"No tiene pase”. Así
definió el comportamiento de uno de sus invitados la anfitriona de una fiesta.
Aquel amigo, al que no veía desde hacía décadas, estaba “desatado”. Tanto, que
en la pista de baile no dudó en tocarles el culo a la anfitriona, a las amigas
de la anfitriona y a cualquier fémina que se le pusiera delante. La actitud de
aquel hombre, profesional de éxito y divorciado resultaba, como mínimo,
chocante. “¡Este no se ha enterado de que existe el #MeToo!”, sentenció una de
las invitadas, tras zafarse de él.
Luis, de 44 años y
soltero impenitente, asegura que no ha notado muchos cambios debido al #MeToo.
“Pero es que yo soy muy cauto y si me dicen ‘no’, vuelvo a casa cabizbajo y
punto”, dice. Con todo, admite que no todos son como él: “Tengo un amigo que
siempre me dice que, aunque la mujer me diga ‘no’, tengo que insistir, que al
final caerá. Pero yo tengo claro que no es no”, reitera. “De todas maneras
–añade– me da la impresión que todos nos hemos vuelto un poquito locos, con
esto del #MeToo”.
No es el único algo
desconcertado. Pablo, un abogado soltero y de 24 años, se describe como “muy
respetuoso”. Pero, “ahora has de ir con pies de plomo”, explica. Las cosas han cambiado.
Pablo y Luis no son los únicos hombres confundidos ante el flirteo hoy en día.
te extra@aba Ya no venis mas a entretenerme
ResponderEliminarme gusta mucho leerte abrazo
pues muy confundida con ese movimiento del yo también que a veces parece mas un circulo de inquisición en que los actos bochornosos, pecaminososo o traviesos sin ningún morbida intención aparecen para tocarles la puerta a varios y hasta les destruyen las carreras...
ResponderEliminarque cosas...
A ver, de un Agrónomo a otro, en la p.... vida se me ha ocurrido pasarme con una chica que levanta la barrera, ni en castellamo, ni en "pichinglis"
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