Cobijo Camijanes

Tu espacio de fauna en su estado y hábitat natural

domingo, 20 de abril de 2014

Primavera en la Cantábrica

Como el despertar de un león, los bosques de las montañas rugen de jovialidad tras los deshielos y las bajas temperaturas. Sin duda, la primavera es una época de máxima vitalidad en aquellas zonas donde las inclemencias meteorológicas han dificultado el desarrollo de la vida durante los meses más fríos.
Observando la flora podemos ver cómo se acerca la nueva estación a las cumbres boscosas de la Cordillera Cantábrica. Las hayas a pie de monte se muestran poderosas con las primeras hojas, mientras las que se encuentran a mayor altura aún lucen tímidamente sus brotes. Aunque oficialmente ya haya transcurrido un mes de primavera, por estos lugares es ahora cuando se empieza a hacer notar.
Podríamos decir que el calendario de los animales da la entrada al nuevo año por estas fechas, en primavera, que es cuando empieza la explosión de vida. Todos los seres vivos despiertan y lo hacen con ganas y esperanza. Unos lo hacen físicamente como los mamíferos que despiertan del letargo invernal o los árboles de hoja caduca, que hasta ahora parecían muertos; otros simplemente lo hacen de forma psicológica, dejan de vagar sin rumbo y se centran en cuidar de las crías recién llegadas al mundo o fijan su atención en encontrar pareja.
Ya hemos advertido varias veces en este blog lo curioso que resulta pararse a escuchar en un entorno natural. La primavera no entra solo por los ojos, lo hace también a través de los olores que desprenden las flores o los sonidos que provoca la reciente actividad de la fauna local. Sin más preámbulos, y en este idílico entorno, aparece un canto de ave estridente y poco frecuente. El pito negro hace sus llamadas territoriales y todo el bosque se para a escuchar. Sus señales de presencia son visibles en los troncos agujereados de las hayas muertas más grandes, pero, como una sombra sus limitadas apariciones dejan mucho a la imaginación. Con sus escasas 300 parejas estimadas en la Cordillera Cantábrica según SEO, su porte negro salpicado de rojo y esbelto, es todo un icono de estas montañas.


Hembra de pito negro / Dryocopus martius / Black Woodpecker.


Quizá atribuimos esta especie más a los Pirineos, donde su población es bastante más elevada, con unas 1100 parejas, pero no hay que olvidar que aunque más escondida y menguada, se mantiene una población estable en la cantábrica conviviendo con otras especies delicadas como el urogallo, el oso o la perdiz pardilla.
El recientemente apodado picamaderos negro, también tiene por vecino un ave que aunque no esté amenazada despierta curiosidad fácilmente por su atractivo plumaje.


Macho de camachuelo / Pyrrhula pyrrhula / Bullfinch.


Como una naranja con alas, cuando el camachuelo se posa en las ramas de los árboles a nuestra vista, nos da la vaga sensación de estar frente a un naranjo. Sólo el macho tiene este tono de color tan diferenciado, la hembra con un plumaje de grises apagados puede pasar inadvertida fácilmente.
Como señalamos al principio del texto y queremos hacer ver en el post, la primavera está llena de vitalidad. Es momento de toparse con curiosidades. Si bien es cierto que no conseguimos documentarlo, no queríamos dejar de contar cómo observamos un rebeco persiguiendo a un corzo ladera arriba en lo más profundo de un hayedo maduro. Sorteando troncos y rocas musgosas y pisando esa alfombra de hojas muertas que cubre la sombría del bosque, el corzo ladraba escapando del acoso del otro ungulado. Son situaciones en las que te olvidas de la cámara porque ves que no vas a conseguir nada, y te sientas sobre un tronco caído a deleitarte con la escena.


Rebeco / Rupicapra rupicapra / Chamois, dentro del hayedo tras un corzo.


De esta manera muchas veces se pasa suficientemente inadvertido, sentado y sin necesidad de esconderse demasiado. Hasta una juguetona ardilla trepaba y saltaba entre ramas y troncos llenos de líquenes sin sentir ningún temor.



Ardilla común / Sciurus vulgaris / Red Squirrel, entre líquenes.


Donde el bosque da paso a pequeñas praderas hay cantidad de movimiento de depredadores de micromamíferos que se acercan a cazar y a su vez tienen cerca la suficiente cobertura vegetal para esconderse y desaparecer. Con las frecuentes lluvias y los deshielos de la época, a veces se produce la inundación de madrigueras y galerías de estos pequeños peludos. Situación desfavorable para unos y de provecho para otros, son las pocas ocasiones en la que los topos, aislados en su mundo subterráneo, no tienen más remedio que salir a la peligrosa y desconocida superficie.


