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Fugas de las prisiones franquistas (y 5). La gran fuga del fuerte de San Cristóbal.


Las instalaciones no estaban acondicionadas para albergar a tanta gente y la mayoría de los presos vivía hacinada en naves húmedas y frías por las que apenas entraba la luz. No había camas. Fuente: SpanishRed

Sólo unos pocos, quizás 20 o 30 presos conocían que ese día iban a fugarse. El resto de los 2.500 prisioneros que abarrotaban el fuerte de San Cristóbal eran ajenos a los planes de fuga.

Casi todos eran presos políticos, capturados por los nacionales en los días siguientes al golpe de estado que había desencadenado aquella maldita guerra civil que ya llevaba casi 17 meses. Allí se consumían entre la humedad que rezumaban el techo y los muros, comidos por piojos y chinches.


La mayoría sólo sabían que estaban al lado de la ciudad de Pamplona, en Navarra, en la cima del monte Ezkaba, más conocido como San Cristóbal por una ermita erigida en su nombre en el lugar y ya desaparecida. Y que la cima del monte estaba coronada por un complejo de edificios militares, galerías superpuestas, fosos y patios.


El fuerte de Alfonso XII, como era su nombre oficial, fue abandonado por el ejército en 1987, quedando un retén militar de vigilancia hasta 1991. En la actualidad se encuentra abandonado, siendo aún propiedad del Ministerio de Defensa. Fuente: SpanishRed
Pocos conocían que el fuerte, construido en el reinado de Alfonso XII, monarca de quien llevaba el nombre, surgió al terminar la ultima guerra Carlista, para la defensa de la ciudad de Pamplona. Pero a nadie importaba la Historia, pues lo que debió ser un bastión militar de defensa se había convertido para ellos, como había sido antes para otros y lo seguiría siendo después, en un tenebroso y lóbrego lugar utilizado como cárcel para presos políticos de todo el territorio español.

Estaba lloviendo pero tocaron diana a las 6,30, como siempre. Tras levantarse, los prisioneros se lavaron donde podían, algunos en lavaderos cuyas sucias y frías aguas les reanimaban, disimulando un poco el hedor de los retretes, uno para cada 50 presos.


Al ser domingo, fueron obligados a asistir a la misa de campaña del fuerte que se celebraba en el patio, lugar que se quedaba pequeño para tanta gente obligada a formar en filas de 5. En posición de firmes oyeron al capellán, que como siempre exhibía su pistola en el correaje, oficiando y haciéndoles gritar “¡Franco, Franco!”. Era el momento más esperado. Los prisioneros respondieron, como en otras ocasiones, “¡Rancho, rancho!”, haciendo broma de la necesidad y enfureciendo a los falangistas y requetés que, desde los balcones, les vigilaban.


Acabada la misa, la mañana se pasó como siempre, haciendo especulaciones sobre las pocas noticias que llegaban del frente y sobre la marcha de la guerra, que si el
ejército republicano lograría reconquistar Teruel, que pronto llegarían a Pamplona y los liberarían…

Imagen aérea de la impresionante fortificación, construida en el interior del Monte Ezkaba. Fuente: La Memoria Viva
El exíguo rancho de habas sólo sirvió para que los prisioneros siguieran hambrientos y obsesionados con comer. Pero al menos ese día, al ser domingo, no tendrían que trabajar. Sólo lo harían los que tenían "destinos", albañiles, carpinteros… que así podían moverse con cierta libertad por el fuerte. Fueron éstos los ejecutores de la fuga.

Ya faltaban pocas horas. Habían elegido la hora de la cena del domingo, cuando todas las puertas de brigadas, pabellones, enfermería y cuerpo de guardia tenían que ser abiertas para llevar la comida a los presos.


A las ocho de la tarde, varios prisioneros sorprendieron al guardián que les llevaba el rancho encerrándolo en el sótano con tres ordenanzas. Uno de ellos, vestido con el gabán y la gorra del guardián, empuñó su pistola y seguido por sus compañeros cruzaron el patio hacia la oficina capturando al jefe de servicios y a un ayudante. Con él engañaron al guardián que estaba al otro lado de la puerta de rastrillos por los que se accedía al patio del cuerpo de guardia. Le detuvieron y le quitaron las llaves de los rastrillos y puertas de salida.



No se permite el acceso al interior del Fuerte, pero en la práctica existen huecos de fácil acceso por donde se puede entrar al patio central, algunas habitaciones, calabozos, depósitos de agua, la casa del general, la iglesia, el horno... Fuente: Mitago
Mientras, otro grupo de presos, logró entrar en la cocina y retener al guardián, a los cocineros y a tres funcionarios y encerrarlos en el cuarto de herramientas. Desde ahí, armados con dos martillos, una piqueta, dos trozos de cañería y un hierro, llegaron a otra puerta exterior custodiada por dos centinelas. Redujeron a uno, pero el otro comenzó a dar voces y murió tras ser golpeado con la piqueta.


Cuando los dos grupos de presos que estaban ejecutando la fuga se reunieron de nuevo en las brigadas, se les sumaron otros presos hasta formar un grupo de unos cincuenta; entonces abrieron los rastrillos para salir al patio que ocupaba la guardia exterior. Sorprendieron a los soldados cenando en el comedor, se apoderaron de los 70 fusiles que tenían y luego hicieron rendir a la decena de centinelas que vigilaban desde las garitas que rodeaban el Fuerte.


Dos de los soldados, sin embargo, lograron escaparse monte abajo y dieron la voz de alarma al Batallón 331 al que pertenecían.


