Sé de sobra, mi amor, que no es cosa fácil vivir a mi lado. Lo sé bien, entre otras cosas, porque llevo ya muchos años viviendo conmigo. Porque soy un tipo inquieto, un buscador. Por mi afán por la utopía, por mi certeza inconsistente de que sólo rompiendo estructuras, siendo el cambio de forma serena, modesta, en lo cotidiano, puedo luego sentarme a mi lado y brindarme un abrazo. Por todo ello y por más… no es sencillo. Lo sé.
También por todas esas cosas que sólo tú sabes, mi vida. Porque cada día aprendo cómo quiero ser e intento ser como quiero. Porque entre el misterio y la farsa elijo el misterio y me quedo aceptando el vacío, paradito sobre un piso tan incierto como yo, tan inquieto.
Porque soy un anormal, porque duermo a deshoras y me la paso hablando solo y nunca sé qué vida vestir para cada ocasión, o sí, pero nunca es la adecuada, la esperada… no es sencillo amarme como quiero que me amen.
Sólo tú y yo sabemos cuan arduo trabajo en equipo llevamos haciendo de largo. Limpiando con un cepillito el amor de todo eso que no lo es por mucho que nos lo canten, por mucho que hayamos mamado de una teta envenenada un concepto mentiroso de lo que el amor es. Tengo ya una lista interminable de cosas que nos enseñan a confundir con el amor pero que no lo son… y lo matan. A todas esas cosas vamos aprendiendo juntos a ponerles en las narices el cartel de vuelva usted mañana, como le dijimos ayer. Y así crecemos juntos, por separado. Dejando que el universo baile entre los dos. En libertad. Dándonos aire y tiempo, no porque estemos mal sino precisamente porque estamos bien. Para no perdernos el uno en el otro de tanto que nos queremos. Para no necesitarnos. Porque si te necesito, amor, entonces no te amo… te necesito. Y yo quiero amarte porque yo quiero, como una elección.
Antes de sabernos ya nos habíamos soñado, recuerdas? Nunca lo olvido. Tampoco aquella magia, aquel exceso, aquel vendaval de vida que hubo que domar de alguna manera para poder vivirlo. Tú fuiste viento en mis alas y yo fui tu enraizamiento, sin querer ser nunca lastre. Tú eres mi águila y yo… tu tortuga.
-Déjame tus alas y te daré mi fuerza.
Te acuerdas?...
Todo este tiempo sin ti me ha hecho mejor. Me ha recordado que no me haces falta. Que sigo sabiendo vivir conmigo sin refugiarme bajo tu ala. Me ha recordado también que quiero vivir contigo. Porque no te necesito. Porque te amo.
Estos días son festivos porque preparo tu vuelta. Reorganizo mis instantes, limpio mi caparazón, ventilo de nuevo espacios. Ya puse flores en las ventanas y duermo otra vez en mi lado de nuestra cama.
Qué bueno, mi vida, que ya vuelves… otra vez. Para seguir aprendiendo, para seguir disfrutando. Juntos.
Sé que cuento con tus alas. Sabes que tienes mi fuerza. Volemos. Juntos, de la mano,… o cada uno en su rumbo. Pero volemos.
Te amo.
7 dejaron su rastro...:
Sin palabras...
Uppppss
Ese es un amor sabio, muy sabio.
muy sabio...estoy de acuerdo... así quiero encontrarlo, porque así siento que debe ser...llegará?
una que canta en los bares y ofrece su casa para ver la luna sobre la alhambra ;)
Estupendo, maravilloso, precioso y real.
Ojalá el mundo aprendiera un poquito lo que es el amor.
Abrazos
Joder, que bien lo has explicado.
Permiso..mi muro necesita tu pintura...es bellisimo..abrazo.
Publicar un comentario
Deja aquí tu rastro...