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miércoles, abril 20, 2011

Webcomics from Yuggoth: Manly Guys Doing Manly Things

Nuestro héroe, su sidekick y la mascota (el chaval es la mascota).


"I can pretty much guarantee the guy with the loudest mouth is th' one with the most issues deep down."

Continuamos con esta intentona de revitalizar el blog recuperando la sección Webcomics from Yuggoth. Hoy toca dar un vistazo a un descubrimiento reciente con una premisa la mar de curiosa ¿Qué hacen los personajes más machotes de cine y videojuegos una vez quieren reintegrarse en una sociedad normal? He aquí la respuesta.

Manly Guys Doing Manly Things tiene su origen en un concurso de webcomics para The Escapist en 2010. No ganó pero se convirtió en un fan favorite entre aquellos que realizaron un seguimiento del concurso hasta tal punto que su autora Kelly Turnbull a.k.a Coelasquid decidió seguir adelante con lo que ella describe como un slice of life centrado en la vida de un comandante viajero temporal de los Navy SEAL y padre divorciado que se ha montado una empresa de trabajos temporales para ayudar a “ludicrously macho guys” a encontrar empleos en el mundo normal.

Y con “ludicrously macho guys” nos referimos a gente como Kratos, Duke Nukem, Marcus Fenix, Solid Snake e incluso energúmenos como Pyramid Head. La punta de lanza de todo esto es el apropiadamente llamado Comandante Badass, nuestro protagonista, héroe retirado que se ha dispuesto ayudar a sus compadres a tener un futuro laboral una vez sus días de liquidar enemigos en cantidades obscenas han pasado, además de ayudarles a lidiar con sus propios complejos porque incluso estas fábricas de testosterona con patas tienen sentimientos.

Compartiendo protagonismo con él están Jared, un entrenador Pokemon expulsado de la liga por permitir que su Gyarados (Mr. Fish) se comiese a sus oponentes. También está Jonesy, la chica que hace las veces de avatar de los lectores al ser a ella como recién llegada a quien se le explican todas las claves de la “trama”. Pongo trama entre comillas porque si bien se nota un claro avance en las vidas privadas de los personajes y sus relaciones unos con otros, el punto fuerte del presente webcomic es seguir la estructura de gag-a-day en torno a las situaciones hilarantes en que se encuentran los clientes de la empresa de Badass. Entre otras cosas:

- Un Duke Nukem atravesando crisis nerviosas a moco tendido (y que es además un friki de cuidado)

- Un Big Daddy (de Bioshock) metido a profesor de guarderia.

- Los paralelismos entre la trama de God of War y Carrie… “That’s pretty mutch exactly how it went”.

- Marv (de Sin City) y sus problemas para echarse novia.

- El racismo de Link contra Ganondorf y su compulsión de romper jarrones para buscar pasta dentro.

- ¡Canada Guy! (No pienso explicarlo, leed el webcomic)

En resumen, un webcomic con buenas dosis de humor, un uso muy inteligente de los personajes que toma prestados y los gags que deriva de ellos y que deja muy claro que ser un macho de videojuego/cine no significa dejar de ser humano… a pesar de las peculiaridades que arrastres. O si eres Pyramid Head.

Puedes leer Manly Guys Doing Manly Things AQUÍ.

domingo, junio 20, 2010

More than meets the Eye II: Generation 2 (1993-1996), Beast Wars (1996), Beast Machines (1999-2000) y Robots in Disguise (2000)


NOTA: Siento la tardanza, y es que llevamos meses de retraso para este segundo post, intentaré mantener mejor ritmo para los que quedan. Ah, finalmente la Trilogía Unicron tendrá su artículo propio.

De encarnación en encarnación, nunca hemos pasado un año sin Transformers bajo una forma u otra, y es que terminada la andadura de la Generation 1 tanto en juguetes, cartoon, o cómic, Hasbro no tardaría en relanzar la franquicia con la Generation 2 en 1993.

Una nueva línea juguetera para sustituir a la ya retirada, con básicamente las mismas figuras de la serie original sometidas a un recoloreado y con nuevos accesorios, aunque no tardarían en incluirse figuras totalmente nuevas, destacando las de Cyberjets, aviones de combate realistas con complejas transformaciones (una suerte de precedente de las figuras de alto detalle para coleccionistas adultos). La nueva hornada de juguetes llegó a EE.UU. y Europa prácticamente de forma simultanea, aunque en Japón se retrasaría hasta 1995. Desgraciadamente este nuevo relanzamiento no acabó de cuajar del todo y las ventas no fueron todo lo bien que Hasbro hubiese querido. La mayoría del fandom culpa de este fracaso a las recoloraciones, aunque las razones reales parecen ser que simplemente había una auténtica saturación, habiendo menos compradores jóvenes (para los niños de comienzos de los 90 había cosas más interesantes que robots transformables) y no aún los suficientes compradores coleccionistas adultos surgidos de la generación original de fans de los 80.

Tampoco ayudó que el nuevo cartoon Transformers Generation 2 fuese básicamente el cartoon original pero con CGI remozado y un nuevo opening. Se las apañó para durar solo dos temporadas en las que se recuperaron la mayoría de episodios de la serie original, dejando fuera a otros sin motivo aparente (realmente no parecía haber ningún criterio concreto para elegir unos episodios sobre otros). Dada la época de emisión de la serie el fandom como tal aún no se había conformado del todo y resulta difícil determinar sus reacciones ante el cartoon… de todas formas la opinión general suele ser que el cartoon de Generation 2 simplemente no tuvo mucho impacto, y seguramente muchos lo vieron como una simple reemisión de la serie original.

Optimus Prime, cosplayeando a Cable.

