Por La Gomera

Destino La Gomera

Intenso y delicioso fin de semana en la isla de La Gomera. El barco que nos lleva sale del puerto de Los Cristianos en el sur de Tenerife, y nos deja en el puerto de San Sebastián; un viaje plácido que dura poco más de una hora y con la comodidad añadida de llevar el coche.

La isla es muy montañosa y está llena de barrancos con lo cual para ir a cualquier población casi siempre hay que subir para luego tomar la dirección deseada.

Bosque de laurisilva

Como en casi todas las islas con altura, a medida que se sube las temperaturas bajan considerablemente y conviene ir preparados. Más o menos en el centro se encuentra el Parque Nacional de Garajonay (nombre que viene de la leyenda de dos jóvenes enamorados, Gara y Jonay, que se despeñan para que no los separen sus familias).

Aceviño con fruto

En este parque está el bosque de laurisilva, del cuaternario, más importante de la macaronesia, incluyendo también otras muchas especies arbóreas. Muy verde y muy umbrío, por la condensación de las nubes que acumulan los vientos alisios. La vegetación es muy pródiga y por todas partes se encuentran flores silvestres y especies que salen espontáneamente; tabaibas, aceviños, etc.

Potaje de berros de Conchita

Hemos tenido la suerte de tener como anfitriones a unos buenísimos amigos M. y L.; y también de conocer a la mejor cocinera de la isla, Conchita que junto con su querido Tito nos han acogido en su casa, donde pudimos degustar entre otras exquisiteces su famoso potaje de berros con gofio que ha merecido el 1º Premio de Cocina de Canarias y otros muchos premios más.

Muchos habrán visto el programa "Un pais para comérselo", pues aquí en esta casa y en esta humilde cocina de la finca de la familia de M y L, fue rodado este capítulo, en el que salía la madre de nuestra querida Conchita presentando unas riquísimas Tortas de cuajada.

¡Como olvidarme de los pellejos de carne de cochino, pura delicia, las melvas asadas, el mojo de cilantro, las chuletas a la brasa, ni de las tortas de cuajada con miel de palma, que intentaré copiar un día de estos; del gofio amasado que elaboró Tita, que no creo que pueda volver a probar uno tan exquisito y de la compañía de Oti, Ramón, y Manolo, que nos estuvo deleitando con su timple y sus coplas! Todo por supuesto regado con un buen vino de la zona de Vallermoso y para finalizar con gomerón y mistela, licores caseros.

Pella de gofio

Con decirles que hasta recibimos una lección de injertos en aguacateros y naranjeros por parte de Pablo y Alberto, que por allí se pasaron y estuvieron un buen rato enseñando a unos ignorantes del medio rural como nosotros.

Me obsequiaron, por cierto, unas hermosas pantanas para hacer el dulce de cabello de ángel, que tanto me gusta y es que, como el hecho en casita no hay ninguno igual.


Siguiendo con la excursión, no puedo dejar de extasiarme con la belleza de los barrancos plagados de palmerales, de los bancales, típica forma de cultivo de la isla por sus desniveles; los caseríos y pueblos con nombres tan bonitos como Alajeró, Arure, Hermigua, Valle Gran Rey, Chipude, Tamargada, Agulo, Taguluche, Benchijigua, etc...

Y ver, casi adivinar por causa de la bruma, a lo lejos, la isla de El Hierro y un poco más adelante en el horizonte la isla bonita, La Palma.

Pantanas secando

Mientras esperamos la llegada del barco, visitamos la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción,  en la que oró Cristobal Colon antes de partir a descubrir América; recuerden que a La Gomera se le llama la  colombina por ser la isla que visitó el descubridor.

Y como final de nuestro fin de semana, y como vigía de todas las islas, el majestuoso gigante "el Teide" presidiendo la isla de Tenerife.