Mostrando entradas con la etiqueta Knockemstiff. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Knockemstiff. Mostrar todas las entradas

martes, 4 de abril de 2017

El banquete celestial. Donald Ray Pollock


     "En 1917, mientras otro agosto infernal empezaba a tocar a su fin en la frontera que separa Georgia y Alabama, Pearl Jewett despertó una mañana antes del amanecer a sus hijos con un grito gurural que sonó más animal que humano. Los tres jóvenes se levantaron en silencio de sus rincones respectivos de la cabala de una sola habitación y se pusieron la ropa mugrienta y todavía húmeda del sudor de la jornada anterior. Una rata sarnosa y cubierta de costras se metió correteando en la chimenea de roca, haciendo caer trocitos de mortero sobre el frío hogar."

     Descubrí a Pollock con Knockemstiff una colección de relatos que me encantó y me hizo preguntarme cómo de horrible era el lugar en el que nació su autor, seguí con la novela El diablo a todas horas, igualmente contenta, y me tocó esperar. La espera del lector hasta que aparece un nuevo título. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, El banquete celestial.

     Estamos en 1917, en la frontera entre Georgia y Alabama. Allí conocemos a los hermanos Jewett que viven en una cabaña mugrienta junto a su padre, Pearl, trabajando para un explotador. Cuando Pearl muere, sus hijos huyen de su vida en una escalada de sangre, violencia y atracos. Quieren llegar a Canadá. Conocemos también a Eula y Ellsworth, que perdieron sus ahorros por culpa de su hijo alcohólico.

     El banquete celestial hace referencia a la promesa de un banquete en la otra vida, la recompensa a una vida recta. Sin embargo, al morir Pearl, sus hijos se alejan totalmente de esa rectitud en esta novela con un corte de típico western que, además, tiene un punto cómico imposible de no percibir. Pollock es un hombre exagerado, de narraciones descarnadas y frontales que pueden resultar más que chocantes para algunos de sus lectores. Pero también tiene su pluma algo que hace que su lectura sea fácil, otorgando una suerte de anestesia al lector que pronto deja de sentirse afectado por tanta miseria y se descubre avanzando sin descanso por las tramas. Pronto lo descubrimos, al inicio de la aventura de estos tres hermanos, encerrados en los típicos clichés de uno listo, uno menos listo y el pequeño impredecible, cuando ya el mayor protesta sobre el mal comienzo preguntándose cómo es posible que en la primera noche ya hayan salido las cosas así. Lo plantea de una forma tan clara, que no podemos evitar sonreírnos pese a la sangre que ha dejado en el camino. Y así es como comenzamos la aventura, el camino de estos tres hermanos, que serán de quienes os hable en la reseña. A Eula y Ellsworth, al igual que al camarero terrible, el mendigo y otros tantos, tendréis que descubrirlos vosotros, no quiero privar a ningún lector de según qué placeres.
     Pero la novela es más que eso. La novela, cuajada de secundarios, en su mayoría masculinos, también hace una crítica a la situación, toca la Guerra y se mete de lleno en las vidas miserables que lo único que parecen exudar es podredumbre. Y en mitad de ellas, los tres hermanos, a los que no busca redimir pero en los que si deja ese leve rastro de "malo con buen corazón" si es que es posible describirlos así, ya que lo que más recordaremos nada más cerrar el libro serán los tiros, la sangre y los juramentos.

     Me ha gustado, me ha parecido que mezcla lo pulp con el western hasta conseguir una novela francamente entretenida en la que, con trazas de esa novela que ahora se ha puesto de moda, de vidas difíciles y pasajes austeros que termina resultando predecible, y un homenaje nada velado al western más típico, Pollock da una pequeña lección sobre lo que es reinventar la forma de contar una historia. Y es que, de lo que no me cabe duda alguna, es de que tiene estilo propio. Y a mi, me gusta. aunque posiblemente no sea para miradas sensibles o almas cándidas.

