SOBRE LA SUERTE
Desde hace un par de cursos prefiero hacer fotografías de carné a mis alumnos para las fichas de control antes que utilizar las que ellos entregaron cuando hicieron la matrícula. En las mías aparecen más reconocibles, al menos son más actuales; en las otras, el escaneado y el tiempo (algunos alumnos se hicieron la fotografía antes de tomar la comunión o de celebrar civilmente el ingreso en la vida preadolescente, que diría un moderno...) han hecho estragos.
Dedico a la sesión fotográfica una de las clases de la primera semana: sirve para romper el hielo y relajar la tensión de los primeros días. También sirve para comenzar a descubrir qué se oculta detrás del grupo, el nivel de cohesión entre los alumnos, la personalidad de cada uno o la porción de la misma que están dispuestos a exhibir ante sus compañeros y/o sus compañeras...
-Avendaño López, Lorena -llamo a la primera de la lista de 3º F, una niña pequeñita, pelirroja, muy tímida. -Colócate delante de la puerta, por favor. Es para que salga en la fotografía el fondo blanco.
Lorena apenas levanta la vista. Sus labios están contraídos en una mueca de disgusto: evidentemente no quiere que le haga una fotografía.
-¿Es obligatorio que nos hagamos la foto? -me pregunta desde la puerta.
-No, claro que no. Si no quieres hacértela, tomaré la que hay en Secretaría...
-No, si me da igual, pero... ¡Es que hoy no me he maquillado!
-¡Pero hija! ¡Si yo no voy a colgar la foto en el Tuenti!...
Van desfilando los Adrianes y los Borjas, las Cortes y las Jenniferes, cada uno con su muestrario personal de tics, de muecas, de risas y sonrisas, de desagrados o indiferencias... Hay quien se muestra arrogante y quien desafiante, hay quien tiene en sus ojos esa chispa que suele delatar a los inteligentes y quien mira desde un fondo de derrota desolador... Me parece que más que un retrato sencillo para una ficha estoy haciendo un perfil psicológico de los chicos y chicas.
-Jiménez Albaladejo, Nuria
-Esa no ha venido, profesor -me dice desde el fondo del aula un muchachote grande y robusto que, sin embargo, conserva aun su vocecilla de niño.
-¿No ha venido ningún día?
-No, -responde Lorena, la del maquillaje- es que tiene la gripe A
-¡Esa lo que tiene es un morro que se lo pisa, profesor!
-¡Pos no nene, que tiene la gripe!
-Sí, pos el curso pasao se ve que tenía la gripe tos los días.
Antes de que comience la batalla, corto la discusión:
-Por cierto, ¿alguien sabe qué es una gripe?
-Un constipao fuerte, ¿no?
Cuando llego a casa, descargo las fotografías en el ordenador: ahí están los ojos chispeantes de David, el gesto austero de Cristian, el perfil bueno de Paula ("profesor a mi me saca de perfil, que de frente me sale siempre la nariz muy gorda"), los dientes llenos de hierros, las decenas de espinillas, los pelos de punta, los piercings en los labios y en las orejas, las medallas, los fulares... Hasta hay un chico que lleva un enorme rosario blanco colgado al cuello, como el galán de una copla antigua ("...me voy a hacer un rosario con tus dientes de marfil...").
Antes de pasarlas a las fichas de gestión escolar de mi PDA, doy a las fotografías un repaso con Picasa para recortarlas y tener los rostros mejor encuadrados... En este programa, en la carpeta de "arreglos básicos" hay una opción que corrige automáticamente el brillo, el contraste y el color de las fotografías, según unos patrones preestablecidos. Bajo el icono correspondiente pone "Voy a tener suerte": como buen supersticioso, someto a mis alumnos a este filtro y, mientras desfilan por la pantalla del ordenador y se iluminan sus rostros creo que, tal vez, un año más, voy a tener suerte.
2 comentarios:
¡Buenas!
Precisamente ayer los de mi clase conocimos a nuestro profe de Historia (faltó los primeros 9 días, o estaba enfermo o tenía miedo de conocernos)y traía consigo la camarita. Menudo revuelo se formó en cuanto dijó que nos iba a retratar. Todas se pusieron a arreglarse que si el pelo, si la ropa...
El profe tenía el sitio elegido, y mira por donde, se había quedado sin batería la cámara porque ya había estado haciendo fotos a otro grupo. Menudo alivio nos dió a todos y es que es un mal trago aunque no lo sepaís, porque sientes que todos ponen los ojos en ti, te escudriñan de arriba a abajo y luego encima tienes que salir bien en la foto. Es solo por esto que yo me ponga de los nervios al salir a la pared. Y el lunes cuando vuelva con la cámara cargada no pienso retocarme ni un pelo de la cabeza, por que si es verdad que la cara es el reflejo del alma yo pienso salir al natural, con granos, narices gordas o como si un mono me cuelga de la oreja. En el otro grupo incluso una chica posaba para la foto (como si fueran a enmarcarla y a exhibirla por los pasillos del instituto)
En fin, que el lunes tod@s guap@s para la foto (ironia)
Por cierto, felicidades por el blog y las entradas tan buenas que hay. Las leo todas.
Saludos, --Alumna 1º Bachiller --
Jelou Jelou
Cuanto tiempo sin ver un artículo publicado aquí. Me alegra volver a ver movimiento y como gente de primero comenta.
A nosotros no nos hacen fotos, se ve que somos demasiado feos jaja. Pero si que es una buena forma de romper el hielo los primeros días, aun que a muchos ya los conocerás ¿verdad?
Un saludo Antonio, y recuperate pronto.
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