UN SALMÓN EMOTIVO

Resulta curioso ver como hay heridas que con el paso del tiempo permanecen abiertas y afloran a nuestra memoria una y otra vez sin acabar de cerrarse, sangrando con la misma intensidad del primer día y dejando en nuestra cabeza el recuerdo amargo de lo que pudo ser y no fue.

Nuestra historia con aquel pozo empezó hace ya muchas lunas, tantas que el recuerdo se vuelve difuso, por eso cuando el jueves mi hermano llegó pasadas las siete de la tarde y otra vez, pozo, pescadores y pez volvimos a coincidir sabia que habia llegado la hora, le cedimos la caña a Pablo y él hizo lo que tan bien sabe hacer, juntos culminamos el lance y cerramos una pagina, cicatrizamos una herida que poco o nada tiene que ver con la no captura de un pez, el jueves junto a ese pozo eramos los mismos, pero no iguales, aquel jueves, tantos jueves despues.......