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sábado, 24 de febrero de 2018

"A Peña Ubiña por la Norte clásica"


Hoy me he acercado hasta la vega del Meicin acompañado por Estrella y Carlitos. El cielo se encuentra completamente despejado y no sopla la más mínima brisa. En esta jornada, nuestros deseos nos encaminan  hacia la cara norte de la peña.


Durante la ascensión por el valle de Covarubia, el sol comienza a castigar nuestro avance. A pesar de ello, el frío reinante, mantiene la nieve en un estado bastante aceptable, lo que nos permite una cómoda aproximación a la pared.


A partir de los joyos de la cabra, el estado de la nieve se deteriora. Se encuentra  a medio transformar. Dura en la superficie, se resquebraja en algunos puntos bajo nuestro peso. Especialmente en el corredor que da acceso a la arista.


A pesar de ello, ganamos altura desencordados de una manera bastante fluida hasta dar vista a la cara oeste de la peña


Una pequeña travesía sobre huella muy marcada nos sitúa en el corredor que da acceso a la cima. Por el alcanzamos rápidamente la cima.


Esta se encuentra bastante concurrida. Todas las vertientes de la montaña vomitan escaladores deseosos de alcanzarla.


Tras disfrutar de las fantásticas vistas que ofrece esta atalaya, alguna animada conversación con colegas que nos hemos encontrado y los cigarrillos de rigor, emprendemos el descenso por la canal este. los más afortunados bajaran esquiando practicamente hasta los aledaños de Tuiza.


El croquis del itinerario que aquí dejo es de hace unos años con la pared menos cargada de nieve.
http://enlavertical.blogspot.com.es/2013/01/norte-clasica-en-pena-ubina.html



viernes, 22 de julio de 2016

"Susurros" en la Peña del Melluque

 
             
             Hoy el puerto de Ventana nos recibe con un amanecer característico de nuestra región. Mientras en el lado leones del puerto ordena y manda Lorenzo, en la vertiente asturiana una húmeda bruma mimetiza el paisaje.



Tras algo más de una hora de aproximación, la niebla se disipa y damos vista a nuestro destino, la carasuroeste de la Peña del Melluque. Donde nos esperan unos paños de caliza más propios de las Peñas del Prado que del requebrajado macizo de Ubiña.


"Susurros", obra de J. M. Fernández y Gerardo Pinto, cuenta con las reuniones equipadas con parabolts con argolla para rapelar y alguna otra chapa en su recorrido equipando los pasos más comprometidos de auto-proteger.
Llevad al menos 14 cintas, nosotros con 10 tuvimos que hacer malabares. Varios cordinos  y un buen juego de friends serán suficientes para completar la protección de la vía.


El arranque de la ruta esta situado un par de metros a la derecha de la cueva del Melluque. Bajo un marcado canalizo (IV+) en el que se observan un par de puentes de roca enhebrados con cordinos.
Por encima de este, una placa (V-) protegida con un parabolt nos conduce a una terraza herbosa donde se sitúa el primer relevo.


La segunda tirada parte en la vertical de la reunión por una oscura chorrera de huecos (V-) protegida por dos parabolts. Esta desemboca en una placa de canalizos (V+) protegida por otro
 parabolt. Cruzando esta diagonalmente hacia la izquierda, alcanzamos una nueva terraza herbosa donde montaremos la reunión.



En la tercera tirada, a pesar que el croquis de Adrados marca salir por la izquierda y de ver un viejo cintajo, decimos salir de frente por un diedro fisurado en bavaresa cerrado por un techito que bordeamos por la izquierda. 

   
por encima de este seguimos en bavaresa por una fisura (V+). A su fin mediante un paso lateral a la derecha (6a) alcanzamos una nueva fisura  que recorremos en su totalidad. Saliendo por la izquierda a una placa de adherencia (6b) protegida por tres chapas para alcanzar la reunión.


