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vendredi 8 décembre 2017

120- Protección de las plantas -6- Sentir el cambio en el viento

GLIFOSATO: SENTIR EL CAMBIO EN EL VIENTO

En plena polémica en toda la unión europea después de la re-autorización del glifosato para 5 años, una pequeña sociedad francesa aprovecha la confusión general para hacerse su publicidad.

Imagen: personal

Explica que dispone de una alternativa ecológica al glifosato, pero que su comercialización se queda bloqueada por la administración.
Comunica ampliamente en las redes sociales (con la ayuda de sus apoyos y/o de los lobbies medioambientalistas) artículos diciendo a todos que su producto existe, que es de una eficacia demostrada, pero que la administración, desde 4 años, bloquea el dosier sin motivo. Se presenta como víctima de una situación dejando pensar que la administración se encuentra bajo influencia.
Y funciona. Desde varias semanas, ha conseguido artículos en muchos periódicos, incluso los más serios, pasa en la televisión, incluso fuera de Francia. Una publicidad bien organizada, y por lo que se ve, eficaz.
A continuación algunos links franceses. Existen muchos más.

La administración encargada del dosier, la ANSES (Agencia nacional de seguridad sanitaria de la alimentación, del medioambiente y del trabajo), probablemente harta de verse atacada por todas partes, acaba de publicar un comunicado en el que precisa la situación.



Indica especialmente que, si es verdad que el dosier no avanza, es falso pensar que la administración es responsable. En realidad, dicha sociedad es la única responsable de no haber entregado a la administración competente los elementos necesarios, y de no haber pagado las tasas correspondientes.

“En mismo momento de la recepción del dosier, hemos visto que la mayoría de los elementos necesarios faltaban, incluido el formulario de petición administrativa Cerfa, que indica entre otras cosas las características del producto y sus usos previstos, así como por ejemplo:
-       La composición integral (las sustancias activas que entran en la composición deben haber sido previamente sido aprobadas a nivel europeo),
-       Los ensayos y estudios que permiten evaluar la eficacia del producto, y su impacto sobre la salud y el medioambiente,
-       El proyecto de etiqueta del producto.
El pago de la tasa de tratamiento del dosier (tasa reducida a 2.000 € en vez de 40.000 €, ya que se trata de un producto de biocontrol) tampoco ha sido realizado.”

Está claro que un producto de biocontrol, es decir un pesticida ecológico, debe seguir un camino claro y preciso para poder ser homologado. Es una excelente cosa.
El postulado que dice que todo lo que es natural es bueno es frecuentemente contradicho por la realidad.


Podemos indicar por ejemplo
-       La nicotina, extracta del tabaco, todavía empleada en muchos países como insecticida ecológico a pesar de ser directamente responsable de millones de muertes al año,
-       El arsénico, mineral natural cuya toxicidad está más de demostrada, empleado como fungicida (arseniato de sodio) en los viñedos hasta el 2001, y combinado con plomo (arseniato de plomo), otro mineral natural cuya toxicidad es muy conocida, que ha sido ampliamente empleado como insecticida por ejemplo contra el escarabajo de la patata hasta el 1971,
-       El aceite de neem, extracto vegetal del árbol de neem, mezcla compleja de sustancias naturales, autorizada en el mundo entero como insecticida ecológico, y disruptor endocrino comprobado,
-       Las piretrinas naturales, extractas de determinadas plantas, insecticidas naturales muy polivalentes, muy ampliamente empleados incluso en los insecticidas domésticos, muy toxicas para la fauna acuática, y perturbador de las conexiones nerviosas (neurotóxico),
-       El cobre, primer pesticida en la historia de la agricultura moderna, fungicida y bacteriostático reconocido, muy ampliamente empleado en agricultura, tanto convencional como ecológica, a pesar de su estatuto de metal pesado y de contaminante conocido de los suelos y las aguas.
-       También podríamos hablar de numerosas sustancias naturales, conocidas desde siglos, como la cicuta, el veneno de serpiente o de escorpión, el cornezuelo del centeno, el curare, y un largo etc. Me he limitado a describir algunas sustancias naturales conocidas por su uso como pesticida.


Parece evidente que la sociedad en cuestión se ha lanzado en una comunicación perfectamente deshonesta, intentando hacer avanzar su dosier gracias a la presión de la sociedad civil, la misma que ha conseguido hacer explotar el dosier del glifosato, que sin embargo solo se apoyaba al principio en pobres suposiciones.

Encontraras todos los detalles sobre el producto y sus trámites en el artículo (en francés) de mi compañero Seppi en el link http://seppi.over-blog.com/2017/12/osmobio-le-successeur-du-glyphosate-serait-la.vraiment.html?utm_source=_ob_email&utm_medium=_ob_notification&utm_campaign=_ob_pushmail

Esta estupenda empresa ha probablemente pensado que si el glifosato estuvo a punto de desaparecer sobre la base de un dosier totalmente trucado y manipulado, ¿por qué su producto no podría conseguir la homologación, sin dosier?
Ya es obvio, para todos los que todavía lo dudaban, que las redes sociales son actualmente el arma de manipulación y de propaganda la más poderosa y efectiva que exista.

