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31 julio, 2011

FRANZ Y ANTOINE

Vuel Villa - Xul Solar

El compositor y músico Franz Liszt fue un niño prodigio que, de la mano de su padre y tras dar conciertos por toda Europa, recaló en París, en donde pasó su primera juventud y vivió con intensidad aquellos tres días gloriosos de la Revolución de 1830, a los que consagró su primer esbozo de sinfonía.

Liszt conocería en París a escritores como Víctor Hugo, quien, a su vez, dejaría constancia de esos mismos acontecimientos en varios capítulos de «Los miserables», y que fue un incansable defensor de las ideas democráticas de su tiempo, algo que le costaría incluso un exilio temporal.
Justamente en su destierro, Hugo entabló relación con diferentes personajes relevantes de la época, uno de los cuales fue Julio Verne. Ambos publicaron sus obras gracias al editor Pierre-Jules Hetzel, que inmortalizaría los libros del autor de «20.000 leguas de viaje submarino» y «Miguel Strogoff» gracias a sus famosos y vistosos cartonages ilustrados. Como es bien sabido, la increíble imaginación de Verne le llevó a realizar numerosas predicciones a través de sus novelas; predicciones como la llegada del hombre a la luna o la de intuir el rumbo que tomaría la aviación, cuando en «Robur, el Conquistador» ideó el Albatros, artilugio que navegaba en el aire gracias a setenta y cuatro patas giratorias, movidas por motores eléctricos.
Precisamente la aviación fue, junto a la narrativa, una de las pasiones de Antoine de Saint-Exupèry, quien publicó «El Principito» en 1943, justamente cien años después de que Hetzel fundara en París su conocida editorial. En el famoso libro del piloto de Lyon, el entrañable Principito expresa, con su natural e ingenua sabiduría, pensamientos de inigualable belleza. Por ejemplo, cuando dice que lo hermoso de un desierto es que en cualquier parte esconde un pozo... O bien que sólo se ve bien con el corazón, porque lo esencial es invisible para los ojos. También Franz Lizst escribiría que hemos de tratar de ver con el corazón y que la música es el corazón de la vida, pues por ella habla el amor; sin ella no hay bien posible y con ella todo es hermoso.

Franz Liszt y Antoine de Saint-Exupèry murieron en 1886 y 1944, respectivamente; ambos en un día como hoy, 31 de julio
.

18 julio, 2010

MARCUSE

El Gran Juego - De Chirico

La filosofía radical de Herbert Marcuse inspiró la ideología política crítica de los años 60 y de la revuelta estudiantil del mayo francés. Sólo por esto, que ya me parece mucho, bien merece un recordatorio en estos días.
En lo más propiamente personal, leí a Marcuse en mi época de estudiante y sus
ideas cambiaron mi forma de ver el mundo y de situarme en él. Tengo lleno de subrayados y notas marginales El hombre unidimensional, un libro en el que explicaba cómo el consumismo y la “liberación de las costumbres” de la sociedad capitalista avanzada hacen del hombre un ser cada vez más adaptado e integrado al sistema... A partir de lo cual se diluyen la oposición y la crítica, pues la sociedad unidimensional las asimila, absorbiendo en su seno cualquier alternativa.
Leyendo a Marcuse, la realidad se le volvía a uno engañosa: El capitalismo avanzado ejerce sutilmente su control, manipulando los deseos y las necesidades de las personas. No sólo determina las ocupaciones, las habilidades y las actitudes socialmente requeridas, sino también las necesidades y aspiraciones individuales.
La aparente libertad de los sistemas democráticos esconde formas organizadas de represión y control social.
¿Qué significaba entonces la democracia? ¿Qué era realmente la libertad? Marcuse se estaba anticipando a las doctrinas del “pensamiento único” y de la “globalización”, cuando denunciaba la unidimensionalidad, la homogeneidad aplastante del pensamiento y la acción, que eliminan todo impulso crítico y transformador. No existe una verdadera oposición, no hay disidencia. Hasta el proletariado pierde su marca revolucionaria, seducido por el confort y el consumismo...
Todo esto era desalentador. En plena Transición, me avanzaba la idea de que terminaría viviendo en una cómoda, razonable y democrática no-libertad.
Si el capitalismo absorbía la potencialidad emancipatoria de la clase trabajadora, ¿qué esperanza nos quedaba a quienes queríamos un mundo más justo y solidario? Lo denunciaba Marcuse, que existía una venenosa “tolerancia represiva”, basada en el “bienestar” y en un control social absoluto cada vez menos identificable. Cualquier contestación, nacía ya debilitada... ¿No era acaso cierto? Y concluía señalando que la esperanza de una liberación y la consecución de una sociedad abierta y libre, había dejado de estar en manos del proletariado, para pasar a las de las minorías no integradas, los grupos marginales, los excluidos del sistema, cuya sola presencia muestra la necesidad de poner fin a condiciones e instituciones intolerables. ¿Y no sucede esto también hoy, incluso más que nunca?
Marcuse estaba convencido de que sólo los desposeídos
podían ejercer una oposición radical y una verdadera emancipación. Por eso les prestó su apoyo, impulsando una nueva izquierda contraria al marxismo ortodoxo y radicalmente crítica y opositora contra el establishment.
Marcuse falleció el 29 de julio de 1979. Guardo recortado, entre las páginas de El hombre unidimensional, el obituario del periódico por el que supe de su muerte.

