"Los pescadores de perlas saben estar alertas. Es un oficio peligroso, que no admite distracciones. La técnica es ardua y sacrificada. Hay que ejercitar los pulmones tragando todo el aire posible, buscar rápido, con los ojos muy abiertos, tomar el tesoro y volver a la superficie para respirar aire fresco. Pero claro, con la perla, sino ¿cuál es la gracia?
Esto, más o menos, es lo que yo hago cuando me sumerjo en la última página de Clarín. Al salir a la superficie abro la mano e, indefectiblemente, encuentro al Crist. Esta perla solitaria, ignorada por los operadores culturales que dedicados a ínfimas transacciones no advierten esa luz potente que les da en la nuca, despliega su bestiario humanista valiéndose de trazos locos y repentinos.
Y el tipo usa plumas, marcadores, pinceles, palitos... y hasta cepillos eléctricos para dientes usa! Y en el taller le da al grabado, a la tinta, a la acuarela. y todo le queda bien.
Qué animal, Crist, qué animal.
Carlos Nine"
Texto (no sabemos si de otro texto más extenso) en el afiche de la muestra Dibujando en los bares, del Espacio de historieta del centro Cultural Recoleta, de cuando ese espacio existía.