Un poco más trabajado fue el relanzamiento en cómic. Hasbro y Marvel seguían con su contrato, y un cómic de la Generation 2 fue lanzado siguiendo la continuidad de la serie de cómic original, siendo una secuela directa. La nueva serie sería introducida por Marvel con el regreso de los personajes en un crossover con GI.Joe, buscando llamar la atención de los lectores ante el relanzamiento comenzándolo todo con el regreso de Megatron a la Tierra y el reinicio del conflicto. Se añadiría también una tercera facción además de los tradicionales Autobots y Decepticons: una raza separada de Transformers descendientes de los Decepticons que se definen así mismos como Cybertronians, con su imperio maligno de turno y todo en las fronteras de la galaxia. Autobots y Decepticons tendrían que aliarse ante este nuevo enemigo y su particular arma, el Enjambre (una suerte de masa de nanomaquinaria sin mente que devora toda forma de vida mecánica a su paso). El comic duró únicamente 12 números, con ventas consideradas malas para los 90 (aunque hubiesen sido buenas cifras en el mercado actual), y precisamente la década se dejó notar en el estilo narrativo: trama grim & gritty (o al menos que intenta serlo), violencia gratuita, armas enormes, muertes a mansalva, etc.

Al igual que en Generation 1 habría también una línea de comic distinta para Reino Unido, pero el colapso de Marvel UK propiciaría el paso de los derechos a la editorial Fleetway. La nueva serie duró solo 5 números y su trama arranca con el reinicio del conflicto entre Autobots y Decepticons… en Londres. De todas formas, elementos ya existentes en la serie USA como los nuevos Cybertronians no tardarían en ser incluidos como principal oponente de la nueva etapa. El cierre de la colección después de tan breve recorrido se debió, como en el caso de Marvel, a las bajas ventas.

El inicio de los 90 no fue, como se puede ver, la mejor época de Transformers.

Fotogénicos, lo que se dice fotogénicos...

Las cosas remontarían el vuelo en 1996, aunque no sin cierta polémica. En Hasbro se decidió que si querían mantener a los Transformers en el candelero era la hora de llevar a cabo una reinvención masiva, un “cambiar las cosas para que todo siga igual”. Así nació Beast Wars. De robots transformables en vehículos o en criaturas mecánicas pasamos a robots con la capacidad de camuflarse como seres animales de aspecto orgánico Por si eso no fuese poco, Hasbro hizo lo impensable para el fandom: no más Autobots, no más Decepticons. Era la hora de los Maximals y los Predacons.

Exacto, cambiaron a dos facciones de robots camuflados en guerra por otras dos facciones de robots camuflados en guerra. Sacrilegio.

El fandom de la época… no se lo terminó de tomar bien en principio. Los fans de Transformers siempre han sido de lo más vocales, y cuando el fandom terminó de germinar en los 90 ya entrando en la era Internet, la cosa fue a más. Tras el anuncio de la nueva línea juguetera Beast Wars y su correspondiente cartoon proliferaron en la red los gritos de “Ruined Forever!” (lo cual terminaría siendo un running gag para el fandom con los años) y el ya mítico “Trukk not munky!” (porque Optimus Prime tenía que ser un camión para el fandom, un gorila era impensable). De todas formas Hasbro no se amilanó, siguió adelante, y los Transformers entraron en la sub- continuidad que se conoce como Beast Era (lo de sub-continuidad viene a cuento de ser básicamente una secuela cronológica de la Generation 1). Junto con la nueva línea juguetera de rigor (new toys!) sería lanzada la nueva serie animada, una de las pioneras en animación por ordenador televisiva junto con ReBoot (siendo ambas obra de Mainframe Entertainment). Fue dicha serie la que terminó ganándose al fandom veterano y aumentando las legiones de nuevos seguidores gracias a un alto valor de producción, guiones cuidados y bien escritos y un reparto de personajes carismáticos que han terminado ganándose con honor su puesto entre los grandes personajes de la franquicia. (Optimus Primal, Dinobot, Rattrap, Blackarachnia, etc.). En un principio la serie dio la impresión de tratarse de un universo alternativo, pero con el avance de los episodios comenzarían a aparecer menciones a Unicron y Primus, la confirmación de los Autobots y Decepticons como antepasados de los Maximals y Predacons, etc. Además de descubrirse que gracias al cliché del salto temporal accidental, ambos bandos protagonistas se encontraban en una Tierra prehistórica. También fue esta serie la que introdujo el concepto de la spark o chispa vital: los Transformers eran ahora seres con alma. Tres temporadas de 1996 a 1999 con un total de 52 episodios y el hacerse con un Emmy avalan su éxito. En Japón se dividiría en dos temporadas de 26 episodios: Beast Wars y Beast Wars Metals, además de añadirse entre la emisión de ambas un spin-off anime de producción propia titulado Beast Wars II de tono más humorístico y orientado a una audiencia más joven. En 1999, finalizada Beast Wars, otro nuevo anime sería lanzado exclusivamente en Japón bajo el titulo de Beast Wars Neo que contaría con su propia línea de juguetes.

Beast Wars Neo, donde el malo maloso es una enorme cabeza que flota.

La Beast Era continuaría con el estreno de otra nueva línea de juguetes y serie animada (una vez más exclusivamente en CGI) titulada Beast Machines, secuela directa de Beast Wars. Partiendo del regreso de los Maximals a Cybertron, la serie nos muestra como estos encuentran su mundo abandonando, siendo los únicos habitantes que quedan los Vehicons, drones sin mente al servicio de Megatron. Infectados por un virus que los matará en pocas horas, los Maximals serán salvados gracias a la intervención de Oracle, una misteriosa supercomputadora que convierte a los Transformers en seres tecnorgánicos: una fusión equilibrada de maquina y ser orgánico. Beast Machines causó aún más controversia entre el fandom que el anuncio inicial de Beast Wars, siendo considerada una serie que intentó abarcar más de lo que debía y a la que se achacó un buen número de cambios inexplicables en la caracterización de varios personajes. (normalmente a peor) De todas formas la serie cuenta con sus puntos fuertes: de toda la franquicia es quizá la que cuenta con mayor nivel de segundas lecturas y un tono más serio y oscuro sin caer en la ridiculez de la dark age de los 90. Beast Machines es también el cierre de la Beast Era y, por extensión, de la cronología de la Generation 1 a la que consigue dar un final más bien digno. Dos temporadas de 13 episodios cada una, para una serie cuya recepción fue más bien tibia.