21 febrero, 2010

LOU ANDREAS-SALOMÉ

Venus Verticordia - Rossetti

Fue a finales de los 70, tras ver Más allá del bien y del mal, de Liliana Cavani, cuando supe de la existencia de Lou Andreas-Salomé, mujer que osó vivir en una imposible comunidad amorosa e intelectual con Nietzsche y el poeta Paul Rée. La película mostraba la pasión del filósofo alemán por crear la nueva moral que ya expuso en la obra que da título al film, a través de una relación triangular. «¿De qué estrellas caímos para encontrarnos aquí?», fue lo que dijo Lou, su amor más doloroso, cuando la conoció. Pero, ¿quién era ella?
Indagué (como se indagaba entonces, ¡sin Internet!) y la volví a encontrar en un librito precioso, que recogía su correspondencia con Rainer Maria Rilke, con quien viajó a Rusia siguiendo un idílico impulso que influiría decisivamente en la vida amorosa del poeta.
Pero Lou Andreas-Salomé fue también amiga predilecta de Freud, quien siempre le profesó una gran admiración («es de una peligrosa inteligencia», dijo de ella), y mantuvo relaciones de amor y amistad con grandes intelectuales, entre quienes se movió, a quienes puso en contacto y con quienes entretejió parte de la historia del pensamiento y de la literatura, en los albores del siglo XX. Cualquiera que busque saber algo de ella, comprobará que quienes la trataban sucumbián a su encanto, a su lucidez y a un fascinador carácter, marcado por la gran exigencia que demandaba en sus relaciones personales.
Eran contadas en aquella época las mujeres que "tuteaban" intelectualmente a los pensadores. lou Andreas-Salomé lo hizo, de la mano de su preparación y, sobre todo, de su insaciable curiosidad. Alguien como ella que, además, mostraba su indiferencia ante las convenciones morales, alternaba en el Hof Atelier Elvira, conocido punto de encuentro del ambiente homosexual vienés, y vivía permanentemente rodeada de un halo de vivacidad, escándalo y erotismo, no podía sino representar un desafío para una sociedad en la que finalmente iba a germinar el nazismo... Sin embargo, como anécdota, se dice que sus estudios literarios y psicoanalíticos eran tan populares en Göttingen, la ciudad alemana en la que vivió sus últimos años, que la GESTAPO aguardó a que muriera para quemar su biblioteca.

Lou Andreas-Salomé había nacido en San Petersburgo, el 12 de febrero de 1861, y falleció el 5 de febrero de 1937.

29 noviembre, 2009

WILDE

Café - Grosz

A Wilde le precede su fama, en gran medida proveniente de sus ingeniosos y cáusticos aforismos sobre las relaciones entre los hombres y las mujeres, el matrimonio, el arte, la literatura, la vida social, la condición humana...
En mi personal empeño por discernir entre lo esencial y lo superfluo (entre otras cosas para desprenderme de esto último), espero que llegue el día en que mi equipaje sea tan liviano que todo cuanto lo componga quepa en una sola habitación. Los centenares de libros que aún tengo, para entonces serán probablemente tan sólo tres o cuatro decenas. Y entre ellos, si no lo he vuelvo a regalar una vez más, estará El retrato de Dorian Gray.

Oscar Wilde falleció en París, el 30 de noviembre de 1900.

Hablar
No voy a dejar de hablarle, sólo porque no me preste atención. Me gusta escucharme. Es uno de mis mayores placeres. A menudo mantengo largas conversaciones conmigo mismo, y soy tan inteligente que a veces no entiendo ni una palabra de lo que digo.

Escuchar
Es peligroso escuchar. Se corre el riesgo de que le convenzan; y un hombre que permite que le convenzan con una razón, es un ser absolutamente irracional.

Opinar
Sólo podemos dar una opinión imparcial sobre las cosas que no nos interesan. Sin duda, por eso mismo, las opiniones imparciales carecen de valor.