Topo ibérico / Talpa occidentalis / Spanish mole

Mientras uno espera toparse con estas casualidades, se pasa inadvertido, sentado, y los acentores que buscan las ramas altas de brezo para lucirse a veces sin darse cuenta, quedan bastante cerca del objetivo.


Acentor común / Prunella modularis /  Dunnock.


Todo este jolgorio faunístico de sonidos aflautados, esencias olorosas y belleza paisajística queda enmascarado cuando surge entre la vegetación el rey indiscutible de estas montañas. Una auténtica joya que pocos países de Europa, sobretodo del marco occidental del continente, tienen el privilegio de atesorar. Un animal que no deja indiferente a nadie, el oso pardo cantábrico.
Hace unos 30-40 años, mucha de las personas que convivían con él lo consideraban una bestia, una especie a la que había que exterminar. Hoy en día, gracias a la labor fundamental de educación ambiental de diferentes asociaciones y naturalistas que han dedicado gran parte de sus vidas a observarlo y estudiarlo, la situación del oso pardo ha cambiado considerablemente a mejor. La mayoría de lugareños ahora lo respetan, siendo este un elemento fundamental a la hora de conservar a la especie. La persistencia de grandes animales como osos, lobos o linces, a parte de una necesaria y estricta protección de su hábitat, necesitan la aceptación de la población local. En este tema, si que se puede hablar de éxito en las montañas cantábricas. No ocurre lo mismo con la pequeña población que queda en Pirineos, que de momento es uno de los factores limitantes para que progrese la especie. 
A día de hoy, el oso pardo cantábrico va esquivando los numeroso peligros que le acechan diariamente y poco a poco su población va aumentando. No por ello es momento de bajar los brazos, sino de consolidar todos esos esfuerzos que se han llevado a cabo durante tantos años para poder seguir disfrutando de esta especie durante mucho tiempo.
Después del letargo invernal el día del oso transcurre tranquilo rebuscando insectos bajo piedras o alimentándose de los frescos brotes primaverales. Es una época en la que deben de obtener el suficiente aporte nutricional para pasar con garantías el periodo del celo.


Oso pardo cantábrico alimentándose en total libertad
(aumentar la calidad del video para disfrutarlo mejor)


Con los brezos floridos, rodeada de altas peñas y siempre en la lejanía, esta osa nos dejó el tiempo justo para inmortalizar con esta estampa la majestuosidad de esta imponente especie.
Esperemos que podamos disfrutar todos de esta gran estación que es la primavera. Gracias por comentar, leernos o simplemente echar un vistazo a las fotos, saludos.

 

 Hembra de oso pardo cantábrico / Ursus arctos / Brown bear.


martes, 4 de marzo de 2014

Búho real: el gran deseado.

A lo largo de los años, la observación de diferentes especies que nosotros consideramos especiales, nos van regalando momentos maravillosos que quedan perfectamente grabados en lo más profundo de nuestra memoria. A parte de la mera observación, poder ser testigos de hechos poco frecuentes en la etología del animal, es un auténtico regalo que ofrece la naturaleza.

Cada uno de los que disfrutamos con la observación de la naturaleza tiene una cierta apetencia a determinadas especies que por un motivo u otro las hacen especiales. Nuestra debilidad, a parte de los mamíferos, son las rapaces nocturnas y concretamente el búho real. Los búhos y lechuzas poseen unas características tan especiales, ya sean morfológicas o etológicas que marcan la diferencia con cualquier otro grupo de animales. Desde una vista prodigiosa adaptada a la oscuridad, hasta una sensibilidad auditiva extraordinaria, pasando por un diseño silencioso en sus plumas. Su perfecta adaptación a la vida nocturna, los hace pasar desapercibidos para muchos y muy querido para unos pocos.


Búho real / Bubo bubo / Eagle-owl


Nuestra historia con el rey de las nocturnas comienza hace bastantes años, cuando  ese "uú-hu",que tanto interés despertó en nosotros, retumbaba en las oquedades de una antigua cantera de caliza. Al ser un ave con una distribución ligada a ambientes mediterráneos, nunca hemos podido dedicarle el tiempo que nos hubiese gustado, ya que donde vivimos es prácticamente inexistente. Es por ello, que cuando tenemos la oportunidad de viajar al centro y sur peninsular, aprovechamos para dedicarle ese tiempo que se merece. Este año, nos surgió la oportunidad de poder pasar un cierto periodo de tiempo entre los bosques mediterráneos mejores conservados de la península. Una oportunidad única que no podíamos desaprovechar.