El patrón de esta pequeña empresa por otra parte declaro no emplear productos químicos que “destruyen la biodiversidad”. Como lo indica Seppi, su producto procede de la química natural. Pues se trata de un producto químico. Y ya que es un herbicida, su papel es ante cualquier otra cosa de destruir la biodiversidad a través de la eliminación de las hierbas molestas. En el caso d los pesticidas, y en el aspecto de la biodiversidad, sintético y natural, es lo mismo.
También me parece bueno recordar que por esencia, la agricultura lucha contra la biodiversidad, incluso en sus formas más respetuosas como la permacultura.


A partir del momento que el agricultor siembra un campo con una solo especie, con o sin arado, con o sin pesticidas, sea cual sea el método de producción y sea cual sea la superficie del campo en cuestión, perturba la biodiversidad.
Es lo mismo en un jardín. ¿Quieres que tu jardín no perturbe la biodiversidad?
Déjalo abierto y de barbecho.

Pero cuidado, la petición de homologación se refiere a un “herbicida total de las zonas no agrícolas”, es decir de para vía férreas y carreteras, pero no para la agricultura, tampoco para los jardines.
Ya está tomando un aire de falsa noticia y de manipulación.

Listillo.
Este empresario emplea toda la retórica ecologista, pero solo se olvida decir el detalle de las cosas. La mentira por omisión está en auge, hoy por hoy.

Sin embargo es tranquilizador constatar que la legislación evoluciona sobre la problemática de los pesticidas ecológicos. Es que hasta hace muy poco, las exigencias eran muy superficiales para la autorización de comercialización y de uso de los pesticidas ecológicos, dejando sitio a un vacío reglamentario dando lugar a numerosos abusos, siempre con pretexto que “es natural”.
Una sustancia natural, para poder ser utilizada en futuros alimentos, ahora tiene que demostrar, por supuesto su eficacia, pero también su inocuidad tanto sobre el medioambiente como sobre la salud.

Se observa la misma tendencia con las preparaciones a base de plantas, como el purín de ortigas por ejemplo, que deben ahora demostrar su inocuidad, lo que no es del gusto de todos. (Artículo en francés, que habla de lo mismo, para otra empresa de pesticidas ecológicos).


El principio de precaución, si se aplica a sustancias sintéticas, debe ser aplicado exactamente de la misma manera y en las mismas proporciones a las sustancias naturales. Que nadie crea que estoy defendiendo el principio de precaución, lo considero una gangrena de nuestra sociedad moderna, por el freno al progreso que representa, a menudo sin real justificación. Esta utilizado con excesiva frecuencia. No se puede actuar de cualquier manera pero no es un motivo para paralizar todos los avances.

Dicho esto, si este producto es bueno y si, como la sociedad que lo fabrica lo afirma, respecta el medioambiente, el usuario y el consumidor, entonces sinceramente, como agricultor utilizador (razonable y moderado) del glifosato, me alegro de la llegada de esta alternativa.
Aún hace falta que dicha sociedad haga lo necesario para que pueda ser homologado. Ya ha presentado una patente en Canadá, en estados Unidos, en Europa, y una patente internacional sobre su fórmula. Nos demuestra que espera venderla, y mucho, para ganar mucho dinero.

Al inicio de cualquier empresa con ánimo de lucro, lo que obviamente es el caso de esta, existe la noción de inversión, es decir de un consumo inicial de fondos destinados a ser rentabilizados por las futuras ventas del producto. La patente forma evidentemente parte de las inversiones, pero el dosier de registro también.

Pues estimado señor, haga la inversión necesaria para que su producto pueda ser registrado. Entonces estaré feliz de poder emplearlo, pero solo en las zonas no agrícolas, salvo que usted haga lo necesario para que este producto pueda ser empleado en los cultivos.
Salvo, obviamente, si su toxicidad, sus residuos o los riesgos que presenta para la salud o el medioambiente impidan su homologación, o su eventual extensión de uso a los cultivos.

A pesar de ser un producto natural…

Imagen: https://static.actu.fr/uploads/2017/11/Osmobio-2-854x569.jpg

dimanche 26 novembre 2017

119- Reformar el ecológico no es tan natural

REFORMAR EL ECOLÓGICO NO ES TAN NATURAL

El pasado 8 de Noviembre el diario belga La Libre Belgique  publicaba un corto y conciso dosier sobre la reforma de la reglamentación europea de agricultura ecológica, que estuvo a punto de fracasar.
Es interesante echarle un vistazo a la situación, ahora que la reforma, por fin ha sido adoptada, el pasado 20 de noviembre.
Puedes leer la reacción del comisario europeo a la agricultura, Phil Hogan, después del voto http://europa.eu/rapid/press-release_STATEMENT-17-4727_es.htm



Las nuevas reglas del ecológico en Europa: Porque no avanza:

Europa quiere revisar su legislación sobre ecológico. El voto, el 20 de noviembre, se ve muy incierto. Revisión de las reformas propuestas y de lo que bloquea.