24 mayo, 2009

HUGO

La libertad guiando al pueblo - Delacroix

¡Quién es Jean Valjean, quién! Quién, sino el joven hambriento que roba una hogaza de pan y es condenado por ello a 19 años de cárcel. Jean Valjean saliendo del penal tras cumplir la pena impuesta: un hombre macerado por el dolor, solo y aborrecido, un ser proscrito. Valjean, el ex convicto que vuelve a robar, esta vez los candelabros de plata del bondadoso y caritativo monseñor Myriel, y que, siendo nuevamente apresado, es sin embargo exculpado por su víctima. Jean Valjean que conoce de este modo el perdón y se transforma y busca redimirse a, ante, para, de sí mismo. Jean Valjean, decidido a rehacer su vida, a quien el encuentro con un niño que huye dejando caer su moneda de plata convierte en reincidente, un delito castigado con trabajos forzados a perpetuidad. Valjean otra vez perseguido por la justicia, inventándose una nueva identidad para sobrevivir, siendo ahora el señor Madeleine, un buen hombre volcado hacia el prójimo en una ejemplar armonía con cuanto le rodea. Jean Valjean escondido nuevamente tras la aparición del inspector Javert, policía implacable y justiciero que sospechará que tras Madeleine se oculta el propio Valjean y lo perseguirá sin tregua, para enviarlo de nuevo a prisión. Valjean ausente de sí mismo, huyendo una vez más del obstinado Javert y de su pasado atroz, asumiendo siempre el personaje que representa hasta sus últimas consecuencias. Jean Valjean, la fuerza bruta, la misericordia, la compasión, la filantropía personificada... un hombre justo y, a la vez, una especie de profeta maldito. Jean Valjean apiadado de Fantine, rescatando a la pequeña Cosette de la explotación de los malvados Thenardier, adoptándola, entregándosela años después al joven Marius a quien salva de la muerte en las barricadas de aquel París cuyas cloacas recorre con él a cuestas, malherido, mientras el pueblo se rebela contra el Rey...
Jean Valjean, eternamente, Jean Valjean. Pero, ¡quién es Jean Valjean, quién! ¡Quién... cuando la condición humana cabe entera, toda ella, en uno cualquiera de nosotros!

Victor Hugo escribió
Los Miserables en 1862. Moriría el 22 de mayo de 1885.

01 marzo, 2009

LAWRENCE

El Nilo - Marta Garralda

Yo soy parte del sol, como mis ojos son parte de mí. Mis pies saben perfectamente que yo soy parte de la tierra; y mi sangre es parte del mar. No hay ninguna parte de mí que exista por su cuenta, excepto quizá mi mente. Pero en realidad mi mente no es más que un fulgor del sol sobre la superficie de las aguas.
(Apocalipsis, David Herbert Lawrence)

Supe de la existencia de Lawrence cuando, en el Cine-Club de Llodio, en el que colaboraba (¡lástima que prácticamente hayan desaparecido estos espacios!), se proyectaba un ciclo sobre el director Ken Russell y, entre otras películas suyas, pude ver Mujeres enamoradas. A Glenda Jackson le habían concedido un Oscar por su papel por su magnífica interpretación, como una de las hermanas Brangwen... y me faltó tiempo para ir a comprar el libro en el que estaba basada. Me fascinó aquella lectura, que superaba el fiel reflejo en el que se había convertido sin duda la peli. Así fue como Lawrence, díscolo, atacado, controvertido y enfermo, entró en mi inquieta juventud. Aquel libro, junto a El Arco Iris y El amante de Chatterley, configuraron una trilogía que, en mi particular biografía literaria, dejarían una huella indeleble.
Creo haber leído tres veces Mujeres enamoradas, y otras tantas haber visto la película. Por eso admiro el tratamiento abierto que Lawrence dio a la sexualidad (se habló de esta novela como la "épica del vicio", en plena moral victoriana), su forma de confrontar las formas de pensar, las creencias y las pasiones de quienes protagonizan sus novelas.
D. H Lawrence fue un incansable viajero, movido por su afán de conocer, pero también por la necesidad de encontrar climas benignos para sobrellevar una tuberculosis que arrastró de por vida y a la que, finalmente, no pudo vencer. Moriría el 2 de marzo de 1930.