Búho real / Bubo bubo / Eagle-owl, escondido pero observador sobre el gran madroño.


Si la observación de esta rapaz es complicado de por si, el poder fotografiarla en su ambiente tiene su cosa. El hecho se demuestra en que no son muy abundantes las imágenes de esta especie en su entorno natural, ya que muchas fotos que circulan por internet son en condiciones controladas de individuos que utilizan para cetrería. El resto de imágenes, que son una minoría, se realizan desde hides o con alta velocidad y tienen una calidad descomunal. Nosotros no teníamos, ni tiempo para colocar un escondite, ni material suficiente para hacer sesiones con barreras de infrarrojos, por lo que tuvimos que usar nuestras propias armas. Como ya explicamos en otras ocasiones, la posibilidad que ofrece el digiscoping a la hora de fotografiar especies sensibles es sensacional, debido fundamentalmente a que cubre con creces las grandes distancias a las que cualquier teleobjetivo se queda pequeño. Esta claro que la calidad no es brillante, pero el poder disfrutar del búho en sus quehaceres diurnos sin la más mínima molestia es para sentirse más que satisfecho.


Búho real / Bubo bubo / Eagle-owl , con su mirada penetrante


No se puede dejar de sentir admiración por una especie que sólo es visible diez minutos al día. La jornada empieza cuando el sol se ha acostado y la penumbra empieza a ganarle la batalla a la luz. Entonces el búho real abandona su escondite diurno para desperezarse mientras otea desde algún alto rocoso. Sus ojos naranjas escudriñan el terreno, y pasados cinco minutos, se pierde en un vuelo rápido y silencioso, y comienza la caza. La principal presa de este gran búho es el conejo; pero son muchos los habitantes del bosque mediterráneo que temen sus garras (hemos llegado a saber de restos de águila real o halcón peregrino en un nido de un búho real en la provincia burgalesa). Oído, vista, destreza y fuerza ponen a prueba a todos aquellos seres que vagan bajo el manto negro de la noche. Para cuando el horizonte clarea, el matarife vuelve a su zona de descanso. Antes de volver a su santuario, vigila de nuevo desde las altas rocas y se pavonea durante escasos cinco minutos. Una vez que todo está controlado con un rápido vuelo vuelve a su rama donde pasar inadvertido durante sus siestas y tareas de acicalamiento con las que mantener sus armas a punto.



Para más calidad, ver el vídeo en HD a 1080 megapíxeles a mayor tamaño. Para ello pinchar en el símbolo de youtube, ya que por defecto se muestra con la peor calidad


En esta entrada hemos querido destacar su carácter más natural. Con el vídeo expuesto, esperamos que podáis sentir la magia de este superdepredador nato de la noche que durante el día trata de pasar tranquilamente desapercibido.
Saludos a todos y gracias por leernos, esperamos que las visitas sean agradables o al menos tengan un ápice de interés.


viernes, 10 de enero de 2014

Tres conocidos coloridos

Son muchas las especies de aves que residen o pasan un cierto periodo del año en nuestro país, se habla de unos aproximadamente 550 taxones diferentes catalogados en España entre nidificantes, estivales, invernantes, migradoras en paso, accidentales e introducidas. Esta enorme diversidad alada se debe fundamentalmente a la buena disposición biogeográfica de la península Ibérica y a la gran cantidad de diferentes ecosistemas que alberga este país, siendo un auténtico paraíso para cualquier amante de las aves.

Cada especie es especial a su manera y cada una tiene su historia particular a la hora de localizarlas y poder fotografiarlas. En términos generales , la fotografía de aves se complica considerablemente cuando no se utiliza ningún tipo de hides, comederos, muladares, etc. La atracción de aves mediante un sustento alimenticio permite observarlas de cerca y obtener imágenes de gran calidad. Si lo que decidimos es intentar localizarlas y fotografiarlas por nuestra cuenta, sin ningún tipo de atrayentes, todo se vuelve mucho mas tedioso y los resultados fotográficos no suelen resultar tan relucientes. Pero, las pocas veces que se consigue, hay un componente de satisfacción personal que no se consigue de ninguna otra manera. Para nosotros, la parte del trabajo de campo es igual o mas interesante que la obtención de imágenes y suele ser un ámbito que, a veces, la gente deja de lado, centrándose solo en la consecución de la fotografía perfecta.


Martín pescador / Alcedo atthis / Common Kingfisher.