En el cuarto  largo nada más salir nos encontramos con un paso de panza (6a) en equilibrio sin presa para las manos, protegido por un parabolt. Superado este continuamos diagonalmente hacia la izquierda por un muro de huecos (Vº+) protegido por un parabolt y un puente de roca hasta alcanzar una repisa sobre la que se produce el relevo.




En el quinto largo, un corto pasito (V+ y un parabolt)) da acceso a un diedro fisurado (V+). Un parabolt a la derecha, nos indica donde abandonarlo  y situarnos por debajo de un canalizo vertical (6b+) protegido por tres parabolt. Para acceder a este antes deberemos superar una pequeña panza (6a) protegida por una chapa. Superado el canalizo, por terreno más facíl (IV+) y tumbado alcanzamos la repisa donde se produce el relevo.


El sexto largo  es muy corto, apenas veinte metros. Un corto muro (Vº+) protegido por un parabolt da paso  a un terreno más tumbado y sencillo (IVº) hasta que alcanzamos las terrazas herbosas que dan acceso a la arista. A la derecha hay un parabolt con un maillon donde montar la reunión.



Desde aquí trepamos desencordados de grada en grada (IIº) hasta que alcanzamos la arista apenas cinco minutos después. 



El descenso lo llevamos a cabo andando hacia el norte hasta la collada socellares y de esta a pie de vía por los batulos. Para no remontar de nuevo, regresamos al coche siguiendo rastros de senda  a media ladera.

"Susurros", una vía que a mi corto entender, según se vaya divulgando, se va a convertir en una clásica  en la cordillera de obligada visita.

sábado, 13 de junio de 2015

"Pilar de Cueva Palacios" al Crestón del paso malo


Esta semana Pedro no puede salir y yo.... en casa no me voy a quedar. Desempolvando en la carpeta de pendientes, buscando algún proyecto que no tengamos en común, cayó en mis manos esta vieja joyita de croquis del Johnny. 



Tengo la vía, ahora necesito compañero/os. A Carlos y Fernando, entusiastas escaladores del grupo de montaña Ensidesa de Avilés, apenas me cuesta engañarlos a pesar del nefasto parte meteorológico para la jornada.
Así, tras una breve parada en el Meicin para desayunar y saludar a la guardería del refugio estamos camino a la forqueta del Portillin.


Al dar paso por la forqueta a los joyos de Cueva Palacios, dando vista a nuestra ruta, el corazón se nos encoge, todavía queda nieve para rato y nosotros .... en zapatillas. 



 Con sumo cuidado, con pasos delicados al más puro estilo Chiquito de la Calzada, atravesamos los neveros bajo los Portillines, evitando un posible resbalón que de con nuestros huesos en el fondo del jou.  Siendo media mañana cuando alcanzamos la base del Pilar. 


La rimaya  se encuentra muy abierta y con una decena de metros de profundidad. Con sumo cuidado, caminamos evitando su voladizo borde mientras intentamos localizar un sitio por donde cruzarla, con resultado negativo. Cuando ya comenzamos a valorar la opción de volvernos derrotados, el suelo se abre bajo mis pies.
Hala chavales....ya tenemos acceso a la pared.


Tras cruzar la rimaya, accedemos a una terrazita donde montamos una reunión y calzamos los gatos. Saliendo a continuación en vertical por unas gradas de canalizos (IVº+), navegando por el terreno más compacto intentando localizar el recorrido de la vía.  Tras buscar infructuosamente los clavos donde sabemos que se monta el primer relevo, continuamos a tope de cuerda hasta localizar más arriba a nuestra derecha,  la segunda reunión (clavo y parabolt). Es entonces, cuando observamos bajo nosotros unos metros a la derecha de nuestro recorrido de ascenso, dos cordinos rojos lazados en sendos puentes de roca que corresponden al comienzo del segundo largo de la vía.


