REEDICIÓN (edición: 27/06/2017)
La serpiente cuadrada |
CUENTO POPULAR VIETMANITA SOMERAMENTE RETOCADO
Había una vez un mentiroso compulsivo, de los muchos que pueblan la faz de la tierra. Como habitualmente era objeto de burlas se esforzaba por corregir su defecto, pero siempre terminaba cayendo en inventar sucesos de lo más retorcidos e increíbles.
Un día, al volver a casa, le espetó a su esposa:
—Te parecerá mentira, pero acabo de ver en el bosque una serpiente que por lo menos medía cien metros de larga y cuarenta de ancha.
—Mira que eres exagerado —le respondió la mujer—. Sabes que eso es imposible.
—Quizá fueran ochenta metros de larga y cuarenta de ancha.
—Sigue siendo una barbaridad.
—¿Te creerías sesenta por cuarenta?
—Tampoco.
—Cuarenta por cuarenta y de ahí no bajo ni un centímetro.
—Además de su desmesurado tamaño resulta que era cuadrada —se le pitorreó la parienta.
—Quizá fueran ochenta metros de larga y cuarenta de ancha.
—Sigue siendo una barbaridad.
—¿Te creerías sesenta por cuarenta?
—Tampoco.
—Cuarenta por cuarenta y de ahí no bajo ni un centímetro.
—Además de su desmesurado tamaño resulta que era cuadrada —se le pitorreó la parienta.
Avergonzado por el ridículo que había hecho se comprometió una vez más a dejar de mentir, aunque tuvo poco tiempo para poner a prueba la firmeza de su propósito. A la mañana siguiente volvió a pasar por el bosque, con tan mala suerte que la enorme serpiente cuadrada estaba hambrienta y se lo comió.
Dicen que los mentirosos acaban creyéndose sus propias mentiras. En este caso fue aun peor: la mentira se hizo realidad, jajaja
ResponderEliminarMuy bueno.
Un abrazo.
Gracias, Josep.
EliminarUn abrazo.
Encima del arbol fui testigo del drama .....
ResponderEliminarSácanos de dudas. ¿De verdad medía 40x40?
EliminarLo que me faltaba a mi.
ResponderEliminarLe tengo terror a las serpientes.
A las de verdad y a las humanas.
Un abrazo, Macondo.
La verdad es que dan bastante repelús.
EliminarUn abrazo, Tecla.
Acabó comido por su propia mentira. Pobrecillo... si es que mentir no es nada bueo.
ResponderEliminarUn abrazo!
No sé si será bueno, pero hay gente que convierte la mentira en una profesión.
EliminarUn abrazo.
Jajaja, es un poco como Pedro y el lobo.
ResponderEliminarMe ha encantado, especialmente lo de la seroiente cuadrada.
Un abrazo y muy feliz martes.
Por los pelos no termina siendo más ancha que larga.
EliminarUn abrazo y feliz semana, que del martes queda ya poco.
Ojalá las mentiras de algunos se hicieran corpóreas y acabaran por tragárselos.
ResponderEliminarMe ha encantado, de verdad.
Besos.
Me alegra que te haya gustado.
EliminarMuchas gracias, Sara.
Besos.
A veces las mentiras nos engullen no?
ResponderEliminarMe ha encantado Macondo :)
Besitos
Hay que tener muy buena memoria para ser mentiroso, porque si no te contradices.
EliminarBesos, Nieves.
Parece que la mentira es contagiosa
ResponderEliminarAbrazos
En la política sueles estar de epidemia.
EliminarUn abrazo, Chaly.
Si es que para que algo sea realidad a veces sólo basta con nombrarlo. Mejor no atraer a la desgracia. Besotes!!!
ResponderEliminarEntraríamos en lo de si fue antes el huevo o la gallina. ¿Se hizo realidad porque la nombró o la nombró porque la había visto?
EliminarBesos.
Jajaja es que no puede ser, todo mentiroso, también tiene sus momentos lúcido y de verdad. El domingo en en programa de Iker Jiménez, decían que antiguamente en las selvas de Perú y Ecuador, había bichas que medían hasta veintidós metros. Vamos como para que te caigas de morros sobre una de esas preciosidades. A mí las serpientes, más que miedo, me dan un asco atroz.
ResponderEliminarAbrazo Macondo.
Muchos me parecen veintidós, Iker. Dejémoslo en veintiuno y de largo. De ancho, menos.
EliminarA mí también me dan más grima que otra cosa.
Un abrazo, Rafa.
La mentira se tragó a la única verdad, que era la existencia del embustero...jajaja
ResponderEliminarSalud
Te ha quedado muy profunda la apreciación, Genín.