     Y vosotros, que ayer no os pregunté, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias.

martes, 15 de enero de 2013

El diablo a todas horas. Donald Ray Pollock




     "Una sombría mañana de finales de un lluvioso octubre, Arvin Eugene Russell iba correteando detrás de su padre, Willard, por el borde de un pastizal que dominaba una hondonada larga y rocosa del sur de Ohio llamada Knockemstiff. Willard era alto y huesudo y a Arvin le costaba seguirle el paso. El campo estaba invadido de zarzas y de matas descoloridas de pamplinas y cardos, y la niebla del suelo, tan espesa como las nubes grises del cielo, le llegaba hasta las rodillas a aquel chico de nueve años."
 
     El año pasado este autor desembarcaba en nuestro país con un libro de relatos, Knockemstiff, consiguiendo el apoyo y aplauso unánime de todos sus lectores. Lo mismo daba que fueran críticos que lectores ocasionales todos cayeron (caímos) rendidos antes sus letras. Cuando vi el libro que hoy acerco, no pude resistirme a la tentación de conocer un poco más la pluma del autor en su primera novela. Hoy traigo a mi estantería virtual El diablo a todas horas.

     Willard Russell reza a un árbol en el bosque junto a su hijo, Arvin. Es una suerte de ritual que no puede verse interrumpido aunque sí teñido de sangre. Arvin crecerá en esta América plagada de personajes miserables que lo irán rodeando con sus desventuras. Asesinos, autoestopistas, pederastas se unen en este lugar. Conocido el comienzo... el resto tendréis que descubrirlo vosotros, al menos esta vez no sería justo entrar en más detalles.

     Lo primero que quiero dejar claro es una cosa: Knockemstiff existe. Hoy es un pueblo fantasma que está deshabitado o al menos eso es lo que parece, pero en su día en este pueblo de Ohio nació un tal Donald Ray Pollock. Dejó sus estudios para trabajar en una empresa cárnica y el trabajo en esta para irse a una fábrica de papel. Hasta los 55 años no se graduó en un programa de escritura creativa... pero todo esto no es lo que me importa realmente. Mi duda es sobre el lugar que lo vio nacer. No se que le sucedió al autor ni que había en las calles de ese pueblo, pero tuvo que ser algo que le marcase. Tal vez no, y fuera un lugar idílico con casitas todas iguales y apartamentos bien distribuidos, con niños gritando y jugando en las calles... en ese caso el autor lo olvidó. Porque nada de eso aparece reflejado en sus libros. Más bien al contrario.

     Donald Ray Pollock nos da cuenta de las miserias humanas una a una. No es un libro de relatos aunque nos vaya relatando las vidas de sus protagonistas. Sin tregua. Desde los bosques hasta las casas que poco a poco vamos imaginando desvencijadas porque no vemos nada bonito en el libro. Es una lectura turbadora, no cabe duda. Las miserias siempre lo son, y la maldad, los trastornos... las suciedades del alma. Porque hay, y muchas, y siguen estando aunque se rece. Nadie escapa en este lugar a la pluma del autor que parece recrearse en cada sombra, exponiéndola para que no seamos capaces de apartar la vista. Sucede con este libro un poco como con los triángulos de las carreteras que provocan que la gente aminore la marcha para echar un vistazo. Sabemos que lo que nos vamos a encontrar no es hermoso, pero aún así no desviamos la vista. Si bien Arvin lleva el peso principal de la obra, hijo de un hombre atormentado por el recuerdo de una crucifixión durante la guerra, no estará sólo en este retrato de grupo que nos presenta hombres y mujeres atormentados.

     Hace unos días traía a Cormac McCarthy y decía que era un autor que conseguía que nos moviéramos incómodos en el sillón. Hoy traigo a otro que consigue lo mismo con una prosa mucho más elaborada. Un thriller que tendremos que tener cuidado al cerrar porque os advierto una cosa... si lo hacéis deprisa os puede salpicar la sangre.

     Me gusta seguir la pista de autores que me impactan en un primer contacto con ellos. Tiendo a buscar más, a comprobar que no fue suerte. Y más aún si lo que he leído era su primera obra. De este modo donde otros siguen libros por temática o por género yo lo hago por autores. Y vosotros, ¿elegís los libros siguiendo temática o autores u os basáis en las sinopsis independientemente de la firma?

     Gracias

PD. Os dejo una reseña espléndida de Offuscatio sobre su primer libro de relatos, Knockemstiff, aquí.