En nuestro segundo largo, el tercero en la original, hacemos una corta travesía (IVº7IVº+) por terreno delicado (roto de cojones) hasta alcanzar un clavo en el comienzo de un diedro. Ascendiendo por este (Vº/Vº+), con todas las precauciones posibles pues la calidad de la roca no mejora.
 Abandonamos el diedro por una corta, pero expuesta placa sin posible protección que cruzamos hacia la izquierda, saliendo por esta a terreno más cómodo y tumbado (IVº/IVº+). Alcanzando la cuarta reunión (parabolt y spit) en una terraza inclinada en el filo del pilar.. Nos hemos saltado otra reunión. En algún momento del recorrido deberíamos haber pasado a la otra vertiente, pero no hemos dado con el sitio


En la siguiente tirada partimos a bordear por la derecha el pilar por terreno sencillo (IIIº).


Subiendo a continuación a coger el filo del pilar (Vº). Disfrutamos por fin de roca compacta y con buen canto. Ya en el filo, nos aguardan unos cortos, pero finos pasos (6a) para alcanzar la reunión (dos spits y un parabolt).


Viene a continuación un largo  sencillo (IIº+), donde la roca se muestra de nuevo descompuesta, que nos conduce a un colladito por el que accedemos a una canal herbosa. La reunión se monta en el comienzo de esta, en su parte izquierda (un parabolt.)


En la siguiente tirada, ascendemos unos metros por la canal (IIº+) hasta situarnos bajo un muro. Un viejo cordino lazando un puente de roca nos muestra el camino. Subiendo a continuación por este (Vº) con extrema precaución, pues su roca .... engaña más que el gobierno.


Por encima de este, una plácida placa de canalizos nos conduce a la última reunión (un cáncamo en un parabolt).


Para alcanzar la arista solo nos restan una treintena de metros por terreno de IIº, que haremos ya desencordados.


Arriba,  apenas unas pocas felicitaciones y a recoger sin perdida de tiempo pues el cielo se ha ido oscureciendo rápidamente durante el ascenso.


Mientras recorremos la arista camino del canalón del buey, por Babia comienzan a escucharse los primeros truenos.


Tras un descenso digno del Kllian jornet, alcanzamos el refugio de la vega del Meicin cuando comienzan a caer las primeras gotas.


Bueno, pues ... habrá que sacrificase  y tomar unas cervezas hasta que escampe.

viernes, 3 de abril de 2015

"Juego de lágrimas" en Ubiña


Una vez más y no se cuantas veces van ya, recorro el cansino camino que desde torrebarrio pasando por la collada de llandanay conduce a la cara noroeste de peña Ubiña. 
Mis piernas, en un desigual combate contra la desidia, intentan en vano no perder contacto con mi compañero. Desidia que me arropo entre sus brazos en los últimos meses y que ahora se resiste a dejarme marchar. Desidia que no me permitio en estos últimos cuatro meses limpiar la lente de la cámara y ahora me castiga con esta llaceria de fotografías.


Sacar fotos a unos narcisos que brotan anunciando la llegada de la primavera, que en otros tiempos sacaba a relucir mi vena más romántica de la montaña, ahora, no son más que otra burda disculpa para poder detenerme y coger un poco de aire. Mas tarde, usare la de atarme un cordón que oportunamente se me habrá desatado o la de secarme el sudor de los ojos.


Tras hora y media de languida marcha alcanzamos la cota de nieve.  Dando vista ya, a la pared. La nieve se muestra dura y consistente. No demoramos más el tiempo y nos pertrechamos con  piolets y  crampones mientras visionamos el recorrido que vamos a realizar.  A sido sentir el tacto en las manos de las herramientas y desaparecer todos mis dolores. Donde antes decidía el cuerpo ahora ordena y manda la cabeza. O la la, he gecupegado mis supeg-podeges.
 

 "Juego de lágrimas" es una vía bonita y sencilla, sin mayores pretensiones, que hará las delicias de aquellos que  disfrutan de esta actividad. Siempre que esta se encuentre en buenas condiciones, se sobrentiende


Bordeando por la izquierda la aguja característica que se encuentra a la entrada de la canal, ganamos rápidamente altura (40º) hasta alcanzar el primer estrechamiento en la canal. En este punto, la canal de divide en dos. Continuamos por el ramal izquierdo, algo más estrecho y donde la pendiente de pronuncia más (50º).