A las 8 y media las puertas del fuerte están abiertas. “¡Sois libres!”, “¡A Francia!”, se oía a muchos que animaban a sus compañeros. Sin embargo los prisioneros dudaban. Casi nadie de los 2.500 presos, casi todos republicanos, estaba al corriente de los planes de fuga. Muchos temían que fuera una trampa de los guardias para asesinarlos una vez atravesasen la puerta.


Texto propagandístico franquista de la prisión. La mejor respuesta que se le puede dar ya lleva muchos años escrita: ¡Mentira!. "Murió uno de cada cinco presos que pasó por allí. Los calabozos eran subterráneos, llovía con frecuencia, dormían sobre el agua. Es decir, el tratamiento perfecto para la tuberculosis" ( Joseba Eceolaza, Asociación de Fusilados de Navarra). Fuente: AraqueBelagua
El desconcierto era total, había rumores pero nadie pensaba que la fuga fuera a llevarse a cabo. Estaba oscureciendo y nadie conocía el camino para salir del monte Ezkaba y dirigirse hacia Francia. Muchos se volvieron a sus celdas pero un tercio de los prisioneros, 795, decidieron fugarse monte a través sabiendo que se jugaban la vida.

Cada uno tiró por su lado. Algunos se dirigieron a la estación de tren de Pamplona donde trataron, inocentemente, de comprar billetes con los vales de la prisión. Naturalmente, los detuvieron enseguida.


La mayoría, debilitados por el hambre y sin zapatos, se encontraban desorientados por el monte. Las tropas que les perseguían, con la colaboración de requetés y falangistas, controlaron pronto los pueblos, los caminos y los puentes…Equipados con potentes reflectores, les fueron cazando uno a uno como a conejos.


Imágenes del interior de la prisión. La grande corresponde a guardias y responsables de la misma. La pequeña es de presos en el patio. Fuente: Diagonal Periódico
A los que capturaban los introdujeron en una gran celda de castigo, desnudos y sin comida los primeros días, sólo con media hora de patio al amanecer. Los prisioneros se fueron enterando de que 207 de los fugados habían sido asesinados por los nacionales.


Sólo tres de los evadidos lograron cruzar la frontera con Francia. Todos los demás fueron muertos o capturados. El último de éstos sobrevivió hasta mediados de agosto escondido en una cueva y alimentándose de caracoles, ranas y hierbas, por lo que sus compañeros le llamaron cariñosamente “Tarzán”.


Curiosamente las condiciones de vida en la prisión mejoraron tras la fuga, siendo destituido el director y procesado por malversación de fondos el administrador.


14 de los fugados fueron condenados a muerte acusados de ser promotores de la sublevación y fusilados públicamente en la ciudadela de Pamplona el 8 de septiembre de 1938. Todos los demás capturados fueron condenados a 17 años más de cárcel.


Grupo de presos del Fuerte de San Cristóbal, fotografiados en 1942. Fuente: El País
Parece una película, pero es la pura realidad.


En plena Guerra Civil Española, 795 presos se fugaron de uno de los penales más duros del régimen franquista: el fuerte de San Cristobal en Pamplona. Hoy conocemos a los protagonistas, quiénes eran, cómo llegaron allí, en qué condiciones vivían y cómo pudo ser posible aquella fuga. La dictadura primero y el pacto de silencio de la transición después quisieron que no se conociese esta historia.


La magnitud de la evasión se aprecia por sus números. De los 2.500 presos que aproximadamente había en el penal, 795 se fugaron. De ellos, 207 murieron en la fuga, 585 fueron detenidos –de los que 14 fueron condenados a muerte y fusilados– y tres lograron cruzar la muga y alcanzar la libertad en Francia.



Los funcionarios de la prisión enterraron a los presos a diferentes niveles de profundidad con una botella de vidrio que albergaba un documento con sus datos personales y la causa de la muerte. La sociedad de ciencias Aranzadi ha comenzado a exhumar los cuerpos de los 131 presos enterrados en el cementerio de la prisión. Fuente: El baúl de Josete
La mayor parte de los presos se enteró de la fuga una vez que ya estaba en marcha, después de que una veintena de prisioneros hubiese logrado hacerse con el control del fuerte tras reducir a los guardias del penal y a los 92 soldados de la guardia exterior.

El organizador de la fuga murió fusilado antes del juicio, según el fiscal; en el monte, según una versión de los fugados; y ejecutado en un cuarto de la prisión nada más ser capturado, según otra. De él se sabe su nombre, Leopoldo Pico, que tenía 27 años y que había nacido en Rasines (Cantabria). Pronto se fue con su familia a Bilbao y allí trabajaría en Euskalduna. Era uno de los dirigentes en el Partido Comunista en Bilbao.


El fuerte de San Cristóbal fue una obra militar impresionante construida durante el reinado de Alfonso XII para defender Pamplona. Se comenzó a usar como presidio en 1934 y de forma intensiva a partir del 36, en la que centenares de navarros eran detenidos y fusilados sin juicio.


En la botella de jarabe aparecida al lado de uno de los esqueletos se encontró un papel con el sello del penal en el que algún funcionario de la prisión había escrito el nombre del fallecido (Andrés Gangoiti), su edad, su profesión, el lugar en el que había nacido y la causa de la muerte. Predominan la "anorexia" y los "paros cardiacos". Muchas muertes están relacionadas con la tuberculosis. La causa de muchas es "traumatismo", eufemismo tras el que se esconde el asesinato a balazos de muchos prisioneros. La imagen está tomada de la misma web que la anterior.
Los 2.500 presos que había allí el 22 de mayo de 1938 soportaban unas condiciones de hacinamiento, malnutrición y malos tratos diversos.

