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sábado, 17 de agosto de 2013

*PREPARACIÓN PARA EL PARTO EN MORENO*


*GRUPO DE PREPARACIÓN PARA EL PARTO EN MORENO*
ZONA OESTE DEL GRAN BUENOS AIRES

Encuentros semanales, destinado a mujeres gestantes.
Todos los jueves de 16:30 a 18:00 hs.
Comenzamos el jueves 5 de Septiembre.
Informes e inscripción:
15 5823 4337 - vivibriongos@yahoo.com.ar


jueves, 16 de agosto de 2012

El embarazo como el mega estadio sexual de los cuerpos

de Maria Llopis - autora del libro "el postporno era eso"

La práctica ginecológica actual trata a la mujer como un mero recipiente que aloja el feto en gestación. La mujer es infantilizada y se le niega el derecho a vivir su embarazo de forma plena, es decir, se le niega el estadio sexual en el que se encuentra. El embarazo es una fase crucial en la sexualidad femenina, y como tal debe ser tratado. Una amplia mayoría de las mujeres que han estado embarazadas afirman que su deseo sexual durante esta época se potenció hasta niveles que nunca antes habían experimentado.

Existen mujeres que han tenido orgasmos durante el parto y mujeres que se corren mientras dan de mamar. El embarazo, el parto y la crianza son estadios sexuales. Negarlos supone una pérdida de nuestro potencial sexual. La ginecología actual y la sociedad en la que vivimos niega de forma rotunda la sexualidad de la mujer, reduce esta al coito con fin reproductivo, ya que cuando queda embarazada, se considera que su sexualidad ya no es importante ni pertinente.

Las relaciones sexuales son prohibidas por los ginecólogos de forma sistemática en el embarazo al menor contratiempo, obviándose que la mayoría de las mujeres sienten unos fuertes deseos de mantener relaciones sexuales durante este estadio. Al mismo tiempo, no existen pruebas científicas que demuestren que sea negativo para la gestación mantener relaciones sexuales. Sólo la penetración genital profunda puede afectar al cuello del útero y consecuentemente causar problemas, pero tampoco está probado que una penetración dentro de los límites de la lógica, sin dolor ni violencia, pueda ser problemático.

Prácticas sexuales como el fisting, en el que se introduce el puño en la vagina o ano, serían de gran ayuda para potenciar la dilatación del canal vaginal y tener así un parto más fácil y rápido. Los ginecólogos deberían recomendar estas prácticas en vez de reprimir la sexualidad de la mujer. Es el orden patriarcal ginecológico el que se interpone entre las mujeres y sus orgasmos.

La activista canadiense Nicole Pino imparte talleres sobre partos orgásmicos en los que explica (a través de su propia experiencia) como con las condiciones adecuadas es posible tener no ya un orgasmo al dar a luz, si no un mega orgasmo, el orgasmo de tu vida. Como nos dice Casilda Rodrigáñez en sus libros La Represión del deseo materno y la génesis del estado de sumisión inconsciente, El Asalto al Hades y La Sexualidad y el funcionamiento de la dominación, un parto puede compararse a un polvo. Un polvo con miedo, con ignorancia sobre tu cuerpo, con pautas impuestas a través de la violencia patriarcal, puede ser una violación y puede consecuentemente ser una experiencia en extremo dolorosa y desagradable. Sin embargo un polvo como tú quieres y con quien tú quieres, puede ser una experiencia de placer extremo. Ambas son polvos, pero no tienen nada que ver, uno es el placer y otro es el dolor. Con los partos estaríamos hablando de lo mismo. Hay dos tipos de partos, los dolorosos y los placenteros. Todo depende de las circunstancias.

Desvinculamos el embarazo, el parto y la crianza de nuestra sexualidad, como si estas fueran meras funciones mecánicas que nuestros cuerpos realizan como quien hace la digestión, ajenas al placer sexual.

La teórica Catherine Blackledge en su libro Historia de la Vagina nos habla de como el orgasmo tiene una función específica en la sexualidad de la mujer además de proporcionar placer: facilitar la fecundación. Mediante las contracciones que se producen en el útero, en la vagina y en el ano, el esperma es sacudido y absorbido para que pueda entrar a través de la cérvix en el útero y fecundar el óvulo.