Y Cheetor tenía manchas purpura.

Como mención final a la Beast Era, indicar también la salida de dos videojuegos de Beast Wars para Playstation y Nintendo 64 y una serie de manga como complemento para la segunda temporada japonesa. Pese al final de esta etapa, personajes de la misma reaparecerían en futuros cameos en diversos comics o incluso en las nuevas series (el más reciente, un cameo en Transformers Animated).

La fría y variable recepción de Beast Machines por parte del fandom propiciaría que Hasbro se echase atrás a la hora de lanzar una nueva línea juguetera para esta etapa pasando en centrarse en traer a EE.UU. uno de los spin-off de anime de Transformers. Así, la serie japonesa Car Robots llegaría bajo el título Transformers: Robots in Disguise (2000). Esta nueva etapa presenta a nuevas versiones de personajes propios de la Generation 1 y de la Beast Era involucrados en una nueva historia con referencias de continuidad tan vagas que resulta un quebradero de cabeza saber donde situarla respecto a las otras continuidades (a eso añadir la distinción entre la Generation 1 de Hasbro y la original de Takara y el dolor de cabeza para poner todo en su sitio y no liarse con los nombres pasa a ser épico). Robots in Disguise fue concebido por Hasbro como una franchise filler, es decir, una etapa intermedia y de bajo coste para ganar tiempo y preparar un futuro relanzamiento más elaborado (lo que sería Transformers Armada). Pese a todo, la nueva línea juguetera y el anime (emitido en Fox Kids, con producción de la versión USA y su doblaje por parte de Saban Entertainment) pasarían a ser todo un éxito sorpresa entre el fandom estadounidense, emitiéndose entre septiembre de 2001 y marzo de 2002.

Y hay criajos protagonistas, malo.

Robots in Disguise supone un regreso a las raíces, con robots transformándose en vehículos y recuperado a los Autobots como héroes… pese al curioso caso de mantener a los Predacons como villanos (¿?), aunque los Decepticons de toda la vida no tardarían en hacer acto de presencia. En su tono narrativo, el nuevo anime también supuso un cambio sustancial respecto a Beast Machines, optando por tramas más ligeras y aumentando el tono humorístico en los episodios. Una temporada de 39 episodios conforman dicha etapa, con una breve continuación en un comic-book one-shot publicado por Dreamwave situado en la misma continuidad del anime.

El éxito de Robots in Disguise había vuelto a dejar a los Transformers en una posición de buena salud al inicio de la primera década del siglo XXI: buenas ventas de las líneas jugueteras, un anime de éxito que vería posteriores ediciones en DVD, nuevos comics de la editorial Dreamwave que recuperaran la continuidad de la Generation 1, etc… El camino estaba allanado para un nuevo gran relanzamiento, esta vez concebido mano a mano entre Hasbro y Takara colaborando por primera vez de forma directa: Era la hora de Transformers Armada, primera entrega de la Trilogía Unicron.

Estiramientos mañaneros.

Próximo Post: La Trilogía Unicron. Ahora si que si, oigan.

lunes, marzo 08, 2010

More than meets the Eye I: Generation 1 (1984-1993)

Todo comenzó con Diaclone, Micro Change/Microman y Mecha. Líneas de juguetes robot de la compañía japonesa Takara que en la Tokyo Toy Show de 1983 llamaron la atención de unos ejecutivos de Hasbro.

Takara ya había exportado a occidente su línea Diaclone (bajo el nombre Diakron), pero el acuerdo al que la empresa nipona llegaría con Hasbro estaba a otra escala totalmente distinta. Hasbro no pretendía crear únicamente una nueva línea juguetera sino reforzar su asociación con Marvel Comics, los cuales también buscaban repetir el éxito de su colaboración previa con Hasbro al elaborar la serie de comic-book basada en la línea de figuras de acción G.I.Joe. Básicamente, Hasbro buscaba nuevo material que encontró en las licencias de Takara, y Marvel buscaba construir una historia con ese material como base. Así, Jim Shooter y Dennis O’Neil crearían la sinopsis base que todos conocemos mientras Bob Budiansky se encargaría de perfilar a los personajes y rebautizarlos: Battle Convoy de la serie Diaclone pasa a ser conocido como Optimus Prime, Cassetteman (¿!) de la serie Microman pasa a ser Soundwave, etc. Mención especial para el personaje Jetfire, que tiene su origen en el VF-1S Super Valkyrie de Super Dimension Fortress Macross.

La nueva línea de juguetes se llamaría Transformers.


Y serían legendarios por costar un ojo de la cara.

La premisa argumental era el conflicto entre dos bandos, Autobots (los héroes), liderados por Optimus Prime, y Decepticons (los villanos), liderados por Megatron, pertenecientes a una raza de máquinas alienígenas del planeta Cybertron con capacidades de camuflaje que les permitían hacerse pasar por vehículos, cosa la mar de útil cuando su conflicto los lleva a nuestro mundo. Es digno de mencionar lo curiosamente revolucionario de este concepto: la mayoría de series centradas en mechas o robots gigantes presentaba a estos como vehículos de guerra o en unos pocos (poquísimos) como seres mecánicos inteligentes pero que eran básicamente una creación humana. Transformers presenta a los robots como seres inteligentes con capacidad emocional y que son, en definitiva, una raza de seres vivos que nacen, viven y mueren (con el tiempo hasta tendrían alma/energía espiritual: la chispa vital), aunque su esperanza de vida bordee los millones de años de edad.