23 noviembre, 2008

QUERIDO MIGUEL

J. Minton - Freud (detalle)

Miguel me llevaba unos años y éramos, además de primos, amigos. Fue tremendamente duro para toda la familia ir viendo que un cáncer implacable terminaba con él, y lo hacía apenas una semana después de que cumpliera 33 años. Ciertamente ha pasado mucho tiempo, pero no tengo esa impresión... sabiendo cómo le recuerdo.
He sacado hoy este poema, de una vieja carpeta. El lejano día de noviembre que lo escribí, me había acercado hasta la casa de Miguel para felicitarle; aquélla fue la última vez que, consumido por la enfermedad, le pude ver. Después vagué roto y consternado bajo la lluvia, por entre esas calles de nuestro pueblo que él nunca más volvería a recorrer.
Dos besos para ti, querido Miguel, y un abrazo inmenso, sin fisuras.

A MIGUEL,
EN EL DÍA DE SU ÚLTIMO CUMPLEAÑOS.

Será que se acerca la noche
nunca más inoportuna,
y se me ha desfallecido la gana
de comentarte las cosas de ahí fuera,
como si tal aliento de mi boca yaciese
a la grupa de un pretexto mutilado
y transido.

Será que el frío se moja de lluvia
sobre mi espalda derrotada
arañando las viejas paredes
de una arquitectura húmeda y gris,
y mis propias manos me delatan
temblorosas y tibias,
cuando, acurrucado en una esquina,
quiero calentar los labios que te besen.

¡Qué podría decirte hoy, querido Miguel,
más allá de esta rota endecha,
si se me corta la garganta todo intento,
si en la sién se me agolpa
tenaz, rotundo,
un silencio lacerante que te reclama sin remedio,
y no tengo voz sino lágrimas
para mimar tus últimos latidos!...

Quizá por eso me he escondido,
cobardemente crispado,
detrás del papel arrugado que te llora,
detrás de una esquina cansada,
detrás del dolor de esta noche,
¡Dios mío, Miguel!... nunca más inoportuna.

Miguel falleció en Llodio, Álava, el 20 de noviembre de 1985

01 septiembre, 2008

SOROLLA


Cosiendo la vela

De Sorolla, la luz. Luz mediterránea a raudales, resplandeciendo sobre los blancos velámenes de las barcas y los vestidos de las mujeres en la playa, sobre los cuerpos desnudos de los niños, bañándose en la orilla del mar. En Sorolla, el protagonismo de la luz es absoluto, esa magia con la que supo envolver el dinamismo de las representaciones pictóricas que componen sus cuadros, siempre con presencia humana. Como hicieran los impresionistas franceses, su pintura de exterior (en plein air) refleja con viveza y realismo el paisaje levantino de finales del siglo XIX, en el que la luz y los colores vibran en un apacible ambiente costero y parecen conferir movimiento a las figuras que representa.
Supe de Sorolla, bien de pequeño, por los sellos conmemorativos de su obra que emitió la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre. El hermano Ricardo P. (del colegio de La Salle, en el que estudié) me había iniciado en la filatelia y recuerdo que las series que más me gustaban eran las dedicadas a pintores españoles. Así fui conociendo a los Velázquez, Zurbarán, Murillo, El Greco... y de ahí probablemente nació mi interés por la pintura, aunque entonces yo debía de tener nueve o diez años.
Y, sí, ahí estaba también Sorolla y sus Niños en la playa. Nada se podía adivinar en los sellos esa locura suya por atrapar la luz, pero, con todo, siempre me parecieron pequeñas joyas que aún conservo clasificadas entre las páginas de alguno de mis viejos álbumes... y son por esto, sin duda, una pequeña parte de mí.



Niños en la playa

Joaquín Sorolla y Bastida falleció el 10 de agosto de 1923.

20 abril, 2008

MANET

El bar del Folies-Bergères

Manet es para ver y para gozar. Hace un par de años hubo una temporal suya en El Prado: Merecía el viaje a Madrid, sólo por ver la exposición... Pero finalmente no encontré el momento adecuado y el tiempo se merendó mi afán. Fue una pena no haber llegado a ver El Pífano, Almuerzo campestre, El balcón... y otras de sus obras más representativas. Esta es una de las desventajas que tenemos quienes no estamos cerca de las grandes metrópolis, en donde la oferta es amplísima y la renovación cultural no se consiente una tregua. Pero no es cosa de quejarse: La vida en una ciudad mediana o en un pueblo también tiene algo grande y uno sospecha que la calidad de vida está más cerca de lo pequeño que de lo inconmensurable. En fin, sobre gustos... ¡hay tanto escrito!
Pero, volviendo a Manet, he querido poner el que es probablemente su cuadro más conocido: El bar del Folies-Bergères, que pintó un año antes de su muerte a finales de abril de 1883; es decir hace 125 años. A nada que os fijéis, os llamará la atención el ensimismamiento de la joven camarera, que contempla el barullo y la diversión como distante, con la vista cansada. Permanece aparentemente ida, y este aislamiento es lo que comentan los estudiosos del pintor que éste quiso mostrar. Ante la barra, a la derecha de la mujer, se encuentra un hombre con sombrero, a quien, gracias a un sutil ángulo de incidencia, sólo se ve en el espejo. Su imagen reflejada en el azogue bien podría ser la del espectador.

