Hace dos semanas, después de escalar la Directa TJ, entre todos los mensajes de enhorabuena que recibí al bajar del Espigüete, había uno muy especial.
- Enhorabuena Fer, precioso, desde que vi el reportaje estoy nervioso. Me llamarás fantasma pero creo que puedo subir por la primera vía que intentásteis. Con eso te quiero decir si ¿te apetece volver allí?
¡No me jodas! el ídolo local, el orgullo de los escaladores avilesinos, un primera división, el mismísimo Johnny, me esta invitando a acompañarle.
Superado el asombro inicial me asaltan la dudas. Que por ahí Johnny sube, lo tengo claro, pero... ¿y yo daré la talla? ¿los tendré en su sitio cuando llegué el momento?
Y el ansiado dia llego. De camino a Cardaño, donde tenemos intención de pernoctar, paramos en Sabero a visitar a Anselmo. No puede acompañarnos, atrapado por el trabajo, en vano intenta convencerse él y a nosotros de que no hay condiciones.
-Naa, hay demasiada nieve, vais a ir hasta alli para dar la vuelta. Además la previsión no es del todo buena.
- lo que pasa es que no hay Gúevos.(mítica frase que obra milagros en los indecisos ja, ja, ja)....le dejamos caer en un último esfuerzo por convencerle
Tras mucho insistirle, nos deseó suerte y nos marchamos.
En Cardaño nos recibe una noche estrellada y un paquetón de nieve. Imposible entrar en el pueblo con la furgoneta, teniendo que montar nuestro campamento en la carretera, a la entrada.
Mientras nos acomodamos y preparamos para cenar, un confiado raposo se auto invita a la mesa. Más tarde Johnny, tendrá ocasión de comprobar, que los raposos muerden ja, ja, ja.
Con las barrigas bien saciadas nos metemos al saco. El cielo se mantiene despejado y en el estomago tengo esa sensación propia que precede a las grandes ocasiones
Tras un relajado desayuno abandonamos Cardaño. Dejamos las mochilas apeadas junto al aparcamiento y continuamos un kilómetro y medio más abajo para aparcar la furgoneta en un apartadero de la carretera despejado de nieve.
Hemos pasado más de dos horas bregando como buldocers cuando al fin divisamos el circo. Aún necesitaremos una hora y media más de lucha para alcanzar la base de nuestro proyecto.
En esta ocasión al acercarme, me parece más pequeña y tumbada. Bajo una techumbre de roca en su margen derecho, nos hacemos una plataforma en la rimaya. Mientras nos equipamos, Johnny me pone sobre aviso.
-Fer, por ahí viene alguien.
-Cagonross.....ye Anselmo.
-ja, ja, ja
El pobre ha estado en un sinvivir desde que le abandonamos. Moviendo Roma con Santiago hasta que a última hora de la noche le han posibilitado acompañarnos. Aumentando si cabe nuestro ánimo y tranquilizando nuestras conciencias.
Acometer este proyecto, sin su mayor promotor, nos hacia albergar en la cabeza un sentimiento de alta traición.
Sin más perdida de tiempo, Johnny se arrima a la bestia. La observa durante un suspiro y sin la menor vacilación comienza a subirse en ella.
Alucinados, Anselmo y yo asistimos a una clase magistral de escalada. Johnny se mueve grácil, trata el hielo con una delicadeza propia de un amante en su primera cita.
Si habéis tenido ocasión de haber visto (y sí no os recomiendo verlo) un vídeo de Emilio Comici en youtube titulado "el ángel de los Dolomitas" y lo extrapoláis al hielo, os haréis una idea más completa de lo que tuvimos ocasión de contemplar
En el primer tercio del largo el hielo es escaso y la roca no ofrece muchas posibilidades de protección. Donde hace tiempo yo ya habría arrancado la moto, Johnny no vacila. Avanza metros alejándose de un último seguro precario, con esa confianza y solvencia, solo reservada a los más grandes.
Poco a poco va resolviendo el largo. Más arriba, donde la cascada se muestra más vertical llegando a desplomar, mejora el hielo.