Hace ya tiempo que andábamos detrás de tres especies de aves que dan bastante juego, fotográficamente hablando. La combinación de colores y las poses que nos ofrecen desde sus perchas, hacen que sea altamente demandadas su captura mediante imágenes. En esta ocasión, el reto consistía en observar a los tres coloridos y fotografiarlos decentemente sin ningún suplemento alimentario, en su ámbito natural. La paciencia y el lento acercamiento hacia ellos iban a ser la clave.


Pito real / Picus viridis / European Green Woodpecker.


Paradójicamente, el pico picapinos, es una de las especies que observamos con más frecuencia, pero nunca tuvimos la oportunidad de fotografiarlo en condiciones, por lo que estas vacaciones nos hemos centrado en él. Han sido unas fiestas especialmente lluviosas por los pinares pucelanos, por lo que los ratos en que el agua daba una tregua eran los más idóneos para la búsqueda y localización de ejemplares. Cuando los rayos de sol emergían entre las nubes, los pícidos se afanaban en la búsqueda de alimento.


Pico picapinos / Dendrocopus major / Great Spotted Woodpecker. 


Precisamente, si hay algo que caracteriza a esta especie son sus dotes de picotear y agujerear los troncos de los árboles en busca de insectos xilófagos. Las larvas que se encuentran en el interior de la corteza de los árboles, son su fuente de alimento más importante durante casi todo el año. Si estas escasean, y las condiciones climáticas exigen un extra de grasa en el cuerpo, es cuando añaden frutos secos a su dieta.

Es por lo tanto, durante esta época del año cuando su alimentación se centra más en semillas y frutos secos de donde obtienen: gran parte del poder calorífico y esas pequeñas dosis de grasa necesarias para pasar los fríos inviernos de la meseta castellana. Para ello, se suelen acercar a las periferias y jardines de algunos pueblos donde encuentran con más facilidad ese sustento.


Acercamiento de pico picapinos / Dendrocopus major / Great Spotted Woodpecker.

La conservación de troncos y madera muerta es fundamental y vital para muchos de los animales de nuestra fauna, entre los cuales se encuentran los pícidos. Parece una contradicción que un tronco de un árbol muerto pueda albergar algo de vida, pero en la mayoría de las ocasiones atesoran una mayor biodiversidad que los lugares del mismo ecosistema sin madera muerta. Hongos, líquenes, musgos, carábidos, infinidad de larvas, micromamíferos, incluso aves, encuentran refugio en estos auténticos tesoros muertos, sin contar con todas las especies que frecuentan estos lugares para alimentarse de sus huéspedes: mustélidos, zorros y como no, el pico picapinos. Este, posee una lengua extremadamente larga y afilada con la que captura a sus diminutas presas. En la imagen que sigue, se ve el inicio del lance, con la lengua a punto de salir.


Pico picapinos / Dendrocopus major / Great Spotted Woodpecker.

Es verdad que otros animales más grandes y más peludos pueden provocarnos una parada en el corazón con un fugaz avistamiento; otros son capaces de sorprendernos con una rápida y espontánea reptación bajo nuestros pies. Pero los que siempre están ahí para recibirnos son las aves, concretamente los paseriformes, los también denominados pajarillos, bañando de colores y musicalidad cada lugar.

El rojo, el amarillo y el azul. Curiosos colores para una fauna ibérica tan acomodada a los tonos pardos.

Muchas gracias a todos por visitar el blog. Un saludo y hasta la siguiente

domingo, 27 de octubre de 2013

Cavernas

Otro mundo se encuentra bajo la superficie. Años y años de ríos desgastando caliza nos ofrecen grandes puertas bajo la superficie. Las más nuevas, se encuentran aún al nivel del agua y por eso, solo son visitables en su periodo menos caudaloso. También existe el caso contrario. Las aguas subterráneas que llevan abriéndose paso entre los diminutos poros internos del terreno afloran en los ríos en aquellos lugares que han sido más permisibles a la disolución de la caliza y que han facilitado el paso del fluido, formándose angostas cavernas. Parece mentira, pero todo un ecosistema se forma en estos negros y húmedos lugares. Arañas, mosquitos, caracoles, hongos y vertebrados como peces, sapos y murciélagos se cobijan en la total oscuridad tanto diurna como nocturna. Y no es de extrañar, hay recovecos en algunas cavidades que no tienen nada que envidiar del más lujosos spa.


Surgencia semiactiva


Los bichos más grandes enseguida llaman nuestra atención; entran volando, rozándonos la oreja y desaparecen en las tinieblas. No les gusta permanecer cerca de las proximidades del aire libre, alguno queda colgado en la penunmbra de las entradas, pero la gran mayoría buscan lo más profundo y rebuscado de cada cueva para echar el sueñecito.