El lanzamiento de los nuevos juguetes vendría acompañado de una serie de animación (que sería lo que realmente catapultó a los personajes a la fama) y de la serie de cómic elaborada por Marvel. La continuidad conjunta de esta etapa de la franquicia en juguetes, animación y comic-book y sus versiones de los personajes es lo que se ha dado en llamar Generation 1, la cual sigue siendo para muchos la etapa quintaesencial de Transformers.

El Cartoon.

Algún horrible doble sentido puede salir de aquí pero no pienso airearlo.

La serie animada, The Transformers gozaría de cuatro temporadas más una película. Se tomo de base toda la reinvención argumental del equipo de Marvel y los nombres y perfiles de personaje elaborados por Budiansky al tiempo que los personajes recibirían ciertos rediseños por parte del diseñador japonés Shôhei Kohara, responsable de crear los modelos de personaje tempranos y que para la serie humanizaría el aspecto de los juguetes para reforzarlos como personajes para animación. La producción y distribución de la serie sería una labor conjunta entre Marvel Productions y Sunbow Productions y desde el principio tendría que afrontar unos plazos de producción excesivamente ajustados para mantener la presentación de nuevos personajes paralela al lanzamiento del juguete correspondiente (lo que con los años ha dado lugar en el fandom a la conocida broma de exclamar “New toys!” siempre que aparece un personaje nuevo en la franquicia) lo que en combinación con labores de animación realizadas al otro lado del océano y el alto número de personajes (¡más de 100 personajes en solo las dos primeras temporadas!) tendría como resultado un cartoon plagadito de errores de animación.

Lo cual no molestó demasiado a los jóvenes espectadores de la época, la verdad.

Pero no solo la animación se resintió debido a tal caótico proceso de trabajo: el aspecto narrativo de la serie se vería también afectado, con episodios de tramas autoconclusivas y autocontenidas sin apenas referencias a continuidad previa. De vez en cuando salía algún episodio que era excepción a esta regla, pero son apenas un puñado. Durante un tiempo el único cambio en el statu quo narrativo de la serie no era ningún avance en tramas sino la aparición de nuevos personajes… “new toys!”. Pese a todos esos problema la serie animada fue un éxito considerable en su momento y es aún hoy día recordada con cariño por gran parte de los fans, en parte gracias a la cuidadísima labor de los actores encargados de prestar sus voces a los personajes (destacando Peter "Optimus Prime" Cullen por encima de todos) y a la excelente banda sonora de Robert J Walsh en la que destaca el main theme original de la serie, obra de Anne Bryant y Ford Kinder.

Como ya hemos dicho la serie contaría con cuatro temporadas más una película. También habría una quinta temporada que no es tal. Demos un repaso: La temporada 1 (1984) es la que conoce todo el mundo, con el conflicto entre los Autobots y Decepticons llegando a la Tierra (aunque vemos algo de Cybertron de cuando en cuando), comenzando con los juguetes de la línea original de 1984 e introduciendo más adelante a otros como los Dinobots, los Constructicons, los Insecticons, etc.

La temporada 2 (1985) es la más larga y la que más amplió el reparto de personajes, teniendo un tema recurrente en los Autobots adaptándose a las costumbres de la Tierra. Narrativamente tendríamos episodios centrados en un único personaje (lo que se llama un spotlight episode), excursiones a otros mundos alienígenas y la presentación de nuevos conceptos que reaparecerían posteriormente en nuevas encarnaciones de la franquicia: la supercomputadora Vector Sigma y su llave, el antiquísimo transformer Alpha Trion, la aparición de transformers femeninas (Elita-1, Arcee), etc.

Y sale Orson Welles (WTF!?)

Tras esta temporada se produce el gran punto de inflexión de la serie animada con el estreno de Transformers: The Movie (1986), ambientada 20 años después de la temporada 2 en el futurístico año de… 2005, con el regreso de los Transformers a Cybertron. Se introdujeron nuevas razas como los Quintessons (futuros nuevos/viejos villanos), personajes como el devorador de mundos Galac... er... Unicron, conceptos como la Matriz de Liderazgo (que tiene su origen en los comics), Megatron pasaría a ser Galvatron, etc. A eso añadir como la película quitó de en medio a un alto número de personajes (destacando la muerte de Optimus Prime… más le valía ir acostumbrándose a esto) e introdujo a tantos otros nuevos (new toys!). Al margen del movimiento de merchandising inherente, esto supuso un auténtico shock para los jóvenes fans de la época al presenciar las muertes de muchos de sus héroes.

Unicron tomando el desayuno.

Llegamos pues a la temporada 3 (1986): el conflicto ahora se extiende por toda la galaxia, los Quintessons (raza que en el pasado había esclavizado a los Transformers) son los nuevos villanos centrales, los Autobots han recuperado el control de Cybertron aunque los Decepticons siguen siendo una amenaza también. Como siempre se introducirían nuevos personajes (new toys!... esto empieza a ser un patrón) en gran cantidad con los Terrorcons, los Technobots, etc… La temporada terminaría con un episodio en dos partes centrado en la resurrección y regreso de Optimus Prime (¡Y hubo gran regocijo!).