EliminarSalud.
Un día que dice la verdad y mira... pobre hombre.
ResponderEliminarSaludos.
Si es que hay que ser siempre consecuente con la manera de ser que uno tiene.
EliminarSaludos.
La mentira se convirtió en verdad de la noche a la mañana, y se comió al mentiroso, ya es mala suerte ...
ResponderEliminarBesos Chema.
Puri
Quizá siempre fue verdad y el mentiroso en este caso no lo era, por lo que fue la verdad la que se comió al que por una vez la decía.
EliminarBesos, Puri.
Con una cinta métrica, se hubiera evitado un segundo viaje que resultó fatal.
ResponderEliminarUn abrazo.
Seguramente no hubiera hecho falta hilar tan fino. Hubiese bastado con que alguien no mentiroso compulsivo la hubiera visto.
EliminarUn abrazo, Alfred.
Y a cuadros se quedaron todos...
ResponderEliminarBesos.
¿A cuadros cuadrados, quieres decir?
EliminarBesos.
jajajajaja
ResponderEliminarme gusto ese final abrupto, no me lo esperaba...
Me alegra que te gustara el final, porque es lo que he cambiado del original.
EliminarJajajaja, no conocía este cuento...
ResponderEliminarYo tampoco hasta hace unos días.
EliminarMuy interesante el giro final: se pasó la vida mintiendo y la verdad le costó la vida.
ResponderEliminar(si quieres, otro día te cuento un chiste que me sé yo sobre un mentiroso)
Cuando quieras contar ese chiste, será muy bien recibido.
EliminarGracias, pero a lo mejor no dices lo mismo cuando veas lo malísimo que es :D
EliminarEstá un mentiroso contando una de sus trolas. Dice que ha estado en un safari, y que se perdió.
-Y me veo allí, en mitad de la selva, yo sólo, y en esto me sale un león. Le pego un tiro y sigo andando. Y entonces me sale una serpiente, y me la cargo de un machetazo; me sale un gorila, y me lo cargo también; me sale un oso polar...
-Bueno, bueno -le dicen los amigos- ahí sí que te has pasado. ¿Cómo que un oso polar en la selva?
Y dice el mentiroso:
-Pues eso le dije yo: "Oye, ¿tú qué haces aquí con este calor?"
---
Y ya está :D
Pero oye, después de lo de la serpiente cuadrada, cualquiera sabe, ¿no?
Efecticamente, después de la serpiente cuadrada lo del oso polar casi es una mariconada (hasta con rima y todo).
EliminarEs una forma positiva de mirarlo, desde luego.
ResponderEliminarSaludos.
Ja, ja, ja Divertido micro. Desde luego cuando te mueves en la mentira, la verdad se convierte en algo muy peligroso. Saludos!
ResponderEliminarMuchas gracias por tu visita y comentario, David. Además me ha permitido conocer tu blog, al que volveré.
EliminarSaludos.
No tuvo manera ya de decir que la serpiente cuadrada si existía. Buuuu
ResponderEliminarBeso Chema
Seguro que medía un metro más de larga, para que siguiera siendo mentira.
EliminarBeso, Flor.
Pobre tipo. Le hubieran leído de chico Pedro y el lobo y quizá escarmentaba.
ResponderEliminarSaludos.
Del mismo cuento se ha acordado más arriba Marigem.
EliminarSaludos.
oye, algo me pasa con tu blog llevo varios días que al querer comentar no me deja pues no me sale la zona de comentarios pero que sepas que leerte te leo y me rio y pienso que suerte tengo de tener un amigo ficticio ingenioso e imaginativo. Hoy he comenzado a tocar y tocar y de pronto he podido comentar. Buen finde, niño
ResponderEliminarNo sé si tendrá que ver, pero llevo unos días con menos visitas de lo habitual.
EliminarGracias por tu fidelidad. Más suerte tengo yo leyéndote, con lo bien que escribes. El de la España invertebrada me ha encantado.
Buen finde también para ti, hermosa.
La serpiente existía y se lo comió, el resto es anécdota...
ResponderEliminarMuy bueno.
Quitemos la paja y vayamos al grano, ¿no?
EliminarGracias.
:( :(
ResponderEliminar:)
Eliminar¡Pobre! Veo que sentí lo mismo hace tres años XD No recordaba el cuento, con lo bueno que es.
EliminarJAJAJAJAJA,si que me has hecho reir,gracias,cariños.
ResponderEliminarPrimer comentario (en la reedición), primer regalo. Provocar una risa vale más que nada.
EliminarUn abrazo.
