miércoles, 31 de marzo de 2010
BUSCANDO ENCUENTROS
desde mi conciente mas ciego
busco afanosamente el encuentro.
Tú y yo, o un nosotros
perdidos en el valle obscuro
de sombras internas o nocturnas.
Desde mi propia cima
me arrojo al vacío de mi misma
soportando el vértigo en mi vientre.
Tu y yo, o tal vez un nosotros
buceando en los mares de los supuestos
Buscando el espejo donde reencontrarnos.
Vacío lleno de secretos escondidos
en los cuerpos que cuentan historias
a través de sus gritos no descifrados.
domingo, 28 de marzo de 2010
UN HOGAR PARA MI VEJEZ
de horizontes soleados.
Pequeño gran mundo
alimentado por mis deseos,
me has abrazado
fecundando en mi, los sueños
de hogar imaginario.
Existente e invisible,
tangible como mi alma.
Fugaz como una brisa
que por la mañana
me roza las mejillas.
Pequeño y gran ensueño
con olor a madera fresca y
perfumes de hierbas,
bosque piadoso.
De silencios compasivos, y trinos mágicos.
Pequeño gran mundo,
de imágenes promisorias,
con el respirar de claves de sol e incienso.
Con la soledad que me llena de mí.
Pequeño y gran sueño
de lámpara encendida y el cálido reflejo
de leña ardiente.
Hogar
de palabras de grafito y papel.
Pequeño y gran ensueño
de morada final
de plenitud del espíritu
libre.
Hogar de tierna madera,
te dibujas en mi aire
y sobre los rascacielos brillantes
de multitudinarias soledades disfrazadas.
viernes, 26 de marzo de 2010
jueves, 25 de marzo de 2010
CUERPOS -El SUBLIME TEMPLO DE LA LOBA (pelaje o cascarón)
Ella quería contar una historia, pero las malezas del bosque se enredaban en sus emociones y sus pensamientos a tal punto que siendo muy locuaz, en esa situación no lograba encontrar la forma de darle forma justamente a esa forma.
A esa forma, a ese cuerpo, hogar forzoso, heredado. Cuya venta o cambio está prohibido por las leyes de la misma naturaleza, acaso un castigo o tal vez una bendición. Y de eso quería hablar ella.
Se mezcló entre los arboles de la luna, abrazando la niña que fue, con la mirada de la loba sabia que es hoy.
Con la simplicidad de aquél que ha aprendido a fuerza de errores, con esa humildad sentida. Quedóse mirando el horizonte mientras la luna la cuidaba, ayudándola a explorar el interior de su esencia.
Ella quería contar una historia, pero no sabía por donde empezar ni que forma darle.
La ternura de la pequeña lobezna que sostenía amorosamente en sus brazos la retrotrajo a su misma niñez. Y la atmósfera hogareña volvió a su mente y a su corazón, sabiendo que la única forma de contar la historia, era contándola sin más.
La pequeña lobezna había nacido con un serio problema en su pelaje, algo extraño en las manadas de lobos que la circundaban. La loba madre no entendía bien de qué se trataba eso y así comenzó a lamerla interminablemente y hasta a veces casi obsesionada le mordisqueaba la piel con la intención de quitarle eso extraño que tenía. No era fácil para la loba madre, salir por las noches a recorrer los bosques, pues las otras manadas miraban con recelo y rechazo a la pequeña lobezna. Muy angustiada fue a ver a la bruja que habitaba en el claro del bosque, en esa choza olorienta, intentando una y otra vez conseguir algún brebaje mágico que le quitara esa extrañeza el pelaje de su pequeña cachorra.
Entre tanto la pequeña sólo observaba callada, obediente, aunque todas esas cosas le causaran tanto dolor por dentro como por fuera. Desde ya que nada de lo que intentó su madre dio resultado efectivo. Ella continuaba conviviendo con su pelaje deslucido, triste y doloroso.
A medida que la pequeña fue creciendo su carácter había perdido la escencia de las lobas. Con las heridas en su piel y las marcas invisibles en su corazón, era incapaz de defenderse sola en la bestial y agresiva convivencia con las otras manadas, que no la reconocían y no la aceptaban.