La temporada 4 (1987) puso final a la serie… si es que podemos llamarla temporada ya que únicamente cuenta con ¡tres episodios! Técnicamente un especial en tres partes titulado The Rebirth en el que pese a todo se las apañaron para introducir ¡30 nuevos personajes! Hay mucha leyenda urbana respecto a esta temporada y sobre si se produjeron o se planeaban producir más episodios. El hecho de que en este caso el opening fuese un montaje con momentos de la película y temporadas previas en vez de una secuencia original ya no era buena señal. El último clavo en el ataúd de la serie animada fue su quinta temporada en 1988, la temporada que no es: una recopilación de 15 episodios de las temporadas anteriores junto con la película remontada en cinco episodios para su emisión televisiva. Curiosamente en cada episodio teníamos nuevo metraje producido para el opening donde se nos mostraba una marioneta de Optimus Prime y a un joven humano (interpretado por un actor) al que el Autobot contaba historias del pasado de los Transformers. Toma excusa para reemitir episodios viejos, si señor…

Y a la tercera temporada, resucitó.

El cartoon también sería emitido en Japón bajo los títulos Fight! Super Robot Life Form Transformer (temporadas 1 y 2) y Fight! Transformers 2010 (temporadas 3 y 4), junto con el OVA Scramble City (cronológicamente situado entre la temporada 2 y la película). La temporada 4 (The Rebirth) en realidad no sería emitida (aunque tendría un lanzamiento posterior en laser disc) y los japoneses producirían sus propias series continuando con la historia, surgiendo así el anime Transformers: The Headmasters. A esta seguirían otras series de anime de breve duración como Super-God Masterforce o Transformers Victory, OVAs como Transformers Zone y franquicias exclusivas para el territorio nipón como Return of Convoy y Operation Combination (que ya no tendrían animación, pero si juguetes, historias cortas en manga y videojuegos)

El comic-book.

Ese Optimus hasta da yuyu.

Pasemos ahora a hablar de los comic-books de Marvel. Partiendo de las mismas premisas que el cartoon, el comic-book (con Bob Budiansky a la cabeza del equipo creativo durante la miniserie inicial y los primeros 50 y tantos números de la serie regular) pronto se establecería como un producto aparte que no adaptaría las historias del cartoon sino que establecería su propia continuidad… aunque algo farragosa. Y es que si en el cartoon se echaba en falta más desarrollo en las tramas, en el cómic la proliferación de subtramas e introducción de nuevos conceptos que añadir a la mitología de la franquicia alcanzó cotas tales que muchas ideas fueron, simplemente, olvidadas. El reparto de personajes sufría cambios constantes (recordad, había que publicitar esos juguetes) y era tan inmenso como en el cartoon, Optimus Prime se nos moriría/resucitaría otra vez afianzando esa sana tradición del personaje, se daría un origen distinto a Unicron que sería el finalmente aceptado en el corpus de la franquicia por encima del de la película y se introducirían nuevos conceptos como la Matriz de Creación (que luego veríamos en la película animada con el nombre de Matriz de Liderazgo), los pretenders (transformers camuflados como humanos… u otros seres orgánicos) y Primus (al que no nos volverían a mencionar hasta Beast Wars).

¡Gore! Para todos los públicos.

Quizá lo más destacado de los comics marvelianos de los Transformers sea precisamente el auténtico popurrí de continuidad que se terminó armando, sobre todo al producirse la división entre la edición USA de la serie y la edición UK. Esta última acabaría contando sus propias historias, profundizando en los personajes, expandiendo tramas de la continuidad norteamericana, etc. Hasta el punto de que surgirían unos cuantos aspectos contradictorios y un aumento de la complejidad de las tramas: la transformación de Bumblebee en Goldbug se produce en otras circunstancias en el cómic británico al no tener en cuenta el crossover con los G.I.Joe en el cómic USA, personajes como Megatrón siguen apareciendo a pesar de su muerte en la continuidad norteamericana, etc. Se llegó a un punto en que ambas continuidades fueron irreconciliables cuando Transformers UK inició la línea argumental Earthforce.

De Bumblebee a Goldbug, dos historias a elegir.

Al margen de todo este lío Marvel también publicaría las miniseries The Headmasters en 1987 y Transformers Universe en 1986 (esta última siendo una suerte de Handbook of the Transformers Universe). La serie madre del comic-book USA de los Transformers finalmente cerraría en el número 80. La época dorada ya había pasado, las ventas bajaban en todos los frentes de la franquicia y estaba claro que una renovación era algo necesario, pero de eso hablaremos más adelante.

Rematando…

Nos molamos.

Lo que nos importa es que la Generation 1 ha terminado… ¿o quizá no? Futuras etapas de la franquicia como Beast Wars son secuelas directas de la continuidad de la Generation 1 (lo que hace que muchos en el fandom las consideren parte integrante de la misma), mientras que esta era de los Transformers ha sido revisitada de forma regular: nuevas líneas de juguetes de Transformers siguen formando parte de dicha continuidad (Robot Masters, Micromasters Collection, Classics 2006 y Universe 2008) y distintas editoriales han publicado nuevas series de comics con sus propias versiones de los personajes de la G1 (aunque sin seguir las líneas argumentales de Marvel) como es el caso de Dreamwave (que SI retomaría líneas argumentales de Marvel pero creando una continuidad divergente), Devil’s Due o IDW (esta última a día de hoy sigue siendo la editorial de confianza de Hasbro en lo referente a nuevo material comiquero de los Transformers, siendo sus versiones de Generation 1 básicamente un reboot).

En resumen, pese al surgimiento de nuevas etapas o líneas de juguetes dentro de la franquicia, el grueso de lo que se ha dado en llamar Generation 1 sigue gozando de buena salud.


Próximo Post: Una segunda generación, animalitos variados, robots in disguise made in Japan y la trilogía Unicron.

martes, enero 26, 2010

-Coming Soon- (otra vez...)

13 series de cartoon y anime más largometraje animado.

2 películas en imagen real con una tercera en camino.

Incontables comics.

Y libros.

Y hasta un Monopoly.

Y por supuesto, muñequitos varios.