Negociaciones. Si la reforma del ecológico desemboca, habrá sido es proceso legislativo más largo de toda la historia de la Unión europea. Es que 18 trílogos habrán sido necesarios para llegar, el 28 de junio, a la actual propuesta. Todo empezó muy mal ya que el sector de la agricultura ecológica se opuso fuertemente a cualquier cambio legislativo. En 2007, la primera reglamentación había sido muy criticada ya que se apoyaba sobre el mínimo denominador común. Pero después había sido duramente defendida por el sector ecológico, frente al proyecto de nuevas reglamentaciones. Las negociaciones, iniciadas en 2105, fueron especialmente laboriosas ya que los Estados miembros defendían solo sus peticiones particulares. Provoco repetidas crisis en el seno de Consejo europeo y parones en el proceso de negociación.


Las grandes novedades en 7 puntos:
Al término de casi tres años de intensas negociaciones, el Consejo europeo votara, el 20 de Noviembre, una reforma de la legislación sobre ecológico. Un voto cuyo resultado es muy dudoso, los intereses particulares de determinados Estados miembros pareciendo ser incompatibles. Si el texto se aprueba, será de aplicación a partir del 1 de julio de 2020. A continuación las grandes novedades.

1-    Ningún umbral de productos químicos (todavía) autorizado.
Bélgica, Italia, Chequia y Eslovaquia han implantado umbrales de productos químicos (plaguicidas, abonos), no autorizados en agricultura ecológica, en los alimentos ecológicos. La Comisión europea (y Bélgica que ha practicado un lobby intenso, uniendo varios pequeños países a su causa) quería que sea una norma en el seno de la Unión. Pero ha sido rechazado especialmente por Alemania y Francia, que temían que el marchamo ecológico pierda su autenticidad.
En su sitio, la reforma prevé medidas de precaución reforzadas para evitar cualquier contaminación por productos químicos. Si una sospecha de contaminación afecta al producto, no podrá llevar la marca ecológica, el tiempo que la investigación demuestre eventualmente lo contrario, los cuatro países que tienen umbrales podrán mantenerlos. En un máximo de cuatro años, la Comisión producirá un informe sobre los motivos de las contaminaciones y podría decidir una armonización legislativa (umbrales o no umbrales para los 28 estados miembros).

2-    La agricultura hidropónica queda prohibida
Los Países Bálticos y Holanda querían conseguir que se pueda hacer cultivo ecológico sin suelo pero no lo pudieron. Las producciones hidropónicas siguen prohibidas en agricultura ecológica pero tres países (Suecia, Dinamarca y Finlandia) se benefician de una derogación durante diez años. Solo afecta una superficie total de 20 hectáreas.


3-    Las reglas de equivalencia para el ecológico no europeo desaparecen.
Era una aberración a escala del planeta, denunciada por la Organización Mundial del Comercio. Para los productos ecológicos que importa, la UE reconoce organismos de control fuera de la Unión para la certificación de productos ecológicos, siguiendo reglas de producción equivalentes. La reforma terminara progresivamente con esto. A partir de 2015, los países fuera de la UE tendrán que cumplir con el protocolo ecológico europeo si quieren vender sus producciones en los mercados europeos. Derogaciones serán posibles para determinados productos como los plátanos.

4-    El acceso a las semillas se hace más fácil.
Las variedades tradicionales, hoy por hoy prohibidas a la venta, y variedades especialmente creadas para ser adaptadas a este tipo de producción, serán disponibles para la agricultura ecológica.

5-    Controles reforzados en las fincas.
Actualmente, los productores son controlados en el terreno y sobre documentación, una vez al año, con el fin de verificar si no hacen trampas. También son objetos de controles por sorpresa. Con la reforma, los controles serán basados sobre un análisis de riesgos sistemático. Los controles anuales y por sorpresa serán mantenidos pero sin ninguna irregularidad se observa durante tres años, el control en el terreno solo se hará cada dos años. Al revés, si se observan anomalías repetidas, los controles serán intensificados.

6-    Los pequeños productores se agrupan.
La nueva legislación autoriza la formación de agrupaciones de productores, en las que se pone en común la infraestructura y el material. De esta manera, los pequeños agricultores podrán mutualizar sus costes de producción y de acreditación en ecológico, que es elevado.

7-    Nuevos productos certificados.
Se trata de los conejos, de los cérvidos, aceites esenciales, corcho, algodón, sal o lana.


3 PREGUNTAS A
Blanche Magarinos-Rey.
Abogada especializada en derecho medioambiental.

Defiendes la proposición de reforma de la legislación sobre ecológico. ¿Por qué?
El texto contiene progresos reales sobre las semillas, la biodiversidad, por ejemplo. La eliminación de las reglas de equivalencia con los países terceros podrá permitir desarrollarse al ecológico europeo ya que, en la actualidad, 50% de los productos ecológicos vendidos en la Unión europea se importan. Si este compromiso fuera rechazado, sería, en mi opinión, una auténtica catástrofe, un desastre. Es poco probable que la Comisión vuelva a trabajar en un nuevo proyecto de reforma. Nos quedaríamos pues, con la legislación de 2007 con sus imprecisiones, sus derogaciones, el sistema desequilibrado de importaciones de productos ecológicos, etc.”
(Las otras preguntas afectan al voto en sí y al caso específico de Bélgica).


