Al igual que muchos otros parajes inhóspitos, sigue siendo increíble contemplar el desarrollo de la fauna por las largas mesetas castellanas. Si bien encontrar un animal por los ricos bosques del norte es difícil, deleitarse con la presencia de cualquier bicho en estas abiertas tierras es para darse con un canto en los dientes. Prácticamente estas comarcas están formadas por llanuras aprovechadas por el cultivo y algún que otro pinar ahí donde no entran los tractores.
Con un clima de extremos, denominado mediterráneo continental, los inviernos soportan fríos vientos norteños y nevadas, mientras el verano se hace pesado con un calor seco y constante. Por lo tanto, para encontrar alguna sorpresa hay que recurrir a las cercanías de masas de agua y a los días de explendor primaveral.
Cigüeñuela común (Himantopus himantopus)
Avefría (Vallenus vallenus) en su ambiente
Esta temporada del año ha sido especialmente lluviosa, lo que ha favorecido la formación de grandes masas de agua en los sustratos menos permeables. Muchas de las aves acuáticas y no tan acuáticas han aprovechado esta enorme oportunidad para obtener el sustento de alimento necesario para abordar las diferentes necesidades biológicas, como la parada nupcial y la consiguiente cría y cuidado de la prole.
Pareja de tarro blanco (Tadorna tadorna)
Archibebe común (Tringa totanus) sobre los campos inundados
En cuanto cambia el terreno, los charcos y lagunas van disminuyendo, dando paso a enormes campos de cultivo en el cual otras especies obtienen su fuente de alimento. En el caso de los cernícalo primilla, los ortópteros son su presa favorita, los cuales abundan en las cercanías de los pueblos y en los campos en barbecho.
Las diferentes elevaciones del terreno ofrecen posaderos para algunas rapaces. Esta calzada, eligió un antiguo muro de barro como atalaya, desde la cual podía controlar los conejos que se movían al otro lado.
Por estas zonas hay dos grupos de animales predominantes. Los pequeños mamíferos como los conejos o los roedores, encuentran en estos campos refugio y alimento para desarrollarse y vivir. Los segundos, las aves rapaces, son atraídos por la abundancia de los primeros, necesarios para su subsistencia. Donde hay cultivos, hay roedores y donde hay roedores, ahí están las aves de grandes garras a la rapiña de cualquier despiste de los lugareños, los micromamíferos.
Gracias por pasar, un saludo.
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