6/04/2010 - MUDANZA.
Esta entrada es para comunicarles que este 2010 sigo escribiendo un microrrelato por día y respetando las 150 palabras, pero ahora lo hago sobre temas de actualidad y para el diario español 20minutos.es. Así que de hoy en adelante, pueden seguirme en el nuevo 150 por día:
http://blogs.20minutos.es/150xdia
Los dejo con las primeras 150 palabras que se publicaron:
Manchando la hoja en blanco.
El humilde escritor tiene una hoja en blanco con 150 espacios a completar y en cada espacio puede poner una palabra, cualquiera sea ésta, sin importar la cantidad de caracteres que la formen. En la oración que antecede a la presente, usó 32 de esos espacios y al final del siguiente punto seguido, le restarán por escribir otras 90 palabras más. Número suficiente para presentar su blog. Haciendo uso de un sobrehumano esfuerzo de creatividad, decide llamarlo 150 por día dado que se basa en escribir un microrrelato de 150 palabras por día, sin contar el título. Informa también que los cinco microrrelatos de la semana van a tratar sobre temas relacionados con la actualidad y que los sábados y domingos tendrán tema libre. A estas alturas el escritor ya casi tiene las 150 palabras. Sólo le falta una y en consecuencia, decide agregarle un adjetivo a la palabra escritor.
http://blogs.20minutos.es/150xdia
Los dejo con las primeras 150 palabras que se publicaron:
Manchando la hoja en blanco.
El humilde escritor tiene una hoja en blanco con 150 espacios a completar y en cada espacio puede poner una palabra, cualquiera sea ésta, sin importar la cantidad de caracteres que la formen. En la oración que antecede a la presente, usó 32 de esos espacios y al final del siguiente punto seguido, le restarán por escribir otras 90 palabras más. Número suficiente para presentar su blog. Haciendo uso de un sobrehumano esfuerzo de creatividad, decide llamarlo 150 por día dado que se basa en escribir un microrrelato de 150 palabras por día, sin contar el título. Informa también que los cinco microrrelatos de la semana van a tratar sobre temas relacionados con la actualidad y que los sábados y domingos tendrán tema libre. A estas alturas el escritor ya casi tiene las 150 palabras. Sólo le falta una y en consecuencia, decide agregarle un adjetivo a la palabra escritor.
31/12 - El fin.
La prohibición momentánea con promesas de un pago ofrecido a futuro (dentro de esta vida) en respuesta a una acción bien realizada, es la definición del incentivo que yo mismo me he impuesto. La autoflagelación a la hora de impedirse gustos u obligarse a ellos, relacionado a la promesa de tenerlos en abundancia ni bien se realiza lo propuesto como objetivo, es el merecido pago de un trabajo bien realizado. Me prohíbo, me obligo, para luego disfrutar del logro. Soy estricto conmigo mismo, para después pagarme y entenderme como bien pagado por un trabajo que yo mismo me impuse, a raíz de una investigación basada en descubrir si podía hacerlo o no. Es por ese motivo que ahora, después de haber completado los 365 cuentos de las 150 palabras diarias, me doy como bien pago con este exceso de una palabra. Mil gracias por leerme y muy felices fiestas para todos.
30/12 - La máquina del tiempo.
La máquina que permitirá en un futuro viajar hacia algún pasado, o hacia este presente, podría usarse para corregir los errores de este presente o de nuestro pasado, y hacer las cosas bien. Obviamente que la máquina del tiempo también podría usarse para beneficio de algunos pocos y arruinarle la vida al resto. Es sabido, además, que el futuro no es la época que estamos viviendo sino otra que existe a miles de años delante de la nuestra y, en ella, seguramente ya se inventó la máquina del tiempo. Teniendo en cuenta que nuestros hijos del futuro no han interferido en este presente o en algún pasado cercano para corregir los errores de sus antepasados -nuestros errores- puedo afirmar que la máquina del tiempo ya se ha usado para hacer el mal y generar beneficios en algunos pocos. Lamento informarles que el mal, ganó hace rato la guerra del tiempo.
29/12 - La vida después de la vida.