Murciélago ratonero grande (Myotis myotis).


Cuando penetramos en lo más interno, la primera familia de murciélagos que diferenciamos perfectamente al primer vistazo es el ´murciélago de herradura´, los denominaods Rinolophus por su exclusiva nariz. Son los quirópteros más abundantes de las grutas y cuevas que hemos visitado, podríamos pensar que son prácticamente cavernícolas. Decimos que los distinguimos tan bien porque son los únicos que se cuelgan totalmente de los techos con las garras de sus patas traseras y se cubren con sus vulgarmente llamadas alas (el patagio). Son la típica imagen que se nos viene a la cabeza a todos al oir la palabra murciélago.


Murciélago grande de herradura (Rinolophus ferrumequinum).


Hay gran variedad de murciélagos y dentro de cada familia muchas especies; más de las que podemos pensar. También es muy amplia la distribución y hábitat de los mismo. De esta manera suponen una sorpresa ahí donde se les encuentre. Como se aprecia en la imagen que hay bajo este párrafo, a veces nos pueden llegar a causar ciertos quebraderos de cabeza. ¿Qué haría un murciélago de ribera en una oquedad en lo más inaccesible de una cueva que antaño se utilizaba para encerrar el ganado durante las noches? La respuesta la puede dar el entorno, el clima y las características del refugio. Este tipo de murciélagos puede despistarnos con su nombre. Aunque lo llamen murciélago de ribera, no tiene porque vivir exclusivamente en los bosques de las orillas de los ríos y cobijarse en árboles como lo hacen los nóctulos. Al contrario, es extremadamente fisurícola. Simplemente se le dedica ese apellido ´de ribera´ porque acostumbra a cazar los bichos que se encuentran revoloteando sobre láminas de agua prácticamente estancas. Por tanto, no tardamos en descubrir no muy lejos de su cama diurna, un río que ante los escarpados cortantes se apresaba, y daba a este mamífero un lugar idóneo para vivir.



Murciélago de ribera (Myotis daubentonii) haciendo alusión a su caracter fisurícola.


Para nuestra sorpresa no todo son murciélagos e invertebrados. No es la primera vez que encontramos un sapo especializado en devorar los bichos que invaden las paredes y suelos cavernarios. Principalmente la fuente de alimento es polillas, arañas y babosas. Además el alto grado de humedad acondiciona aún más la calidad de vida de estos sapos de las cavernas.
 
 

Sapo común (Bufo bufo) encaramado en una colada estalagmítica.


Una cosa es irrebatible, observar quirópteros es una gran molestia para la especie. Debemos pensar que entramos en lugares que no hay ni un brillo de luz y con nuestras potentes linternas trastocamos el ambiente.Vamos, que sienten lo mismo que cuando nos despiertan de la siesta levantando la persiana de un tirón... Pero mientras no tengamos aparatos de visión nocturna esta es la única manera de observalos ¿Qué podemos hacer? como siempre dedicarles el mínimo tiempo y cambiar de ejemplar cada poco. Una buena práctica es dedicarse a aquellos que se encuentran más en las afueras, pues su descanso seguramente es más corto, están más activos, y por lo tanto la molestia es menor. Solemos cometer el fallo de centrarnos en el tema luminoso, el ruido es algo que les afecta mucho más, ya que no solo buscan la oscuridad al meterse en las más profundas oquedades, sino también el silencio.
 
 
Murciélago grande de herradura (Rinolophus ferrumequinum) a punto de echar el vuelo.
 
 
Uno puede pensar que la fotografía de murciélagos es una contradicción en si misma con la filosofía que debe tener un naturalista. Pero si se analiza no es así: una observación directa es más lenta y a la larga más molesta que una toma fotográfica con la que muchas veces se obtiene una identificación de la especie. Hay casos que con una imagen podemos otorgarle un nombre y apellido (si se buscan los detalles requeridos para tal ejecución), ahorrándonos esfuerzos mayores como manipular el animal. Es más, si hay quien sigue creyendo después de leer este post, que de alguna manera los murciélagos "se maltratan" por simple afición, que se pregunte cómo pueden llegar a realizarse fotografías de otros animales bajo un nivel de estrés considerable. Hablamos de la manipulación de todo tipo de herpetofauna, de la captura de animales para su fotografía en cautividad, de la ceba incontrolada o de la fotografía de alta velocidad en nidos.
Muchas veces nos encanta ver fabulosas imágenes de gran calidad y no hay que quitar meritos a nadie. Pero también hay que valorar o tener en cuenta las condiciones en que se ha realizado, no es lo mismo fotografiar un liron en plena naturaleza que capturarlo y hacer una maqueta falsa en tu casa. Sin embargo la naturaleza te regala escenarios preciosos, lo único que hay que hacer es buscarlos y romperse un poco la cabeza para encontrarlos.