Hoy, el fuerte y sus alrededores son una gran tumba, una gran fosa de fosas en la que yacen los cuerpos de los 207 fugados, un grupo indeterminado de presos "gubernativos" (no registrados) que falangistas de distintos pueblos iban a pedir al fuerte para fusilarlos en la primera curva, y cerca de 400 presos a los que no fusilaron, pero dejaron morir.


Sirva esta última entrada sobre las fugas de las prisiones franquistas para que los pamploneses sepan que el monte Ezkaba, el promontorio vigilante al norte de su ciudad, albergó una horrible prisión utilizada, como tantas otras, para contener y encerrar los sueños de libertad, de democracia y de justicia social de muchos miles de españoles, encarcelados en las galerías subterráneas excavadas en la roca, auténticos “sepulcros de vivos” como fueron descritas por los supervivientes.


Cada 22 de mayo, aniversario de la fuga, familiares y simpatizantes recuerdan a quienes sufrieron entre las paredes del fuerte y a quienes dejaron su vida en diversos lugares del monte. Fuente: Langostinos y lentejas
Y también para que todos nosotros seamos conscientes de una de las mayores demostraciones de dignidad y amor a la libertad: la gran fuga del 22 de mayo de 1938.

A pesar de acabar en tragedia, es una fecha de orgullo para la memoria antifascista de todos nosotros.


Homenaje floral a los prisioneros de San Cristóbal. Fuente: SpanishRed
Todos, los que intentaron la huida y los que no lo hicieron, los que consiguieron escapar, los que murieron y los que vivieron para contarlo eran nuestros hermanos, sus ansias de libertad eran las nuestras, sus sueños eran los nuestros.




Fuentes documentales


Bibliografía


- Sierra, F. y Alforja, I. Fuerte de San Cristóbal, 1938: La gran fuga de las cárceles franquistas. Pamiela, Iruñea, 2005.


Prensa digital


- “La fuga de los 221 muertos”. Artículo de N. Junquera. Fuente: El País, 21-10-2007

- “70 años de la fuga del fuerte de San Cristóbal”. Artículo de G. Lamariano. Fuente: Diario de Navarra, 26-05-2008.

-“El sueño de libertad que nació en Rasines. Leopoldo Pico, de origen cántabro, fue el cerebro y líder de la fuga del Fuerte de San Cristóbal, del que se evadieron 796 presos en 1938”. Fuente: El Diario Montañés, 15-05-2005.
(Publicado en la web Foro por la Memoria)
- “La mayor fuga”. Artículo de R. Diz. Fuente: Xornal de Galicia
, 29-06-2010
- “Los secretos del monte de San Cristóbal”. Artículo de G. Lamariano. Fuente: Diario de Navarra, 07-06-2009.

- “Fuerte de San Cristóbal, Monte Ezkaba”. Artículo de K. Plá. Fuente: Diagonal

- “La fuga de San Cristóbal”. Artículo de R. Diz. Fuente: Xornal de Galicia
, 13-05-2005.

Webgrafía


-“Fuerte de San Cristóbal (Navarra)”. Fuente: Wikipedia

- “Ezkaba - Fuerte San Cristóbal: 70 aniversario de la gran fuga de las carceles franquistas”. Fuente: KaosenlaRed

- "El matadero del Fuerte de san Cristóbal, Iruñea, monte Ezkaba, Pamplona”. Fuente: Todos los Rostros

- “Fuerte de San Cristóbal, Pamplona, Navarra”. Fuente: Gabyrulo


Material audiovisual


- “Ezkaba. La gran fuga de las cárceles franquistas”. Documental realizado por Iñaki Alforja (2006). Fuente: YouTube







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Fugas de las prisiones franquistas (4). La fuga de la Prisión de Mujeres de Les Corts.


Las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul (también llamadas Paulas), presentes en las cárceles de mujeres desde finales del siglo XIX, regresaron a los centros penitenciarios de la mano del franquismo. En el año 2005 recibieron el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia . Toda una burla a las incontables mujeres a las que reprimieron con mano de hierro en las prisiones franquistas.Fuente: Scribd

En 1939-1940 había en la España franquista unas 500 prisiones y, aunque es difícil precisar, cerca de 300.000 presos, de los que quizá unas 20.000 fueran mujeres. El
franquismo condenó a morir de hambre, de tifus, sarna, disentería, palizas, tortura, piojos, humillaciones, vejaciones, mordiscos de ratas... posiblemente a varias decenas de miles. Hoy resulta muy difícil precisar con exactitud su número.

Dejaron huella en los reclusos y reclusas las famosas «sacas» nocturnas camino del paredón, o las palizas a los presos por grupos de falangistas y matones que, a veces, entraban en las cárceles con el visto bueno de funcionarios, monjas y capellanes. Los relatos de maltrato de parte de las monjas estremecen, las condiciones higiénicas, sanitarias, alimenticias... humillantes, son relatos de campos de exterminio. Sencillamente espeluznantes.



Entrada a la prisión de Les Corts, con las palmeras que la flanqueaban.
Por esa razón muchas supervivientes, mayores de 80 años, no daban crédito cuando en septiembre de 2005 otorgaron el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia a la orden religiosa de Las Hijas de la Caridad, “ por su excepcional labor social y humanitaria en apoyo de los desfavorecidos en España desde fines del siglo XVIII”.

Pocos saben que dicha orden religiosa gobernó con mano de hierro las “galeras” (1) o antiguas cárceles de mujeres durante el siglo XIX y comienzos del XX, hasta su expulsión por Victoria Kent en 1931, la primera mujer Directora General de Prisiones de nuestro país, que las sustituyó por un cuerpo de funcionarias especializadas.