Los años pasaron y la pequeña lobezna tuvo que abandonar la manada materna para formar la suya propia. Un lobo extraño la había conquistado con sabiduría poco usual entre los lobos. Por primera vez sentía que era reconocida como una loba.
Ella quería contar una historia sin contarla, sin mostrar su lado vulnerable,
pero las historias a veces se cuentan igual desde el silencio que reafirma lo que se presume.
El lobo que la había conquistado pronto mostró sus dientes feroces...y aunque los lobos se mueven en manada, ella fue abandonada a su suerte por su compañero.
Miró nuevamente la luna, sintiéndose por lo menos abrazada por ella y decidió emprender un nuevo camino. Iría recogiendo vivencias por los bosques, los prados, traspasando campos alambrados y saliendo mal herida en más de una oportunidad. Eridas que marcaban aún más las extrañezas de su piel.
Desorientada, por la pérdida casi total de su olfato, debió enfrentarse a más de un peligro. Y a veces triste y cansada, se sentaba mirando la luna y aullaba de soledad, de tristeza y de dolor. Y con cada aullido elevaba una plegaria a la madre de todos los lobos, para que acudiera a consolarla (claro nadie le había explicado que ella loba madre de todas las madres, no se encontraba en la luna, que no era allí donde debía buscarla).
Una mañana soleada se despertó sintiendo muy extraño su cuerpo: algo se movilizaba en su interior. Estaba preñada y al tiempo tendría a sus pequeños lobeznos. Y así fue, tuvo cuatro hermosos lobeznos, pero uno de ellos murió, no supo bien porque. Y a los pocos días de nacidos sus pelajes comenzaron a parecerse cada vez más al de su madre. Ella comenzó a lamerlos suavemente, no quería que pasaran por momentos tan dolorosos como los que ella paso de pequeña. Y así lo hizo. Cuidó mucho a sus lobeznos que fueron creciendo, mucho mas seguros, con el olfato bien desarrollado y las alertas prendidas para inmiscuirse en el bosque ya solos.
Los años transcurrieron difíciles para ella y si bien no era una loba vieja, su aspecto seguía produciendo las mismas respuestas en los demás.
Con el alma ya gastada y su cuerpo con las señales obvias de esas pequeñas grandes batallas libradas, comenzó a sentir que su ciclo de apareamiento había concluido, pues los machos bravíos no la tenían en cuenta, es decir la veían sin verla. Ahí fue cuando comenzo a cantarle a la luna con aullidos cada vez mas sentidos, esperando que el eco que volvía a sus orejas, pudieran recordarle que estaba aún con vida. Que en verdad no se había vuelto invisible.
Extrañamente, las lobas de algunas manadas cercanas llegaban hasta ella para consultarle sobre los secretos de la supervivencia en los bosques oscuros o en las praderas invadidas por hombres que sin duda, no respetaban a los lobos.
Y sin darse cuenta se fue convirtiendo en la vieja loba sabia, a la que muchos recurrían. Ella solía reposar sobre una roca especial y quedarse dormida ante los tibios rayos del sol. Y poco a poco se fue haciendo famosa entre la población de los lobos e incluso en los pueblos cercanos había nacido una leyenda sobre ella, la loba especial, la loba diferente. Ya todos los cazadores se comentaban unos a otros la historia que describía con absoluta justicia los dotes de la loba despellejada y ya obesa. Fue tanta la repercusión que tuvo, que cuando un hombre altanero y cazador sin escrúpulos, se la cruzaba por algún sendero, quedaba petrificado por la mirada firme , segura y a la vez sabia que sus ojos emanaban y así como la había encontrado sin siquiera intentar disparar su escopeta se iba alejando lentamente y volviendo la cara para mirarla una vez más.
Fueron tantos los que así la descubrieron, que ella paso a ser muy famosa rapidamente. En el devenir de los años de soledad y dolor, la sabia loba presintió que debia realizar un cambio en su vida. Que nada debía impedir que pudiera revolcarse panza arriba sobre el pastizal o incluso sobre el lodo.
¿acaso alguien se atrevería a cuestionarle algo?...