16 marzo, 2008

CHAGALL

El cumpleaños

Era yo un adolescente cuando, sin darme cuenta, oí por primera vez algo de Chagall. Mediaban los 70, el tiempo en que descubrí a Silvio y, entre sus canciones, Óleo de una mujer con sombrero me cautivaba. Que me tenga cuidado el amor, que le puedo cantar su canción... era una advertencia sencillamente sublime. Sucedió que mi decodificación auditiva, unida a la precariedad de mi rudimentario radiocasete, me llevaba a canturrear algo así como Una mujer con sombrero, como un cuadro del viejo chaval... ¡El viejo chaval! ¡Cuánto tiempo la canté así, sin saber que tras mi chaval se emboscaba uno de los genios de la pintura del siglo XX! No sabría decir en qué momento corregí mi error, si afiné el oído o tal vez leí la letra, y supe que aquella canción hacía referencia a la quimera onírica de un anciano maestro...
Quizá por esto Marc Chagall ha permanecido ligado a Silvio, a las correrías románticas de mi primera juventud y a mi naciente amor por la pintura. Sé que quienes os acercáis a esta página conocéis a este genial pintor, pero también sé que aceptáis de buen grado que, el viejo chaval en quien yo mismo me he convertido, le rinda hoy un sencillo homenaje: 23 años después de que, casi centenario, falleciera en las cercanías de Niza.

El violinista celeste

Marc Chagall nació en 1887, en el gueto judío de la ciudad de Vitebsk (Bielorrusia), y falleció en Francia, en 1985, a la edad de 98 años. Su cuadro El violinista celeste se puede ver en el Museo Municipal de Tossa de Mar (Catalunya), en donde pasó los veranos de 1933 y 1934.

10 febrero, 2008

DOSTOIEVSKI

La roja ribera - Kirschner

No sé qué poderosa atracción tendrían algunos de aquellos libros para mí, cuando me subí en el sofá del cuarto de estar de mi antigua y querida casa, para acceder al estante en el que moraban y alcanzar uno entre ellos. Quizá, de éste, el precioso lomo granate, que destacaba entre otras decenas de volúmenes, con sus nervios horizontales y, entre ellos, los hermosos tejuelos con letras doradas en los que uno leía: Las diez mejores novelas rusas. El canto de aquel grueso tomo, conformado por finísimas hojas, estaba igualmente bruñido como el oro y a mí me parecía de una extraordinaria factura, algo realmente delicado y bello. Entonces era un chiquillo que peinaba raya a un lado, no creo que tuviera cumplidos los trece años, y los libros de aquella sala pertenecían a mi padre, muy celoso de las lecturas que convenían o no a sus siete hijos, entre los cuales soy el mayor.
Yo era un mocete formal y respetuoso, pero sé que un día, como digo, definitivamente tentado por la curiosidad, consumé la profanación: Cogí nervioso aquel libro y, abriendo al azar una de sus incontables páginas, comencé a leerlo... Qué sucedió, entonces, para que su minúscula letra me atrapara y me aislara del mundo exterior, es algo que no sabría explicar. Tal vez tuvo que ver la emoción que me reportaba semejante transgresión, la desobediencia de hojear un libro en principio prohibido. Me pregunto si sería también el haber abierto aquel compendio en el principio de las páginas de una obra que decía ni más ni menos que Crimen y Castigo... ¡Crimen y castigo! ¿No era acaso una falta lo que yo perpetraba, y un correctivo lo que merecería por ello? ¿Valía la pena arriesgarse? Recuerdo el sobresalto que me propinó la llegada de mi padre a casa, aquella primera vez que furtivamente llegué a leer apenas unas páginas. A partir de entonces fui buscando los contadísimos momentos en que me hallaba solo, para seguir con la cautivadora lectura, hasta que, con tremenda paciencia y un permanente añadido de inquietud y placer en cada acometida, conseguí terminarla. Nadie se enteró de mi secreto; eso creo... Luego, bastantes años después, compré para mí Crimen y Castigo y volví a penetrar con inquietud en los dilemas morales de Rodya Raskólnikov, el joven estudiante que llevado por sus apuros económicos termina asesinando a una vieja prestamista para hurtarle el dinero con que retomar sus estudios, y se ve forzado a nuevamente a matar... Pero, llegado aquí, creo que no debería contar más detalles, ¿cierto?
Hoy, cuando hace 127 años de la muerte de Fiodor Dostoievsky, he querido que este recuerdo de mi infancia sea un sencillo tributo rendido a su memoria.