Vista general de la prisión de Les Corts.
Y que, acabada la guerra, el dictador Franco volvió a recurrir a ellas como carceleras en establecimientos de infausta memoria como la prisión barcelonesa de Les Corts, Palma, Málaga, Valencia y otras muchas. Otra orden religiosa femenina, las Hijas del Buen Pastor, llegó a administrar la cárcel madrileña de Ventas, la más poblada de la historia de España, de la que salieron las famosas Trece Rosas para ser fusiladas en agosto de 1939.

Las monjas colaboraron en el
secuestro de niños y niñas rojos, separatistas y republicanos de madres presas y en su entrega a falangistas y gentes victoriosas. A otras niñas las raptaron para sí y las hicieron monjas.

Las Hijas de la Caridad de la prisión en Palma de Mallorca vendían en el economato a 1 peseta el kilo de pescado que la gente pobre entregaba para las presas porque se morían de hambre. En Amorebieta hicieron lo mismo con los tomates regalados por la gente y en Saturrarán las monjas hacían acopio de los suministros que les entregaban para el sustento de las presas y ellas lo vendían en estraperlo. En Les Corts los beneficios adquiridos mediante el cultivo del extenso
huerto -trabajado por presas que redimían pena- nunca se tradujeron en una mejora efectiva del rancho, motivo constante de quejas e incluso de plantes y protestas.

Presas trabajando en la extensa granja agrícola de Les Corts. El trabajo era para ellas, los beneficios para las monjitas de las Hijas de la Caridad.
Aquel sistema carcelario era el eje de la represión franquista. Se buscaba la humillación de los vencidos, la limpieza política. La mayoría de las reclusas fueron castigadas por el único delito de ser esposas, madres, abuelas o hijas de hombres perseguidos por los golpistas.

Otras muchas mujeres, comprometidas con las opciones
de izquierda, jóvenes en su mayoría, iniciadas en el mundo de la política de la mano de la Segunda República, fueron ejecutadas o soportaron largas condenas en las cárceles franquistas desde el inicio de la dictadura, cuando estaban a punto de experimentar en sus vidas y para el futuro un vuelco igualitario que un sangriento y brutal golpe militar vino a impedir desandando lo avanzado y acuñando sólidas doctrinas de subordinación al hombre, según los mandatos de la Santa Madre Iglesia, y una férrea legislación restrictiva de sus derechos, que perduró durante décadas.

Taller de costura y confección de Les Corts, 1952. Estos talleres tenían un extraordinario despliegue publicitario en la prensa del régimen. Los principales beneficiarios, aparte del estado franquista, fueron distintas casas comerciales.
Una de estas mujeres, republicana, comunista, luchadora por un mundo mejor desde su juventud, pintaba decorados para representaciones teatrales que se hacían en festividades y era capitana del equipo de baloncesto en la prisión barcelonesa de Les Corts.

Se trataba de Victoria Pujolar, que había conocido bien la guerra, los bombardeos sobre Barcelona, la retirada, el exilio… Trasladada a Madrid para ser juzgada en un consejo de guerra, aprovechó este momento para protagonizar una sonada fuga.



Este es el relato de la misma, realizado por ella misma (2) :

“…no íbamos esposadas. Tenía la intención de escaparme, se lo había hecho saber discretamente a una de las dos compañeras, pero no sabía exactamente cuándo surgiría la ocasión. Lo que sí tenía claro es que debía de ser en Barcelona, ya que era la ciudad que conocía a fondo y donde tenía contactos del partido que me podrían ayudar.



Equipo de baloncesto de Les Corts, 1949. Referencia obligada en las publicaciones del régimen, era considerado como un "deporte femenino". La organización de equipos deportivos era también un reflejo de la capacidad organizativa de las reclusas políticas y al mismo tiempo un estímulo para sobrevivir a la prisión.


Cuando llegamos a la estación y al salir del taxi la compañera que salió la última, pagó al taxista y dijo en voz alta que no le había devuelto bien el cambio; el guardia civil retrocedió para ver qué pasaba. Entonces entré en la estación, que estaba llena, y bajé corriendo por el otro portalón, me metí rápido por callejones, llegué a la estación de metro de Correos, bajé corriendo, cogí el billete y tuve tiempo de meterme en un convoy que acababa de llegar.


El vagón estaba repleto de trabajadores porque era antes de las 8 de la mañana, y bajé al final de la línea, en la estación de Lesseps, en el barrio de Gràcia. Me metí en un café, telefoneé a un compañero y le di la dirección de donde me encontraba, y al rato se presentó allí. Le dije que quería ir a Francia y que me comprara un billete de 1ª clase para ir a Figueres, para aquella misma tarde.

Me dijo que de acuerdo, pero que esperara a que me vinieran a buscar. Llegaron dos compañeras y con un taxi me llevaron a casa de unas madrileñas que habían estado en la cárcel. Sin perder tiempo me tiñeron el pelo de rubio, me hicieron otro peinado, me maquillaron y me cambiaron completamente de aspecto.


Les Corts, 1954. Otra imagen idílica para la propaganda, titulada "Un momento de recreo de las reclusas" publicada en la "Memoria del Patronato para la Redención de Penas por el Trabajo".
Por la tarde, de bracito con las dos compañeras de Madrid, entré en la misma estación de Francia, llena de guardias. Subí al tren y las madrileñas me despidieron como se suele hacer con un familiar.