Cuando esta gira bruscamente a la izquierda nos encontramos con un resalte de hielo escaso que da acceso a una goulotte encajonada. Pedro, que se de siempre ha sido en los temas de seguridad más prudente que yo, no considera necesario encordarnos, opinión que juzgo razonable. Pues hala, otro día más que paseamos cuerdas y ferralla por la pared en la espalda.


Superado este corto resalte, la goulotte va ganando inclinación (60º). A su fin,  una cornisa venteada de unos 3 metros a 80º de una nieve inconsistente que no ofrece ninguna confianza, se muestra como una barrera infranqueable para alcanzar la arista del espolón. Por la derecha, un corto pasaje en roca nos facilita una salida digna del problema.


Una vez sobre el espolón, una corta travesía en mixto hacia la derecha nos facilita el  acceso a las canales superiores.


 Ganamos altura rápidamente por esta primera canal (40º/45º) facilitado por las buenas condiciones de la nieve. A su mitad, por la derecha, se ofrece la primera oportunidad de cambiarse a la canal que transita por su derecha y por la que deberemos acceder a la arista.


Llegados a este punto, decidimos dejarla atrás y seguir ganando altura por esta. A su final, mediante una fácil travesía nos cambiamos a la canal de  la derecha.



 Continuando por esta (45º/50º) hasta alcanzar la arista que viene del espolón sudoeste.


Remontando unos centenares de metros por la arista, damos vista finalmente a la cumbre.


 Con satisfacción compruebo que aun no son las once. Apenas hemos empleado una hora y media en subir. Quizás no me encuentro tan mal físicamente. En la cima permaneceremos como una hora disfrutando de las vistas y de la conversación de los números montañeros que la montaña regurgita por sus canales. Durante este tiempo una brisa traicionera y un mechero vago se han confabulado en un vano intento por impedirme disfrutar del cigarrito de cumbre.


Sin más demora descendemos. Aun tenemos que disfrutar de una merecida cerveza y llegar a casa con tiempo para ir con la doña a ver a los Sex Museum. Que esta no transigue y me impone más respeto que una cascada de sexto grado je, je.


                                                                     ¡Rock n´ roll!

jueves, 30 de octubre de 2014

"Iñiguez" al Fontan Norte.



Cuando ya daba por finiquitada la temporada de roca en alta montaña, unos inusuales días más propios del verano que de finales de octubre y contar con un magnifico compañero, me han brindado la oportunidad de estirarla en el entrañable macizo de Ubiña.
Allí, acudimos a una cita en el Fontan Norte. En su cara Sur, hace dos años Carlos Canales y Pablo Alonso concluyeron un proyecto inacabado de nuestro añorado amigo Fredo.  Al que bautizaron "Iñiguez" en su honor.
Con las primeras luces del día partimos de Tuiza camino del Meicin. Tras una breve parada en el refugio para recoger agua, reanudamos en animada charla el camino de la Forqueta del Portillin.


Al llegar al collado, damos por fin vista a nuestro objetivo. El viento que ha empezado a animarse, nos invita a abandonarlo rápidamente. Parece que empieza a evaporarse nuestro inicial deseo de escalar en manga corta.


La vía, que no dudo que se convertirá en breve tiempo en un clásica del macizo, cuenta con una roca compacta en los tramos complicados y un poco más dudosa en los más fáciles, pero con una calidad más que aceptable para ser Ubiña. Enlazando fisuras, diedros,chimeneas y placas, en una escalada de lo más variopinta, va buscando las debilidades de la pared  por su margen derecha hasta alcanzar la cresta Este a escasos metros de la cima. Cuenta con las reuniones equipadas y seguros fijos allí donde no es posible protegerse mediante empotradores. Una ruta que aceptando el terreno de juego donde se desarrolla, no dudaría en denominar "placer".