También nos habla de Aecio de Amida, el médico del emperador bizantino Justiniano, quien señalaba que el temblor del útero durante el coito era un signo inequívoco de embarazo. Cuando me quedé embarazada, lo supe al instante. Sentí un temblor en el útero que me causaba un pacer intenso y desconocido hasta el momento. Y no necesitaba haber leído a Blackledge para saber que algo estaba pasando ahí dentro. La ginecología actual obvia que la mujer pueda saber el momento en el que se ha quedado embarazada.

Todos nuestros problemas en torno a nuestros orgasmos, nuestros partos, en suma en torno a nuestro placer y nuestros cuerpos, vienen de la ignorancia a la que somos condenadas en relación a nuestro potencial sexual. Es una violación sistemática de nuestros cuerpos legitimada por el orden hetero patriarcal.

martes, 1 de febrero de 2011

Patriarcado, represión sexual y partos dolorosos

Las mujeres llevamos varios siglos de historia sumidas en la represión sexual. Esto significa que hemos considerado al cuerpo como bajo e impúdico, a las pulsiones sexuales malignas y a la totalidad de las sensaciones corporales, indeseables. ¿En qué momento aprendemos que no hay lugar para el cuerpo ni el placer? En el mismísimo momento del nacimiento. Segundos después de nacer, ya dejamos de ser tocados. Perdemos el contacto que era continuo en el paraíso uterino. Nacemos de madres reprimidas por generaciones y generaciones de mujeres aún más reprimidas, rígidas, congeladas, duras, paralizadas y temerosas de acariciar. Entonces el instinto materno se deteriora, se pierde, se desdibuja.

En este contexto, las mujeres con siglos de Patriarcado encima, alejadas de nuestra sintonía interior, no queremos parir. Es lógico, ya que nuestros úteros están rígidos y así duelen. Nuestro vientre está acorazado y nuestros brazos se defienden. No hemos sido abrazadas ni acunadas por nuestras madres, porque ellas no han sido acunadas por nuestras abuelas y así por generaciones y generaciones de mujeres que han perdido todo vestigio de blandura femenina. Por eso cuando llega el momento de parir nos duele el cuerpo entero por la inflexibilidad, el sometimiento, la falta de ritmo y de caricias. Odiamos desde tiempos remotos nuestro cuerpo que sangra, que cambia, que ovula, que se mancha y que es inmanejable.

Es importante tener en cuenta que además del sometimiento y la represión sexual histórica, las mujeres parimos en cautiverio. Desde hace un siglo -a medida que las mujeres hemos ingresado en el mercado de trabajo, en las universidades y en todos los circuitos de intercambio público- hemos cedido el último bastión del poder femenino: el parto. Ya no nos queda ni ese pequeño rincón de sabiduría ancestral femenina. Se acabó. No hay más escena de parto. Ahora hay tecnología. Máquinas. Hombres. Tiempos programados. Drogas. Pinchaduras. Ataduras. Rasurados. Torturas. Silencio. Amenazas. Resultados. Miradas invasivas. Y miedo, claro. Vuelve a aparecer el miedo en el único refugio que durante siglos permaneció restringido a los varones. Resulta que hasta esa cueva íntima, hemos abandonado. Haber entregado los partos fue como vender el alma femenina al diablo. Ahora nos toca a las mujeres hacer algo al respecto, si nos interesa recuperar el placer orgásmico de los partos y si asumimos el poder que podemos desplegar en la medida que los partos vuelvan a ser nuestros.

Laura Gutman. Link

viernes, 3 de diciembre de 2010

No anuncies tu embarazo hasta que pasen 120 días!

Artículo extraído de El Blog Alternativo

(Beginnings de Anne Geddes)

“Las enseñanzas yóguicas aconsejan que la pareja espere hasta el día 120 después de la concepción, para comunicar socialmente su embarazo. No es que sea un secreto sino que debes asegurarte que la semilla ha comenzado a germinar y la chispa se está convirtiendo en una llama”

“Los hijos son un compromiso más grande que el matrimonio, los estudios o pagar el crédito de la casa. La vibración de lo que tú veas, digas, escuches, hagas y hasta de lo que pienses quedará impresa en su mente”
Akasha Kaur


Hoy en día en que, en general, somos madres a edades más maduras que décadas atrás, se tienen pocos hijos y los problemas de fertilidad han aumentado tanto, es normal que la noticia del embarazo sea recibida con tanta alegría que rápidamente queramos compartirla con todos los allegados.