Sorpresa la mía cuando instantáneamente después de morir, me encontré saliendo desde adentro de un viscoso y húmedo lugar, para darme cuenta luego que ese lugar era la panza de una gorila que segundos después terminó siendo mi nueva madre, la que me alimenta y me saca las pulgas. Como ustedes notarán, estoy encerrado en el cuerpo de un gorila, plenamente consciente de mi vida pasada, lo que me permite contarles mi experiencia y hacer un importantísimo aporte a la humanidad sobre la vida después de la muerte. Al nacer, no sólo he reencarnado en el cuerpo de un animal salvaje, refutando todas las profesadas especulaciones de la religión cristiana, sino que también he involucionado miles de años, convirtiéndome en la prueba viviente de la teoría Darwiniana. Aunque obviamente soy una excepción a la regla de la sabia naturaleza, me alegro de ser el único humano consciente de su reencarnación.
28/12 - Cualidades del agua de mar.
El agua dulce goza de un adjetivo calificativo no merecido que me imagino, viene a querer diferenciarse del agua salada. El agua de los ríos, de las lagunas o de los lagos, más que dulce, es insípida. El agua de los mares, en cambio, es tan salada como su calificativo lo indica. El agua de mar es sincera en sus cualidades tal como lo es el Loco Faranelli, cuyo calificativo precede el nombre propio y se empeña en definir su personalidad antes de que puedan juzgarlo. No como el conocido loco Gutiérrez o el loco Domínguez que tienen de loco, lo mismo que tiene de dulce el agua dulce. El loco Faranelli era loco en serio. Incluso era tan loco, que creía dulce al agua dulce, y tomaba agua salada por ser diabético. Algunos dicen que fue la sal de mar lo que le concedió el adjetivo que le precede.
27/12 - Merecer.
Existió una sociedad regida por el merecer. Cada acto de una persona era analizado en grados de bondad y maldad. De acuerdo al acto, se entregaba un castigo o un deseo. Si la persona hacía el bien, ayudarle a cruzar la calle a un ciego, por ejemplo, se ganaba un “Deseo de Clase A” que no era gran cosa. Le seguían los “Deseos de Clase B”, “C” y así sucesivamente hasta los de “Clase Z” que se lo ganaba quien hacía un acto de inmensa bondad. En este último caso, el premio concedía cualquier tipo de deseo. Lo mismo sucedía con los actos de maldad, los cuales merecían castigos que iban de la “Clase A” a la “Z”. Un día, un buen hombre descubrió el error del sistema. Se las arregló para hacer un acto de inmensa bondad, ganarse el cumplimiento de cualquier deseo, y utilizarlo para desear el mal.
26/12 - Así es el pasado en el futuro.
Ya nada tenía contenido. Todo era una fachada. No quedaba absolutamente nada que no sea simplemente un efecto especial, una mentira que se deshacía en la mano. Así era la gente en el pasado, mis queridos alumnos. Así de triste eran las cosas, así de triste era la gente y la vida en el pasado, donde todo embase carecía de relleno, en especial las personas, a las que no se les conocía más contenido que el de los mortales órganos. En la cabeza tenían un inútil cerebro que servía únicamente para ocupar lugar puesto que si no hubiese estado ahí, era lo mismo. Todo era vacío en el estado más puro. Había cientos de fábricas de mentiras maquilladas que estaban demasiado lejos de incentivar, de generar un contenido, de llegar a lo que hoy llegamos. La estupidez reinaba sobre las sociedades y sólo había colores y formas lindas, pero vacías.
25/12 - La felicidad de Sirfredo.
Las personas tienden a vestirse con la piel del los otros, de sufrir lo que sufren los otros y algunas pocas veces, a disfrutar del disfrute de los otros. Tal es el caso de Sirfredo que disfruta de la felicidad de los demás y se olvida de sufrir los sufrimientos ajenos. Sirfredo tiene una increíble capacidad de selección y descarte que le ayuda a menospreciar el sufrimiento de los demás y concentrar su atención en la felicidad ajena. Es feliz cuando las personas que lo rodean son felices. Esa es una gran virtud y una muy buena forma de vivir la vida, pero el problema de Sirfredo, radica en que nunca fue feliz por si mismo. Su felicidad se basó en encontrar la felicidad en los demás y no en su propia persona. Sirfredo se dio cuenta del error hace poco, y ahora busca la felicidad en la desgracia ajena.