Ella descubrió entonces que su cuerpo, que durante tantos años sintió como una prisión que la condenaba a la soledad, se había convertido en su mejor maestro y guía. Y si bien, ya no era joven, cuando se sentaba sobre aquella piedra especial, miraba la luna y hacia una mueca con su hocico como sonriéndole a la . El aire fresco del bosque acariciaba su pelambre escaso de caricias. El sol, que también se había enterado de todo, la calentaba suavemente por las mañanas.
Llegaban hasta ella los comentarios que se hacían en el pueblo, que en general eran de reconocimiento y alabanzas hacia su ser. Sin embargo ella sabiendo que era especial, se sentía humildememente sabia a través de los surcos recorridos en los años de su vida. Surcos de tierra y surcos de piel. Y cuando ya su hocico se había teñido de blanco, sus hijos, sus lobeznos -ya cada uno con su propia manada- solían pasar a unos metros de distancia oliéndose mutuamente, reconociéndose y continuando cada uno su camino.
Así fue como esa pequeña lobezna indefensa que despreciaba su cuerpo, tal vez gracias a él se convirtió en la loba alfa más respetada y conocida de todo el bosque.
Solo una cosa le hacía volver por las noches a sentarse sobre esa piedra especial mirando con tristeza la luna- como sumida en un estado de absoluta contemplacion- tratar de descifrar las marcas extrañas que veía en ella. Intentando reconocer los razgos de aquél lobo desconocido hasta ese momento, que fuera capaz de acompañarla por las noches de luna llena o bien, que le ofreciera alguna presa cazada especialmente para su hembra en celo.
Y unas noches fueron convirtiéndose en muchas hasta llegar a permanecer infinidad de tiempo mirando la luna, mientras de sus ojos caían lágrimas de historia.
Lágrimas compuestas del sudor de su pelaje enfermo...y luego una mueca muy parecida a una sonrisa se dibujaba en su bello rostro cuando veía en la luna un rostro sin rostro, como la visión de aquel lobo que en algún bosque o en alguna pradera mirando la luna, intentaría divisar su bello y envejecido rostro en su blanca superficie.
La sabia loba quería contar una historia,su historia y como si fuera un libro comenzó a leer los signos dibujados y tallados en su cuero. Al terminar con su lectura, miró a su alrededor y no vió a nadie... fue entonces que aulló como nunca lo había hecho. Fue así que rebelo el secreto que tanto le costó descubir.
El cuerpo habla!!! si, habla!!! a veces para bien y otras tantas para decir en el rostro aquellas cosas que no se quieren oir.
A partir de esa noche, cada vez que ella aulla de esa forma, como por arte de magia, los habitantes del pueblo, dejan de hacer lo que estaban haciendo y comienzan a leer sus propios cueros.
martes, 23 de marzo de 2010
LA GRAN CORNADA - (¿tiempo perdido?...)
Bravo y altivo... con tu pelaje brillante y
tu sangre caliente...
surcabas los pastizales,
las tierras fecundas,
o acaso las resecas praderas donde las raíces
son el fiel testigo de los ciclos de la vida-muerte-vida.
Bravo y altivo...
tus patas dejaban huellas y tus
olores llamaban a las hembras en celo.
Bravo y altivo....¡Salvaje!...
...bellamente salvaje...
hasta que un miserable
te llevó a la arena del hombre.
Pero...¿cómo aniquilar tremenda bravura?...
No hubo matador capaz de domar
tu espíritu taurino.
Estacas clavadas y sangre en tu pecho...
Cornadas salvajes para sobrevivir
en medio de esa arena sanguinaria.
Toro indomable, comenzabas frenéticamente
a embestir contra las defensas,
contra los portones que te separaban de la libertad
Toro indomable...
con el dolor tatuado en el cuerpo y en el alma...
con la libertad exhalando por tu hocico cansado
¡rompiste las barreras del encierro y la tortura!
Y aún con tu cuerpo vigoroso pero doliente,
saliste a las pasturas,
al sol, a la lluvia mojando tu cuero reseco.
Toro Salvaje...
¡Bravooo!...¡oleeee!... gritábamos todos
salvajemente felices!!!!...
mientras con tus patas levantabas polvaredas
y de tu hocico emanabas aires de victoria.