En los aspectos técnicos, es de notar la prohibición de los cultivos sin suelo. Este punto me parece especialmente discutible, en la medida en que esta técnica permite la puesta en práctica de una agricultura confinada, totalmente fuera del alcance de las enfermedades y de las plagas, y en consecuencia una total ausencia de necesidad de empleo de pesticidas ni sintéticos, ni naturales. Es cierto que el aspecto nutricional es todavía difícil, pero grandes avances han sido realizados en este aspecto, haciendo que la nutrición orgánica sea ahora posible en hidroponía.
Los cultivos sin suelo también permiten la valorización de zonas incompatibles con la agricultura, con una utilización óptima de los recursos hídricos, casi sin desperdicio (todo es recuperado, compostado y reciclado, desde los sustratos a las soluciones nutritivas, pasando por los plásticos y los restos de los cultivos anteriores), con unas productividades muy elevadas por unidad de superficie, y la posibilidad de producir localmente alimentos sanos a todo lo largo del año. Es una agricultura moderna, eficiente, casi sin efecto negativo sobre el medioambiente ni la salud humana.


Me parece una lástima eliminar a priori una vía interesante de la que parece evidente que a corto o medio plazo, seremos capaces de llevarla de una manera totalmente compatible con la agricultura ecológica.
También existe un número creciente de proyectos de agricultura urbana sin suelo que no van a poder beneficiarse del sello ecológico, aunque las técnicas empleadas parecen estar en acuerdo con la filosofía, a parte de la ausencia de suelo.
Me parece perjudicial tanto para los productores como para los consumidores.
En mi opinión, es un grave error, típica de una ideología que tiene una visión reductora, estrictamente limitada a la aplicación tonta del dogma.


Pero vamos, la reforma fue finalmente votada. Pero ¡a qué precio!
Hemos estado muy cerca de un bloqueo por puro inmovilismo, para defender intereses particulares en detrimento del interés común.

Esto me refuerza en la ida de menos Estado, más Europa. Total, si queremos hacer que Europa funcione verdaderamente, hay que sacarla de sus disputas de campanario. Solo entorpecen el buen funcionamiento del sistema, y a fin de cuenta, el perjuicio siempre recae sobre los habitantes y sobre las empresas que dependen de esas decisiones políticas.

Sabes que no soy un fanático de lo ecológico, no tanto en lo que a producción se refiere, sino en lo que afecta a su comunicación. Se trata en primer lugar de una amplia manipulación de la opinión pública, basada en un dogma según el cual todo lo que es natural es bueno para la salud y no contaminante. En sí es una tontería, pero sobre todo, da lugar a un montón de abusos bajo el único pretexto que “es natural”.
Sin embargo, lo ecológico es una vía que toma cada día mayor protagonismo, que afecta a una parte cada vez mayor de la alimentación, tanto en Europa como en el resto del mundo. También es una línea directriz que habrá tenido el gran mérito de cuestionar muchas prácticas criticables en todas las ramas de la actividad humana. La agricultura está ganando en sostenibilidad en parte gracias a los aportes técnicos procedentes de la reflexión sobre la producción ecológica.

La Unión europea es actualmente un ejemplo en materia de exigencia, de control y de seriedad en materia de legislaciones referentes al medioambiente, los pesticidas, la salud, la calidad de los alimentos.
Muy poco ha faltado para que se quede atrás en materia de agricultura ecológica.

Un poco de armonización no viene nada mal, para que los consumidores no se pierdan tanto, y para que los agricultores puedan trabajar con medios mejor adaptados, y mejor controlados.

Imagen: http://bi.gazeta.pl/im/78/17/c3/z12785528Q,Warzywa.jpg

dimanche 15 octobre 2017

116- Prohibir el glifosato, y despúes, ...¿qué?

PROHIBIR EL GLIFOSATO, Y DESPÚES, ...¿QUÉ?


Bajo este título Mathieu, en la página web francesa Graines de Mane, publicaba el 15 de febrero de 2017 un buen artículo conciso sobre las interrogaciones que deja, entre los profesionales, la posible prohibición del glifosato. https://www.grainesdemane.fr/2017/02/15/supprimer-glyphosate-apres/


“Desde varios días la telenovela sobre la prohibición del glifosato, herbicida estrella de Monsanto, ha vuelto a arrancar. Una cuarentena de ONGs ha lanzado el 8 de febrero una petición europea llamando a “la prohibición del glifosato, en conformidad con las disposiciones europeas sobre plaguicidas, que prohíbe el uso de sustancias cancerígenas para el hombre”. Esta iniciativa llega después de que la OMS ha clasificado el glifosato como cancerígeno, y las tergiversaciones de las instancias europeas referentes a la renovación de su autorización de uso en Europa. A fin de cuentas, en junio 2016, la Unión Europea decidió prolongar su autorización durante 18 meses hasta la publicación de una nueva opinión científica.