24/12 - La religión de las religiones.
Existe una religión que crea nuevas religiones todos los meses. Extrañamente, la religión se basa en inventar una religión mensual y practicarla fielmente durante todo el mes, hasta que llegue el momento de inventar otra religión y practicarla con la misma devoción y fe que la anterior, y la anterior, y la anterior. Obviamente, para evitar que la religión desaparezca por completo perdiéndose entre la enredadera de nuevas creencias, rituales, obligaciones y prohibiciones, la religión que crea religiones todos los meses, tiene dos mandamientos únicos e inviolables que consisten en que a la nueva religión inventada, se le asignen esos dos únicos mandamientos que existen desde que se creó la religión que crea religiones mes a mes. Uno de los mandamientos es, simplemente, crear una religión mensual. El otro mandamiento es que esa religión creada, tenga obligadamente el mandamiento de volver a crear una religión ni bien termine el mes.
23/12 - La habitación infinita.
La habitación es tan grande que incluso el sol no tiene el poder suficiente para llenarla de luz. Dentro de la habitación hay una silla, el único mueble en el inmenso espacio infinito que no puede ser llenado por la luz del sol. A los pocos kilómetros de la ventana, comienza a reinar la espesa oscuridad. No se alcanza a ver el techo y no se ve ninguna pared a excepción de la pared donde está ubicada la ventana. El piso es de madera, sobre el piso está la silla, sobre la silla hay un cuerpo, sobre el cuerpo hay un almohadón, sobre el almohadón hay un perro, sobre el perro, algunas pocas pulgas que yacen muertas de sed, sobre un perro muerto de hambre, sobre un cuerpo muerto de aburrimiento, sobre una silla quieta, solitaria, en medio de una habitación infinita que no puede ser llenada por el sol.
22/12 - Podría haber sido peor.
Estoy pasando un muy mal momento y no puedo más que contentarme con el clásico “podría ser peor”. También uso esa otra que dice que “hay gente que está peor”. Traté de convencerme con esas verdades pero sabía que eran una gran mentira. No puede ser peor de lo que está siendo, ni tampoco hay gente que la esté pasando peor de lo que yo la estoy pasando. Podrán ustedes juzgarme, si quisieran, con algún adjetivo calificativo que resalte mi egocentrismo, pero eso no me importa. No soy el pupo del mundo pero sí sé y estoy seguro de que cada uno la pasa mal a su manera y todos, le damos desmedida importancia a nuestros males. Para algunos, el problema que les quita el sueño, es no poder llegar a fin de mes. A mí, el problema que me desvela, es el robo de uno de mis siete autos.
21/12 - Adrenalina.
La vida sin límites puede llegar a ser fácil, excesivamente ostentosa y aburrida. Por eso existe la ley, para que las personas puedan ser felices al incumplirla. Están equivocados los que piensan que quienes no respetan las leyes lo hacen por maldad o rebeldía. Sepan ustedes que Martín incumple la ley simplemente para divertirse, para sentir la sensación de libertad que siente al romper un candado y entrar por una puerta sobre la que se lee “Prohibido el Paso”. A Martín le gusta sentir la sensación que se siente al subirse a un auto ajeno y alejarse al galope, perseguido por la justicia. Martín no necesita robar el auto y se lo apropia únicamente para disfrutar de la adrenalina que emerge de los poros al romper una regla. Él es feliz cuando roba, cuando estafa y cuando asesina. Por eso hay que cuidarse de las personas que quieren ser felices.
20/12 - Vos sos mi dios.
No necesito de un dios si vos estás a mi lado, cumpliéndome los deseos. No necesito un dios si te tengo a vos, abrigándome cuando hace frío, alimentándome cuando tengo hambre, dándome de beber cuando tengo sed. Para qué necesitaría yo un dios si te tengo a vos, la más misericordiosa de todas las mujeres, la que me cuida y protege cuando estoy en peligro, la que me calma con su presencia cuando me despierto de un mal sueño. No, no necesito un dios si estás vos, castigándome por mis errores y obligándome a las más molestas penitencias. Para qué necesitaría yo un dios si te tengo a vos, cargándome de culpa por todo lo que hago, castigándome por todo lo que hago, condenándome por todo lo que hago y que, casualmente, es lo que me gusta hacer. Para qué necesitaría yo un dios si te tengo a vos, limitándome.