Murciélago mediterráneo de herradura (Rinolophus euryale) entre jóvenes estalagtitas.

 
Con esta última imagen de un herradura solitario en la techumbre, cerramos la entrada de los grandes olvidados de nuestra fauna. Estos que unos repudian, otros desconocen y los más, simplemente ignoran.
Gracias por la visita, saludos a los lectores.

 

jueves, 26 de septiembre de 2013

Bosques escandinavos

El verano es la estación por excelencia en el norte europeo. Las extensas y frondosas masas forestales del sur escandinavo sufren la nieve, lluvias y gélidos vientos el resto del año. Por ello cuando el tiempo da un respiro, por corto que sea, la vida explota de energía y los aparentemente deshabitados bosques desatan su encanto. Para muchos animales es el único momento en el que pueden tener sus crías sin que un cambio atmosférico pueda ser fatal.
En las lindes de los bosques con las praderías, algún que otro tordo entraba y salía constantemente. Una vez eclosionados los huevos, toda la atención de los zorzales reales se centraba en conseguir dar de comer a su pollada. Entre los dos padres buscan insaciablemente las lombrices que bajo las herbáceas oxigenan las tierras.


Zorzal real (Turdus pilaris)

Los vuelos al nido desde su área de caza se hacen frecuentes para saciar a los pequeños. De vez en cuando la madre pasa unos minutos en el nido dando calor, colocando y adecentando el hogar. En cuanto todo está conforme no pierde un segundo y vuelve a la caza.


Zorzal real (Turdus pilaris) alimentando los polluelos


El nido de zorzal que mostramos, nos sorprendió por su proximidad a un camino entrante al bosque que utiliza la gente para sacar leña. Desde el mismo tomamos las fotografías, en España no recordamos ninguna ocasión de despreocupación por parte del animal semejante.


Estampa típica de la zona


Los menos preocupados, con sus crías ya de la mano, se dedican a armonizar el entorno de altos y robustos árboles que  forman el hábitat de gran cantidad de animales. Los carboneros y herrerillos, al igual que en el resto del continente europeo van y vienen con su abanico de cantos aflautados diferentes. Mientras los pequeños carboneros esperan en ramas cercanas a que los adultos vuelvan con algo de comida, los aún inmaduros herrerillos ya comienzan a aventurarse en búsqueda de los frutos y semillas que consiguen colgándose de las más delicadas ramas.


Carbonero común (Parus major)


Herrerillo común (Parus caeruleus) juvenil



Adentrándonos en la espesura, la luz se hace escasa y todo lo que nos rodea es una sombría postal en la que el musgo y los líquenes lo embaucan todo. Los pinos y abetos más altos proyectan la sombra necesaria para que junto a un alto grado de humedad, hayas, álamos, fresnos y todo tipo de árboles crezcan robustamente. En medio de este maremagnum de grandes troncos, la presencia de paseriformes disminuye, pero  picos y trepadores encuentran su paraíso. La comida y refugio se hace relativamente fácil de conseguir para ellos en un lugar así y los martilleos de cada ráfaga de picotazos se une a la armonía local.


Pico picapinos (Dendrocopos major)
 
 
Normalmente estos pájaros se delatan ellos solos. A parte del ruido que generan, podemos reconocer su posición observando los trozos de corteza que van soltando para llegar a los preciados bichos que bajo ella se encuentran. El picapinos suele picar la madera con mayor estruendo y con más asiduidad. Cuando encontramos un trepador azul, a menudo por sus ligeros silbidos, nos muestra sus movientos tan típicos en los que levanta el cuello y enseña su pecho que a diferencia del ibérico, en el norte lo lucen de color blanco.


Trepador azul (Sitta europaea)


Aunque a veces, lo que cae de las ramas más altas son restos de piñas de unas ardillas que precavidamente van preparándose para el crudo invierno. Otras veces las encontramos porque dejan colgando esa poblada cola mientras se alimentan de los frutos secos en las alturas, principalmente piñas.


Ardilla (Sciurus vulgaris) alimenándose de verdes piñas


Es frecuente por estos bosques, encontrar al pie de los árboles grandes cúmulos de las piñas trabajadas por las ardillas, en las que siempre dejan una punta intacta porque es la que tiene agarrada con las manos. A menudo una vez en el suelo, otros roedores las rematan.