No podías tener la dimensión del tiempo y acaso
eso poco importaba...
Los benditos páramos de la paz
te habían aguardado...
...Toro Salvaje...
Salvajemente humano.
Con mucho cariño para mi amigo bloguero Toro salvaje.
lunes, 22 de marzo de 2010
VENTISCA DE ACEROS
Hoy, no hay más que letras yermas
tan sólo por costumbre
de dormir noches de sol.
Hoy no hay más que
silencio en lugar de trinos
A lo sumo, el silbido de la ventisca...
atrapado en mi garganta.
viernes, 19 de marzo de 2010
MIS DEDOS ENTRELAZADOS EN TUS SILENCIOS (en blanco y negro)
Tú podías presentirme agitada,ansiosa por rozarte... piannisimo ... sólo en blanco y negro.
Tan suave, que intensamente
las notas de amor que yo te hubiera provocado, hubiesen escapado en mil susurros trasnochados.
Las mismas notas,
que de mí se hubieran expresado irreverentes, en un acorde perfecto... por amor a ti, sólo a ti.
Romance entre tus largos dedos y mi piel sobre tu porcelana infinita , como un manto de seda deslizándose acompasado.
Romance de entresueños, con mareas de plenilunio o bajamar;
con la angustia enredada ante las extrañas señales que escribías en blanco y negro, sobre aquel amarillento papel pentagramado.
Y sin embargo, mis dedos aún sosobrando, soñaban con rozar una vez más muy sutilmente tu lozania; O tal vez, con un abrupto... mollto vivacce...despertarte,
iluminado por el fuego de mi si bemol,entrelazado con tu fa sostenido.
Ambos en perfecta armonía, en la complicidad de nuestro encuentro solitario.
Hoy.. sólo me habitan silencios de cuatro tiempos. Y estando frente a tí con tus dedos silenciados, imagino tus movimientos sensuales - inevitablemente en blanco y negro;-mientras alguna marea te acaricia, surcando tus silencios de redonda, o cuando un sinfin de semifusas, exhaustas, claman por llegar al último compás.
Nunca más me acerqué a ti - por aquellos repetidos silencios de redondas- que dictaba el pentagrama sin clemencia.
Sin embargo, indefectiblemente y a la distancia, te sigo leyendo - en blanco y negro...... ya sin rozar tu aliento de susurros atrapados...
tan atrapados, como las notas de mis sentimientos en el pentagrama de mi sinfonía en clave de sol ya inconclusa, o tal vez en el claro de luna que una vez me regalaste.
Atrapada entre las cinco delicadas telarañas de tu pentagrama.
jueves, 18 de marzo de 2010
Abuelita... el anhelo de un sueño (todo un atrevimiento)
miércoles, 17 de marzo de 2010
VIAJES DE SUEÑO Y REALIDADES
Ahí supe, que había nacido en el lugar equivocado,intentando viajar siempre al vientre de mi madre-hogar tierra.
La noche acariciaba el alma con su luna sonriente, una briza danzante , mientras luciérnagas de constelaciones adornaban mi pelo.
Allí estaba yo, con mis pies descalzos, sintiendo el fresco del mosaico en esa hermosa noche de verano, refrescando mi boca, refrescando mi propio reino dantesco.
La noche acariciaba mi rostro con la suave brisa que entraba por la ventanilla. Y pequeñas luces intermitentes que transitaban el cielo, penetraron mis pupilas y se estrellaron en mí transportandome a...
espacios recorridos en segundos... lugares habitados por rocas como yo, por árboles como yo, por arroyos como yo.
Y de pronto un ronronear de motores solitarios ciruclando carreteras,me van llevando con el tiempo a cuestas. Mágico presente en movimiento percibido, mezcla de pasado y de futuro.
Destino incierto, de cielos despejados, de brumas texturadas, de arcillas maleables, dulces y dispuestas. De salinas vicerales, de montes seductores.
O tal vez el destino,me trasladara hacia yermos erectos de grandeza divina, de sabiduría perenne, susurrándome al oído " siente mi abrazo, somos uno sólo".