La cuerda se acaba y tengo que abandonar mi reunión. Asciendo mientras le aseguro intentando ganarle unos metros a la cuerda que le permitan alcanzar una zona cómoda donde montar la primera reunión.
Poco después nos llama a que subamos. Gustoso le cedo el paso a Anselmo, que sin duda va a tratar mejor el escaso hielo del comienzo. Si voy yo delante igual le obligo a iniciarse en el dry-tooling, jajaja...
Cuando me llega el turno, a pesar de no ser creyente me encomiendo a la Virgen. Este año , la crisis, nos ha imposibilitado llevar a cabo nuestro viaje anual a escalar en hielo en Alpes. Mi escaso entrenamiento me hace dudar si tendré suficientes pilas.
Cuantos más metros subo, mayor es el grado de confianza en mis posibilidades. Y cuando por fin me llega el sonido sordo al picar de hielo solido, sé que esto, está hecho.
Johnny, ante nuestras felicitaciones y elogios por la gesta que se ha marcado, nos recibe con esa humildad propia que tanto le caracteriza.
En el relevo le ofrezco el testigo a Anselmo, que bien lo merece más que yo, pero aunque le veo ardiente en deseos, me dice que no, que tire yo. Detalle que mi ego agradecerá eternamente.
Desde la reunión, la segunda parte se ve más tumbada y con mayor espesor en el hielo.
Pero una vez en la cascada, mi percepción de la verticalidad cambia radicalmente.
-¡Joder! esto pina de cojones.
Coloco un tornillo bastante aceptable, remuevo las bolas del rosario y venga pa arriba que hay que dejar en buen lugar la bandera.
Pues sí, cambian mucho las sensaciones de llevar la cuerda por arriba a llevarla colgada, jajaja.
A escasos tres metros de la salida me tengo detener un momento, la cuerda se acabó y mis compañeros deben abandonar la reunión para que disponga de cuerda para alcanzar un emplazamiento seguro donde montar la reunión.
Unos minutos de espera que, con las pilas casi agotadas, se me hacen
eternos. La roca no ofrece buenas fisuras para emplazar la reunión con
seguros flotantes o clavos, por lo que mis compañeros tienen que
aguardar fuera de la seguridad de la reunión mientras coloco un spit que
refuerce los mediocres clavos que he logrado emplazar.
Este segundo largo es muy divertido y ofrece mejores lugares para protegerlo que en el primero.
.
Cuando los veo sonrientes asomar, no quepo en el traje ante sus felicitaciones por el largo.
¡Lo hemos conseguido compañeros! maquinasssssssssssssss.
- Parece que pina por ahí.
-Hasta desploma .....nos contesta entre risas.
-Al final tienes tu tumbarral, ja,ja,ja.
Cuando comienza a testar la roca para montar reunión, decide destrepar hasta nosotros.
-Naa... no valía la pena perder el tiempo, tardaba menos en volver a bajar.
-Claro, y ahora diras que solo tú completaste la vía, jajaja.
Equipamos los rapeles y marchamos volaos para abajo.
En el descenso, no salgo de mi asombro al ver por donde nos hemos encaramado.
Y una vez abajo nos hacemos una foto a lo Bridwell, en la que salimos los tres, posando orgullosos ante nuestra criatura.
Para aquellos que deseen seguir nuestros pasos, aquí os dejo el croquis que se ha currado Anselmo para tan grande ocasión.
Esta es la situación de las lineas abiertas hasta ahora en el circo norte del Espigúete.
Y el final de fiesta nél chigre, como manda la tradición. Anselmo ha tenido la acertada idea de traerse una botelluca de sidra casera (gracias a la generosidad de Fernando Alonso Rios).
Después, en la cena tuvimos que repetir platos,..... por estos lares no deben estar acostumbrados a dar de comer a asturianos y a leoneses, jajaja.
¡Que grandes sois compañeros!.....van tener que ensancharme la puerta de casa para que entre.
Solo nos queda agradecer a Fernando Becerril y a Alberto García, las fotos que nos lanzarón mientras trabajaban abriendo la vía "Saint Saud", muy cerquita nuestra y darles nuestra enhorabuena por su apertura.