Restos de piñas comidas por ardilla (Scirius vulgaris)



Pocos depredadores son capaces de llegar a semejantes alturas para cazar a uno de estos individuos. En tal caso, la depredación la harían por la noche fantasmas como la marta; ya que durante el día son vistos fácilmente. Por ello, la vida en la altura es relativamente tranquila, mientras que en el suelo cualquier momento puede ser el último. Para sobrevivir, si el camuflaje no es suficiente hay que tener un as en la manga. Las ranas esperan hasta el último momento en el que son vistas para dar un salto y ponerse a resguardo entre la maleza o cualquier oquedad.


Rana bermeja (Rana temporaria)


Muchas de estas ranas no andan lejos de núcleos de agua. Los bosques de escandinavia son conocidos principalmente por su poco desnivel y su consecuente formación de cantidad de lagos. En sus aguas se pavonea el somormujo lavanco. Como el rey del charco un ejemplar de esta especie se pasaba el día en medio del mismo, dando vueltas y buceando en busca de pececillos que comer.
En sus orillas un gran número de fochas tratan de enseñar a sus polluelos donde obtener la comida pasando desapercibidos ante posibles depredadores.


Focha (Fulica atra) con su polluelo


A estas latitudes se hace muy común la presencia de los córvidos. Carroñeros que aprovechan cualquier desecho para obtener su dosis energética. Siempre vigilantes desde las alturas, sus graznidos vuelven tétrico el ambiente con la caída del sol.


Par de grajas (Corvus frugilegus)


Cuando empieza a oscurecer, el propio bosque te dice que te vayas: Comienzan a salir con gran fervor todo tipo de mosquitos, baja tremendamente la  sensación térmica y la visión se hace difícil. De vuelta, clavando los zuecos en las espesas alfombras de musgo y llenos de picaduras, los duendes empiezan su juego. Un curioso corzo nos tiene vigilados y paramos la marcha para observar su belleza en ese idílico entorno.


Corzo (Capreolus Capreolus) vigilante

 
Atrapados por el espíritu del bosque descubrimos la magia del norte. Animales que igual no han llegado a estar en contacto con el hombre, o que en su caso no han tenido razón de sentirse amenazados, continuan su travesía sin disimulo entre las sombras del ocaso. Echamos la última mirada el uno al otro y desaparecemos del lugar para dejar el fluir natural del bosque a nuestras espaldas.


Corzo (Capreolus capreolus) en la espesura del bosque escandinavo
 
 
La ausencia del blanco escudo anal que acostumbramos a ver en los corzos de la península nos recuerda lo lejos que estábamos de casa. Pero por otro lado, nos enseña lo bien que se adaptan estos animales que podemos encontrar casi en cualquier parte de la geografía europea.
Saludos a todos y hasta la próxima




domingo, 15 de septiembre de 2013

Aves del Mar del Norte

Ordenando todos los archivos del verano hemos visto que tenemos pendiente exponer ligeramente cómo es la fauna que podemos encontrarnos con un poco de paciencia en el sur de Suecia. Hemos recorrido sobre todo bosques y visitado alguna bahía de la costa oeste. En esta primera entrada pensamos ilustrar el tema de las playas y dejamos para la próxima semana lo que podemos observar dentro de las masas forestales. Nuestra estancia en este país no fue meramente faunística, pero supimos aprovechar la oportunidad para desvelar algunos de los secretos naturales que guardaban los alrededores.
Aunque el país goza de bastante costa, la mayor parte de ella es en forma de cortados y acantilados. En estas formaciones muchas aves encuentran un lugar seguro para anidar. Pero después, cuando los juveniles son capaces de desplazarse, visitan playas y puertos donde abunda la comida fácil. Los más destacados de las jornadas que dedicamos a las acuáticas fueron los eideres. Blancos, marrones y negros. Indiscutiblemente el eider es identificado antes que por su color, por su pico; después de localizar unos cuantos ejemplares de plumaje negro dimos con este que ya se parece más al que todos conocemos.


Eider (Somateria mollissima) macho en el mar del norte


Al parecer, en verano lucen el plumaje oscuro y por eso nos costó tanto entre hembras (marrones) y oscuros dar con el auténtico. El cuál, no era más que un avanzado que ya estaba cambiando el plumaje. Por la zona se movían unos cuantos ejemplares, todos de manera independiente, aunque muchas veces compartían posadero y cocina con los cormoranes.


