para que mi ser pese sobre el suelo,
fue necesario un ancho espacio
y un largo tiempo”
Ángel González.
Para que yo me llame así como me llamo,
han tenido que pasarmás de dieciocho mil doscientos cincuenta días
con sus correspondientes noches.
No voy a consentir a estas alturas
que nadie me quite ni me ponga ni uno solo de mis días,
ni una sola de mis noches
y ni uno solo de mis sueños.
Voy a ponerle cascabeles a mi cama
y si hace faltahasta alambradas de espino y minas antipersona.
Que suenen, que retumben, que me avisen,
que explosionen y que hieran si hace falta.
Que se joda el enemigo.
Aquí en el oeste los ocasos son serenos
y las noches, aún sin ninguna certeza,son aunténticas delicias todavía