En su momento debió ser un lugar importante, ya que el complejo se compone de varios edificios. Éste fue construido para alojar a los guardias forestales que vigilaban los pinares de la zona junto con sus familias, pero además hay una casa para el ingeniero de montes, un depósito de agua, varios almacenes y una gran explanada de hormigón. Desgraciadamente, no conseguimos mucha información sobre el lugar, así que su historia sigue siendo un misterio.
Primero decidimos entrar en el edificio más pequeño, que resultó ser la casa del ingeniero. Se entraba a través de un patio que ahora está totalmente invadido por las enredaderas.
El edificio tiene forma de U, con el patio en el centro. Éste es uno de los pasillos:
La cocina de la casa del ingeniero se encontraba en muy mal estado.
En el servicio encontramos este calentador. Es uno de los pocos objetos que aún quedaban en la casa.
Una curiosa habitación semicircular
Fuera pudimos ver la fachada principal del edificio, a la que sólo se puede acceder desde dentro porque la entrada estaba tapada por unos árboles.
De vuelta en el interior, terminamos de explorar los pasillos.
La siguiente parada fue la casa de los guardas.
En el patio trasero había dos cuadras, un pequeño gallinero y unos pilones totalmente invadidos por las enredaderas.
Pero la verdadera invasión de enredaderas estaba en la fachada trasera de la casa...
Explorando la casa comprobamos que podía alojar hasta tres familias, ya que había tres cocinas, tres baños y habitaciones suficientes.
Aparte de las dos plantas, había un desván.
Y así concluimos nuestra visita a este lugar. Actualmente el lugar lo utiliza ICONA como puesto de vigilancia y almacén, aunque se habló de recuperarlo como un hotel rural por el tamaño de la casa de los guardas. En cualquier caso, esperamos que no se deje perder para siempre, como tristemente sucede con muchos otros edificios...