Se lo comió su propia mentira, je,je.
ResponderEliminarMe tenías preocupado por tu larga ausencia. Pensé que estabas de luto por la muerte del padre de Mafalda, y ahora veo que ha desaparecido tu avatar con su imagen.
Un abrazo.
A mí me preocupa lo que dices del avatar. Por supuesto no lo he quitado. Ahora menos que nunca. A mí me sigue saliendo, o sea que será algo de los cambios de Blogger y del navegador que uses.
EliminarLa verdad es que estoy un poco vago con el blog últimamente, como lo demuestra el montón de reediciones que estoy haciendo.
Un abrazo.
Está bien.. pero no tiene un final feliz ja ja.
ResponderEliminarUn abrazo.
El final no es muy feliz, la verdad. Eso de que se le coma a uno una serpiente no es apetecible. Y menos todavía con el recochinero que puede generar que el animal en cuestión sea cuadrado.
EliminarUn abrazo.
La verdad siempre se impone, o eso dicen.
ResponderEliminarUn abrazo.
Para una vez que decía la verdad lo pagó caro.
EliminarUn abrazo.
Jajajaja. No se puede mentir, las mentiras tienen las patas muy cortas y para colmo pasa como en el cuento, que dices una verdad y no te creen.
ResponderEliminarFeliz finde y feliz día del Pilar.
Es como lo de Pedro y el lobo, que también lo tengo hecho reinventado y reeditado por ahí.
EliminarQue sean muy felices también para ti. Nuestro Pilar (el de los aragoneses) este año va a ser más virtual que otra cosa.
Es lo que tiene las mentiras, que pueden terminar por engullirte.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pero en este caso la mentira lo engulló en el más real sentido del verbo.
EliminarUn abrazo.
Inventar aquí fue un riesgo enorme, para una vez que decía la verdad de la forme, le salió mal :-)
ResponderEliminarUn abrazo
Nos quedamos con las ganas de saber si esa vez iba en serio su propósito de no volver a ser tan embustero.
EliminarUn abrazo.
"Tampoco existen las serpientes cuadradas y conozco una bruja que se ha quedado viuda por culpa de una", le respondió él.
ResponderEliminarOtro abrazo para ti.
Una cosa es una mentira piadosa y otra mentir por sistema. Con lo que ya sabemos. Primero se coge a un mentiroso que a un cojo. Y no hay más que ver la finalidad del cuento.
ResponderEliminarUn abrazo, Chema y buenas tardes.
Buenas tardes, Joaquín. Y buen fin de semana.
EliminarUn abrazo.
Tanto tentar al diablo…
ResponderEliminarEso de cuarenta por cuarenta y de ahí no bajo ni un centímetro, me ha provocado una gran y abierta sonrisa jajaja
Al menos su intención en dejar de mentir era buena, otra cosa es que lo hubiese llevado a la práctica antes de que su mentira se lo comiera 🐍
Siempre un placer leerte y disfrutar de tus magníficas versiones, querido amigo.
Abrazo grande, y muy feliz finde 😘
Muchas gracias, Ginebra. Siempre con tus reconfortantes comentarios.
EliminarBuen finde.
Un abrazo.
Jajajaja, digamos que cayó en su propia trampa. Mi abuela decía que las mentiras son como una telaraña que se hace más y mas grande . Buen fin de semana
ResponderEliminarTu abuela era muy sabia.
EliminarBuen fin de semana.
Se pilla antes a un mentiroso que a un cojo, dicen, pero este resulta que era uno a medias, ja, ja, ja. Aunque una vez leído se veía venir, no fui capaz de verlo antes, también me comió la serpiente.
ResponderEliminarBuen finde y un fuerte abrazo, Chema.
Lo tenían cohibido al pobre.
EliminarBuen finde.
Un fuerte abrazo, Pepe.
Ahora sí que conozco el cueno, jajajaj
ResponderEliminar¿Ves?
EliminarPobre hombre...
ResponderEliminarSi es que no hay que dejarse influenciar.
Saludos.
Si se hubiera mantenido en que medía cien metros de larga por cuarenta de ancha, no se lo hubiera comido una serpiente cuadrada.
EliminarSaludos.
Eso le ocurre por regatear... jajaja
ResponderEliminarTe digo como a Toro, inmediatamente encima.
EliminarGracias querido Macondo por tan instructiva historia.
ResponderEliminarEl que miente lo pica la serpiente.
Gran abrazo!!!!!!!!!
Muchas gracias, Ricardo.
EliminarUn fuerte abrazo.
Es una muy buena versión, y divertida.
ResponderEliminarCelebro que así te lo parezca.