Durante el trayecto no hubo ningún problema. Pasó el revisor, le enseñé el billete, me lo devolvió; luego pasó el guardia para pedirme el salvoconducto de fronteras –entonces obligatorio– se lo mostré, lo miró y continuó pidiendo salvoconductos al resto de pasajeros. Pero mi salvoconducto era un tanto especial: era falso.


El tren llegó muy retrasado a Figueres, era ya de noche. Me acuerdo de que caminaba casi a oscuras, pero llegué a la casa que debía. Me abrió la madre de una compañera presa en Les Corts, que me reconoció y me hizo entrar rápidamente. Fue ella quien buscó y contrató a un contrabandista y me proporcionó el dinero para pagarlo. Pero como no se fiaba de él, me advirtió: “Tú le das la mitad al empezar el camino, pero la otra mitad dásela sólo cuando ya estés en la frontera”.


Les Corts, 24 de septiembre de 1952. Presas, en su mayoría gitanas, disfrutando de sus hijos en la festividad de la Virgen de la Merced, patrona de las prisiones. Las presas podían recibir durante varias horas a los hijos que tenían en el exterior, al cuidado de parientes. Eran éstas las imágenes preferidas por el régimen para publicitar su gestión penitenciaria.
El contrabandista iba acompañado de un niño que no abrió para nada la boca durante todo el camino. Caminamos durante dos días y dos noches. Aprovechábamos la oscuridad de la noche para andar, aunque en alguna ocasión el contrabandista decía: ‘Agáchate’ –mientras la luz de algún reflector pasaba por encima de nuestras cabezas.

Durante el día descansábamos y hasta dormíamos un poco apoyados en el tronco de algún árbol; de noche andábamos rápido, subiendo a veces por sitios difíciles, hasta que al final llegamos a un terreno más llano y el contrabandista me dijo: ‘A partir de aquí ya es Francia’, y señalando hacia una masía que se veía entre la espesura del bosque, añadió: ‘Allí te ayudarán’, y tras pagarle, se esfumó con el niño.


Efectivamente en aquella masía me atendieron y la propia hija de la casa me acompañó hasta Perpiñán en autocar. Allí me acerqué hasta un café donde solían reunirse los españoles, telefoneé a mis padres, y al cabo de lo que tarda un tren de Toulouse a Perpiñán, pude abrazar a mi madre, que vino a recogerme.


Encontré una Francia distinta, una Francia libre, pues ya la IIª Guerra Mundial había terminado”


Les Corts, día de la Merced 1945. De pie y quinta por la izquierda, Victoria Pujolar. En cuclillas, segunda por la izquierda, Tomasa Cuevas a quien debemos una larga serie de entrevistas a antiguas compañeras de prisión, que culminaría en una monumental trilogía publicada a principios de los ochenta: Cárcel de Mujeres –dos tomos- y Mujeres de la Resistencia, referente inexcusable para el estudio de la represión femenina durante el franquismo.
Así comenzaba el segundo exilio de Victoria Pujolar. En Francia siguió participando en todo tipo actos, mítines y manifestaciones a favor de la República. Más tarde se incorporó como locutora a Radio España Independiente, la legendaria “Radio Pirenáica”, la emisora clandestina del Partido Comunista. Atreverse a sintonizarla ya era un gesto de oposición al franquismo.

En “La Pirenáica” Victoria Pujolar informaba sobre lo que el franquismo escondía, poniendo en evidencia las supuestas "excelencias" de su sistema penitenciario que pretendía trasladar al exterior una idílica y ficticia imagen de normalidad (deporte, jardines, limpieza, higiene, asepsia, rehabilitación…)


En la actualidad, en el solar que ocupó en su día la antigua prisión de Les Corts en Barcelona, se alza “El Corte Inglés” de La Diagonal.


Ninguna placa recuerda el sacrificio de decenas de miles de mujeres que dieron la vida y la salud por la democracia, la igualdad y la libertad…




NOTAS
(1) El nombre de «galera» procedía del castigo penal tradicionalmente impuesto a los hombres delincuentes, consistente en «servir a remo en las galeras del rey».
(2) Se trata de un relato adaptado. El original puede leerse íntegramente en una extensa biografía publicada en la revista "El Viejo Topo" (ver fuentes documentales).
(3) Todas las imágenes, excepto la primera, han sido tomadas de la excelente web Memoria de la Prisión de Mujeres de Les Corts, Barcelona, 1939-1955.




Fuentes documentales

Bibliografía


- Álvarez-Fernández, J.A. Memoria y trauma en los testimonios de la represión franquista. Anthropos, Barcelona, 2007.

- Casanova, J. Morir, matar, sobrevivir. La violencia en la dictadura de Franco. Crítica, Barcelona, 2004.

- Cuevas, T. Prison of women. Testimonies of War and Resistance in Spain, 1939-1975. Translated and Edited by Mary E. Giles, 1998.

- Hernández-Holgado, F. Mujeres encarceladas: la prisión de Ventas, de la República al franquismo. Marcial Pons, Madrid, 2003.

- Molinero, C. y Sala, M. Una inmensa prisión: los campos de concentración y las prisiones durante la guerra civil y el franquismo. Crítica, Barcelona, 2003.


Revistas digitales


- “La psicología en los campos de concentración de Franco”. Artículo de J. Bandrés y R. Llavona. Fuente: Psicothema, 1996. Vol. 8, nº 1, pp. 1-11.

- “Entrevista a Victoria Pujolar”. Artículo de A. Winterhalder. Fuente: El Viejo Topo, nº 257, 2009, pp. 41-48.


Prensa digital


- “Tomasa Cuevas y memorial democrático”. Artículo de M. Carrillo. Fuente: El País, 28-01-2005.