Pero existen varios motivos por los que apelar a la paciencia y la cautela.

Para los que no crean en temas trascendentales, las estadísticas muestran que uno de cada tres embarazos acaba en pérdida y la mayoría de estos abortos espontáneos ocurren en las primeras 12 semanas de gestación. Estas muertes perinatales son uno de los momentos más dolorosos al que se enfrentan las mujeres y sus parejas y la mayoría preferirá vivirlo en la intimidad.

Pero a niveles energéticos y espirituales más allá del plano físico, existen otras razones que nos explica Akasha Kaur, Maestra de Kundalini Yoga prenatal y autora del libro “Meditación para el embarazo“.

Akasha aconseja que la madre evite presiones emocionales durante los primeros 120 días porque su nivel vibratorio atraerá al alma de su hijo por afinidad y porque sus pensamientos y sentimientos irán configurando la psique del bebé.

Aunque nuestra sociedad tecnológica no ha valorado hasta ahora estas cuestiones, todas las tradiciones espirituales han concedido gran importancia al momento de la concepción, al embarazo y al estado emocional de la madre.

Así nos explica Akasha la trascendencia de esta primera etapa del embarazo para que retrasemos el anuncio. Y después de esos 120 días, ya se puede hacer una fiesta y comunicarlo al mundo entero.


LOS PRIMEROS 120 DÍAS DE GESTACIÓN

Las enseñanzas yóguicas aconsejan que la pareja espere hasta el día 120 después de la concepción, para comunicar socialmente su embarazo.

No es que sea un secreto sino que debes asegurarte que la semilla ha comenzado a germinar y la chispa se está convirtiendo en una llama.

Otra de las razones para no compartir la noticia del embarazo, es que frecuentemente se interrumpe por diversas causas durante el primer trimestre, además de que es una etapa en la que abundan los malestares y es preferible no tener muchas presiones emocionales del resto de la familia y de las amistades.Los primeros meses del embarazo son como cuando se preparara la tierra antes de sembrarla y el momento oportuno de comenzar a prepararte para el gran acontecimiento.

Justamente en el día 120, la mujer es honrada con la llegada del alma de su hijo, ya que durante los primeros cuatro meses, el bebé se ha ido formando, creciendo, madurando poco a poco para que llegado el momento, esté completamente listo para recibir su alma.

La radiancia y el estado de la conciencia de la madre es la energía magnética que atraerá el alma que deberá tener el regalo de un cuerpo humano. A partir de ese día, comenzarás a sentir sus movimientos.

La filosofía del yoga dice que hay aproximadamente 125 mil almas alrededor de ti, esperando ser la elegida para entrar al cuerpo de tu bebé.

Finalmente, es el alma la que escoge electro magnéticamente, el vientre de su madre. La madre, el padre, la longitud y la latitud, el tiempo y el espacio, todo juega en esta atracción al plano terrenal.

Esta es una razón muy justificada para que comiences a hacer tu trabajo. Si puedes encontrar un lugar cercano a tu hogar donde comenzar a practicar Kundalini Yoga en compañía de otras futuras mamás, te servirá para aprender a relajarte, a hacer la caminata en meditación, a alentarse unas a otras y a meditar juntas con su bebé.

Durante estos primeros días de la gestación, las hormonas aceleradas están vibrando en todo tu ser, modificando tu cuerpo, tu mente y tus emociones y se convierte en la etapa más importante del embarazo, ya que de la vibración en la que vibras depende el alma que atraerás.

TRES MINUTOS de tu día, que dediques a tu ser, comenzarán a hacer cambios en tu mente y podrán establecer una diferencia que modifique el destino de tu hijo.

De día o de noche, sola o acompañada, riendo o en silencio, proyectas una vibración, lo mismo que si has aceptado tu embarazo, o vives rechazándolo.

Una actitud de devoción, de calma, de alegría, de agradecimiento con la Divinidad, como quiera que la conceptualices, atraerá un alma con esas cualidades.

La meditación durante los primeros días del embarazo te ayudará a atraer un alma de conciencia elevada, para tener un hijo calmado, tranquilo, inteligente y muy creativo, sano de mente, de cuerpo y de alma.

