Resplandor húmedo
en el cristal de la ventana...
eso eres hoy...
Eres
kilómetros de sangre circulando
entre los sinuosos laberintos
espaciados en el tic tac de los años.
Llevo el mejor disfraz que he hallado
-perfecto iceberg navegante
de multiplos de palabras-
que no logra si quiera
desterrar sus temores.
Se evapora en tinta negra
el rojo fuego
el abrazo tierno
la boca húmeda
la respiración agitada
y
tu mirada
se convierte en horizonte
con su aliento tan cerca
y su cuerpo distante.
Resplandor húmedo
en el cristal de la noche...
Astilla multiplicada entre sábanas inertes,
entre cobijas sin brazos,
entre besos sin labios...
ahhh...
Sólo el roce de algunas letras
labran escozores
en este ser oculto
de tí
de mí.