Cada día me desplazo desde casa a la oficina en coche. Tenemos la oficina en otro pueblo cercano a unos 12km. Y cada día recorro diferentes carreteras, rotondas y cruces. Habitualmente conduzco escuchando la radio, aunque últimamente estoy cansada de hacerlo, no me apetece, siempre lo mismo: política, agua, cambio climático, crisis financiera, descenso en la construcción, accidentes de tráfico, cine (cada día más malo)….estoy perdiendo el interés.
Hay algo en común en las vías por las que circulo, las putas de carretera. Todas van con gafas de sol, mini faldas, escotes prolongados, y unas larguísimas botas de charol que acostumbran a ser blancas o rojas. Son esas mismas botas que llevaba Julia Roberts en Pretty Woman. Todas esas mujeres parecen haberse puesto de acuerdo en llevarlas como un signo de identidad, y supongo que indirectamente, para ser como “la Pretty Woman”, rescatada por un guapo millonario y ver su sueño hecho realidad.
Hace ya muchos años que se sitúan en los mismos puntos, con su sillas de plástico, tostándose y bronceándose al sol en verano o bajo amplios paraguas en invierno cuando llueve, da igual que sea de día, de noche, día laborable o festivo, allí están ellas, luciendo palmito, mostrando atributos, y haciendo señales picaronas con sus labios a los conductores que reducen su marcha para mirarlas.
A veces veo furgonetas, camiones o coches de alto stánding en el descampado cercano, me imagino que las chicas están haciendo su trabajo a algun cliente que realmente debería estar haciendo el suyo, pero anda tan caliente o tan falto de amor que esa puta de carretera le arregla el día, no sé por cuánto dinero.
Muchas veces estoy tentanda de parar el coche y hablar con ellas, tengo dudas sobre cómo pueden trabajar en esas condiciones, cómo se lavan el coño, si los clientes repiten, si hacen amigos, por qué hacen lo que hacen, por qué en la carretera. La vida de las prostitutas siempre ha tenido un imán para mi. En los libros y en las películas el personaje de la prostituta siempre es una mujer, bella, moderna y con mucha experiencia, que sirve al protagonista de cobijo, de confidente, con la puta se puede hablar de todo, y siempre te dará un buen consejo, un consejo para seguir con tu vida, que no es la suya, ya que ella, muy bien sabe , no es del mundo políticamente bien visto.
Hay putas de calle, putas de bar, putas de puticlub, putas de lujo, esposas putas profesionales (que gracias a ellas la familia sale adelante con permiso de los maridos). Puta, la profesión más antigua. Pienso en Maria Magdalena, en Mata Hari, en la Bella Otero…en tantas mujeres extraordinarias que escogieron, o les tocó ser putas. Gracias a su profesión conocen el fondo completo del hombre, del ser humano, tienen una dimensión que algunas mujeres nunca ni siquiera intuiremos…
Ellas siguen trabajando, ajenas a quienes pasan, esperando ganar ese dinero que les permita seguir adelante, y lo peor es que quienes conducimos a veces ya ni las vemos, están ahí como las farolas, las vallas o los ramos de flores que sólo tienen importancia para quien perdió allí un ser querido. Dudo que nadie pare y les regale a ellas una flor, dudo que en la carretera se conviertan en Pretty Woman.
Estaba leyendo este post de los que habías destacado y no leí en su momento y estaba pensando: Guau, con qué naturalidad, con qué sinceridad y con cuánto corazón está escrito.
ResponderEliminarMe ha encantado, en serio.
También podrías referirte a ellas con un vocabulario un poco menos despectivo..¿qué tal prostitutas o meretriz o gofra en todo caso?. A ellas no les gusta que las llamen "putas". Pienso con toda sinceridad y honestidad que en este artículo no sabías de qué escribir y has podido herir sensibilidades. Puesto es cierto también que ninguna "puta" como tu las llamas tengan el tiempo que te sobra a ti para dedicarse a leer tu preciadas lineas.Eso te ha salvado. No pretendo ofender a nadie. Simplemente es que tenía que decirlo.
ResponderEliminarAnónimo, lamento que el post lo hayas encontrado despectivo, mi intención era la contraria. Es un homenaje a todas estas mujeres apostadas en la carretera y que, la mayoría, ya ni las ven. Las cosas hay que llamarlas por su nombre, pero nunca quise ofender, si no hacerlas visibles a ellas y a lo duro de su profesión. Gracias por tu comentario y por tu sinceridad.
ResponderEliminarBlues, te he estado leyendo y agradezco tu comprensión, pero creo que no serías una de esas personas que se lleve a su casa una "puta" para darle un plato de sopa caliente y una cama para dormir. Nos gusta ver y describir los toros desde la barrera, nunca de frente, y en ese caso nos hace mejor el silencio...no opinar. No decir nada..eso es todo.
ResponderEliminarAnónimo, el placer de tener este espacio es que puedo escribir sobre lo que siento y lo que veo, sobre lo que me sucede día a día , sobre lo que me apetece o no...y también puedo recibir comentarios, como el tuyo, es agradable saber que hay personas al otro lado que me leen, con la cantidad de blogs que hay en este otro mundo de la red. Estoy de acuerdo contigo que el silencio, a veces, es nuestro mejor aliado. Un abrazo.
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