Después de ese día y hasta que el cordón umbilical sea cortado, tu influencia será trascendental en la mente subconsciente de tu hijo.

Los hijos son un compromiso más grande que el matrimonio, los estudios o pagar el crédito de la casa. La vibración de lo que tú veas, digas, escuches, hagas y hasta de lo que pienses quedará impresa en su mente, marcando su formación y su conducta de adulto.

También llevará impreso tus miedos y tus limitaciones, tus virtudes, tus talentos y tus frustraciones. Si vives en felicidad, se lo impartirás porque los hijos aprenden los valores reales al sentirlos, aunque no se pronuncie una sola palabra.

Todo se le transmitirá y se convertirá en el fundamento del subconsciente de tu hijo, lo cual será la raíz de su personalidad y tendrás que asumir la responsabilidad de haber influido trascendentalmente en esa formación.

Así que escoge cuidadosamente cada palabra que pronuncies, ya que tu hijo estará escuchando la vibración que le imprimas.

Si vas al cine o ves la tele, trata de que lo que veas sea relajante, feliz, romántico o hilarante, pero nunca con violencia.

Si estás en medio de una discusión acalorada o viendo los avances de una película violenta, tal vez creas que bromeo si te digo que coloques un cojín sobre tu vientre para mitigar el sonido, ya que tu hijo podrá recibir la vibración, cualquiera que esta sea.

Akasha Kaur
akasha@akashakaur.com
Medita con tu bebé, Embarazo feliz y Akasha Kaur



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lunes, 25 de octubre de 2010

Por la recuperación de la maternidad expropiada

Por Jesusa Ricoy-Olariaga
Extraído de su blog.

Las mujeres gestan a sus hijos durante nueve meses, los alimentan, los mantienen así a la temperatura perfecta, y van con ellas a todas partes, creciendo en sus justas proporciones hasta llegar por fin al momento en el que están preparados para nacer. Entonces activan un complejo proceso químico y mecánico que los trae por fin a la vida fuera del útero. Al nacer lo primero que hacen es encontrar su fuente de alimento en el pecho de la madre. Lo consiguen a través del olfato, la vista, y pequeños movimientos. Se establece una comunicación de saliva, olores y suaves "golpes" con los puños que en secreto están generando el alimento que necesita para sobrevivir, lo hacen estimulando la producción de oxitocina en su madre, la hormona necesaria en el vinculo, producción de leche para expeler la placenta, contraer el útero y reducir hemorragias. Las hembras mamíferas se definen cómo tales por amamantar a sus crías. Esto es lo normal, lo olvidado, pero no obstante lo normal, en la gran mayoria de los casos...

Las mujeres me hablan de la necesidad de beber bebidas energéticas durante el parto, de tiempos establecidos para que el bebé este tumbado sobre su propio pecho (en inglés lo llaman “tummy time”) me hablan de aparatos para insertar en la vagina, para evitar episiotomias y tener mejor vida sexual, me cuentan técnicas para sacarse leche por si el niño pegará un estirón y a tu pecho le pillará “desprevenido” etc...Escucho con atención e incomprensión, sacudiendo mi cerebro por no poder sacudir mi cabeza, pero lo único que consigo descifrar es que todo esto son sintomas de una misma enfermedad social con un largo nombre:
“Nuestras-mujeres-no-pueden-parir-ni-alimentar-ni-cuidar-a-sus-bebés”
Hace ya algún tiempo que nos partieron las piernas para vendernos todo tipo de muletas...esto continua a día de hoy, y se hace más complicado por momentos.
Lo más increíble es que ya hemos llegado al punto de tener a nuestra disposición un artilugio que reduzca el riesgo de episiotomias, cómo si estás fueran algo espontáneo que nos ocurre sin ningún control, como al que le cae un tiesto de un balcón, les recuerdo que estás son llevadas a cabo por nosotros mismos.
De la misma manera que como tratamiento para evitar la inducción del parto, se nos introduce la mano en la vagina, para manipular la cervix y estimular las contracciones.
Intentar evitar la inducción a manos de los mismos que la administran...sigo sin entender.

Las mujeres hablan en foros sobre la libertad de elección, tiemblan ante la idea de imponer a otras como deben parir, alimentar o cuidar a sus bebés.
No consigo entender cómo hemos convertido el fomentar la salud, reivindicar una capacidad física que nos ha sido expropiada por intereses económicos y el proteger una herramienta esencial para la supervivencia de nuestra especie, en algo que sea un argumento politico, un debate sobre la libre elección o una opción intelectual.

