Bueno chicas, otra de mis aficiones es la restauración de muebles.
Esta cómoda de caoba la restauré en mis clases hace algún tiempo, pero quería mostrarla antes de subir la que he terminado hace unas semanas.
Fue un regalo de mi marido. Siempre había querido tener una y un día apareció en casa con ella. Imaginaros mi cara de sorpresa cuando me dijo que la había comprado para regalármela por mi Santo. Aunque estaba bastante deteriorada yo estaba ilusionadísima porque sabía que quedaría preciosa.
Siento mucho no haber hecho fotos cuando llegó a casa pero lo cierto es que se me olvidó.
Así que manos a la obra. Tuve que decaparla por completo, encolar todas las piezas y los cajones que estaban despegados, lijarla, menos mal que Paco me ayuda siempre en esta parte porque es una tarea bastante pesada y mi espalda no dá para tanto, despúes teñirla y barnizarla, limpiar los tiradores y barnizarlos y por supuesto las terminaciones siempre a muñequilla, es un poco complicado pero una vez que se le coge el tranquillo es bastante agradecido.
Las patas estaban rotas y tuve que mandar al carpintero que me las hiciera en caoba igual que las originales. Me gusta terminar los muebles tal como fueron creados en su momento.
Y despues de varios meses de trabajo, este es el resultado.
Pero no está en el dormitorio, está en un rincón del comedor guardando mis mantelerías. Unas más sencillas y otras más delicadas que heredé de mi madre.
Espero que os haya gustado el resultado.
Y por supuesto muchísimas gracias por todos los comentarios tan amables y cariñosos que dejáis
Besos y hasta pronto