Yermos erguidos magestuosos, susurrándome al oído:" partícula de mi ser, te he estado aguardando, para incorporarte en el intersticio de mis movimientos".
Mis pies, todavía podían percibir la frescura de las baldosas, sin embargo se encontraban abrazados de espuma y yodo, de sal y marea. Y mientras una cobija de arena pretendía cantarles una canción de cuna, ellos chapoteaban desobedientes en los lagos de mis sueños.
Sueños transitados sin tiempos,con bolsillos llenos o vacíos o simplemente con baúles rebosantes de recuerdos, convertidos en dejavau de pequeños y mágicos pueblos aguardando mi llegada.
18 AÑOS SIN JUSTICIA PARA EL HORROR
Borrosa la imagen de esta foto. Sí. Como borroso y poco transparente fue el proceso judicial que se llevó acabo en torno al atentado a la Embajada de Israel en Buenos Aires, en el año 1992.
Un día como hoy, soleado, con gente realizando sus tareas cotidianas, terminando sus horarios de almuerzos rápidos en la gran capital porteña, hasta ahí un día como cualquier otro.
Pero siendo las 14.30 las sirenas comenzaron a sonar anunciándonos un hecho terrible, que nos paralizó a todos, sin entender qué había sucedido. Los hogares tenían la televisión encendida , y nadie podía dejar de espantarse ante esas imágenes.
Pero durante 18 años continuó el dolor ya que no hay culpables.
Los diarios han titulado el ataque a la Sede diplomática Judía y en los hechos es así , pero me molestan las etiquetas, por eso digo: fue un atentado al pueblo argentino .
No soy judía, ni mahometana, ni budista, ni negra, ni blanca, ni protestante, soy sólo un ser humano, como aquellos que murieron ese día. Como aquellos que sufrieron heridas ese día. Como todos nosotros que quedamos consternados por la desesperación y el horror.
Borrosa imagen, pero lo que no es borrosa es nuestra memoria. Es bien clara.
No tengo mucho más para decir. Mis respetos a todas las víctimas y a todas las familias de las mismas.
Y para el resto de nuestro pueblo, no olvidemos.
lunes, 15 de marzo de 2010
FRAGMENTO DEL LIBRO " MUJERES QUE CORREN CON LOS LOBOS" (de Clarissa Pinkola Estes)
Se doctoró en Estudios Interculutrales y psicología Clínica, y desde hace 23 años se dedica a la enseñanza y a la práctica privada de la psiclolgía. La doctora Estés empezó a escribir este libro en 1971 y le ha dedicado más de veinte años.
Ojalá lo disfruten:
EL JUBILO DEL CUERPO: La carne salvaje
Allá arriba en el norte vi una vez una vieja loba que sólo tenía tres patas, era la única que podía pasar a través de una grieta donde crecían los arándanos. Otra vez vi a una loba gris agacharse y pegar un brinco tan rápido que , por un segundo, dejó la imagen de un arco de plata en el aire. Recuerdo a una muy delicada, una recién parida todavía con el vientre deformado, pisando el musgo del borde del estanque con la gracia de una bailarina.
Y, sin embargo, a pesar de su belleza y de su capacidad para conservar la fuerza, a las lobas se les habla a veces de la siguiente guisa: "Estás demasiado hambrienta, tienes unos dientes demasiado afilados, tus apetitos son demasiado interesados". Tal como ocurre con las lobas, a veces se habla de las mujeres como si sólo un cierto temperamento, sólo un cierto apetito moderado fuera aceptable. A lo cual se añade con harta frecuencia un juicio sobre la bondad o la maldad moral de la mujer según su tamaño, estatura, andares y forma se ajusten o no a un singular y selecto ideal. Cuando se relega a las mujeres a los estados de ánimo, gestos y perfiles que sólo coinciden con un único ideal de belleza y conducta, se las aprisiona en cuerpo y alma y ya no son libres.