Tras un breve reposo en la cueva de la base, aprovechado para aligerar la mochila de productos perecederos, a las 10´30h, cuando Lorenzo comienza a calentar la pared, arrancamos por su derecha  por terreno fácil (IIIº) a buscar un parabolt visible desde la base.



Entrando a continuación en una fisura (1 clavo y 1 parabolt) donde se encuentra uno de los pasos más difíciles de la vía (6b). Más bien raro que difícil. Superado este corto pasaje, la dificultad decrece (Vº+) hasta que unos metros más arriba alcanzamos la reunión (2 spits).


En el segundo, partimos por una vira a la izquierda hacia un clavo con un cordino amarillo. Encima de este, un spit antiguo invita al embarque. Afortunadamente al comenzar a izarnos divisamos un spit unos metros a la izquierda siguiendo la vira.


Tras chapar, nos enfrentamos a continuación a la mayor dificultad del largo, un corto pasaje en fisura (Vº+/6a). 


Superado este,ya por terreno más Tranquilo (IVº) continuamos diagonalmente hasta alcanzar un nuevo parabolt. Encima nuestra se encuentra una amplia chimenea (IVº+).


Tras recorrerla en su totalidad (1 clavo), prestando especial atención a la ingente cantidad de piedra suelta que cubre su fondo, sobre una cómoda repisa montamos el relevo (2 spits)


En la tercera tirada salimos por la izquierda de la reunión Hasta situarnos en la vertical de un techito bajo el que divisamos un spit. Ascendemos verticalmente hacia él buscando el mejor itinerario (Vº/Vº+). Superado este, a la altura de un clavo con argolla, realizamos una corta travesía hacia la izquierda (6a+/6b)



       que nos deposita en la base de un diedro tumbado, el "diedro gris" (1 clavo y 1 spit).


Recorremos este en Dulfer (Vº+/6a  y 2 parabolts.). Poco antes de su fin, nada más rebasar la segunda chapa, lo abandonamos por el lomo que lo limita por su izquierda. Montando la reunión un par de metros más arriba sobre 1 parabolt y 2 spits. Siendo este largo para mi, por belleza y estética, el mejor de la jornada, un deleite para los sentidos.


En el cuarto largo ascendemos por una placa tumbada que se va dejando proteger con seguros flotantes hasta que un desplome nos cierra el paso. Mediante una travesía sobre una llambria (IVº+/Vº),


 alcanzamos un brecha con dos panzas (6b/A0) protegida con 1 spit, 1 clavo y 1 parabolt. Superadas estas, tres metros más arriba alcanzamos la reunión (2 parabolts)


Salimos en el quinto largo de la reunión por la placa de su derecha, protegida por un clavo en su mitad.


Por encima de esta se ven brillar dos parabolts en la fisura diagonal por la que se accede al relevo. Para acceder a ella, avanzamos con tendencia a la derecha buscando la roca más compacta hasta que una fisura horizontal bajo unos desplomes nos invita a iniciar una corta travesía hacia la izquierda. Varios clavos protegen el recorrido.


Tras la Travesía, toca  remontar la fisura diagonal (6b/A0) protegida por dos parabolts.  A su fin, en la entrada de una chimenea montaremos el relevo (1 clavo y 1 spit).


En el último largo, La chimenea (IVº+), amplia en su inicio, se estrecha enormemente a los pocos metros. 



A su fin, continuamos por un diedro ( Vº+ y 1 clavo) hasta alcanzar la arista Este. Por esta (IIIº), ascendemos unos pocos metros hasta lazar un bloque que nos de garantía como última reunión.


Ya desencordados,  alcanzamos minutos después la cima. Sorprendidos, descubrimos que aun son las tres de la tarde y no va ser necesario descender con las frontales. Aprovechando tras las felicitaciones de rigor, para dilapidar el tiempo disfrutando de las vistas.


Sin duda, esta escalada  supone un gran broche de oro para cerrar la temporada. Bueno,nunca se sabe. Quizás este veroño nos depara más sorpresas.