A la espera de una eventual suspensión de autorización de la molécula, la cuestión en las explotaciones agrícolas se presenta de la forma siguiente: ¿Cómo vamos hacer sin el glifosato? Algunos agricultores consiguen no usarlo o reducir las dosis pero su estatuto de herbicida más vendido en el mundo demuestra hasta qué punto un gran número de sistemas agrícolas dependen de él… Y no solamente sistemas de agricultura intensiva. Algunos agricultores comprometidos con prácticas medioambientales virtuosas, siguen usando este producto a baja dosis. Es por ejemplo el caso de la agricultura de conservación, que busca mantener el suelo constantemente cubierto por vegetación, y no ararlo para preservar al máximo su estructura, la vida que alberga (lombrices y fauna variada) y limitar la erosión. Esas técnicas representan una solución para aumentar la fertilidad de los suelos y en consecuencia la sostenibilidad a largo plazo de los sistemas agrícolas. Por la supresión del arado, los agricultores mejoran la salud de los suelos pero pierden un medio efectivo de gestión de las malas hierbas. El éxito de esos cultivos pues depende en gran parte del empleo de herbicidas, entre los cuales, el glifosato.


Para esos agricultores, la supresión del glifosato desembocaría sobre un callejón técnico sin salida que podría tener, como consecuencia, el abandono de sus prácticas medioambientales virtuosas.

Las preocupaciones de la sociedad civil son totalmente legítimas y los agricultores hacen evolucionar sus técnicas para contestarlas. Darse cuenta de los efectos de las prácticas agrícolas sobre el medioambiente o la salud permite poner diariamente en la luz nuestras elecciones como consumidores. Saber cómo se producen los alimentos que se encuentran en nuestros platos es por consecuencia primordial. Entender las consecuencias de la voluntad de los ciudadanos sobre la realidad del funcionamiento técnico de las explotaciones agrícolas también. El debate levantado por la supresión del glifosato llama pues a otro: el, urgente, de la búsqueda de alternativas permitiendo a los productores de evitar el salto a lo desconocido, respondiendo al mismo tiempo los nuevos desafíos medioambientales de la agricultura. Cada día los productores, investigadores, organismos de desarrollo agrícola, innovan hacia formas más virtuosas de agricultura. La supresión anunciada del glifosato será mucho más eficaz si alternativas sostenibles sobre los planos agronómicos, medioambientales y económicos son desarrollados. Suprimir es una cosa, proponer alternativas es mucho mejor. Ese es sin lugar a dudas el verdadero desafío de los actores de la agricultura en los próximos años.



Desde la publicación de este artículo, han ocurrido muchas cosas, respecto al glifosato, desde el anuncio estruendoso por el ministro francés del voto negativo de Francia, hasta el anuncio, por el mismo ministro de una proposición de renovación para un periodo más corto, para tener tiempo de encontrar alternativas. También hemos visto la OMS anunciar que el glifosato es probablemente no cancerígeno, contradiciendo la clasificación de su propia agencia, el CIRC.
Hemos visto todas las agencias de seguridad alimentaria del mundo, y todos los científicos no comprometidos (sin financiación privada ni presión política o ideológica) clamar alto y fuerte que el glifosato, en condiciones normales de empleo, no presenta ningún riesgo ni para la salud, ni para el medioambiente.
También es cierto que es muy difícil saber (y desde luego esta cuidadosamente calculado), entre los miles de estudios publicados, cuales son objetivos (una minoría), y los que son financiados por un lado o el otro (o cuyos comités científicos son orientados, como fue el caso del CIRC), y que son mayoría.

El dosier del glifosato es un dosier trucado, manipulado, falsificado desde el principio. Este herbicida, el más utilizado en el mundo y también el más inocuo (según todos los estudios neutrales) se ha convertido en el chivo expiatorio, símbolo involuntario de la lucha contra los OGMs y contra Monsanto (a pesar de ya no ser propietario de la molécula desde 17 años, y de sacar solo +/- 15% de sus beneficios https://www.fool.com/investing/2016/05/26/how-much-money-does-monsanto-make-from-roundup.aspx), convirtiéndose en la diana de una amplia manipulación ideológica.

Podríamos debatir durante horas sobre los motivos de esta inverosímil propaganda, empleando hábilmente todos los medios puestos a su disposición (radio, televisión, peticiones, manifestaciones, redes sociales y más), digno de los más oscuros momentos de las peores dictaduras de la historia reciente, o más cerca de nosotros, de los peores movimientos ciudadanos o independentistas como últimamente el de Cataluña (muy hábil en su papel pervertido del David catalán contra el Goliat español), o también el Brexit.

Cartel de propaganda china de la época de la Gran Revolución Cultural Proletaria, enseñando los intelectuales como responsables de los males del país.