En la psique instintiva, el cuerpo se considera un sensor, una red de información, un mensajero con una miríada de sistemas de comunicación: cardiovascular, respiratorio, esquelético, autónomo y también emotivo e intuitivo. En el mundo imaginativo el cuerpo es un poderoso vehículo, un espíritu que vive con nosotros ç, una oración de la vida por derecho propio. En los cuentos de hadas, el cuerpo personificado en los objetos mágicos que poseen cualidades y poderes sobrehumanos, se presenta dotado de dos juegos de ojos, uno para la visión normal y otro para la clarividencia; dos clases de fuerza, la fuerza de los músculos y la fuerza invencible del alma. La lista e los dobles elementos del cuerpo es interminable.
En los sistemas de desarrollo corporal como el método Feldenkreis, el Ayurveda y otros, se considera que el cuerpo está dotado de seis sentidos en lugar de cinco. El cuerpo utiliza la piel, las fascias profundas y la carne para registrar todo lo que ocurre a su alrededor. Para quienes saben leerlo, el cuerpo es, como la piedra de Rosetta, un registro viviente de la vida entregada, la vida arrebatada, la vida esperada y la vida sanada. Se valora por su capacidad de reacción inmediata, su profunda sensibilidad y su previsión.
El cuerpo es un ser multilingüe. Habla a través de su color y su temperatura, el ardor del reconocimiento, el resplandor del amor, la ceniza del dolor, el calor de la excitación, la frialdad de la desconfianza. Habla a través de su diminuta y constante danza, a veces balanceándose, otras moviéndose con nerviosismo y otras con temblores. Habla a través de los vuelcos del corazón, el desánimo, el abismo central y el renacimiento de la esperanza.
El cuerpo recuerda, los huesos recuerdan, las articulaciones recuerdan y hasta el dedo meñique recuerda. El recuerdo se aloja en las imágenes y en las sensaciones de las células. Como ocurre con una esponja empapada en agua, dondequiera que la carne se comprima, se estruje e incluso se roce ligeramente, el recuerdo puede surgir como un manantial.
Reducir la belleza y el valor del cuerpo a cualquier cosa que sea inferior a esta magnificencia es obligar al cuerpo a vivir sin el espíritu, la forma y la exultación que le corresponden. Ser considerado feo o inaceptable por el hecho de que la propia belleza esté al margen de la moda actual hiere profundamente el júbilo natural que es propio de la naturaliza salvaje.
Las mujeres tienen buenos motivos para rechazar los modelos psicológicos y físicos que ofenden el espíritu y cortan la relación con el alma salvaje. Está claro que la naturaleza instintiva de las mujeres valora el cuerpo y el espíritu mucho más por su vitalidad, capacidad de reacción y resistencia que por cualquier detalle de su aspecto. Lo cual no significa rechazar a la persona o el objeto que es considerado bello por algún segmento de la cultura sino trazar un circulo más amplio que abarca todas las variedades de belleza, forma y función.
sábado, 13 de marzo de 2010
DIME..¿ COMO HARE? (días invisibles)
Ya lo había olvidado, bueno, casi.
Y en la penumbra de mi sangre, ya no aguardaba el llamado, ni siquiera la esperanza de una proximidad palpitante que convirtiera en río torrentoso mi sentir opacado por la indiferencia.
¡Tú no imaginas los años enredados entre matorrales de ilusiones y realidades!
Y ahora, con qué derecho irrumpes en mi sepulcro de sensualidad, despertando fantasmas de fuego y añoranzas. ¡Con qué derecho, tus palabras me acarician sensualmente, mientras tu dulzura me lastima, tanto, tanto!, recordándome las noches en las que soñaba con danzas de sudor compartido o las mañanas en que no desperté del letargo de la invisibilidad.
Con qué derecho, si no te he llamado a iluminar las tinieblas que me mantenían a salvo.
FRAGMENTO DE SINHUE EL EGIPCIO (de MIKA WALTARI)- Reposición del texto ya publicado
viernes, 12 de marzo de 2010
BELLEZA DE HUMANIDAD (invisible)
jueves, 11 de marzo de 2010
OTOÑO DE FUEGO ( noches desveladas)
Su piel acunó anhelos otoñales por demasiado tiempo y su corazón se escondió tras aquellos árboles bien amontonados, para ya no verlo. Para no sentir más.
Pero cuando el otoño la visita desde su escondrijo anestesiado,las ventanas de los sentidos se entreabren, filtrándose aquellas lejanas e irrepetidas sensaciones.