19/12 - No correspondido.
El ser humano piensa que por el simple hecho de amar a alguien, merece ser amado. Esa es la historia de millones de personas que, por ingenuos o por esperanzados, piensan merecer el amor de la persona que aman, sencillamente porque la aman. Piensan que amar, es un sentimiento que amerita ser amado por la otra persona. También están las personas como Idiosincrasio que, en vez de llorar por el amor no correspondido, hizo las mil y una para conquistarlo y terminó dándose cuenta de que luchar para enamorar a la persona que uno ama, no es un acto meritorio de amor. Al menos no es suficiente. Las cosas, a veces, simplemente no suceden. Por más empeño que le pongamos, no suceden. Las ganas, la perseverancia, la constancia y la fe en un resultado, la mayoría de las veces, no sirven de nada. Menos si uno es feo, como Idiosincracio.
18/12 - Verdura mágica.
El final es inevitable y justamente por eso, fácilmente predecible. El final es, entonces, la muerte, que es común a todos los hombres y lo único absolutamente seguro para todos, excepto para Rogelio Gutiérrez, el verdulero de la esquina que, extrañamente, siempre tiene el mismo rostro joven y el mismo espíritu jovial, incluso en las mañanas. Según mi padre, que no sabe mentir, su padre, o sea, mi abuelo, que tampoco sabía mentir, escuchó alguna vez de la boca de su padre, o sea mi tatarabuelo, que Rogelio Gutiérrez vive desde que mi familia emigró a este país y levantó su rancho en esta cuadra. Indudablemente Rogelio es inmortal, o bien, tiene una salud envidiable que le permitió ver morir a dos saludables generaciones de vecinos. Según mi papá, Rogelio logró la inmortalidad a base de espinacas y, dos veces por semana, me alimenta con esa asquerosa verdura mágica hervida.
17/12 - Estudio del más allá.
Mi hipótesis se basaba en que la muerte era la única acción que responde la pregunta que intriga a la humanidad desde sus comienzos y, ante la curiosidad y la entrega laboral que me caracteriza, procedí al suicidio. La teoría fue comprobada. Habiendo ya abandonado mi cuerpo al instante mismo en que el proyectil impactó sobre mi cabeza, estudio ahora el fantástico mundo del más allá. Cuando finalice mis artículos, concentraré todos mis esfuerzos en responder a la pregunta que intriga a los habitantes de este mundo, puesto que aquí, para pasar hacia el también llamado “otro lado”, no sirve una simple bala o un atrevido salto al vacío, principalmente porque tales cosas no existen. No hay armas. No hay altura. No sirve de nada matarse porque no hay forma de morir cuando uno ya está muerto. No hay forma de morir en la muerte para volver a la vida.
16/12 - Siestita de verano.
La tarde estaba nublada y aproveché para descansar de las faenas matutinas en una clásica siestita de verano. Ese día, todos los sonidos relajantes de una siesta hicieron música para mis sueños y no tardé en caer en una tranquila y profunda relajación. Cerré los ojos junto al poder adormecedor del ruido de mi ventilador de pie e instantáneamente, le siguió el golpear de unas tranquilas gotas de lluvia sobre el techo de chapa. Me quedé dormido mientras el agua acariciaba el vidrio de la ventana. Desperté al otro día, a la mañana temprano. La primera sensación fue una extraña culpa por haber perdido medio día de trabajo pero, inmediatamente, la preocupación fue suplantada por una grata sensación de alegría. Sentía mis maltratados músculos totalmente relajados, como si no los tuviera. Al levantarme de la cama, mi cuerpo se quedó durmiendo en ella, solo, abandonado, putrefacto en el mundo terrenal.
15/12 - Jardincito de vampiros.