Desde mi punto de vista, no conozco una mayor represión o imposición social, que aquella que no me permite parir, como y cuando quiero, aquella que no acepta ni social ni laboralmente mi maternidad, la que decide a través de interesés politicos y economicos, como alimento a mis hijos, la que me dice que mi cuerpo es un objeto sexual de quien lo mira y quién lo "usa".
No veo una mayor imposición para una mujer que la de un sistema que le exige que vaya contra su instinto, se tumbe y se abra de piernas y enseñe como pare a su hijo, por la comodidad de los observadores y por si hubiera que ayudarle.

La imposición social que ha enemistado a las mujeres con ellas y con las demás, y a los padres con sus hijos al convertir a los niños en estorbo social que hay que controlar y enviar a la guarderia lo antes posible, es una de las más tristes que conozco.

Si nuestra biología no encaja en esta sociedad, habrá que cambiar la sociedad y no al revés.
Si yo me pronuncio como mujer, madre, mamifero...sólo puedo existir en una sociedad que me acepte como tal, la alternativa es la negación de mi esencia, mutilación de mis atributos y en definitiva suicidio espiritual.

O sea que la historia se desarrolla más o menos así, las mujeres paren durante miles de años, tenemos éxito como especie, crecemos y de repente alguien interviene, esta intervención crea un montón de problemas, pensamos que estos problemas no han sido observados o atendidos antes, inventamos como solucionarlos, conclusión: la mujer no sabe parir, ni alimentar, ni cuidar de sus bebés...esto necesita observación, medición e intervención continua. Por otra parte esta situación genera una industria en torno a este proceso que genera grandes beneficios económicos, cuando se empieza a sugerir que quizás hay que devolver el parto expropiado, los intereses económicos se alzan como muros infranqueables, fomentando la ignorancia, presionando, contaminando, desposeyendo y usurpando.

Hay otra historia que necesita ser contada, hay algunas intervenciones que salvan a niños y mujeres, son un orgullo de nuestros avances y de nuestra inteligencia, cuando estás intervenciones se aplican de manera rutinaria o masiva, ponen en peligro a madres y niños y por lo tanto ambos necesitan de más intervenciones. Nuestro progreso reside en saber que no lo sabemos todo, en admitir que no se puede inventar una leche de laboratorio que sea igual a la que una madre produce y esto es extraordinario y maravilloso, jamás se podrá replicar el amor que yo siento por mi hijo de manera artificial, que no hay nada que pueda controlar el parto sin modificarlo, que no podemos predecir un parto, y esto no es un problema, ni una desventaja, es parte de lo extraordinario, de lo que se nos escapa y que debería dejarnos absortos que esto es magia, es vida y es sorpresa un material esencial contra el pesimismo y la depresión.
Es una pena que una gran parte de profesionales que trabajan en paritorios en hospitales no sepan, no hayan visto ni tengan experiencia profesional en lo que es un parto.

Y para todos aquellos que insisten en que les debemos algo, quisiera recordarles que las muertes que según ellos ya no existen no han sido erradicadas, fueron reducidas, por el uso de anticonceptivos, por la reducción de las practicas de abortos ilegales una mejor higiene y drogas para tratar las infecciones causadas por la falta de la misma.
La hemorragia posparto una de las cuatro razones de mortalidad entonces, se ha reducido gracias a ciertas drogas, pero le recordamos a nuestro querido mundo occidental, que esto sigue siendo una causa de mortalidad en el mundo en vías de desarrollo y este es una gran parte de nuestro mundo. También quisiera recordarles que una de las razones por las que Estados Unidos ha doblado su numero de mortalidad materna en los últimos veinte años, es porque un tercio de sus nacimientos son por cesárea (el doble de lo que les recomienda la OMS).