Recordemos, para que las cosas queden bien claras, esta declaración de Bernard Url, director ejecutivo de la EFSA, que explicaba, el 1 de diciembre de 2015, ante el parlamento europeo, para explicar la posición de la EFSA :

“La carta de 96 personas ha sido señalada muy a menudo. Para mí, es un buen ejemplo de la diferencia entre los métodos de trabajo de las dos organizaciones. Trabajamos sobre el glifosato con 100 científicos de los Estados Miembros. Ven las pruebas, contribuyen, cuestionan, participan a teleconferencias – es el procedimiento de la revisión por homólogos – y es con este conjunto de 100 científicos que hemos podido producir un resultado.

No hemos pedido a esos científicos de firmar una carta, que les guste el resultado o no. Un miembro del Parlamento lo ha expresado de manera muy justa. Dijo: “96 científicos se sienten incomodos frente a la opinión de la EFSA”. Y es precisamente de lo que se trata. Personas que no han contribuido a los trabajos, que probablemente no han visto las pruebas, que no han tenido tiempo de entrar en detalles, que no están implicadas en el proceso, han firmado una carta de apoyo.

Siento decirlo, pero con esta carta, salen del campo de la ciencia, entran en el campo del lobbying y de las campañas (“campaigning”), y no es la manera que tiene la EFSA de trabajar. Para mí, esto es la señal de que estamos entrando en la edad Facebook de la ciencia. Tenéis una evaluación científica, la ponéis en Facebook y contáis cuantas personas dicen “me gusta”. Para nosotros, no es un progreso. Nosotros, producimos una opinión científica, la defendemos, pero no tenemos que tomar en cuenta si gusta o no.”



Es un auténtico problema. Si un informe científico va al revés de la opinión pública, que en general enfoca los problemas sobre el ángulo afectivo, es enseguida vilipendiado, mediáticamente destruido, y los científicos (así como sus apoyos y defensores) sospechados o claramente acusados de haber sido corrompidos por alguien.
Estamos cayendo en una decadencia que toma el camino de arruinar nuestra civilización.

Pero esa no es la cuestión.
En lo que al glifosato se refiere, el daño está hecho. Sera muy difícil volver atrás. Acuérdate del caso Alar, que sin embargo tuvo lugar mucho antes de la existencia de las redes sociales y de la gran moda de las “peticiones ciudadanas”. Nos encontramos en una situación de manipulación de la opinión, pero mucho más grave. http://culturagriculture.blogspot.com.es/2015/02/38-el-caso-alar.html

La cuestión ya no es de saber si el glifosato será prohibido o no, tarde o temprano lo será. Es más bien de saber cómo los agricultores se van a tener que adaptar a su desaparición, legal o exigida por los mercados, demasiado asustados por la opinión de los consumidores, susceptibles de ir a otras tiendas si se enteran de que sus alimentos han sido cultivados con glifosato.
Porque no me hago muchas ilusiones. Me espero ver el glifosato, hasta ahora autorizado en todos los reglamentos de clientes (excepto para la producción ecológica, por supuesto), pasar al estatuto de desaconsejado o prohibido, con o sin justificación legal.


Pero los futuros productos de sustitución del glifosato, que obviamente llegarán, costarán del orden de 5 a 6 veces más caro. Es normal, es la regla. Pero cambia considerablemente el fondo del problema para los agricultores, que ya tienen a menudo muchas dificultades para rentabilizar su trabajo.

Por lo tanto es urgente encontrar alternativas. Esperemos de la Comisión Europea tendrá la inteligencia de no abandonar esta molécula en un plazo demasiado corto, y sabrá favorecer la investigación de métodos alternativos.

Un muy interesante artículo sobre el tema ha sido recientemente publicado en el periódico cristiano “La Croix” https://www.la-croix.com/Sciences-et-ethique/Sciences-et-ethique/Comment-passer-glyphosate-2017-10-03-1200881487
Podemos leer el interesante testimonio de un joven agricultor francés, profundamente convencido e implicado en un nuevo concepto de agricultura. Trabaja el tema desde mucho tiempo y explica:
“Me dijeron que era loco, que no podía tener éxito. Pero después de varios de trabajo y de ajustes, ya está: tuve buenos resultados e año pasado, espero poder confirmarlos, pero tengo confianza”.
Sin embargo, es consciente de la dificultad de esta transición:
“No he llegado hasta eso de un día para otro. Y si estoy convencido de que podremos finalmente evitar el uso de herbicidas gracias a las cubiertas vegetales, una prohibición brusca sería un error.”


Que mis lectores no europeos lo tengan claro. Si el glifosato queda prohibido en la Unión Europea, primer mercado de alimentos en el mundo, el resto del mundo también lo hará, a más o menos largo plazo.
La búsqueda de soluciones alternativas permitirá salvaguardar las técnicas de agricultura virtuosa, como la agricultura de conservación y la producción integrada.

No hay derecho, por oscuros motivos ideológicos, cuestionar todo lo que es una garantía de seguridad alimentaria, de calidad y de seguridad de los alimentos, y de reducción de los efectos de la agricultura sobre el calentamiento global.