Antes de salir a sembrar el pánico, beber la sangre de algunos fieles y guardar un poco para alimentar a sus hijos, los padres vampiros dejan a los vampiritos en la única guardería de vampiros perfectamente oculta a las afueras del pueblo. Junto con los niños, también dejan su valijita con pañales y las mamaderas llenas de sangre que las maestras calientan a la hora de la cena. Los niños se divierten toda la noche junto a las seños que comienzan a enseñarles, muy sutilmente, las ancestrales técnicas de alimentación y subsistencia de la raza. Luego, a media madrugada, las amorosas asesinas de la noche leen las historias más tenebrosas para que los vampiritos duerman una siestita y después, se despierten más activos para seguir jugando y haciendo dibujos de gente muerta e iglesias en llamas. Al final de la noche, los padres, repletos, pasan a retirar a sus hijos.
14/12 - Cadenas.
Arrastro mis cadenas por las noches mientras deambulo sin motivo ni destino. Se siente de lejos andar mi cuerpo grisáceo al que todos le temen y yo, jorobado del cansancio, resignado ante la condena, aúllo. Bramo, chillo, grito endiabladamente de pena. Se siente de lejos sonar mi garganta grisácea a la que todos le temen y yo, sufriente, deambulo. Sin ir a ningún lado camino por todas partes y atravieso paredes arrastrando los pecados que me atan al pasado, arrastrando las ruidosas cadenas a las que todos temen. No los culpo, yo también huiría si me enfrentara a un cuerpo muerto de transparente gris, jorobado de pena, aullante y doliente, atado eternamente a sus culpas. Yo mismo me doy miedo. Me aterroriza lo que fui y se me hace un nudo en la garganta al no poder dejar de serlo. Ahora, muerto, sigo asesinando inocentes, acumulando más y más cadenas.
13/12 - La mejor idea.
Marta le había prestado el álbum de fotos del reciente casamiento donde también estaban las felices imágenes de la luna de miel, para que las mire tranquila en su casa. Susana debía devolverle el álbum al día siguiente. Habiendo ya mirado las fotos mientras tomaba mate, apoyó el álbum al costado de la cocina donde estaba calentando la pava y en un descuido, mientras miraba la novela, el viento acercó las llamas de la hornalla hacia el álbum y cuando sintió el olor a quemado, el fuego ya había consumido las fotos y los negativos. A continuación, las ideas de Susana en orden de aparición: Generar un incendio en toda la casa, matar a su amiga y al esposo, incendiar la casa del matrimonio, matar también a las familias de los recientemente casados, irse del país, volarse la tapa de los sesos. Las ideas, también siguieron un orden de ejecución.
12/12 - Pesca exótica.
La tripulación estaba formada por el capitán del barco, dos ayudantes y cuatro millonarios excéntricos entre los que me cuento. Luego de dos meses de navegación y habiendo llegado a la costa de una pequeña isla virgen, nos dispusimos a prepararnos para la pesca exótica que repetíamos año a año y que con el tiempo, se fue convirtiendo en una competencia cuyo premio, además de las presas, consistía en una gran suma de dinero. El año anterior me había hecho con el pozo, habiendo pescado o cazado, como quieran llamarlo, la grata suma de tres sirenas, todas ellas morochas. Pero éste año fue muy distinto. Trágicamente distinto. La belleza de una de las víctimas me cautivó apenas la vi. Fue amor a primera vista. No pude matarla ni mucho menos, permitir que mis amigos, asesinos ellos, lograran atraparla. Tuve que tomar una decisión rápida. Me puse a cazar millonarios excéntricos.
11/12 - Qué hubiese sido.
Qué sería de mi vida si nunca hubiese escuchado esa canción. Que triste que hubiese sido. O sin el final de ese libro. Mi vida seguramente no sería ésta que es, sin el final de ese libro. Nada sería en mí, lo que ahora es. Si mi madre no me hubiese retado ese día, si no hubiera tenido los amigos que tuve, mi vida no sería para nada parecida a lo feliz que es mi vida. A lo mejor, podría haber sido más feliz, pero eso no hubiese sido perfecto como ahora. Se habría excedido y todos sabemos lo que pasa con los excesos. Si el exceso de tristeza es malo, imagínense lo increíblemente malo que puede ser empacharse de felicidad. Si el final de ese libro hubiese sido mejor de lo que fue, o si ese órgano hubiese durado un poco más, seguramente estaría muerto. De felicidad, pero muerto.
10/12 - Un poco de buena música.