Webgrafía


- “Memoria. Prisión de mujeres de Les Corts, Barcelona. 1939-1955". Fuente: PresodelesCorts.

- “Tomasa Cuevas, Juana Doña y otras presas políticas del franquismo”. Fuente: TodoslosRostros.

- “Más sobre Franco y las Hijas de la Caridad”. Artículo de M.Arizaleta. Fuente: El Canto del Búho

- “La terrible prisión de Les Corts, Barcelona”. Fuente: TodoslosRostros

- "Presas de Franco". Fuente: Scribd

Material audiovisual


- Presas de Franco. Exposición fotográfica en Córdoba. Fuente: YouTube













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Fugas de las prisiones franquistas (3). La marcha de los 100 días.

En muchos lugares de España aún se sigue rememorando a los "Maquis", como demuestra este graffitti en un muro de la población barcelonesa de Sallent de Llobregat. Fuente: WikiPedia

Cuando el «Caudillo» vencedor en la contienda civil española firmó el último parte oficial de guerra -1 de abril de 1939 -, ignoraba que el histórico documento no reflejaría jamás toda la verdad. Porque esta verdad era que de aquel «Ejército rojo, cautivo y desarmado», existían todavía unidades irreductibles en diversos lugares de la geografía peninsular. Sería entonces cuando empezara realmente el verdadero movimiento Guerrillero en España aunque en realidad hacía ya tres años que existía pero que aún debería alcanzar su momento más espectacular en los años 1944-1950.

Nunca fueron muchos, pero les apoyaba una amplia red de colaboradores, los “enlaces”. Eran conscientes de que por sí solos no derrocarían al régimen franquista, sino que tenían que ser los catalizadores de un movimiento popular que pusiera fin a la dictadura.

Octubre de 1944. Los aliados están barriendo a los alemanes y la Francia ocupada está dejando de serlo. Muchos exiliados españoles que han estado luchando en la Resistencia contra los nazis ponen en marcha la invasión del Valle de Arán. Nombre en clave: "Operación Reconquista de España". Fuente: Historias con Historia
Al principio les llamaban los “maquis”, vocablo francés para denominar al paisaje de arbustos y matorrales en el que muchos republicanos españoles habían luchado contra las fuerzas de ocupación alemanas en Francia, tras la derrota en la Guerra Civil. Sinónimo de resistencia y de guerrilla, ellos preferían sin embargo autodenominarse Guerrilleros y en cada zona en la que luchaban fueron conocidos como “los del monte”, “fugados”, “fuxidos” o “emboscados” entre otros apelativos.

La enumeración de todos los hechos llevados a cabo por las diversas Agrupaciones de la Guerrilla anti-franquista es una tarea que nos llevaría a extendernos en exceso y que merece ser tratada en varios capítulos más adelante.


Miembros del XIV Cuerpo de Ejército Guerrillero del Ejército Popular de la República. Conocidos como "Los Niños de la Noche", constituían una unidad especializada en la guerra de guerrillas para desestabilizar las lineas franquistas. Eran autosuficientes, combativos, bien pertrechados, con experiencia en demoliciones y supervivencia. El ejército franquista llegó a publicar pasquines y anuncios en los periódicos con cuantiosas recompensas por su captura. Fuente: Paisajes de la Guerrilla
En esta ocasión me limitaré a narrar una proeza, la historia de seis guerrilleros de la Agrupación Guerrillera Málaga-Granada, que lograron culminar con éxito una marcha a pie, a través del campo, de más de 1.000 kilómetros, desde el 6 de Junio de 1952 hasta el 14 de Octubre del mismo año, casi siempre de noche, desde la sierra de Lújar, cercana a Motril (Granada) hasta Francia, con numerosas patrullas de la Guardia Civil guiadas por un delator, persiguiéndoles con saña hasta el final.

Fuente: Cosas mías
En 1952, después de escribir algunas páginas gloriosas, la Guerrilla estaba casi terminada. La feroz represión llevada a cabo por la Guardia Civil había dado sus frutos. Ya no sólo iban a por los Guerrilleros en la sierra, donde había numerosas bajas. También contra todos aquellos que suponían que eran sus enlaces. Se vuelve prácticamente imposible el aprovisionamiento de víveres y la recogida de información.

Padres y esposas de los Guerrilleros fueron detenidos y asesinados después de sufrir espantosas torturas y vejaciones sin cuento. Los Guerrilleros que desertaban eran utilizados en contra de sus ex-compañeros obligándoles a revelar las bases donde éstos recogían
alimentos y otros objetos de primera necesidad.

Mas del Osar (Nogueruelas, Teruel), lugar de cruces entre masoveros, guerrilleros y Guardia Civil. En este extenso territorio, que abarca las provincias de Cuenca, Teruel y Valencia se movía la Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón (AGLA). Fuente: El Canto del Búho
Abandonados a su suerte por un Partido Comunista que había creado la Guerrilla para que las potencias democráticas vieran que aún había un ejército que luchaba por el restablecimiento de la República, pero que cambió de táctica cuando se demostró que éstas, lejos de ayudar a los luchadores anti-franquistas, ayudaban cada día más abiertamente a la dictadura, los días de la Guerrilla estaban contados.

Sólo quedaban 7 hombres en la sección que mandaba “Pablo”. Después de pensarlo mucho optaron por huir antes de que los mataran a todos. Era más fácil decirlo que hacerlo. Su decisión implicaba ir andando desde la sierra de Lújar (Motril) y atravesar toda España hasta pasar los Pirineos e internarse en Francia. Y ello unido a las dificultades de la extremadamente agreste geografía de nuestro país.