EliminarEso son historias, no mentiras. Si no saca beneficio, ni perjudica a nadie, no es una mentira patológica. Sirven para tener tema de conversación cuando no hay tema de conversación (aparte del virus).
ResponderEliminarPor esa regla de tres por aquí andamos un montón de mentirosos (bueno, él era oral y nosotros gráficos.
Saludosss, macondo
Quizá no fueran recriminables porque no hacían mal a nadie, pero mentiras eran. Hay muchos mentirosos compulsivos que no hacen mal a nadie. Quizá a sí mismos, porque con frecuencia terminan creyendo sus propias mentiras y pierden de vista la realidad.
EliminarSaludos.
Las mentiras se deben mantener en el tiempo si cedes un poco ya nadie te las cree.
ResponderEliminarUn abrazo Chema y leí por ahí arriba que estás un poco vago con el blog, venga ánimo y a seguir escribiendo.
Un abrazo
Puri
El problema de ser mentiroso es que requiere tener muy buena memoria.
EliminarYa llevo un tiempo viviendo casi exclusivamente de la reedición. Ocurre de vez en cuando.
Un abrazo, Puri.
Ja, ja, ja... Conforme leía me vino a la mente aquello de que la cabra siempre tira al monte, y por mucho que el mentiroso haga propósito de enmienda mentiroso se queda. Luego con el final, me vino aquel cuento de la niña que siempre avisaba falsamente de que venía el lobo, hasta que este llegó. Un abrazo!
ResponderEliminarLa verdad es que la mentira es un vicio (si se le puede llamar así) difícil de corregir. Conozco pocos mentirosos conversos.
EliminarEse de la niña que comentas ya lo hice: Pedro y el lobo .
Un abrazo, David.
Uy, serpientes... Malos bichos... Poco atractivos
ResponderEliminarLagarto, lagarto, ¿no?
EliminarPobrecillo, al final le callaron la boca...
ResponderEliminarBesos.
Se murió teniendo la razón. Dudoso consuelo.
EliminarBesos.
Como siempre tu versión es mucho mejor que el original. No le debió costar mucho a la serpiente atrapar al mentiroso pues como dicen antes se atrapa al mentiroso que a un cojo. Tu cuento me ha recordado el humos surrealista del inglés Saki.
ResponderEliminarSaludos, Macondo!
Borgo.
Una serpiente cuadrada no debe utilizar el ahogamiento por enroscamiento. Tendrá otros recursos, supongo.
EliminarSaludos, Borgo.
Por todos los costados al despeñadero de este mitómano compulsivo. Qué bueno que traigas a colación la cuentística de un país del cual sólo conocemos que estuvo involucrado en una guerra local(sic) desatada por los EStados Unidos. UN abrazo. carlos
ResponderEliminarPara una vez que los doy protagonismo, les chafo el cuento.
EliminarUn abrazo.
No recordaba esta entrada, pero he visto que en su momento te dejé un comentario y hasta te conté un chiste!
ResponderEliminarEn esta segunda lectura he pensado que el personaje no era un mentiroso sino un gran creador de historias. Y las imaginaba tan bien que se hacían realidad.
Así que tú ten cuidado con tus historias ;)
Me dajas preocupado. Tendré que terminar bien las historias, por si acaso.
EliminarUy, pobrecito...es que la mentira es devoradora de hombres, o mujeres, claro.
ResponderEliminarAl final siempre queda uno atrapado en sus redes, o fauces.
Muy bueno, Macondo.
Abrazos.
Gracias, Maripaz.
EliminarUn abrazo.
Ay pobre para una vez que dijo la verdad, terminó mal.
ResponderEliminarBuen jueves. Cuídate.
Un abrazo.
Dijo la verdad cuando no se esperaba.
EliminarBuen viernes ya. Y buen finde.
Un abrazo.
Buenas noches (a pesar de la serpiente) te encuentro en la mayoría de blogs que sigo y hoy he decidido entrar en el tuyo, me voy a hacer seguidora para enterarme cuando actualices. Un abrazuco
ResponderEliminarUn placer, Ester.
EliminarUn abrazo.
Qué bueno, me encantó, esta serpiente cuadrada. Por mucho que intento verla con tal geometría, mi cabeza no le da forma ¿o será que la que es cuadrada es la mía, y es solo incompetencia de formas? jaja. Un cuento muy inspirador. Me cojo la idea prestada. Sabes, me vino la forma de la serpiente el principito cuando se tragó el elefante. Sigo leyéndote por aquí.
ResponderEliminarEs cierto. En El principito aparece cuadrada, pero solo ese cacho del elefante.
EliminarGracias.