"LIMPIEZA Y ABSORCIÓN" de Javier Cánaves, su blog AQUÍ
editado por Editorial Delirio.
Excelente poemario, el cuarto ya, del mallorquín. Había leído únicamente "El peso de los puentes" y este me ha gustado bastante más, lo que indica la calidad de este trabajo. Creo que aquí, Javier ha encontrado una voz bastante propia.
El formato de este libro me parece una delicia aunque por su tamaño pequeño y cuadrado puede que lo limite mucho a los que buscan en las baldas de poesía. Mas, como la poesía nunca está en baldas de novedades o más vendidos, no es mayor problema.
No estoy capacitado ni quiero destripar este libro, siempre desconfié de los comentarios de texto; me muevo por sensaciones, y "limpieza y absorción" me ha encantado. Es raro un poemario del que no me gusten tan sólo dos poemas (el único que me gusta todo lo que escribe es Karmelo Iribarren), bien porque no entiendo mucho su presencia en el libro o porque me parecen de una rareza excesiva.
Pero este poemario se vende solo, para muestra un botón:
SOLO UN POLVO TAL VEZ,
MAS POLVO ENAMORADO
Este olor mezcla de perfume, chicle
y cortado de máquina
me enternece hasta el punto de olvidar
que tengo novia
y nadie va a saber
el esfuerzo terrible que supone
no prometerte amor eterno,
no rendirme a tus pies
y suplicarte
que te vengas al baño
y me cuentes tu historia.
"ALICIA VOLÁTIL" de SOFÍA RHEI, su web AQUÍ
editado por Cangrejo Pistolero
No conocía nada de esta poetisa, pero me ha sorprendido muchísimo este trabajo artesanal, tanto en la palabra como en la delicada edición, de nuevo, de la editorial sevillana.
Libro en 3D, sí en 3D, donde te tienes que manufacturar las gafas que vienen en su interior para leer el poema, primero el color azul, luego el rosa y después el poema completo, si bien los tres poemas en uno son completos por sí solos.
Poemario exquisito, lleno de ternura que esconde sangre entre sus versos. Precioso, para muestra:
Alicia dentro del reloj de pared
Un reloj detenido es más exacto que muchos otros.
Basta un pequeño retraso de un minuto al día
para que un reloj sólo dé la hora precisa cada dos años,
y sin embargo un reloj parado
es exacto dos veces al día,
puntual y fiable
en dos momentos cincelados en piedra.
Por eso sé que las niñas muertas se comportan mucho mejor
[que las vivas.
El sesgo de la exactitud es un péndulo que sirve de guadaña.