Estuvieron de acuerdo en que para lograrlo deberían observar a rajatabla las tácticas guerrilleras: caminar sólo durante la noche, guardando una distancia entre ellos de unos 15 metros, no utilizar caminos ni carreteras, no cruzar nunca un puente, evitar las poblaciones, no fumar mientras caminaban…



Se constituyó una verdadera red represiva contra los guerrilleros. La Guardia Civil era a menudo acompañada en sus acciones por somatenes (voluntarios civiles armados, generalmente falangistas y derechistas radicales), guardias jurados y forestales de los municipios afectados por la actividad guerrillera. Fuente: La Opinión de Coruña
No podían sospechar que el primer obstáculo lo tendrían antes de salir. Su compañero “Martín” había desertado aprovechando que estaba de guardia. Temiendo que les delatara, se pusieron rápidamente en camino hacia la sierra de Cazorla. Su temor se vio confirmado, aunque Martín” tardó varios días en delatarles, lo que les dio una cierta ventaja sobre la Guardia Civil.

A los pocos días, sin embargo, tuvieron un encuentro con la “Benemérita”. Dos de los guerrilleros se perdieron, aunque pudieron reencontrarse días más tarde.


Intentando caminar cada noche hacia el norte, no siempre eran conscientes de hacerlo así. Sólo contaban con un mapa de España tomado de un viejo libro escolar y de su conocimiento de las estrellas, las cuales no siempre eran visibles por la niebla u otras circunstancias.


Grupo de reclusas relacionadas con la guerrilla anti-franquista. La importancia de las mujeres fue decisiva sobre todo en los enlaces: viudas de republicanos, hijas o mujeres de ejecutados y mujeres políticamente comprometidas. Esas mujeres llegaron a vertebrar la lucha política en el mundo rural. Fuente: Juanín. "Los del Monte"
La Guardia Civil, mientras tanto, los perseguía. Obtenían, unas veces de grado y otras por la fuerza, información de los cortijeros, y preparaban apostaderos y emboscadas en los lugares lógicos por donde los Guerrilleros deberían de pasar.

Las provisiones se acababan y decidieron buscarlas no entre los campesinos por el riesgo de que los denunciaran, sino en tiendas de comestibles de los pueblos. Compraban en varias tiendas diferentes para no llamar la atención con el volumen de su pedidos.


Noche a noche seguían caminando en marchas durísimas, siempre campo a través, borrando su rastro con ramas atadas a la mochila. Con muchas dificultades, debieron atravesar varios ríos, algunos de ellos con fuerte corriente, bajo el peso de sus mochilas y armamento, agarrados unos a otros pues dos de ellos no sabían nadar.



El general Manuel Pizarro, gobernador de Teruel, se distinguió especialmente en su lucha contra la Guerrilla. Para ello, ordenó el desalojo de todas las masías para así cortar el apoyo y los suministros al maquis, utilizó nuevas tácticas de contraguerrilla (guardias disfrazados de maquis que robaban y torturaban indiscriminadamente) y de “tierra quemada” (quema de cosechas) para así minar los apoyos civiles al maquis. Igualmente, bajo su mandato se vivió una situación de auténtico terror entre la población sospechosa de simpatizar con la guerrilla utilizando métodos de enorme dureza: las palizas, los fusilamientos simulados para lograr confesiones, el envenenamiento de víveres o la implacable aplicación de represalias y de la fatídica “ley de fugas”, fueron frecuentes. Fuente: Socialistes de Morella
La Guardia Civil les seguía de cerca los pasos, empeñada en capturarles, gracias a la información de su ex compañero “Martín” y la que iba recibiendo de todos los lugares en los que había algún “puesto”.

Ya en Aragón, cerca de Valderrobres (Teruel), una noche coincidieron en un caserón medio derruido con una dotación de los "civiles". Los dejaron estar para no delatarse. Nunca supieron aquellos guardias lo cerca que habían estado de la muerte.


En Alcañiz compraron víveres y uno ellos tropezó de repente con un guardia civil que salía de un cuartel. Dándose de bruces, casi cayeron ambos al suelo; el guardia, sin imaginar con quién tropezaba, se excusó y cada cual continuó su camino. Durante unos días éste tropiezo fue motivo de bromas entre los huidos.



Vista general de Alcañiz (Teruel) en los años 40-50, una de las poblaciones donde los guerrilleros tuvieron que avituallarse. Fuente: ForosNet
Así llegó el momento más temido por los Guerrilleros, el cruce del río Ebro, que bajaba muy crecido. Los puentes estaban descartados, ya que todos ellos estaban vigilados. Intentaron cruzarlo en un bote, pero fracasaron. No les quedó más remedio que solicitar los servicios de un barquero que se negó al principio, hasta que le encañonaron con sus pistolas. Llegados a la otra orilla y para retrasar la posible denuncia del barquero, pagaron a éste 1000 pesetas por las molestias.

Cruzado el Ebro, se les presentó el dilema de atravesar el Pirineo por el Valle de Arán o por Huesca. Decidieron que fuesen las circunstancias las que determinasen la dirección a seguir, pensando que así sus perseguidores no podrían prever un itinerario que ellos mismos desconocían.



El río Ebro en las cercanías de Caspe (Zaragoza), lugar por el que fue cruzado por los Guerrilleros. El más caudaloso de la Península Ibérica y el segundo más largo, era el lugar donde la Guardia Civil planeba capturarles, por lo que todos los puentes estaban vigilados. Fuente: Ayuntamiento de Caspe
Sus pasos les llevaron a Barbastro, en la provincia de Huesca, población llena de soldados pues era una fuerte plaza militar. Uno de los Guerrilleros entró en una confitería donde compró pasteles y algunas botellas de coñac y de “Licor 43”. Para que el dueño no sospechara, comentó que era para un bautizo en el que él era el padrino de la criatura.