La agricultura europea es la más productiva, la más sana y la más respetuosa del mundo. Se viene de todas partes del planeta para aprender los métodos y las técnicas empleadas.
Seguirá su evolución y se adaptara a todas las situaciones, como siempre lo ha hecho. Pero cualquier cambio profundo requiere tiempo, formación, costes, investigación, inversiones.

Muchas preguntas, cruciales, quedan por aclarar, muchos puntos esenciales no han probablemente sido estudiados, o no lo suficiente.
¿Podría la agricultura europea perder en competitividad frente a la competencia no comunitaria?
¿Aceptarán los actores de los canales comerciales de los alimentos, el juego del aumento de los costos, respetando los precios de costes de los agricultores?
¿Están los consumidores dispuestos a aceptar un probable aumento de los precios de sus alimentos?
¿Preferirán los mercados, comprar productos no comunitarios, más baratos pero a menudo menos seguros, con el fin de mantener sus márgenes sin aumentar los precios al consumo?

El futuro de la calidad de los alimentos en la Unión Europea está en juego, pero pocas personas parecen darse cuenta de ello.



lundi 7 août 2017

111- Una gran crisis fitosanitaria: Xylella fastidiosa

UNA GRAN CRISIS FITOSANITARIA : XYLELLA FASTIDIOSA

José Miguel Mulet es profesor de biotecnologías en la Universidad de Valencia, en España, y es también uno de los grandes luchadores contra las ideas preconcebidas sobre la agricultura y la alimentación. Hace muchas conferencias y ha redactado varios libros, el más conocido siendo “Comer sin miedo”.
También tiene un blog en español http://jmmulet.naukas.com/

En el siguiente artículo, nos cuenta la historia verídica e ilustrativa de la propagación de una de las peores crisis sanitarias de las plantas cultivadas, probablemente comparable con la crisis de la filoxera en los viñedos en el siglo XIX.



El cultivo del olivo se encuentra ahora mismo en una situación de riesgo sin precedente por un problema fitosanitario de extrema gravedad. Se trata de una bacteria de la que una cepa muy virulenta empezó, en el 2013, a extenderse desde el Sur de Italia y está progresando rápidamente hacia el resto de Europa, provocando la muerte de millones de árboles centenarios a su paso.

A pesar del trabajo de los científicos y un plan europeo de confinamiento de los focos de la epidemia, la bacteria Xylella fastidiosa se encuentra ahora mismo fuera de control en Italia.

Desde 2015, la bacteria ha sido detectada en Francia, primero en la isla de Córcega, y más adelante en el continente, en Provenza.
Desde 2016, también ha sido detectada en España, primero en las islas Baleares, y más recientemente en la península, en la región de Alicante.
Los focos franceses y españoles están, de momento, bajo control, pero nadie es capaz, al día de hoy, de predecir la evolución de la epidemia.


Por desgracia, se puede pensar que todos los olivos europeos podrían ser atacados, y aniquilados en pocos años, si una solución no se encuentra a corto plazo.
La observación de las infecciones demuestra que determinadas variedades son extremadamente sensibles y otras parecen ser más tolerantes. Es donde hay esperanza de salvar la especie y de poder rehacer plantaciones donde la bacteria habrá matado los arboles de variedades sensibles.

La investigación trabaja a marcha forzada para encontrar una solución para, por lo menos, estabilizar la epidemia, pero hay que reconocer que hoy por hoy, estamos en un callejón sin salida.
Y los olivos mueren diariamente por miles en Italia.
Francia y España han elegido confinar los focos gracias a arranques preventivos alrededor, esperando que esas medidas serán suficientes.



Pero, ¿Cómo hemos podido llegar a este desastre?

Es donde este drama con dimensiones desconocidas se convierte en un caso de manual.

A continuación el texto completo, solo depurado de algunos comentarios de JM Mulet, de los que no comparto el tono, aunque sí estoy de acuerdo con el fondo, y que no aportan nada al relato en sí.

Hace unas semanas nos llegaba la desagradable noticia que se habían detectado las primeras infecciones de Xylella fastidiosa en la península, concretamente en Guadalest (Alicante). A Mallorca había llegado a finales del 2016. Esta bacteria, conocida como el Ébola del olivo, tapona los canales por los que circula la savia y la planta se seca afectada por la enfermedad de Pierce. La bacteria se transmite de árbol a árbol utilizando insectos como vectores.


La Xylella es endémica de América. Fue identificada originalmente en California donde de forma periódica ataca a las viñas. Otras variedades de la bacteria pueden atacar limoneros, melocotoneros, laurel. Es una de los patógenos vegetales más temidos, por lo que periódicamente se monitoriza y se controla su aparición en todas las estaciones de Sanidad Vegetal.

El problema se detectó en Italia, concretamente en Puglia, en el 2013. Para localizarnos en el mapa, si Italia tiene forma de bota, Puglia es el tacón. Automáticamente los científicos alertan de la gravedad del problema y la Comisión Europea traza un plan, el denominado plan Silletti para contener la epidemia. Actualmente no hay ningún tratamiento efectivo para la Xylella, por lo que la única solución es eliminar todos los árboles en un radio de 100 metros de la infección para evitar que el insecto pueda moverse de árbol a árbol. La Unión Europea fija un presupuesto para llevar a cabo este plan y seguir con el monitoreo. La acción rápida y temprana es la mejor herramienta ante crisis de este tipo.


