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Algunas personas persiguen la felicidad, otras la crean. |
Caminando por la ciudad, en una marquesina cualquiera, aparecen mensajes llenos de contenido. Parada en el semáforo observo la frase y me pregunto ¿a qué grupo pertenezco?
Cuando pasamos de ,simplemente, surfear la vida a, bucearla, nos damos cuenta que los parámetros se han convertido en otros, que el contenido no es el que creíamos.
Miramos alrededor y decidimos dejar de vivir una existencia sin sentido, o más bien, dejar de vivirla "por inercia". Esa inercia que nos empuja a perseguir la felicidad jadeando. Una felicidad que casi siempre sentimos como "una estafa" porque nunca es completa del todo, nunca es como nos hemos imaginado, sencillamente porque no es la nuestra.
Ya echaba de menos mi rincón tranquilo, mi estar conmigo. Poco a poco todo vuelve a su cauce y es magnífico saber que siguen habiendo más montañas para escalar, más metas que alcanzar, más experiencias que compartir, sólo depende de nosotros crearlas y experimentarlas. Existe una existencia sin inercia, existe una vida chispeante cuando , de repente, todo vuelve a cobrar sentido, cuando somos nosotros mismos , en plena esencia, y lo que pensamos, decimos y HACEMOS, cuadra.
Existe una vida alineada con nuestro ser, en la que la corriente te lleva, sin necesidad de hacer esfuerzos, en la que ocurren sucesos mágicos, sincronismos divertidos y en la que acciones tan simples como fregar los platos, se convierten en momentos de meditación, absolutamente únicos.
Me alegro de haber vuelto, de hecho no me había ido.