El riesgo que habían corrido al comprar aquellos licores se revelaría luego muy útil cuando tuvieron que caminar sobre la nieve y los pies casi se les congelaron.


El río Vero (aún sin canalizar) a su paso por Barbastro (Huesca), población donde los guerrilleros compraron bebidas alcohólicas en previsión del frío que iban a pasar en el Pirineo. Fuente: El Barbastro que ya no existe
Caminando por los términos de Naval, Alquézar, Boltaña y Bielsa, llegaron por fin al último de los grandes obstáculos de su viaje, el Pirineo. Una noche hablaron con un pastor que encerraba a sus ovejas en una cueva. Durante la cena el pastor les dijo que estaban en Monte Perdido y les explicó cómo podían alcanzar la frontera.

Los guerrilleros le convencieron a regañadientes de que les guiara. Tras varias horas de caminar sobre la nieve sin descanso, bajo una intensa niebla, se dieron cuenta de que el pastor les había llevado de nuevo hacia el sur, lejos de la frontera francesa. Un puñetazo y un trago de coñac le ayudaron para no volver a equivocarse de camino


Tras desandar el camino y pasar por momentos muy duros y peligrosos atravesando un estrecho sendero de hielo que bordeaba un profundo abismo, llegaron por fin a la ansiada libertad, ya en tierra francesa.
El pastor regresó con varios miles de pesetas que le dieron, por lo que que no salió mal librado de su poco entusiasta colaboración.

Subir el Monte Perdido (3.355 metros) es en verano una tarea larga y fatigosa pero al alcance de cualquiera (el autor de este blog lo hizo en varias ocasiones en su juventud). Con nieve la cosa cambia mucho. Con nieve helada, como tuvieron que hacer los guerrilleros en 1952, era un auténtico desafío al que tuvieron que hacer frente sin medios apropiados de escalada. Fuente: Racons de Tramuntana
Posteriormente se entregaron con todas sus armas a unos agentes de la Gendarmerie francesa que, sorprendidos, escucharon su odisea recorriendo España en aquellas condiciones. Les atendieron con todo respeto y corrección, les dieron de comer platos de comida caliente que los guerrilleros aceptaron agradecidos, y que insistieron en pagar como habían hecho siempre.

El fracaso de la gigantesca operación de captura se puso en evidencia cuando la Guardia Civil se enteró de su llegada a Francia por las cartas que enviaron a sus familiares y que fueron interceptadas. No les quedó más remedio que admitir la derrota que les había infligido un grupo de seis guerrilleros que sólo se orientaron con un mapa de primaria y una pajuela para calcular distancias.


Algunos guerrilleros, junto a otros españoles exiliados en Francia, poco después de su llegada. De pie y primero a la derecha, Jose Mª Navas. De pie y tercero a la derecha, Enrique Urbano. Primero a la derecha agachado, Manuel Pérez Rubiño. Fuente: Cuadernos para el Diálogo
La marcha había durado 3 meses y 8 días, desde el 6 de junio al 14 de octubre. Los protagonistas, algunos de los cuales se afincaron en Francia, nunca se consideraron unos héroes, sino que siempre reconocieron que habían sido muy afortunados.

“Nuestras ilusiones habían naufragado, librar a España, a nuestro pueblo de la Dictadura había sido una quimera. Si abandonamos nuestro país era simplemente por no caer en las garras de algún que otro oficial conocidos por su inusitada dureza y que en aquellos tiempos proliferaban en el Benemérito Cuerpo”.
Enrique Urbano, 28 años en 1952. Uno de los componentes de la Marcha de los Cien Días, junto con Manuel Pérez, Ricardo Martín, Miguel Salado, Francisco Martín y José Navas.



Fuentes documentales

Bibliografía y documentos PDF

- Aróstegui, J. y Marco, J. El último frente. La resistencia armada anti-franquista en España,1939-1952. La Catarata, Madrid, 2008.

- Sánchez, J. (et al.). Maquis: el puño que golpeó al franquismo. La agrupación Guerrillera de Levante y Aragón (AGLA). Flor del Viento, Barcelona, 2003.


Revistas digitales


- Azuaga, J. M. "Escapar de Franco: Cien días en la huida de seis guerrilleros". Cuadernos para el Diálogo, nº 17, 2007.

- Recio, A. "Internet como fuente de estudio de la guerrilla anti-franquista". Revista Historia y Comunicación Social, nº 9, 2004.

- Romero, J.A. "1952: Huida de los últimos seis guerrilleros a Francia". Revista Jábega, nº 88, 2001.


Prensa digital


- “El desconocido movimiento guerrillero anti-franquista de la pos-guerra". Artículo de J.A. Vidal Sales. Fuente: CanariaSemanal.


Webgrafía


- “Maquis (Guerrilla anti-franquista). Entrada de la WikiPedia.

- “Operación Reconquista de España”. Fuente: Historias con Historia

- “La marcha de los 100 días”. Fuente: Paisajes de la Guerrilla.

- “Málaga-Cádiz. De la represión a la supervivencia en la sierra”. Fuente: Paisajes de la Guerrilla.

- “La marcha de los 100 días”. Fuente: Cosas mías


Material audiovisual


- "Guerra Civil Española. El Maquis". Magnífica serie de vídeos de Canal de Historia. Fuente: YouTube
- Recopilación de documentos audiovisuales sobre la Guerrilla antifranquista. Fuente: Juanín. "Los del Monte"





















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