02 diciembre, 2007

ÚBEDA

Lento Nacer - Agustín Úbeda

No hay nada más lejos de mi intención que convertir esta página en una especie de recurrente obituario, pero los acontecimientos, de algún modo, me vienen a encarecer el obligado recordatorio de hoy. La casualidad quiso que Modest Cuixart y Agustín Úbeda, dos de los pintores españoles actuales que más admiro, no sólo nacieran en el mismo año (1925) sino que también fallecieran con apenas un mes de diferencia. Si hace bien poco recordaba al primero, hoy traigo aquí a Úbeda, que ha muerto el pasado día 27 de noviembre, muy cerca de cumplir su 83 aniversario.
Tuve el placer de conocerle personalmente, hace ahora siete años, en la que fue su segunda exposición en la galería de Aitor Urdangarín, de Vitoria. Me pareció una persona afable y campechana, que tenía un modo de pintar, un poco al estilo onírico y casi surrealista de Chagall que, desde que fui conociendo su obra, me encantó. Lo suficiente como para centrar mis esfuerzos (económicos) en adquirir uno de sus cuadros, algo que llegó algún tiempo después. Y es que el regalo que me hice hace una década, por dejar de fumar, fue el de dedicar todo aquel dinero que ya no gastaría en tabaco, a darme el capricho de tener algo que siempre me ha cautivado: la pintura. Úbeda fue mi primer objetivo cumplido, y por esto, también, le guardo un especial cariño. A raíz de aquella compra, mantuve cierta relación con él (nos felicitábamos las navidades) y precisamente guardaba la ilusión de volverle a ver... porque en este mes de diciembre está prevista la inauguración de una nueva exposición suya en la galería de Aitor. Lamentablemente, Agustín Úbeda ya no estará en la presentación, como en otras ocasiones, tomando un vino y departiendo con sus admiradores. Permanece su obra, en un montón de paredes, de galerías y museos (más de 60) del mundo.
En su recuerdo, me complace enormemente incluir en esta página una fotografía del cuadro suyo que tengo en casa: Lento Nacer.

Post Scriptum: Hoy es 3 de diciembre y al abrir El Alféizar me he emocionado al ver, entre otros, un cálido comentario de Coral, hija de Agustín Úbeda. Como no quiero que pase inadvertido, porque en él va transcrita la hoja que se leyó en su incineración, la he sacado de su sitio para compartirla con quienes os acercáis hasta aquí.

Hoy nos miran tus cuadros, tus hombres barrocos, tus mujeres desnudas, tus pájaros solemnes y tus flechas, que señalan hacia el infinito y hacia cada uno de nosotros y nos dicen, y nos gritan, que estás dulce, que estás explorando nuevos colores, nuevas formas, nuevas vidas. Tu vacío lo llenarán tus cuadros, porque en cada pincelada estás tú, más infinito que nunca, más genio que nunca, más sabio que nunca… Allá donde estés queremos decirte que te queremos, que sólo nos queda el consuelo de tu arte… pero todavía, y de momento no nos es suficiente, te echamos YA tanto de menos… Mándanos mucha energía, que la necesitamos, VUELVE y termina tu cuadro… En estas circunstancias seguro que tendría alguna palabra ingeniosa que nos haría reír, que nos haría reconfortarnos, tenía un don especial para hacerse querer…
Tu mujer, tus hijos, tus hermanos, tu familia y amigos te queremos y te tendremos siempre con nosotros. Siempre nos quedará tu arte y tu amor…
Besos con sabor a pasteles de chocolate.
Coral.

04 noviembre, 2007

CUIXART

Cel de Tardor - Cuixart

Casi recién llegado a casa, el último día de octubre abrí el blog y encontré un comentario de mi amigo Javier, en el que me participaba el fallecimiento de Modest Cuixart, uno de los pintores actuales que más me gustan y de quien, a saber por qué extraño hado, elegí su obra «Nemesius», para encabezar la anterior entrada. Seguía y sigo a Cuixart desde que hace más de 20 años unos amigos barceloneses, que le conocían, nos regalaran una preciosa litografía suya, firmada de su puño y letra, y que cuelga en el recibidor de casa. Por lo que se ha podido leer en la prensa estros días, tuvo una grave caída, como consecuencia de la cual moría aquella mañana del 31. Para hoy tenía preparado el recordatorio de otro pintor de mi agrado, Egon Schiele, sin embargo mi admiración por la obra pictórica de Modest Cuixart tiene un lugar preferente.
Podría extenderme largamente, con información sacada de los medios periodísticos de estos días, pero casi prefiero, sin más, dejar aquí cuatro líneas y un par de cuadros. Diré sólo que creó el grupo Dau al Set, en la Barcelona de mediados los años 50, con varios pintores entre los que se encontraba su primo, el también hoy tan reconocido Antoni Tàpies.
Os invito a localizar parte de su obra en Internet y a visitar, si pudierais, su Fundación en la Plaça Montcada de Barcelona.