Por lo tanto, nuestras condiciones de supervivencia, pueden ser mejoradas, con higiene, tratando la infección si ocurre, y administrando una droga que pueda parar la hemorragia.
Y obviamente el poder hacer una cesárea en casos de absoluta necesidad.
Pero no hemos mejorado absolutamente nada por hacer episiotomías rutinarias, monitorización permanente, tumbar a la mujer de espaldas, administrarle oxitocina artificial y quitarle el control de la situación. Les hemos puesto en peligro, de hecho hemos empeorado psicologica y socialmente, en especial las mujeres y con ellas sus familias que creen que no pueden ni saben: parir, nacer, o sobrevivir. Y con estas familias y sobre esta constante negación edificamos nuestro mundo.

Hemos creado una sociedad dependiente, en una constante diálisis mental de leche en polvo, oxitocina sintética, de suplementos vitamínicos, y prevenciones del riesgo que no existe.

Nuestra libertad empieza en el nacimiento, nuestros bebés llevan una pulsera que los identifica, los identifica como el producto de un sistema, de una serie de intervenciones, llevan pulseras de plástico, porque en algún momento se les separará de sus padres, y por seguridad...¿hay mayor seguridad que la protección de los brazos de su madre?
Y si esos brazos no están ahí para protegerle, ¿no deberíamos preguntarnos por qué antes de ponerle una pulsera de plástico?.

El parto es el folclore, el lenguaje, la historia, el arte, el puente y la tradición de las mujeres. Es nuestra primera definición, nos hace conectar y pertenecer, es nuestro referente humano.
El parto es el momento de transición de una generación a otra y nos pertenece desde la normalidad y el respeto, si nacemos como una sociedad enferma, no nos queda otro futuro que crecer y morir como tal. Celebremos quien somos, celebremos la vida, celebremos el parto y a nuestros hijos, ¡La vida será una fiesta!

martes, 19 de octubre de 2010

"LA DOULA COMO AGENTE DE CAMBIO"

Por Nuria Otero Tomera.

Ponencia presentada dentro del marco de las
I Xornadas Universitarias Multidisciplinares para a Humanización do Parto (Universidade da Coruña) el 18 de Octubre de 2010.


Cuando preguntan qué es una doula, siempre contestamos que es una mujer que acompaña a otra en su proceso de convertirse en madre. Decimos que es una mujer que puede estar al lado de la madre, desde un punto de vista emocional, en cualquiera de los procesos que conforman la maternidad: la búsqueda de un hijo, el embarazo, el parto, el posparto o el difícil trance de la pérdida de un bebé.

La doula, en España, no está reconocida a nivel legal o profesional. Sólo está legitimada por el hecho, nada despreciable, de que cada vez más mujeres demandan su acompañamiento. Pero lo cierto es que ésta no es una figura nueva. La verdad es que si surge la figura de la doula es en respuesta a una necesidad. Y no es una necesidad creada o inventada.

Tradicionalmente, la mujer siempre ha estado acompañada en los distintos trances de la maternidad, pero esta labor de acompañamiento siempre se había llevado a cabo de forma espontánea, natural, no reglada, y no por mujeres específicamente dedicadas a ello.

Sin embargo, de una manera paulatina, y a través de la implicación de diversas causas como la imposición de la familia nuclear, las migraciones masivas y con ello la desvinculación de la familia de origen, la medicalización y hospitalización de los procesos de la maternidad, la irrupción del varón en los paritorios casi como una obligación y no como una opción, etc. etc. etc., empieza a hacerse sentir de forma consciente la necesidad de algo que antes era inconsciente y se hallaba colmado, como digo, de una manera natural y no planificada como necesidad sin identificar.

Ahora bien, las doulas, además de realizar su labor de manera específica, formada, organizada, con unos objetivos concretos para cada mujer a la que se acompaña, tienen otra diferencia fundamental con esa figura femenina que desde siempre ha estado acompañando a la mujer en su maternidad. Y es que las doulas, además del trabajo específico con cada mujer, tienen, como colectivo, a mi modo de ver, una doble e importante función: por un lado, como ya he comentado, la existencia de las doulas pone en evidencia una necesidad, una carencia de nuestros sistemas sanitario, social y familiar, y por otra, la existencia de las doulas, si la aprovechamos, puede ser utilizada como agente de cambio de esos sistemas.


Vamos por partes.

1. La doula como evidencia de una necesidad.

Las mujeres que nos dedicamos al acompañamiento no hemos decidido de motu propio inventarnos una ocupación. Muchas de nosotras, por no decir la mayoría, hemos llegado a este camino a través de haber sentido, en nuestro propio proceso, las carencias bien del sistema sanitario, del social o del familiar, cuando no de todos ellos a la vez. Asimismo, las mujeres que recurren a una doula demandan, cada una, que sea cubierta una necesidad diferente, pero que por la razón que sea no encuentran otro estamento o profesional que la cubra.

