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martes, 17 de octubre de 2017

La casa del callejón. David Mitchell


     "Hay un portón de hierro negro pequeño empotrado en la tapia de ladrillo. Es chiquitísimo. Yo rondo el metro y medio, y solo me llega a los ojos. Una persona gorda tendría que meterse a la fuerza. No tiene pomo, ni agujero de la cerradura, ni rendijas junto a los bordes. Es negro, negro como la nada, como los huecos entre las estrellas."

     El año pasado descubrí Relojes de huesos, que leí con sumo placer. Por eso, y por su relación con este título, no tardé en comprarlo. Hoy traigo a mi estantería virtual, La casa del callejón.

    Estamos en Slade Alley, un callejón de Londres que, si no sabes dónde buscar, seguramente nos pase desapercibido. En ese callejón hay una pequeña puerta sin pomo que lleva a Slade House. Y conocemos Slade House, una casa encantada cuya puerta se abre periódicamente para dejar paso a un huésped de honor. Pero no es una casa normal, es una casa encantada. Algo habita en Slade House.

     La primera pregunta a responder es la relación entre esta novela y Relojes de hueso. La hay, y es evidente, en la presencia inmortal que habita la casa, que podría ser la misma, aunque con menos apetito que la que ya conocimos en Relojes, ya que aquí, la casa se abrirá cada nueve años. Dicho lo cual, esa necesidad de alimentarse será el hilo conductor a lo largo de cada una de las historias que componen esta novela. Mitchell estructura su libro en visitas, es decir, revivimos nueve veces la misma situación, descubriendo que, a medida que nos acercamos a nuestra época, los invitados a la casa son más suspicaces y son capaces, además, de recibir pequeños avisos del anterior, lo que nos llevará a pensar que pronto habrá algún tipo de enfrentamiento en dicho lugar, ya que descubrimos además que no todas las "presencias" son iguales (cosa que también sucedía en Relojes).

     Sabido esto la historia tiene su origen en twitter. David Mitchell comenzó un hilo en el año 2014 en el que ya presentaba a Nathan, protagonista de la primera de las experiencias del libro. The right sort, así es como se llama, puede aún leerse aquí, si alguien tiene curiosidad. El lector encontrará alguna diferencia con su paso a papel, pero está todo ahí. Supongo que la historia creció o tuvo el éxito suficiente como para que Mitchell decidiera convertirlo en una novela. Una novela que es fácil de seguir y en la que encontramos alguna pauta común con las formas de un autor que tiende muchas veces a convertir los capítulos de sus libros en una suerte de micronovelas entrelazadas. En este caso es un poco lo mismo, y aunque tenemos clara la relación entre las historias que saltan de 9 en nueve años y ya cuando aparece el policía no tardamos en verlo como la víctima frente a los verdugos, cada vez tiene que dar comienzo a una pequeña acción casi desde cero que genere una voz diferente para cada víctima. futuras víctimas sin saberlo que irán relatando sus historias en las que, pese a los avisos, están condenados (o lo parece) apenas ponen la mano sobre la pequeña puerta.

     Mitchell nos deja una casa encantada que es mucho más que eso. La mezcla con una suerte de vampírica inmortalidad, obligando al lector a decidir si son buenos o malos estos vampiros, y lo hace guiando convenientemente nuestro juicio en función de sus necesidades apelando a la moral.
     Una vez más, no es simple terror y no asusta; y una vez más, y pese a que aceptamos incluso antes de comenzar que estamos ante scifi, la novela parece estar firmemente agarrada al realismo de los distintos personajes que la forman, lo que nos lleva a un título inclasificable con una simple etiqueta.

     Me ha gustado La casa del callejón. Me he divertido encontrando la nada de Momo, pensando en los jardines del País de las maravillas, en Lovecraft y también en vampiros. Es una pequeña rareza. Pero solo en volumen es pequeña, no os dejéis engañar por las apariencias.

      Y vosotros, ¿preferís novelas cortas o extensas?

     Gracias.