Sus vais a cagar.

lunes, julio 06, 2009

Webcomics from Yuggoth: Darths and Droids

“I thought I had this Yoda dude’s grammar worked out…”

“Jar Jar, you’re a genius!”



¿Cómo serían las cosas si las películas de la saga Star Wars fuesen el fruto de una campaña rolera? Desmadre total.

Creación de Andrew Coker, Andrew Shellshear, David Karlov, David McLeish, David Morgan-Mar, Ian Boreham, Loki Patrick y Steven Irrgang, Darths and Droids sigue la estela de otros webcomics como DM of the Rings: un webcomic construido a partir de capturas de pantalla de las películas y organizando la narración como si los personajes y entorno en que se mueven fuesen fruto de una partida de rol que está siendo jugada en ese momento. Un RPG Screencap comic, que lo llaman. Suena complicado, pero es la mar de sencillo en cuanto uno se pone a leer. Y desternillante, cualquiera de vosotros que haya jugado a algún rpg de mesa sabe del potencial para el ridículo en muchas partidas… y eso se refleja en Darths and Droids.

Así, tenemos un mundo donde Star Wars no existe y es todo fruto de la imaginación de un DM (que se comunica mediante cuadros de texto amarillos en el cómic) que ha creado tal mundo desde cero… y también fruto de la imaginación de un peculiar grupo de jugadores:Jim, especialmente interesado en la acción y en conseguir xp, siendo muchas veces el motor de la trama por el caos que suele provocar con sus planes –el de los podracer es algo digno de verse-. Jim interpretó a Qui-Gon en la primera campaña y en la segunda ha pasado a hacerse cargo del papel de Amidala, con hilarantes resultados.

Ben, interprete en ambas campañas de Obi-Wan Kenobi, mejor amigo de Jim y jugador con sentido común en contraste con la agresividad y locuras de Jim, aunque incluso él tiene sus momentos.

Sally, la hermana pequeña de Ben e interprete/creadora de Jar Jar Binks en la partida. Y responsable de lo imposible, lo impensable, lo inimaginable… ¡Conseguir que Jar Jar tenga carisma y resulte el mejor personaje de toda la historia! Jar Jar, you’re a genius!

Pete. Pete es el munchkin de la partida. Pete solo piensa en optimizar la masacre y las bajas enemigas. Pete es sanguinario, cruel, sarcástico. Ah,
y es R2-D2.

Y finalmente Annie, amiga de Ben al que conoce de sus clases de arte dramático y aspirante a actriz. Annie comenzó la partida a mitad de la primera campaña como Shmi Skywalker. El avance de la trama la llevaría a interpretar a Anakin Skywalker, con el que sigue en la segunda campaña. De todos los jugadores Annie es la más seria y la que más se trabaja a los personajes.Gran parte del humor se fundamenta en las acciones de dichos personajes jugadores pero también en todo el juego metalingüístico en torno a Star Wars y como muchos aspectos de la saga incongruentes son explicados dentro del contexto de la partida rolera (¿los gungan? Fruto de la imaginación de una niña pequeña. Y mejor no hablamos de cómo Jim ‘rebautiza’ a los Jedi o su obsesión con complots inexistentes y barbas de chivo malvadas, es largo de explicar).

Podeis leer Darths and Droids AQUÍ.

martes, abril 28, 2009

Webcomics from Yuggoth: El Joven Lovecraft

“Si quieres, puedo hacerlo yo...”
“¡Intentaste hacer una barbacoa y casi explota la casa! ¡Ni loco te dejo invocar a un Dios Menor!”

Allá por 2004 (seguramente en una noche de luna gibosa), un par de mentes impías y sacrílegas decidieron elaborar un cómic centrado en torno a la figura de H. P. Lovecraft. Pero Cisne Negro (José Oliver, guionista) y El Hombre que Pía (Bartolo Torres, dibujante) tenían en mente algo muy especial.

Así nació El Joven Lovecraft, uno de los webcomics de lengua hispana de más éxito de los últimos años (de lo que da fe el continuo agotamiento de sus ediciones en papel), centrándose en la infancia del particular autor de Providence. Pero ojo, que no estamos ante un cómic biográfico/realista, sino ante una tira de humor ¿Qué nos encontramos entonces? Pues las andanzas de un Howard Phillips Lovecraft niño en las que se alternan elementos reales de su vida (su ateísmo, su interés por los libros, sus tías, su ineptitud social, etc.) con otros sacados directamente de su imaginería como autor o de la de aquellos a los que influenció su obra. Así tenemos a Lovecraft invocando seres primigenios varios (genial el Ojo de Rammenoth), teniendo un ghoul de mascota o viéndoselas con Sabuesos de Tíndalos. Y luego está Siouxsie, pero Siouxsie es un mundo aparte.La labor de ambos autores es sobresaliente. Oliver cuida el guión y la caracterización de unos personajes que destilan carisma (Siouxsie y Glenn el ghoul los que más en mi opinión, aunque el mismo Lovecraft tampoco se queda manco), mientras que el dibujo de Torres es, simple y llanamente, perfecto (comenzando en blanco y negro, ahora generalmente en tonos blancos, negros y grises con color ocasional). Y no digo más al respecto porque no hay nada más que decir. De momento la serie mantiene su frescor y calidad inicial, mejorando incluso, y eso que es difícil mejorar en algo que ya empezó tan condenadamente bien. Esperemos que las garras del agotamiento no hagan presa en los autores –uno de los mayores riesgos en el mundo del webcomic-.El sentido del humor alterna desde lo tradicional (dobles sentidos, equívocos, etc.) a lo negrísimo/siniestro (un ghoul mordiéndole una mano a una cría no debería resultar tan hilarante) o incluso ligeros toques subidos de tono muy de cuando en cuando (cierta ‘parte’ de Rammenoth que tiene cierta bruja australiana… euh…). Siendo una tira la narrativa se centra en el estilo de gag-a-day, pero combinada con arcos argumentales más o menos desarrollados: las primeras tiras centradas en Big Joe, la historia del Golem, la del autoestopista… aunque sin duda la más memorable es la visita a Baltimore y el encuentro con un Edgar Allan Poe que se pasa la eternidad de fiestorro con Baudelaire y Rimbaud (eso cuando no están a las bravas). Otro aspecto destacado serían las constantes referencias literarias (sean más o menos veladas o directas sirviéndose de las curiosas adaptaciones que hace el joven Lovecraft de ciertas obras literarias).Resumiendo, un webcomic que ya estáis tardando en leer. Si nunca habéis tenido contacto con la obra de Lovecraft disfrutareis igualmente con el humor y personajes de la serie. Si tenéis ya una idea del escritor de Providence y sus manías, disfrutareis como enanos.

