Para escuchar mientras cocinas:
Llego temprano a la cita, no me gusta esperar y mucho menos que me esperen.
¿Hay alguien ahí?
Siempre hay alguien.
Bienvenido #viernesdulce!
Somos una balanza, amiga mía.
Cuando un lado sube, el otro baja y viceversa. ¿Cuándo llega el equilibrio? ¿Es acaso posible?
Yo poco a poco, lentamente, muyyyyyy despacito, creo que lo voy encontrando. Trabajo en ello, porque creo que hasta para sentirse bien, es necesario trabajar. Sudar, aunque sea en forma de lágrimas. Caer, aunque el suelo no tenga forma de cama.
Mi balanza se llena de pequeños detalles, de pequeñas historias, y me doy cuenta que con todo eso en un lado, el otro se puede nivelar.
A veces es tan sencillo como mirar las cosas de otra manera. Otras, dar menos importancia a lo que parecía, hace meses, tenerla. En ocasiones es dudar hasta conseguir la incomprensión de todo ser que te rodea, y otras, es tener claro algo aunque tu alrededor tampoco lo entienda.
El equilibrio aparece después de bruscos cambios, de picos altos y bajos, de tocar el cielo y golpear el suelo. Pero llega.
Llega y, aunque sea sólo por un instante, merece la pena disfrutarlo. Si alguna vez lo has sentido...no tengas miedo. Los cambios, de nuevo acecharán, pero tendrás la recompensa de volver a sentir en algún momento de tu larga o corta vida, que la balanza está en el medio.
Hablando de equilibrio...
Hace poco que decidí compensar el tipo de recetas publicadas. La mayoría, por gusto de su "autora", eran saladas. Así que decidí poner ese lado dulce que tengo, menos acentuado eso si, pero al fin y al cabo por ahí debe andar o eso dicen. :)
Por eso los viernes se han convertido en #viernesdulce!
Vamos a endulzar nuestro día delicadamente porque, aunque pueda parecer empalagoso, es esponjoso y delicado.
(Idea basada en libro Chocolate)
Para 4-6 personas
- 140 gr mantequilla temperatura ambiente
- 150 gr harina de fuerza
- 95 gr azúcar moreno
- 2 huevos
- 2 cucharadas de cacao en polvo sin azúcar
- 1/2 cucharadita de levadura en polvo química
Para el almíbar de ron
- 120 gr chocolate negro para fundir
- 1 cucharada de dulce de leche
- 1 cucharada de mantequilla
- 50 ml nata para cocinar
- 1 cucharada de ron añejo
- Moras o arándanos para decorar
Ingrediente secreto: Disfruta de las subidas y bajadas, serán los ingredientes principales de tu vida.
- En un bol ponemos la mantequilla troceada, el azúcar, los huevos, la levadura, la harina y el cacao.
- Batimos con robot de barillas hasta que quede una mezcla definida.
- En una flanera grande engrasada con mantequilla, echamos la masa y la tapamos bien con dos capas de papel de aluminio.
- En una cacerola grande ponemos unos 6 centímetros de agua a hervir y metemos la flanera dentro para cocer el pudin al baño maría durante al menos 1hora y cuarto. El agua se irá evaporando así que hay que estar pendiente de ir añadiendo más, pero nunca deberá tocar el borde de la flanera.
- Si pasado ese tiempo el pudin no ha terminado de hacerse por dentro dejar hasta que se cueza bien.
- En un cazo al baño maría ponemos la mantequilla, el chocolate, el ron, la cucharada de dulce de leche y la nata.
- A fuego lento fundimos moviendo bien para mezclar todos los ingredientes.
- Si queda muy espeso podemos agregar un poco más de nata.
- Sacamos el pudin del molde.
- Vertemos por encima el almíbar.
- Decoramos con moras o arándanos.
- Equilibrar el dulce con un café amargo!
Carmina de (http://detintaenvena.blogspot.com.es/) se puso en contacto conmigo para comentarme un pequeño fallo en esta receta.
Bien, si os pasa como a ella y el pudin al baño maría y tapadito no cuaja, podemos hacer 2 cosas:
- Si el molde es metálico, lo meteremos al baño maria en el horno hasta que veamos que el centro de la masa se ha cuajado y queda una textura más húmeda que un bizcocho.
- Si el molde es de silicona, quitar el papel de aluminio y hacer a máxima potencia durante 1 o dos minutos o hasta que se haga como en el caso anterior.
Disculpas Carmina.