Me encantaría poder sentir esa lluvia todo el tiempo, tan tranquila y rítmica. Lluvia constante y calmada, sin prisa. Lluvia de verano, bonachona, divertida. Gris y paradójicamente feliz. Escuché la base del órgano detrás de la lluvia. La música acompañaba su estilo. Cuando la percibí me di cuenta que ya la había escuchado antes, muchas veces, pero nunca le había prestado la atención merecida. Fue un momento tan puro que en mis oídos empezaron a crecer las flores de la primavera. Que tan perfecto que fue durante todo el tiempo. Luego la música bajó y se siguió escuchando la tormenta. Por un momento estuve triste porque la base de las gotas que caían sobre el redoblante era adictiva, pero después me recuperé. Seguí disfrutando de la tranquilidad de la lluvia gris y alegre de las mansas tormentas de verano, que nos abrazan con sus gotas, que nos acarician la cara.
9/12 - No nos despidamos, Marcela.
Monté sobre mi cebra voladora, pasé a buscar a Marcela y nos fuimos trotando hacia el cielo. Nos desnudamos en las nubes y nos arrastramos tal víbora sobre las pompas de pan de azúcar. Recogimos los frutos del viento. Comimos de la nada hasta engordar, hasta empacharnos de color gris tormenta. Nos bañamos desnudos en lloviznas vergonzosas, pudorosas de vernos vomitar caricias. Saludé a Marcela al envejecer, dejé mi alma secándose en el prado estrellado de césped y me lancé aeroplano hacia el mar salado de peces. Me enterré en aguas gelatinosas y escarbé hacia el fondo, respirando flores mientras avistaba cardúmenes de suicidas de colores. Emergí mugriento en el inodoro de mi casa, bajé la tapa, me subí los pantalones y tiré la cadena. Me lavé las manos, me lavé la cara y fui a buscar de nuevo a Marcela. Le hice prometer que no nos despidamos nunca más.
8/12 - Venganza al amor.
El idiota me había hecho sufrir innumerable cantidad de veces. No me arrepiento. Ustedes hubieran hecho lo mismo que yo. Bastante me contuve. Bastante piedad le tuve a ese mal parido que tanto me hizo sufrir, y tantas veces lo hizo. Como castigo le corté las alas con la tijera de podar. Cuando me di cuenta que estaba desmayándose del dolor, recién ahí terminé mi trabajo. Pero primero le había quebrado el tabique a piñas y le había hundido sus ojos con mis dedos gordos. Ya había destrozado su arco en cuatro pedazos. Fue un ataque de nervios incontrolable. Apenas lo vi apoyado en el árbol, me invadió la furia, le robé sus flechas y se las clavé una a una por todo el cuerpo. Lo torturé durante largo rato, poseído por la bronca. Luego, me aseguré de que no vuelva a usar su arco conmigo ni con nadie más.
7/12 - Carta a una amada.
A mi querida María. Antes que nada quiero advertirle que no se preocupe al leer estas letras que, como ya habrá notado, no son mías. Es Adriana, mi secretaria, la que está suplantándome momentáneamente. Una sutil incapacidad transitoria me impide escribir por mis propios medios, ser el escritor de la presenta carta, pero no me imposibilita ser el que la redacta en voz alta, un poco carraspeada a causa del dolor. Quiero avisarle yo mismo antes de que la noticia la tome por sorpresa. Hace cinco minutos atrás acabo de agarrarme los dedos contra la puerta y me lamenta el informarle que esta noche, no podré hacerle las caricias que tanto le gustan a sus hermosas y delicadas manos. Lamento, mi querida María, tener que suspender también la cena puesto que el yeso que seguramente me van a poner, me impediría manejar los cubiertos. Sin más, su eterno enamorado, Roberto.
6/12 - Dumbeldum Gumbeldum.
Un palo de madera, una escoba o una piedra, actuaban mejor que él. El Famoso Dumbeldum Gumbeldum, famoso por su mala fama, pésima fama de tristísimo actor y también conocido por la dificultad de su nombre y apellido. Dumbeldum Gumbeldum fue sin dudas, el más malo actor de la historia de la humanidad. Gumbeldum incluso era tan malo, que ni siquiera podía interpretar el papel de su persona cuando no estaba actuando. No sabía ni hacer su propio personaje con el que convivía día a día. Cuando iba a la carnicería a comprar carne, el carnicero lo cargaba por lo mal que actuaba al pedir la carne para el asado. Cuando iba a la verdulería, la verdulera se enojaba y le tiraba sus tomates al ver que Dumbeldum Gumbeldum no sabía ni actuar para pedir una docena de rabanitos. Actuaba tan mal, que sus oídos sólo conocieron silbidos y abucheos.
