Doctor Dios
El decreto versaba lo siguiente:
“[…] Nada se ha mirado con mas horror desde los primeros momentos de la instalación del actual gobierno, como el estado miserable y abatido de la desgraciada raza de los indios. Estos nuestros hermanos son ciertamente los hijos primogénitos de la América y han estado sepultados en una esclavitud ignominiosa para saciar con un trabajo brutal la codicia y el lujo de los opresores. […]”
Esteban Laureano nació un 4 de julio de 1895 en el pueblo santafecino de Esperanza, Argentina. Después de cursar sus estudios primarios y secundarios, viajó a Buenos Aires e ingresó a la Facultad de Medicina de aquella provincia. En 1928, ya recibido, abrió un consultorio medico, que un par de años mas tarde, muda a la ciudad de Resistencia.
En 1932 estalla la Guerra del Chaco, la guerra de mayor envergadura de Sudamérica en el siglo XX, donde 250000 soldados bolivianos y 150000 soldados paraguayos se enfrentaron durante tres años por conflictos limítrofes. Maradona sin dudarlo, fue a instalarse a Paraguay, brindando sus servicios médicos a ambos bandos, ya que decía que: “El dolor no tiene patria ni bandera”. Entró como camillero en el Hospital Naval de Asunción, donde al cabo de tres años ya era director; también redactó el reglamento de Sanidad Militar del Paraguay y tuvo tiempo para ocuparse de la colonia de leprosos de Ytapirú. Al término de la Guerra, volvió a Argentina, donando todos los sueldos que le correspondían por su rango militar y desechando todos los premios que el presidente paraguayo le ofrecía, tratando en vano que semejante profesional se quedara. Esta vuelta a su país cambiaría su vida.
Había proyectado ya el regreso; iría hasta Tucumán para visitar a un hermano y luego seguiría viaje a Buenos Aires donde se encontraba su madre.
El tren con el que regresaba se hallaba detenido en un pueblo llamado Guaycurú (hoy Estanislao del Campo) recargando provisiones. Mientras esperaba para la partida, escuchó los pedidos de auxilio de un medico para atender a una parturienta: “Tome mi maletín y allá fui. Gracias a Dios, la mama y el niño se salvaron, pero el tren se marcho sin mi”. Desde entonces, Maradona se quedaría entre los indígenas del lugar, tobas, matacos y pilagás: “Había que tomar una decisión y la tomé… quedarme donde me necesitaban. Y me quede 53 años de vida.”
Al comienzo los indígenas no fueron muy amables con el doctor, ya que estaban acostumbrados a los engaños y maltratos propiciados por la gente blanca; pero con humildad, trabajo, enseñanza y tiempo, Maradona revirtió la situación. Y tan bien lo hizo que comenzaron a llamarlo "Plognak"; Doctor Dios.
Las proezas logradas son lo más parecidas a las hechas por un personaje de cuento, un héroe de la literatura romántica. Escribió libros, no solo de medicina, sino de varias disciplinas. El más conocido, “A través de la selva”, cuenta lo acontecido en el pueblo de Estanislao del Campo, en compañía de los indígenas. Consiguió también, que el gobierno provincial de Formosa le concediera terrenos fiscales para establecer una colonia indígena; fundó una escuela rural, en la que ejerció la docencia durante tres años, hasta la llegada de un docente mandado por el gobierno; enseñó trabajos de agricultura y como edificar casas de barro; utilizó su propio dinero para conseguir alimentos y vestimenta. Luchó además, contra la tuberculosis, el cólera, la sífilis, la lepra, el mal de Chagas-Mazza y demás enfermedades llevadas por el hombre blanco, como decían los nativos, por supuesto, totalmente gratis.
Murió en Rosario, Argentina, junto a su familia en Enero de 1995.
Luego que su luz se extinguiera, la escritora y por entonces diputada Martha Mercader, escribió:
“Esta es una carta de pésame dirigida a quienes les duele (como a mi) la muerte de un antihéroe ejemplar. Una buena manera de rendir homenaje al doctor Esteban Maradona seria reflexionar sobre el sentido de su vida y su repercusión en la opinión publica.
¿Cómo construimos nuestros paradigmas para la Argentina 2000? […] si el otro Maradona, el famoso, nunca se ufanó (que yo sepa) con la idea de algún parentesco con el antihéroe debe ser porque se entronizan como valores supremos […] la gambeta mas vistosa y la forma mas contundente de lograr dinero, fama y poder, mientras los formadores de opinión aceptan, o refuerzan, estos esquemas.
Esta claro que convivir medio siglo entre tobas y pilagás ejerciendo gratis la medicina, mientras se realizan sin subsidios ni premios investigaciones medicas, zoológicas, botánicas, arqueológicas y lingüísticas, es decir, tratando de elevar la calidad de vida de una comunidad en una razonable relación con su ambiente natural, no aumenta ningún rating ni ayuda a juntar votos. Y sin embargo se trata de una elección, quizá la más trascendente: elegir que sentido tendrá nuestro paso por el mundo. Toda imagen nacional refleja múltiples opciones individuales.
A pesar de varias propuestas legislativas, una de ellas confirmadas por mi, el doctor Maradona, nunca fue propuesto por nuestro país como candidato al Premio Nobel, aun cuando como filántropo y científico llego a la altura del doctor Albert Schweitzer, sin pretender pago o recompensa alguna por lo que, según el, era `solo cumplir con el deber hipocrático de hacer el bien´, ni tampoco asumir ante los indios aires del superior que beneficia con su ciencia y caridad a sus inferiores.
Preguntémonos por qué los dirigentes no se juegan para que el amor, la solidaridad, la no-violencia, el respeto por el otro, la paz y la justicia dejen de ser temas retóricos y se encarnen, como en este caso. Preguntémonos que pasa en un país en el que vivir 99 años entregado a hacer el bien, con total renuncia a la exaltación del ego y sin cálculos interesados, no alcanza para construir el esquema del héroe popular.”
Antes de conocer la historia del doctor Maradona, creía que el apellido era digno de admiración. Ahora esta admiración, creció de manera exponencial.
Todos los 4 de Julio, desde 2001, se festeja en su honor el Día Nacional del Médico Rural.