En este sentido, el hecho de que cada vez más mujeres contacten con una doula, pone de manifiesto una serie de carencias, necesidades o deficiencias. Podemos mencionar alguna de ellas para hacernos una idea:

*Falta de tiempo para una atención personalizada.

*Excesiva medicalización de procesos fisiológicos relacionados con la maternidad.

*Falta de referentes femeninos no contaminados por la imagen social dominante.

*Falta de redes femeninas cercanas y constantes.

*Desconexión de la mujer con el propio cuerpo y sus procesos.

*Intereses comerciales y económicos.


2. La doula como agente de cambio.

Como decía anteriormente… la existencia de las doulas, y el hecho de que cada vez más mujeres cuenten con una en su maternidad, pone en evidencia ciertas carencias.

Pero la idea no es regodearse en esas necesidades y dejar que sigan existiendo y sean cubiertas por un colectivo que está funcionando de una manera casi subterránea, invisible para el gran público. Las doulas debemos trabajar para propiciar el cambio, no sólo para aprovechar el hueco dejado por otros.

En este momento, al estar cerca de la madre y desligadas del sistema sanitario y sus obligaciones, tenemos la oportunidad, y la responsabilidad, no sólo de seguir evidenciando las deficiencias, sino de hacer algo para corregirlas. Debemos encontrar espacios de colaboración con los profesionales de la salud, pero también debemos trabajar para normalizar los procesos de la maternidad, que llevan tanto tiempo alejados de la mujer:

Reconectarnos con el embarazo y su naturalidad.

Aproximarnos al parto como una parte más de nuestra sexualidad y no como una enfermedad peligrosa que hay que pasar en un hospital hiper-tecnificado.

Conocernos y re-conocernos como mamíferas que saben y pueden alimentar a sus crías.

Aceptarnos y querernos como mujeres, con nuestra femineidad y nuestra fuerza, sin perder espacios públicos, sociales, políticos o domésticos.

Y por fin, volver a tejer las relaciones de conocimiento y sabiduría con otras mujeres, no para desaparecer de la escena, sino para aparecer en ella con protagonismo y empuje.

Las doulas acompañamos a las mujeres, sí, pero me gusta creer que también acompañamos a la sociedad en un cambio necesario para que la maternidad, y el nacimiento de nuestros hijos, sean tomados con la relevancia que de verdad tienen para nosotros. Y siempre digo lo mismo: ojalá, de verdad, ojalá algún día dejemos de ser necesarias. Ojalá las mujeres dejen de llamarnos. Será el mejor indicio de que hemos cumplido con nuestra misión.


Esta ponencia está dedicada a Jesusa Ricoy Olariaga, doula, educadora prenatal y amiga enciendecerillas. Que ha logrado prender en mí el fuego permanente del inconformismo.

Publicado en Ser Doulas. Link.

jueves, 7 de octubre de 2010

MANIFIESTO PARA LA REVOLUCIÓN MATERNAL

por Jesusa Ricoy-Olariaga



MANIFIESTO

Dedicado a todas las madres, a las comadronas, a los profesionales de las maternidades, a las mujeres, a nuestros hijos, pero sobre todo a madres reales que día a día escriben, hablan y organizan eventos desde la maternidad que les ha hecho saber que son capaces de parir mundos. Pero dedicado en especial a Nohemi, Ileana y Ana Isabel y a mis doulas Isabel y Nuria.


No pedimos disculpas ni pedimos permiso, de hecho no pedimos absolutamente nada.

Establecemos aquí y ahora que:

Nuestro cuerpo es nuestro y no un escaparate, ni un invento, ni una moda de otros.

Nuestro embarazo es nuestro y es un periodo en la mayor parte de las veces de salud y felicidad y no un continuo desasosiego.

Nuestro parto es nuestro y es un momento sagrado y de transición que requiere el más absoluto respeto. No se nos maneja, ni dirige, ni se nos interviene a no ser que sea absolutamente necesario, por comadronas que entienden y se han informado sobre esta necesidad.

