablar sobre las plumas encontradas en muchos fósiles de terópodos, acerca de las semejanzas anatómicas que muchos de ellos tenían con los pájaros actuales, etc.

Argumentos basados en datos

Son una clase de argumentos basados en porciones de información muy concretas y específicas, normalmente extraídas de investigaciones científicas o de bases de datos. Sirven para reforzar argumentos, ofreciéndoles apoyo empírico.

Argumentos basados en la autoridad

En este tipo de argumento se señala la posición que defiende una autoridad en el tema señalando que tiene más valor que otras. En muchos casos, puede derivar en una falacia lógica: a fin de cuentas, el hecho de que una idea sea defendida por un especialista no hace que sea verdadera. 

 Argumentos basados en definiciones

Estos tipos de argumentos no se basan en el funcionamiento del mundo, sino en el uso que se hace de los conceptos y las definiciones. Sin embargo, en muchas ocasiones estos argumentos no resultan eficaces, porque el significado de las palabras puede cambiar dependiendo del momento y el contexto en el que hayan sido utilizadas.

Argumentos basados en experimentos

En este caso, el argumento se apoya en una experiencia realizada en el mismo lugar en el que se dialoga y que sirve para apoyar la idea defendida por uno mismo. Además, es muy útil para convencer, ya que incluye una parte "espectacular" que queda expresada más allá de las palabras, es decir, en hechos.

Argumentos basados en experimentos mentales

Este tipo de argumento es una mezcla entre los dos anteriores, ya que se apoya en una experiencia en la que ha de participar el interlocutor pero no se realiza en el mundo real. Se trata de imaginar una situación que va progresando hasta un punto en el que la única conclusión razonable es que se cumpla la idea que defendemos. Por ejemplo, si alguien dice que jamás podría ser amigo de un extranjero, es relativamente fácil hacerle ver lo contrario a través de este tipo de argumentación.

Indicación de la falacia

Son tipos de argumentos en los que se señala por qué el razonamiento que ha usado alguien no es válido, al fundamentarse en una falacia. Es decir, se analiza el discurso del otro y se resaltan las partes que en sí mismas resulten infundadas y engañosas.

Argumentos de comparación

En esta clase de argumentos se comparan dos ideas entre sí, para mostrar de qué manera una de ellas es mejor que la otra. Son eficaces para ofrecer valoraciones globales sobra líneas argumentales.

Argumentos de interpelación

En estos argumentos se realizan una serie de preguntas al interlocutor para demostrar en tiempo real hasta qué punto está equivocado en un tema. Es un ejercicio que recuerda al diálogo socrático, ya que llevan al oponente a caer en una trampa que está dentro de su propio discurso, entrando en contradicciones.


CONECTORES DEL DISCURSO




Sirven para:

- Ordenar del discurso:
antes de nada, en primer lugar, en segundo lugar, en último lugar, por último, por un lado, por otro lado,  para empezar, a continuación, primero, luego, finalmente, para terminar, etc.

-Introducir un tema:  
en cuanto a, con respecto a, en relación a , por otra parte, por lo que se refiere a, en relación con, acerca de, etc.

-Añadir ideas:
además, asimismo, también, igualmente, al mismo tiempo, por otro lado, por otra parte,  así pues, etc.

-Aclarar o explicar:
 es decir, o sea, en efecto, esto es, dicho de otro modo, en otras palabras, con esto quiero decir, etc.

-Ejemplificar:
por ejemplo, concretamente, en concreto, en particular, pongamos por caso, etc.

-Introducir una opinión personal:
para mí, en mi opinión, yo creo que, a mi entender, a mi juicio, a mi parecer, según mi punto de vista, considero que, personalmente, etc.

-Indicar hipótesis:
es posible, posiblemente, es probable, probablemente, a lo mejor, quizá, tal vez, etc.

-Indicar oposición o contraste:
pero, aunque, sin embargo, por el contrario, a pesar de, no obstante, por el contrario, etc.

-Indicar consecuencia:
por esto, por tanto, en consecuencia, por consiguiente, como resultado, por lo cual, de modo que, etc.

-Indicar causa:
porque, ya que, puesto que, a causa de, debido a, etc.

-Resumir:
en resumen, en pocas palabras, para resumir, en suma, globalmente, en definitiva, a modo de resumen, etc.

-Concluir:
en conclusión, para terminar, para finalizar, finalmente, para concluir, por último, en definitiva, etc.

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