5/12 - La historia de Fernando.
Carlos es un tipo normal, pero esta historia no se trata de Carlos. Patricio es un tipo bueno y comprensible, pero esta historia no se trata de Patricio. Claudia es una arpía, pero esta historia no se trata de Claudia. Jorge es un tipo querido, un buen tipo que quería a su esposa y que violaba niños, pero esta historia no se trata de Jorge. Adrián es un ángel negro, pero esta historia no se trata del ángel Adrián. Lisandro era un bichito bolita que murió aplastado por un zapato, pero no viene al caso. Bruno es una almohada que habla pero esta historia no se trata de Bruno. Blas es un anciano de 150 años, pero esta historia no se trata sobre Blas. Rodrigo era infeliz, pero esta historia tampoco trata sobre Rodrigo. Esta historia cuenta la historia de Fernando, que es todo lo que los otros no son.
4/12 - Intolerante, vil, desequilibrado, tacaño y asesino.
Lo voy a matar. Hace doce minutos que le presté el dinero y el muy atorrante no me lo devuelve. Uno les da la mano y te comen el codo. Lo voy a matar a patadas. Trece minutos y todavía no me devuelve la guita. Si no veo los diez centavos en los próximos milisegundos, lo acribillo a tiros en las pelotas, le corto el pito en fetas con una máquina de fiambre, hago que se muerda su propio dedo con la pera apoyada en una mesa y después, le pego un palazo en la cabeza para cerrar la mandíbula superior y guillotinarle el meñique.
¿Quién se piensa que es ese pedazo de forro? Ya te advertí 15 veces en las últimas centésimas de segundos y todavía no veo mis diez centavos. Espero que haya saludado a sus hijos esta mañana porque ya no los va a volver a ver.
¿Quién se piensa que es ese pedazo de forro? Ya te advertí 15 veces en las últimas centésimas de segundos y todavía no veo mis diez centavos. Espero que haya saludado a sus hijos esta mañana porque ya no los va a volver a ver.
3/12 - Terapia Alternativa.
La mía es una historia real. Deberían de creerme, porque si hay algo que no sé hacer, es mentir. Que me caiga un rayo en la cabeza si miento al contar la historia del adolescente al que casi le explotó la cabeza. Llegó a mi consultorio, el muy deformado, con su cabeza gigante que casi no cabía por la puerta. Lloraba como un niño pidiéndome ayuda para que le desinflara su cabeza latente. Me pegué un julepe bárbaro al ver la cabeza morada a punto de explotar. El muchacho, ingenuo, había leído y aprendido mucho de golpe. Reaccione rápido, con mi instinto de médico naturista de terapias alternativas, e instantáneamente lo puse a ver televisión Argentina. Su cabeza volvió a embobarse nuevamente y ya en su estado normal de estupidez mediática, zafé de tener que sacar las manchas de la asquerosa cultura que hubieran ensuciado las paredes de mi consultorio.
2/12 - Mi perro adoptado.
Mediante diversos ensayos de prueba y error, me di cuenta de que mi perro adoptado tenía problemas. Un trastorno mental, una fobia, un mal recuerdo que lo hacía actuar de forma extraña. Me comencé a dar cuenta de su problema cada vez que levantaba una rama del parque y me colocaba en posición para tirarla. Extrañamente, mi perro salía corriendo antes de que yo haga el movimiento de aceleración para arrojar el palo y esperar, como es la tradición, a que el perro lo traiga. Observé, más tarde, que al levantar cualquier objeto y ponerlo en posición de lanzamiento, mi perro salía corriendo, con un susto enorme, como si estuviera viendo al mismísimo diablo. Por último, comprobé que simplemente al levantar la mano, mi perro carpía del miedo y disparaba lo más lejos posible. Me preocupa cómo le voy a curar el miedo al maltrato, ahora que ya es grande.
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