Nuestra leche es nuestra, es irremplazable no entiende de intereses económicos, es nuestra historia, nuestro arte, nuestra cultura, nuestro vínculo y nuestra supervivencia.

Nuestros hijos son nuestros y no del Estado. Las decisiones en torno a su crianza y educación deben estar libres de presiones politicas, económicas o sociales.

Nuestro futuro es nuestro y la mujer para poder ser libre debe también serlo como madre, si el feminismo que nos trajo hasta aquí se dejó un trozo de nosotras en el camino no estamos en ningún sitio, no existimos.

Somos mujeres como colectivo, como hermanas, como tribu y no podemos perdernos por el camino.

Desde el útero, desde las entrañas y con el bebé en el brazo exigimos:

* Acabar con la promoción de falsos estereotipos de belleza, inventados por las industrias de la moda y de la pornografía y generados por ordenador .
* La integración social de la maternidad.
* La normalización del pecho como fuente de alimento de nuestra especie y contacto físico necesario para la madre y el bebé. Que la leche artificial se dé unicamente bajo prescripción facultativa.
* Que las madres puedan disfrutar de su maternidad y amamantamiento sin presiones económicas, políticas o sociales
* Que la mujer dé a luz en libertad y sin presiones externas, es decir, en su casa o en el hospital, y en sus propios términos siendo informada de sus opciones.
* Nadie puede tocar y mucho menos alimentar a nuestros bebés sin permiso y nadie puede interferir en nuestro espacio o tiempo para estar con nuestros bebés.
* Que la crianza y educación de nuestros hijos sea una prioridad social, re-evaluada y entendida desde el punto de vista fisiológico y respetando siempre las necesidades emocionales de los niños.
* Que los bebés y los niños sean amados y respetados socialmente, cualquier publicidad, publicación o similar que implique que el niño es un estorbo social es denigrante.
* Que la promoción y utilización de guarderías y centros en los que dejar a bebés menores de dos años se regularice teniendo en cuenta las necesidades fisiológicas y alimenticias del bebé recomendadas por la OMS y otros organismos similares, si para ello hay que alargar la baja maternal que así sea.
* Que la familia sea respetada y apoyada como lo que es, la base social que genera el futuro.


Para manifestar tu adhesión al manifiesto puedes enviar un email con tu nombre completo a rompiendoaguas@gmail.com indicando MANIFIESTO en el titulo. Gracias!
O nos podeís encontrar en Facebook

martes, 29 de junio de 2010

Parir en Casa

"PARIR NO ES UNA FRIA RUTINA,
ES MAGIA.
RESPETALO"

"Somos un equipo de trabajo constituido desde el 2007. Nos une el deseo de acompañar los partos y nacimientos con respeto,amor y confianza mutua. Tenemos un projecto a futuro de fundar una casa de partos para hacer posible el parto no institucional a parejas que lo desean pero no disponen de un espacio adecuado para hacerlo..."

Vendela Chignac, Natalia Bronfen, Francisco Saraceno
parirencasa

lunes, 4 de enero de 2010

Documental Derecho al buen Parir

Este el trailer del documental en el que Anabella Guagliardo está trabajando desde hace unos meses. Se llama Derecho al buen parir, transcurre en Perú, gran parte en Cusco.
Trata sobre el derecho que tenemos las mujeres a elegir la forma en que queremos dar a luz.
El inmenso poder que se manifiesta en ese momento si las condiciones están dadas, si se desarrolla de una forma consciente y amorosa, si la medicalización no nos quita ese poder...
Está en un 30% de la realización y necesita coproductores que estén interesados en el tema para seguir la producción, cualquier consulta o sugerencia será bien recibida.

HAY QUE HACER SUS COMENTARIOS EN EL PLATAFORMA DE YOUTUBE.

domingo, 12 de abril de 2009

ALUMBRAR GRUPO DE APOYO

Red de Mujeres por un parto respetado, fisiológico y seguro.

Con inmensa alegría, comparto la actividad de estas preciosas mujeres rosarinas :)))

ALUMBRAR

Alumbrar es un grupo de parto para reflexionar acerca de nuestra manera de parir y nacer hoy. Ubicado en Rosario, Argentina, y funcionando desde el 2003, Alumbrar ha sido un lugar de encuentro, una mano que sostiene, una aliada, una amiga, una manera, una alternativa.