Creo que el bolso emite destellos de nuestra personalidad. Así, el mío grita que soy doña "por si acaso". Ahora mismo, llevo uno de Fun and Basics que es la envidia de mi compañera Lola y de mi amiga Georgina, y contiene:
- Unas gafas de sol en su estuche
- Una carpeta con papelajos varios (todos super necesarios, claro, aunque no recuerdo ni qué son)
- Una agenda (aunque luego me apunto las cosas en la mano)
- Un cuadernito en el que voy apuntando los itinerarios de cada día del viaje de novios
- Varios bolígrafos
- Un estuche con maquillaje, un cepillito (que nunca he usado), un mini costurero, media farmacia, un tampón, 1375 horquillas y tres gomas de pelo...
- La cartera
- Un monederito monísmo que me regaló Nacho, que es como una carta, en el que llevo las 326 tarjetas que tengo (de clubes, tiendas, etc)
- Un tarjetero con tarjetitas de Peripecia García
- Chicles
- Vaselina
- Smint
- Colonia
- un paquete de pañuelos de papel
- Otro brillo de labios (¡este no sabía dónde estaba!)
- Los auriculares de regalo del AVE (no sé para qué, pero "por si acaso"...)
- un lentillero
- Crema de manos
- Un espejito
- Cuatro usb (cuatro, porque válido sólo es uno, los otros están llenos de fotos y vídeos personales y profesionales, por si me da la morriña o me sale algún cliente potencial)
Ya está. bueno, hay un par de cosas que no os cuento porque pensaríais que estoy loca. Pero es que nunca se sabe lo que puede pasarle a una! ¡De verdad! Que esta vida te sorprende y hay que estar preparada para todo!
Bueno, al grano. Preparando esta entrada, he pensado que debía de existir algún estudio sobre la relación entre una mujer y su bolso y, bueno, no he encontrado mucho, así que si algún día me animo a continuar la carrera de Psicología, me pondré a ello. Sí me ha resultado curioso un artículo en el que hablan de varios tipos: el bolso cómplice, el relacional, colección y bazar. También recogen una afirmación del sociólogo Jean Claude Kauffmann en la que dice que este complemento es "una verdadera extensión del yo. El bolso ayuda a afrontar los eventos de la vida y se convierte en el protector de nuestras memorias más íntimas". Amén.
Y las mandatarias (o esposas de mandatarios) no lo necesitan menos que nosotras, pero se lo dejan a sus ayudantes de campo para posar antes los gráficos. Eso sí, de llevarlo, siempre en la mano izquierda que quede libre la derecha para saludar y demás. Misma norma para los guantes. Nunca se pone el de la diestra, que se lleva en la izquierda con el bolso.
Margaret Thatcher destacaba porque siempre lo llevaba consigo.
Curioso, en este sentido, es para lo que lo utiliza la reina Isabel II. Según el libro de Phil Damley y Ashley Walton, si la reina coloca el bolso sobre la mesa, el almuerzo o la cena deben concluir en pocos minutos. Si lo apoya en el suelo, es una llamada de atención a su dama de compañía para que acuda a socorrerla del pelmazo con el que conversa (eso que nosotras hacíamos con miraditas a nuestras amigas cuando nos tocaba un sobón). En cambio, si lo cuelga de la mesa con el cuelgabolsos que lleva siempre, entonces debemos entender que la situación discurre tranquilamente y con normalidad.
Y vosotras, ¿dónde lo colocáis? Protocolariamente, no se debe dejar nunca en el suelo (además "se va el dinero", pero la verdad es que a veces parece ser el único sitio. Si estáis sentadas a una mesa, podéis ponerlo entre el respaldo de la silla y vuestra espalda (si la silla lo permite), o debajo de la servilleta, sobre vuestras rodillas (a no ser que sea enorme, claro).
Y ya, para terminar, enseñaros mi nueva adquisición de Lollipops porque me chifla y porque me merecía un regalo y no me he podido aguantar!