Su mirada fue para ella , como un puñal despellejando su aliento. Su mirada fue para él , como si en ese instante la hubiera hecho cautiva con el mismo delicioso puñal de néctar.
Un metro de distancia entre ella y él, disfrazado de mesa servida y convertido en deseo atormentado. En sueños palpitantes extendidos en caricias incorpóreas.
Un roce circunstancial de sus labios húmedos en la comisura de su boca y el susurro indiscreto y desubicado en sus oídos - cielo e infierno para ella-.
Un silencio..., habitando quince centímetros de complicidad culposa y un dejar pasar la vida por no…traicionar.
Un silencio..., habitando quince centímetros de conciencia, que no logró sofocar el desgarrado deseo.
Quince centímetros separando sus cuerpos inevitablemente unidos, latiendo en el intersticio de las inconveniencias mutuas. Mientras sus manos permanecian entrelazadas por un hecho fortuito.
Quince centímetros de alientos agitados reprimidos.
¡Ay! ¡Sólo quince centímetros para abrazarlo y no dejarlo ir más!.
¡Ay! Tan solo quince centímetros…para huir, por ese estrecho pasillo,
multiplicados en años de distancias reales.
¡Quince centímetros... irrecuperables!
Su piel acunó anhelos otoñales durante demasiado tiempo y
en esta noche desvelada, los pies avejentados de su pasión, vuelven a acariciar lentamente las mismas anhelos, ya casi imperceptibles en su piel.
Tal vez queriendo recuperar la intensidad de un metro, o de quince centímetros, de su roce escurridizo.
O tal vez, queriendo rescatar el estremecedor estallido de imaginarlo habitando en el interior su calidez dispuesta.
Determinaciones de quince centímetros, que se sumergen en más de una lágrima por siempre, para extenderse sin medida en cualquier noche desvelada.
miércoles, 10 de marzo de 2010
ENTRAMADOS DE SUBJETIVIDADES
martes, 9 de marzo de 2010
ENTRE TOGAS Y ESPADAS (La ingenuidad de los sin conciencia)
LA LOBA (Fragmento del libro Mujeres que corren con los lobos de Clarisa Pinkola Estes)
Es circunspecta, a menudo peluda y siempre gorda,y , por encima de todo, desea evitar cualquier clase de compañia. Cacarea como las gallinas, canta como las aves y por regla general emite más sonidos animales que humanos.
Podría decir que vive entre las desgastadas laderas de granito del territorio indio de Tarahumara. O que está enterrada en las afueras de Phoenix en las inmediaciones de un pozo. Quizá la podríamos ver viajando al sur hacia monte Albán en un viejo cacharro con el cristal trasero roto por un disparo. O esperando al borde de la autovía cerca de El Paso o desplazándose con unos camioneros a Morelia, México, o dirigiéndose al mercado de oaxaca, cargada con unos haces de leña integrados por ramas de extrañas formas. Se la conoce con distintos nombres: La Huesera, La Trapera y La Loba.
La única tarea de La Loba consiste en recoger huesos. Recoge y conserva sobre todo lo que corre peligro de perderse. Su cueva está llena de huesos de todas las criaturas del desierto: venados, serpientes de cascabel, cuervos. Pero su especialidad son los lobos.
Se arrastra, trepa y recorre las montañas y los arroyos en busca de huesos de lobo y, cuando ha juntado un esqueleto entero, cuando el último hueso está en su sitio y tiene ante sus ojos la hermosa escultura blanca de la criatura, se sienta junta la fuego y piensa qué canción va a cantar.
Cuando ya lo ha decidido, se sitúa al lado de la criatura, levanta los brazos sobre ella y se pone a cantar. Entonces los huesos de las costillas y los huesos de las patas del lobo se cubren de carne y a la criatura le crece el pelo. La Loba canta un poco más y la criatura cobra vida y su fuerte y peluda cola se curva hacia arriba.
La Loba sigue cantando y la criatura lobuna empieza a respirar.
La Loba canta con tal intensidad que el suelo del desierto se estremece y, mientras ella canta, el lobo abre los ojos, pega un brinco y escapa corriendo cañon abajo.
