FLAN FLAN

Y de postre ¡flan!.

Hace casi un mes al ir al supermercado compré ocho flanes, de no recuerdo que marca, han rodado por la nevera hasta ahora y a excepción mía que he comido alguno, (he de reconocer que sin demasiado entusiasmo), el resto ni los han tocado. Como estabán ya al límite de la caducidad, hace un par de días los saque y sin preguntar desmolde uno en cada plato, el resultado fue el esperado, que" si ya sabes que no nos gusta el flan", que "¿por qué te inspiras comprando lo que nadie quiere?"...

En honor a la verdad he de reconocer que estos flanes envasados poco tienen que ver con aquellos flanes caseros que comiamos cuando era pequeña, duros y sabrosos y a los que siempre nos añadían una buena porción de nata montada comprada en la granja de la esquina.

Pues acordándome de esos flanes, no lo he pensado dos veces, ni corta ni perezosa he cogido una vieja receta y me he puesto manos a la obra.

Para despistar un poco he utilizado un molde que no fuera el típico de flan y lo he presentado adornado con nata y poniendo el caramelo líquido en una jarrita.

Ya me imaginaba los comentarios adversos, ¡pues nada!, éxito total. El "flan, flan" ha gustado a todo el mundo y hasta me han pedido que ahora que lo he rescatado del olvido, siga practicando. ¡Ja, ja!. lo dicho todo un éxito.

Ingredientes:

600ml. de leche

5 huevos

160 gr. de ázucar

Elaboración:

Reservar tres cucharadas de azúcar. El resto ponerlo en un cazo al fuego, sin dejar de remover. Cuando este totalmente líquido y doradito echarlo sobre el molde que vayamos a utilizar, esparciéndolo por base y laterales, dejar enfríar.

Mientras, mezclar los huevos con la leche y el resto del azúcar. Echar en el molde.

Introducir al Baño María en horno precalentado a 180º. Cocer durante hora u hora y media.

Sabremos que está en su punto, cuando al moverlo un poco, comprobemos que tiene la consistencia de un flán.

Nota: Hay a quien le gusta que el flan tenga agujeritos. Un buen cocinero será totalmente contrario a esta idea. Si se quiere que no tenga los dichosos agujeritos, batir la mezcla lo menos posible y mirar de que el agua del Baño María no llegue a hervir

Fuente: Familiar