Nunca olvidaré algunas palabras que dijese el escritor mexicano Sergio Pitol, con quien tuve la suerte de hablar largamente en varias oportunidades. Decía algo así como que, en la literatura de lengua hispana pareciera darle vergüenza el género autobiográfico, ese hablar de uno mismo. Y es verdad si se comparan la cantidad de autobiografía hechas por tantos artistas y grandes personalidades de otras lenguas y cuán poco existe en nuestra lengua española.
Para este ejercicio confesional, quiero parafrasear a la gran poeta rusa Anna Ajmátova:
Yo nací el mismo día que Anna Ajmátova, día en el que se celebra la víspera de San Juan. En ese año nació también Beck y Maribel Verdú. Los Beatles se separan y muere Jimi Hendrix ahíto de drogas y alcohol y no por menos Janis Joplin. Fassbinder rueda siete películas; la cabeza decapitada de Mishima es portada en varias revistas*.
El mundo seguía, lamentablemente, con el telón de fondo la guerra de Vietnam, el Apolo 13 es enviado a la luna y se comienza construir el puente sobre el Bósforo que une a Europa con Asia.
Mi padre me llamó Claudia Sofía, en honor a dos exuberantes actrices italianas: Claudia Cardinale y Sofía Loren. Nací en el Caribe y es la única procedencia con la que me identifico. Soy una apátrida. Crecí en un modesto apartamento frente a una calle ruidosa junto a tres hermanos, y desde pequeña mi inclinación por el arte fue clara. A los nueve años mi tío pagaba las clases de pintura que tomaba con un artista, en su taller, era la más pequeña y me tenían como su mascota. Salíamos con los caballetes a los campos de la universidad a pintar paisajes en acrílico.
Estudié diseño gráfico, de modas, orfebrería y todo lo fui dejando a la mitad. Intenté entrar en teatro y como dice el bolero fue "debut y despedida". No estuvo mal, me probaron en una compañía de carácter regional y me dieron el papel de Martirio, de la Casa de Bernarda Alba. Ensayamos mucho y el montaje no se llevó a cabo por falta de presupuesto y pensé que era muy frustrante, y hasta allí llegó mi experiencia teatral. Luego la literatura fue ganando terreno, entré a talleres, di talleres, publiqué un breve poemario y poemas en algunas revistas. Me hice profesora de lengua y literatura.
No concibo la vida sin el arte, sin tocarla de algún modo, de vivirla a través de cualquiera de sus formas. Es lo único por lo que el ser humano trabaja y crea sin otra finalidad en sí misma.
Preguntas que me plantea el blog Volando a Rastras:
¿Te gustaría que tu vida fuera diferente?
-En absoluto, estoy muy satisfecha con la vida que tengo, creo que soy muy afortunada.
¿En qué piensas antes de dormir?
-En lo cansada que estoy; a veces, en lo que quiero desayunar al otro día, y si estoy un poco estresada, en lo que tengo que hacer.
¿Qué cosas te ayudan a sentirte mejor en un momento de bajón emocional?
-Tener amigos que te escuchen y que te den sus puntos de vista. Dar un paseo o hacer joggin en el parque. Sonreír aunque no tenga muchas ganas, canturrear y ponerme guapa.
¿Crees que la gente te conoce tal como tú eres?
-Umh, ahora estoy estudiando psicología, y es una pregunta que tiene muchas aristas. Se supone que nosotros tenemos una idea de cómo nos ve la gente y eso es lo único a lo que podemos acceder de los otros. Pero creo que sí, la gente cercana suele tener una idea bastante parecida de lo que somos, de hecho, esa información nos ayuda a construir esa idea acerca de uno mismo.
¿Ocultas parte parte de tu manera de ser y sentir por miedo a las reacciones externas o vives siempre sin preocuparte de lo que pensarán los demás de ti?
-No creo que oculte mi manera de ser, pero sí es cierto que a veces es mejor la omisión para no entrar en polémicas estériles. A veces no lo logro y puedo llevar hasta el final una diatriba con tal de defender lo que pienso. Me gusta la polémica, a veces un poco más de la cuenta. Si callo, a veces me siento tonta y si polemizo a veces me cansa y pienso en lo bien que hubiera sido callar a tiempo. Pero cuando son cosas fundamentales para mí, hablo: temas como el racismo o la violencia, por ejemplo.
¿Te gusta ser diferente o tratas de asemejarte a un grupo social de referencia?
-Siempre me ha gustado intentar sentirme diferente. No le temo a los cambios. Me puse un piercing cuando nadie lo usaba, me pinté el cabello de fucsia en una ciudad pueblerina, me incliné por el arte en una familia de oficios tradicionales. Pero aún así, igual terminas asemejándote a un grupo social, quieras o no, lo busque o no. Siempre encajamos en alguno, incluso los outsiders tienen su grupo, y estos grupos ejercen su influencia en nosotros, aunque sean muy sutiles, por momentos, o muy claras en otros.
¿A qué cosa o persona o sensación no puedes renunciar a lo largo del día?
-Umh, no creo que no haya nada a que uno no pueda renunciar a lo largo del día, excepto a lo que soy.
¿Juegas a imaginar cómo son los otros bloggers conocido@s?
-No es que me lo proponga, es que simplemente te los imaginas y vas construyendo sus personalidades a través de retazos de comentarios y sus post, a la vez que vas poniéndoles caras. Siento a muchos y muchas bloggers muy cercanos a mí y estaría muy gustosa de tomarme un vino o un café con algunos de mis bloggers predilectos. Sin duda les tengo afecto.
¿Qué es lo que más te apasiona en este momento de tu vida?
-La madurez que experimento, aunque sea como inicio, en mi vida. Eso me permite vivir muchas cosas con una plenitud que desconocía. Es un tipo de intensidad menos histérica e inestable que la de la juventud, sin duda.
P.D.: Haré como mi querida bloggera Dorthy con tacones, no daré nominaciones ni premios, si algunos de mis amigos bloggeros a los que sigo asiduamente se anima a escribir sobre ellos mismos estaré encantada de leerlos. Solo tienen que responder las mismas preguntas que me han planteado y escribir once cosas acerca de sí mismos.
Gracias David.
*Creo que algo parecido lo leí hace muchos años en algún texto de Ednodio Quintero, pero aludía a que la cabeza de Mishima era portada del Times.