Puedes leer El Joven Lovecraft AQUÍ.

Para la próxima: Jar-Jar, you’re a genius!

sábado, abril 18, 2009

Webcomics from Yuggoth: ¡Eh, Tío!


“Espera… ¿por qué narices tienes globos de agua hinchados bajo la cama?”
“Para no levantarme por si me entran ganas…”
“…”
“… de beber.”
“¡Ah! ¡Tarde! Mi mente lo ha visualizado… mi cerebro quema…”

Iniciando su andadura un 2 de abril de 2005, actualizando tres días a la semana (cuando la vida real no da por saco), ¡Eh, Tío! es uno de los webcomics más importantes y veteranos made in Spain.

Su autor, Morán (Sergio Sánchez Morán, si nos ponemos en plan DNI), es un maestro del absurdo y eso se nota en el cómic. ¡Eh, Tío! puede dividirse en dos etapas diferenciadas, una primera conocida como Get a Life que recopilaba tiras basadas en las andanzas diarias como universitario del autor y su circulo social, aunque ya apuntando maneras para todo lo que vendría tras la tira 50, donde ¡Eh, Tío! propiamente dicho comienza.
Manteniendo el ambiente universitario, el webcomic se centra ahora en un grupo de personajes ficticios de lo más variopinto: Antuán Dupond et Dupont (francés doblado al español, mosquetero, sátiro sin escrúpulos… cada año se enfrenta con Batman por una deuda no pagada.), Hostia Puta Fernández (la novata, comenzó como el último mono de la tira, recibiendo por todas partes, pianos sobre su cabeza incluidos… aunque últimamente parece estar evolucionando a badass), Leonor “Leo” Pardo Blofeld (inicialmente la pija arquetípica, ahora prácticamente hija de supervillano bondiano y supervillana en proyecto a la que nos despistemos), Equis Andy Martin (pese a llevar siempre mascara de cuerpo entero y tener a dos patos pilotándole como cerebro, es seguramente el tipo más normal del grupo), Juana Díaz de Escipión (conocida como Juana la Loca, novia de Equis, lo de loca va en serio, uno de sus hobbies es morder a la gente) y Genara Tamariz Ceravieja (la bruja del grupo cuya cara permanece en el misterio, es probablemente el personaje más popular de la serie, quizá por esa mala uva preternatural que se gasta –atentos a su risa al ver Los Simpson, da miedo-). Mención especial para un gag recurrente que ascendió a personaje/mascota de la serie y que es prácticamente la insignia del webcomic: el pingüino Mafrune, y su sempiterno grito de “¡SANGRAD!”. Y hay mas personajes, si, pero secundarios y si me pongo a nombrarlos no termino nunca… (se siente, Octavilla).
Las andanzas de estos personajillos suelen estructurarse o en tiras sueltas o en largos arcos argumentales en los que el autor se deja los higadillos. Alternando con esto, en ocasiones encontramos también tiras sueltas al margen de la continuidad de la trama y de los personajes que suelen ser base para parodias de películas, cómics, chistes variados o simplemente para reflejar la última idea absurda que a Morán se le ha pasado por la cabeza (así aprendimos sobre la pasión de Spider-Man por hacer muecas, entre muchas otras cosas).
Gráficamente, Morán cumple sobradamente y puede apreciarse una mejora constante en su dibujo y en el uso del color, sombras, efectos variados, etc… de todas formas mantiene siempre un estilo constante y reconocible pese a los cambios (es de esos webcomics donde tienes q comparar de forma directa las paginas recientes con las antiguas para darte cuenta de cómo han mejorado su look algunos personajes). Pese a todo ello, el gran punto fuerte de ¡Eh, Tío! ha sido, es, y será su guión.

Un webcomic absolutamente recomendable, y ya sabeis… ¡Sangrad!

Puedes leer ¡Eh, Tío! AQUÍ.

Para la próxima: Lovecraft también fue niño…

viernes, abril 10, 2009

Webcomics from Yuggoth: VG Cats


“But… but I aborted you. From time”
“I got better”


Creado por el canadiense Scott Ramsoomair en 2001, VG Cats (derivado de ‘Video Game Cats’) es uno de los webcomics videojueguiles más curiosos que uno puede encontrarse. Donde digo curioso quiero decir ‘cargado-de-humor-de-ese-que-te-deja-con-cara-de-WTF’.

La mayoría de webcomics basados en videojuegos se centran o en los personajes de los juegos o en los jugadores, abundando en esa segunda categoría los webcomics de tipo ‘two gamers on a couch’ (Penny Arcade, Ctrl+Alt+Del, etc…). VG Cats tiene elementos de ese último tipo aunque con una diferencia sustancial: prácticamente nunca vemos a los protagonistas sentados jugando, los vemos como encarnaciones de los personajes dentro del juego… o película, serie, manga o cosa que se haya convertido en objetivo de las parodias de Ramsoomair. Y es que pese a la predominancia de los videojuegos como tema central, el cómic toca muchas más cosas.