30 septiembre, 2007

NERUDA


POEMA XV

Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.


Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.

Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
Déjame que me calle con el silencio tuyo.

Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.

Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.


Con tan sólo 19 años, Neftalí Ricardo Reyes Basoalto (Pablo Neruda) publicó Veinte poemas de amor y una canción desesperada. Durante toda su vida, Neruda hizo poesía de todo cuanto le importaba realmente: el amor, América y el compromiso político. Pocas personas saben que, por ejemplo, intervino decisivamente para fletar un barco en Francia, el Winnipeg, y sacar de España a dos mil personas que huían del horror de la Guerra Civil, llevándolas hasta Valparaíso. Su militancia le llevó a ser candidato a la presidencia de Chile, aunque renunció a favor de Salvador Allende. Precisamente doce días después del golpe militar que derrocó a éste, Pablo Neruda falleció en Santiago de Chile, el 29 de septiembre de 1973.

29 junio, 2007

KLEE

El Pez de Oro

Me gusta la pintura, leo sobre pintura y, siempre que puedo, visito museos y exposiciones. Incluso he comprado algún óleo, de esos no prohibitivos que por suerte están a mi alcance. No soy un crítico y me guío básicamente por sensaciones. Los cuadros que me gustan son como esos amores a primera vista; los guardo en la retina, los memorizo con el sentimiento, absorbo de ellos cuanto puedo, los llevo conmigo… Algo así me pasa con determinados pintores: De Durero a Millet, de Monet a Klimt, Chagall, Kandinsky, Sorolla, Magritte, Hopper, Agustín Úbeda... o Paul Klee. Podría haber tomado cuatro notas en Internet, a propósito de este último, porque es uno de mis preferidos. Pero he optado por seleccionar algo de lo que hizo, pensando que dice más una mirada a uno de sus cuadros que cuanto yo intente copiar aquí.

Pirámides de Agua

Si recuerdo hoy a esta figura del arte abstracto que fue Klee y le acerco a mi página, de un modo especial, es porque murió en Locarno (Suiza), tal día como hoy: un 29 de junio de 1940.

Los Arcos del Puente

16 junio, 2007

JOYCE

El jueves 16 de junio de 1904 sería inmortalizado por James Joyce, a través del Ulises, aquel extraordinario meteorito que le cayó al planeta novelístico en 1922.
Confieso que fue cien años después de aquel día, en verano de 2004, cuando en un arrebato de pundonor me enfrenté por quinta vez a la tarea de leer esta obra maestra. No sé qué me pudo haber sucedido en las cuatro anteriores ocasiones, en las que no pasé de las ochenta primeras páginas; es probable que aún no estuviera preparado para gozar de su lectura. Pero entonces lo conseguí, con enorme agrado. Con ser difícil, lo que puedo garantizar a quien se acerque al Ulises es que la excelencia en el manejo de la técnica narrativa de Joyce, el modo en que usa el fluir interior de la conciencia y su virtuosidad verbal, no le dejarán indiferente. Dicen que Joyce se inspiró en La Odisea de Homero. Lo cierto es que el Ulises viene a ser también un viaje: el que el judío irlandés Leopold Bloom emprende en Dublín, a lo largo de un solo día cuyo clímax llega en el momento en que se encuentra con el estudiante Stephen Dedalus. El fondo argumental de la novela gira en torno a la búsqueda simbólica de un hijo por parte del propio Bloom y a la conciencia emergente de Dedalus, entusiasmado por dedicarse a la escritura.
Como pequeña muestra, el comienzo del Capítulo II del Ulises:

«El señor Leopold Bloom comía con fruición órganos internos de bestias y aves. Le gustaba la espesa sopa de menudos, las ricas mollejas que saben a nuez, un corazón relleno asado, lonchas de hígado fritas con raspaduras de pan, ovas de bacalao bien doradas. Sobre todo le gustaban los riñones de carnero a la parrilla, que dejaban en su paladar un rastro a sabor de orina ligeramente perfumada.»

06 mayo, 2007

MAETERLINCK


«Apenas expresamos algo lo empobrecemos singularmente.
Creemos que nos hemos sumergido
en las profundidades de los abismos,
y cuando volvemos a la superficie la gota de agua
que pende de la pálida punta de nuestros dedos
ya no se parece al mar de que procede.
Creemos que hemos descubierto en una gruta maravillosos tesoros
y cuando volvemos a la luz del día
sólo traemos con nosotros piedras falsas y trozos de vidrio;
y sin embargo en las tinieblas relumbra aún, inmutable, el tesoro.»