Y aquí viene el problema. De repente empiezan a aflorar los rumores. Aparecen grupos de agricultores que ponen en duda que la Xylella sea la causante de la enfermedad y se oponen a las talas de árboles. Unos culpan de la enfermedad a un hongo que se puede destruir sin matar a los olivos, otros dicen que la Xylella es fácilmente controlable. Mientras tanto los científicos determinan que la causa de la enfermedad es una cepa de Xylella muy virulenta importada en una planta ornamental procedente de Costa Rica. En paralelo crece la oposición contra el plan Silletti, orquestada, como no, en torno a grupos de agricultura ecológica y biodinámica (…). Proponen que la Xylella es parte del ecosistema y que la solución es no hacer nada, dejar que se integre en el ecosistema y utilizar fertilizantes naturales. No, no me lo estoy inventando. Podéis leer aquí las propuestas que hacen para frenar la Xylella (http://xylellareport.it/2015/08/30/who-we-are/). Incluso algunos llaman a la acción violenta contra este plan (http://xylellacodiro.blogspot.com.es/2016/06/eu-court-of-justice-confirms-xylella.html).


La oposición empieza a organizarse y se hace fuerte. Convence a los políticos, y a los jueces. En un sorprendente e indignante giro, los ecologistas no solo consiguen frenar el plan sino que acusan a los científicos de haber propagado intencionadamente la enfermedad. El fiscal solicita cargos penales contra Donato Boscia, del Instituto de Protección Vegetal Sostenible de Bari, según ellos la culpa fue de una cepa que se trajo para un taller sobre Xylella en el propio instituto. El hecho de que esa cepa no sea la causante del problema ni afecte a los olivos parece que no fue suficiente para que el juez siguiera con el proceso y ordenara registrar el instituto de investigación que había dado la voz de alarma y requisara los ordenadores y el material de investigación, curiosamente, frenando el trabajo de los científicos más capacitados para luchar contra la plaga.

El resultado de la acción judicial paralizando el plan de choque y de las técnicas agroecológicas de contención de plagas ha sido que la epidemia se ha propagado por todo el Sur de Italia afectando a millones de olivos y 235 000 hectáreas y que la plaga se haya extendido a las Baleares y a Guadalest.

Esperemos que nuestras autoridades tomen ejemplo de la catástrofe italiana y no traten de minimizar el problema con técnicas agroecológicas. Hace mucho tiempo vimos como la filoxera arrasaba las vides y en tiempos recientes el picudo rojo ha acabado con las palmeras. Como no pongamos en acción el plan de choque, en breve tendremos que acostumbrarnos al aceite de soja o de girasol, o al aceite de oliva californiano o sudafricano.”



Es un caso muy interesante por el desarrollo de los acontecimientos. Muestra claramente los riesgos de una ideologización de la política y de la justicia en democracia.

Es una evolución cada vez más frecuente en los países más industrializados, en los que grupos de todas clases y colores desarrollan teorías del complot, toman el poder por mediación de las redes sociales y manipulan la opinión por este mismo medio.
Está de moda pensar que la Ciencia se ha vendido a las multinacionales que a su vez intentan dominar el mundo, controlar los alimentos en todo el planeta.

Y si las autoridades, sean política, policial o judicial, no saben distinguir lo falso de lo verdadero, podemos llegar a desastres de dimensiones dramáticas.
Por desgracia es el caso de esta crisis fitosanitaria, cuyas consecuencias probablemente van a ser muy graves, tanto en el plano económico, como social y medioambiental.

Es cuando llegamos a este tipo de absurdidad, que sería para reírse si no fuera tan grave.


Porque si contamos, entre arranques, saneamiento, compra de plantas, replantaciones y mantenimiento hasta la edad adulta, es por lo menos 40.000 € (50.000$) por hectárea lo que hay que contar para que esas superficies vuelvan a ser productivas en aceite de oliva, sin contar los más o menos 10 años que hay que esperar para que la planta crezca. La cuenta es fácil: 235.000 hectáreas x 40.000 €, estamos hablando de un valor aproximado de 10.000 millones de euros (12.000 millones de dólares)…¡¡de momento!!
Y eso solo tomando en cuenta los daños agrícolas, y suponiendo que sea posible volver a plantar olivos a corto plazo después de una infestación por esta bacteria, cosa que es todo, menos segura.
A eso, hay que añadir las estructuras oleícolas arruinadas, las industrias de envasado, las empresas de logística, los miles de puestos de trabajo perdidos, y todo lo que olvido. Este segundo total es probablemente cercano al anterior.

¿Quién rendirá cuenta por esos terribles daños?
¿Quién es responsable de este desastre ante la ley y ante la sociedad civil?

Y los culpables de la pérdida de control de esta epidemia, sean agricultores inconscientes, militantes ecologistas, políticos o jueces, ¿serán castigados por este crimen?



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