Con esa mecánica, la serie sigue un formato de gag-a-day, una broma-parodia por tira, sin tramas o desarrollos argumentales (si bien las actualizaciones son aperiódicas… la misma web lo indica con “Updated once a blue moon” o frases similares). El humor presente es variado, desde juegos de palabras a bromas derivadas de la mecánica de los juegos pasando por CUALQUIER ida de olla que se le ocurra al autor. Y con esto quiero decir que puedes encontrarte muestras de humor que cruza la línea de lo políticamente correcto, vuelve a cruzarla, la pisotea y defeca sobre ella… Ramsoomair no tiene miedo a escandalizar a sus lectores… y si se escandalizan y lo hacen notar, les da dos tazas. ¿South Park? Unas nenazas a su lado.
También es otro caso de marcada evolución gráfica, aunque quizá no tan llamativa como en otros webcomics pero si lo suficiente como para que algunas de las primeras tiras hayan sido redibujadas a posteriori por el autor.

Los personajes son varios, pero a los que más vemos es obviamente a los gatos del título. Leo: nombre completo Leo Leonardo III, un gato gris, entusiasta, hiperactivo y, por qué no decirlo, directamente gilipollas el pobre, es al que más solemos ver ‘encarnado’ a personajes de juegos (es decir, jugando a esos juegos). Aeris: gata rosa, mejor amiga de Leo aunque apenas tolera la estupidez de éste, puede ser el personaje con mayor cordura de la serie pero también el de mayor mala leche rozando sociopatía (¿a cuantas personas conocéis que intentan abortar a alguien de la línea temporal?). El reparto cuenta con más personajes de apariciones esporádicas –uno de ellos fallecido en la serie de forma definitiva… Dr. Hobo, te echamos de menos-, siendo especialmente memorable últimamente PantsMan (¡el superhéroe de los calzones en la cabeza!), alter ego de Scott Ramsoomair.

VG Cats es uno de los mejores webcomics de humor en inglés (para un servidor como mínimo, para muchos otros será algo bastante más discutible), gustará especialmente al fan de videojuegos pero su humor es tan vitriólico que cualquier hijo de vecino que no haya pasado de las Game & Watch podrá soltar unas buenas carcajadas de vez en cuando (y recuerdo una vez más que algunas tiras no son de temática videojueguil).

Podéis leer VG Cats AQUÍ.

Para la próxima: ¡¡SANGRAAAAAAD!!

viernes, abril 03, 2009

Webcomics from Yuggoth: The Adventures of Dr. McNinja


“Born to a family of ninja. Trained in the medical and surgical arts. He kills with one hand and heals with the other. These are... The Adventures of Dr. McNinja


"Could this boy's youthful innocence and exuberance be what I need to keep my dark and troubled soul in check?"
"You're not a dark and troubled soul. You're a doctor who wants to be Batman."


O como un webcomic consigue que Tengen Toppa Gurren Lagann parezca una obra contenida y realista.

Fruto de la mente de Chris Hastings (guión y dibujo), con ayuditas de Kent Archer (tintas) y Anthony Clark (color, solo recientemente), The Adventures of Dr. McNinja inicia su andadura en verano del 2004. Ya desde sus inicios el cómic destacó por un alto nivel artístico sin nada que envidiar a autores profesionales con más medios (recordemos que el grueso de autores de webcomics son autores amateur) y ha ido mejorando, pasando de puro blanco y negro a sombreado digital y últimamente a todo color. Pero si el que entre bien por los ojos ayuda, lo que hace grande a este webcomic es su guión.

La idea es tal que así: un ninja metido a doctor. El doctor McNinja tiene veintitantos, consulta privada y si bien es un ninja con todos los clichés aplicables cuenta con la particularidad de ser un doctor multidisciplinar (porque no está muy claro en que está doctorado) y de estirpe irlandesa. Estirpe ninja irlandesa, aclaro.

La trama va siguiendo las diversas aventuras de tan peculiar personaje (cuya mayor aspiración en la vida es ser Batman). Y la gran clave de Chris Hastings como guionista es llenar sus historias de ideas y giros de guión ABSURDOS. Si, así con mayúsculas, y siempre superándose a si mismo historia tras historia. ¿La puntilla final? Sin excepción, los personajes reaccionan ante esos giros argumentales con absoluta seriedad y como si fuesen la cosa más lógica del mundo. El resultado es, simplemente, hilarante. Y espectacular en grado sumo.

Algunas muestras de las cosas over the top que uno puede encontrarse al leer este webcomic:

- ¡Una enfermedad que convierte a los afectados en réplicas de Paul Bunyan!

- ¡Tréboles congelados usados como shurikens!

- ¡Nunchakos motosierra!

- ¡Una gorila de asistente y enfermera!

- ¡Un chaval de doce años que se ha hecho crecer un enorme mostacho a base de simple fuerza de voluntad!

- ¡Un velocirraptor llamado Yoshi!… Es más, ¡velocirraptores usados como montura por bandidos mexicanos!

- ¡El ejercitar los abdominales hace crecer un jetpack biológico en la espalda!

- ¡El padre del protagonista prendiéndose fuego a si mismo para evitar ser capturado! “Because, they can’t grab me if I’m on FIRE”.

- E incluso, dar pie a una meme de Internet: “Dracula has a moonbase!!”

Y muchas, muchas cosas más. The Adventures of Dr. McNinja es lectura obligada para todo aquel que busque un humor que va más allá de la cordura o lo habitual, aderezado con dosis de acción y espectacularidad a niveles tan burros que no pueden resultar sino geniales.

Podéis leer The Adventures of Dr. McNinja AQUÍ.

Para la próxima: Gatos y videojuegos.