En algún momento de su carrera, debido a la velocidad o a su chapoteo en el agua del arroyo que está cruzando, a un rayo de sol o a un rayo de luna que le ilumina directamente el costado, el lobo se transforma de repende en una mujer que corre libremente hacia el horizonte, riéndose a carcajadas.
Recuerda que, si te adentras en el desierto y está a punto de ponerse el sol y quizá te has extraviado un poquito y te sientes cansada, estás de suerte, pues bien pudiera ser que le cayeras en gracia a La Loba y ella te enseñara una cosa ...una cosa del alma.
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Todos iniciamos nuestra andadura como un saco de huesos perdidos en algún lugar del desierto, un esqueleto desmontado, oculto bajo la arena. Nuestra misión es recuperar las distintas piezas. Un proceso muy minucioso que conviene llevar a cabo cuando las sombras son apropiadas, pues hay que buscar mucho. La Loba nos enseña lo que tenemos que buscar, la fuerza indestructible de la vida, los huesos.
La tarea de La Loba se podría considerar un cuento milagro, pues nos muestra lo que puede ser beneficioso para el alma. Es un cuento de resurrección acerca de la conexión subterránea con la Mujer Salvaje (ella llama Mujer Salvaje a la mujer que no ha sido mutilada espiritualmente durante siglos, a la escencia femenina). Nos promete que, si cantamos la canción , podremos conjurar los restos psíquicos del alma salvaje y devolverle su forma vital por medio de nuestro canto.
La loba canta sobre los huesos que ha recogido. Cantar significa utilizar la voz del alma. Significa decir la verdad acerca del propio poder y la propia necesidad, infundir alma a lo que está enfermo o necesita recuperarse. Y eso se hace descendiendo a las mayores profundidades del amor y del sentimiento hasta conseguir que el deseo de relación con el Yo salvaje se desborde para poder hablar con la propia alma desde este estado de ánimo. Eso de cantar sobre los huesos. No podemos cometer el error de intentar obtener de un amante este gran sentimiento de amor, pues el esfuerzo femenino de descubrir y cantar el himno de la creación es una tarea solitaria, una tarea que se cumple en el desierto de la psique."
lunes, 8 de marzo de 2010
MUJER....REALMENTE ESTABAS DEMASIADO CANSADA....
viernes, 5 de marzo de 2010
TAL VEZ YA ESTES DEMASIADO CANSADA (una historia real de violencia)
HONRAR LA VIDA- (de la cantautora argentina ELADIA BLAZQUEZ))
Permanecer y transcurrir
no es es perdurar, no es existir,
ni honrar la vida!
Hay tantas maneras de no ser
tanta conciencia sin saber,
adormecida...
Merecer la vida, no es callar y consentir
tantas injusticias repetidas...
Es una virtud, es dignidad
y es la actitud de identidad
más difinida!
Eso de durar y transcurrir
no nos dá derecho a presumir,
porque no es lo mismo que vivir
honrar la vida!
Nó
Permanecer y transcurrir
no siempre quiere sugerir
honrar la vida!
Hay tanta pequeña vanidad
en nuestra tonta humanidad
enceguecida.
Merecer la vida es erguirse vertical
más allá del mal, de las caídas...
Es igual que darle a la verdad
y a nuestra propia libertad
la bienvenida!
Eso de durar y transcurrir
no nos da derecho a presumir
porque no es lo mismo que vivir
honrar la vida!
jueves, 4 de marzo de 2010
¿SOMOS UNA REPUBLICA?--( La importancia de las Instituciones)
En el Aire
¡Calla! Calla el silencio de rojo estrepitoso Calla como calla la estampida en la nube que por marte se pasea Calla a...
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La Doctora Clarissa Pinkola Estés es una psicoanalista Junguiana internacionalmente reconocida como especialista, poeta, contadora y guardia...
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¡Calla! Calla el silencio de rojo estrepitoso Calla como calla la estampida en la nube que por marte se pasea Calla a...
-
Cada día, durante más de diez años, Alberto se sentó en su silla, cámara en mano, retratando los distintos cielos que a través de ella, se...