El escritor Maurice Maeterlinck nació en Gante (Bélgica),
el 29 de agosto de 1862,
y murió cerca de Niza, el día 6 de mayo de 1949.

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(Fotografías de Aletxu Epelde: Cielos de White Sands, en Nuevo México)

06 abril, 2007

DURERO

Tengo leído que, en el siglo XV, en una aldea cercana a Nüremberg vivía una familia cuyo padre trabajaba duramente en las minas de carbón, para poder mantener a sus hijos. Dos de ellos compartían un sueño: el de dedicarse a la pintura. Pero sabían que jamás podrían ir a estudiar a la Academia. Por esto, los hermanos acordaron lanzar una moneda al aire: El perdedor trabajaría en la mina para pagar los estudios de quien se hubiera visto favorecido por la suerte. Terminados los cursos, quien hubo resultado ganador, con las ventas de sus obras se haría cargo de los estudios del que quedó trabajando. Así, ambos podrían ser pintores. El llamado Albrecht Dürer (Durero) ganó y fue a estudiar a Nüremberg. El otro hermano hubo de laborar duramente durante cuatro años para sufragar los gastos de Albrecht, que pronto causó sensación en la Academia. Sus grabados, tallas y óleos eran mejores que los de sus propios profesores, y antes de graduarse ya ganaba considerables sumas de dinero con la venta de su arte.
Cuando el joven artista regresó a su aldea, la familia Durero celebró una fiesta en su honor. Albretch propuso un brindis y dijo: «Ahora, hermano, es tu turno: irás a Nüremberg a perseguir tus sueños».
Todos se volvieron hacia lugar de la mesa que ocupaba el minero, quien habló emocionado: «Gracias, hermano, pero es muy tarde para mí. Estos años de trabajo han destruido mis manos. Cada hueso de mis dedos se ha roto al menos una vez, y la artritis me duele hasta al levantar la copa en tu brindis. No podría trabajar con delicadeza, no podría manejar la pluma ni el pincel... Pero soy feliz de que mis manos hayan servido para que las tuyas cumplieran su sueño».
Han pasado más de 450 años desde entonces. Hoy los grabados, óleos, dibujos y tallas de Albretch Durero pueden ser vistos en museos en todo el mundo. Pero, para quien no lo supiera, la obra “Manos Orando”, con las palmas unidas y los dedos apuntando a
l cielo son el homenaje que un día rindió Albretch Durero al sacrificio de su hermano, sin el cual probablemente nunca hubiera llegado a ser quien finalmente fue.

-Albrecht Dürer falleció el 6 de abril de 1528-

26 marzo, 2007

WHITMAN


Walt Whitman y su amor a los hombres
:

«Quiero al esclavo de los algodonales
o al que limpia las cloacas,
le beso en la mejilla como a un hermano.
Y juro por mi vida que nunca lo negaré.»


Walt Whitman y los dolores de la Humanidad:

«No hay un muchacho acusado de robo sin que yo esté
también en el banquillo, y me juzguen y me condenen.
No hay un enfermo de cólera que exhale su último suspiro
sin que yo agonice con él.
Mi rostro es ceniciento, mis músculos están tensos,
la gente se aparta de mí.
Los pordioseros se encarnan en mí y yo me encarno en ellos.
Tiendo mi sombrero, me siento avergonzado y pido limosna.»


Walt Whitman y Dios:

«Escucho y veo a Dios en cada cosa, pero no lo comprendo en lo más mínimo. Ni comprendo cómo puede existir algo
más prodigioso que yo mismo.
¿Por qué desearía yo ver a Dios mejor que en este día?
Algo veo de Dios en cada hora de las veinticuatro
y en cada uno de sus minutos.
En el rostro de los hombres y de las mujeres veo a Dios,
y en mi propio rostro en el espejo».

-Walt Whitman falleció el 26 de marzo de 1892-

Extractos de Hojas de Hierba.


23 febrero, 2007

KEATS


«Here lies one whose name was writ in water.»

«Aquí yace alguien, cuyo nombre fue escrito en el agua.»

Epitafio del poeta londinense John Keats, fallecido el 23 de febrero de 1821,
a causa de una tuberculosis, cuando contaba tan sólo 25 años.


* * * * * * *

«Siempre eres nueva.
El último de tus besos siempre fue el más dulce,
la última sonrisa, la más brillante, el último gesto, el más grácil…»

 
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