Eider común (Somateria mollissima) macho con plumaje veraniego


Grupo de cormoranes grandes (Phalacrocorax carbo)


Como en cualquier ambiente marino predominaban las gaviotas. Aprovechando cualquier desperdicio que trae la marea para alimentarse, diferenciamos varias especies. En un principio parecen todas iguales, pero fijándonos en tres aspectos podemos distinguir prácticamente todas las gaviotas que se mueven con asiduidad por el continente europeo.


Gaviota patiamarilla (Larus cachinnans)


Partiendo de la más común en las playas del norte ibérico, la gaviota patiamarilla diferenciamos las demás con los tres aspectos: cabeza, dorso y patas. Como sabemos, la gaviota patiamarilla tiene la cabeza blanca, el dorso de las alas gris claro y las patas, lógicamente amarillas. La argénta por contra, era la más común en estas playas; igual que la anterior pero con las patas rosas. 

Gaviota argéntea (Larus  argentatus)

Acertar el color de las patas, lo que en principio parece fácil, se puede hacer complicado cuando nadan, vuelan o cuando el color de las mismas es un tono muy pálido casi imperceptible. Si el día se vuelve oscuro, como ocurría allí normalmente, los colores son aún más ambiguos.
Con un tamaño mayor que las dos anteriores están el gavión y la gaviota sombría. Tienen el plumaje del dorso negro y las patas rosas y amarillas respectivamente.


Pareja de gavión atlántico(Larus marinus)


Gaviota sombría (Larus fuscus) izqda. y argéntea (Larus argentatus) dcha.


Como dijimos al principio de la descripción de las gaviotas, otra gran diferencia en estas aves es la cabeza. En los ejemplares que la lucen en verano de color oscura, diferenciamos tres cortes de plumaje negro-blanco: En el cogote la reidora , en la nuca la enana , y por detrás del cuello la cabecinegra.


Gaviota reidora (Larus ridibundus)

Por lo tanto, las gaviotas europeas podemos diferenciarlas a grosso modo por el dorso oscuro (Gavión y sombría) por la cabeza negra (enana, reidora y cabecinegra) y con el dorso claro (patiamarilla y argéntea); todas con sus diferencias dentro de cada subgrupo. Además otras gaviotas que no hemos tocado aquí son la cana y la tridáctila, ambas de ojos negros y la hiperbórea y groenlandesa, las dos de plumaje en el dorso gris claro pero sin los extremos negros. Esta pequeña manera de diferenciar gaviotas nos vale en los ejemplares adultos y especialmente en verano, ya que en invierno desaparecen ligeramente los tonos negros de la cabeza en aquellas que lo tienen. Los jóvenes e inmaduros son otro quebradero de cabeza que solucionamos fácilmente fijándonos en su compañía adulta.


Gaviota reidora (Larus ridibundus) inmadura


Gaviota argéntea (Larus argentatus) inmadura


Los ostreros fueron visitantes ocasionales de la orilla. A diferencia de otras especies, cuando se asustaban en vez de volar siguiendo el márgen del agua, desaparecían tierra adentro. De esta manera los encontramos visitando prados y jardines, de los que obtenían gusanos y complementaban su alimentación.


Ostrero euroasiático (Haematopus ostralegus)


Ostrero euroasiático (Haematopus ostralegus) con la comida en el pico


Como no podía ser de otra manera, los córvidos también rondaban la zona. Eso de merodear lugares en los que aparece cualquier tipo de desperdicio donde hincar el pico, es muy típico de estos pájaros. Almejas, mejillones, peces e incluso cuando hay suerte focas, forman parte del manjar que puede traer la marea tras un temporal.



Foca aparecida muerta y deteriorada en la orilla, probablemente  juvenil de moteada (Phoca vitulina)


Corneja cenicienta (Corvus cornix) alimentándose de almejas en la orilla


Es curiosa la formación que tienen estas playas. Desde la orilla el sustrato arenoso se encuentra muy poco inclinado hacia el mar y en varias ocasiones la pendiente se vuelve ascendente formando los denominados ´grund´. De esta manera hay mucha superficie con poca profundidad y en las elevaciones se forman cadenas de rocas aprovechadas por estas aves para descansar, secarse e incluso otear. En ellos se asentaban grupos de cormoranes, como mostramos al principio, y muchos viajeros que solo están de paso. Con la siguiente imagen del charrán común cortando el horizonte concluimos esta entrada y animamos a todos vosotros que le habéis dedicado unos minutos a leerla, a compartir vuestra opinión. Un saludo y hasta el siguiente post ´Bosques escandinavos´.


Charrán común (Sterna hirundo) sobrevolando los mares del norte