Cuando ya daba por finiquitada la temporada de roca en alta montaña, unos inusuales días más propios del verano que de finales de octubre y contar con un magnifico compañero, me han brindado la oportunidad de estirarla en el entrañable macizo de Ubiña.
Allí, acudimos a una cita en el Fontan Norte. En su cara Sur, hace dos años Carlos Canales y Pablo Alonso concluyeron un proyecto inacabado de nuestro añorado amigo Fredo. Al que bautizaron "Iñiguez" en su honor.
Con las primeras luces del día partimos de Tuiza camino del Meicin. Tras una breve parada en el refugio para recoger agua, reanudamos en animada charla el camino de la Forqueta del Portillin.
Al llegar al collado, damos por fin vista a nuestro objetivo. El viento que ha empezado a animarse, nos invita a abandonarlo rápidamente. Parece que empieza a evaporarse nuestro inicial deseo de escalar en manga corta.
La vía, que no dudo que se convertirá en breve tiempo en un clásica del macizo, cuenta con una roca compacta en los tramos complicados y un poco más dudosa en los más fáciles, pero con una calidad más que aceptable para ser Ubiña. Enlazando fisuras, diedros,chimeneas y placas, en una escalada de lo más variopinta, va buscando las debilidades de la pared por su margen derecha hasta alcanzar la cresta Este a escasos metros de la cima. Cuenta con las reuniones equipadas y seguros fijos allí donde no es posible protegerse mediante empotradores. Una ruta que aceptando el terreno de juego donde se desarrolla, no dudaría en denominar "placer".
Tras un breve reposo en la cueva de la base, aprovechado para aligerar la mochila de productos perecederos, a las 10´30h, cuando Lorenzo comienza a calentar la pared, arrancamos por su derecha por terreno fácil (IIIº) a buscar un parabolt visible desde la base.
Entrando a continuación en una fisura (1 clavo y 1 parabolt) donde se encuentra uno de los pasos más difíciles de la vía (6b). Más bien raro que difícil. Superado este corto pasaje, la dificultad decrece (Vº+) hasta que unos metros más arriba alcanzamos la reunión (2 spits).
En el segundo, partimos por una vira a la izquierda hacia un clavo con un cordino amarillo. Encima de este, un spit antiguo invita al embarque. Afortunadamente al comenzar a izarnos divisamos un spit unos metros a la izquierda siguiendo la vira.
Tras chapar, nos enfrentamos a continuación a la mayor dificultad del largo, un corto pasaje en fisura (Vº+/6a).
Superado este,ya por terreno más Tranquilo (IVº) continuamos diagonalmente hasta alcanzar un nuevo parabolt. Encima nuestra se encuentra una amplia chimenea (IVº+).
Tras recorrerla en su totalidad (1 clavo), prestando especial atención a la ingente cantidad de piedra suelta que cubre su fondo, sobre una cómoda repisa montamos el relevo (2 spits)
En la tercera tirada salimos por la izquierda de la reunión Hasta situarnos en la vertical de un techito bajo el que divisamos un spit. Ascendemos verticalmente hacia él buscando el mejor itinerario (Vº/Vº+). Superado este, a la altura de un clavo con argolla, realizamos una corta travesía hacia la izquierda (6a+/6b)
que nos deposita en la base de un diedro tumbado, el "diedro gris" (1 clavo y 1 spit).
Recorremos este en Dulfer (Vº+/6a y 2 parabolts.). Poco antes de su fin, nada más rebasar la segunda chapa, lo abandonamos por el lomo que lo limita por su izquierda. Montando la reunión un par de metros más arriba sobre 1 parabolt y 2 spits. Siendo este largo para mi, por belleza y estética, el mejor de la jornada, un deleite para los sentidos.
En el cuarto largo ascendemos por una placa tumbada que se va dejando proteger con seguros flotantes hasta que un desplome nos cierra el paso. Mediante una travesía sobre una llambria (IVº+/Vº),
alcanzamos un brecha con dos panzas (6b/A0) protegida con 1 spit, 1 clavo y 1 parabolt. Superadas estas, tres metros más arriba alcanzamos la reunión (2 parabolts)
Salimos en el quinto largo de la reunión por la placa de su derecha, protegida por un clavo en su mitad.
Por encima de esta se ven brillar dos parabolts en la fisura diagonal por la que se accede al relevo. Para acceder a ella, avanzamos con tendencia a la derecha buscando la roca más compacta hasta que una fisura horizontal bajo unos desplomes nos invita a iniciar una corta travesía hacia la izquierda. Varios clavos protegen el recorrido.
Tras la Travesía, toca remontar la fisura diagonal (6b/A0) protegida por dos parabolts. A su fin, en la entrada de una chimenea montaremos el relevo (1 clavo y 1 spit).
En el último largo, La chimenea (IVº+), amplia en su inicio, se estrecha enormemente a los pocos metros.
A su fin, continuamos por un diedro ( Vº+ y 1 clavo) hasta alcanzar la arista Este. Por esta (IIIº), ascendemos unos pocos metros hasta lazar un bloque que nos de garantía como última reunión.
Ya desencordados, alcanzamos minutos después la cima. Sorprendidos, descubrimos que aun son las tres de la tarde y no va ser necesario descender con las frontales. Aprovechando tras las felicitaciones de rigor, para dilapidar el tiempo disfrutando de las vistas.
Sin duda, esta escalada supone un gran broche de oro para cerrar la temporada. Bueno,nunca se sabe. Quizás este veroño nos depara más sorpresas.